Estados Unidos, una gu¨ªa muy personal
Los centros urbanos de Pasadena o Charleston; la isla de Mackinac, en el lago Hur¨®n; las playas inmaculadas de los Hamptons. En EEUU hay un rinc¨®n para todos los gustos. Proponemos una ruta lejos de los t¨®picos a trav¨¦s de su fascinante geograf¨ªa
Con m¨¢s de 9,7 millones de kil¨®metros cuadrados de territorio, habitado por m¨¢s de 319 millones de personas procedentes de todos los continentes y de las culturas m¨¢s remotas de la tierra, se puede decir que en Estados Unidos hay un rinc¨®n para todos los gustos. Si aun as¨ª uno no logra encontrar algo que le interese de entre las grandes diferencias culturales, culinarias, clim¨¢ticas y topogr¨¢ficas de los 48 Estados que forman la masa continental del pa¨ªs (y existen muchas diferencias), todav¨ªa quedan los encantos ex¨®ticos de Haw¨¢i y Alaska. Con esa idea presente ¡ªy dejando de lado destinos populares como Nueva York, Chicago o Florida, sobre los que se ha escrito tanto¡ª, he aqu¨ª una gu¨ªa aleatoria de varios aspectos no tan t¨ªpicos del pa¨ªs. Una cosa: estamos hablando de Estados Unidos, as¨ª que necesitar¨¢n un coche.
D¨ªas de verano en Nueva Inglaterra
Asociado a la langosta en las mentes de los gastr¨®nomos de todo el mundo, el Estado de Maine, al norte del pa¨ªs, es un poco como la costa del Cant¨¢brico en Espa?a, el retiro veraniego durante generaciones de viejas familias ricas y aristocr¨¢ticas que consideran de mal gusto el aire acondicionado y las masas de gente en la playa. Muchas familias pasan todo el verano aqu¨ª, pero los turistas pueden hacerse una idea de las bellezas de la zona con unos d¨ªas de recorrido por la maravillosa costa escarpada entre Kennebunkport (kennebunkport.org) y Bar Harbor (barharborinfo.com). Esta ¨²ltima ciudad est¨¢ situada en la isla de Mt. Desert, que alberga tambi¨¦n la impresionante belleza natural del parque nacional de Acadia (www.nps.gov), una reserva de abruptos picos de granito, frondosos bosques de piceas y una asombrosa variedad de animales.
Hacia el sur nos encontramos con Vermont, un Estado izquierdista y vagamente hippy, conocido por sus granjas org¨¢nicas y sus coquetas estaciones de esqu¨ª, por no hablar de que es la cuna del helado de Ben & Jerry¡¯s, que ofrece visitas a su f¨¢brica en Waterbury (benjerry.com). Vermont es tambi¨¦n el lugar en el que se estableci¨® la familia Von Trapp (Sonrisas y l¨¢grimas) y abri¨® el Trapp Family Lodge, un hotel con actividades de ocio durante todo el a?o. El oto?o es una ¨¦poca especialmente hermosa para explorar Vermont y el resto de Nueva Inglaterra, cuando las hojas de los ¨¢rboles est¨¢n en su apogeo.
Massachusetts fue el escenario de muchos acontecimientos fundamentales de la revoluci¨®n y la independencia de Estados Unidos y, como consecuencia, tiene un lugar en la historia del pa¨ªs desproporcionado para sus dimensiones geogr¨¢ficas. Boston destaca por su famoso Sendero de la Libertad, que une 16 lugares de la revoluci¨®n como Bunker Hill y la Old North Church. Adem¨¢s, la ciudad es una meca cultural, con instituciones como el Museo de Bellas Artes y el Isabella Stewart Gardner Museum, que albergan tesoros asombrosos. El Children¡¯s Museum, un museo infantil interactivo, ofrece la actividad perfecta en un d¨ªa lluvioso para quien viaje con peque?os.
En verano, las playas de Cape Cod, Nantucket y Martha¡¯s Vineyard nos invitan a disfrutarlas. En la punta de Cape Cod est¨¢ Provincetown, antiguamente un bullicioso puerto que se convirti¨® en colonia de artistas: Edward Hopper veraneaba en la cercana Truro y en sus cuadros aparecen muchas casas y vistas locales. P-town, como tambi¨¦n se la conoce, es un popular destino de vacaciones para la comunidad gay. En el lado oeste de Cape Cod est¨¢ la Plantaci¨®n de Plimoth, una reproducci¨®n del asentamiento de los peregrinos en la d¨¦cada de 1620, que muestra las dificultades que afrontaban los primeros colonos europeos. Una r¨¦plica de su barco, el Mayflower, est¨¢ atracada en el puerto, a unos kil¨®metros de distancia.
Los coleccionistas y amantes de las antig¨¹edades deber¨ªan marcar en sus agendas las ferias de antig¨¹edades de Brimfield en 2017 (brimfieldantiquefleamarket.com), que se celebran en unos campos inmensos en el centro de Massachusetts. Es como si todo el mundo en Nueva Inglaterra decidiera limpiar su trastero al mismo tiempo. Los mercadillos, que duran cinco d¨ªas (del 9 al 14 de mayo, del 11 al 16 de julio y del 5 al 10 de septiembre de 2017), atraen a miles de comerciantes y hasta 50.000 visitantes, muchos de los cuales programan su viaje con un a?o de antelaci¨®n.
Encerrado entre Massachusetts y Connecticut est¨¢ el diminuto Estado de Rhode Island. Cuando se va en coche de Nueva York a Boston por la Interestatal 95 se atraviesa el Estado en solo 70 kil¨®metros. Pero merece la pena desviarse para visitar la ciudad costera de Newport y ver las villas de verano construidas por algunas de las familias m¨¢s ricas del pa¨ªs en la Gilded Age, la edad dorada de finales del siglo XIX y principios del XX; muchas de ellas son hoy museos (newportmansions.org). Adem¨¢s, Newport es sede de uno de los festivales de jazz m¨¢s prestigiosos de Estados Unidos (newportjazzfest.org), a finales de julio.
Si buscan un poco m¨¢s de animaci¨®n en la costa, tomen el Cross Sound Ferry, el barco que atraviesa el estrecho de Cross (aproximadamente 90 minutos, longislandferry.com) desde New London, Connecticut, hasta Orient Point, Nueva York, en lo que se conoce como North Fork, el brazo norte de Long Island. Al bajar del ferri, a 10 minutos en coche est¨¢ Greenport, donde es posible tomar un bocadillo de langosta y probar la cerveza local en uno de los divertidos restaurantes del muelle antes de cruzar a Shelter Island (otros dos breves recorridos en ferri) para bajar hacia los Hamptons. Famosos por sus playas inmaculadas, sus residentes famosos y sus mansiones de 50 millones de d¨®lares, la media docena de pueblos que constituyen los Hamptons se han abierto a los turistas en los ¨²ltimos a?os. A trav¨¦s de Airbnb y otras p¨¢ginas web, hoy es posible alquilar casas desde una noche hasta el verano entero. Y la inauguraci¨®n de nuevos y elegantes hoteles como Baron¡¯s Cove, en Sag Harbor, y Topping Rose House, en Bridgehampton, permite a los viajeros que visitan unos d¨ªas la zona sentirse como en casa.
Camino a las plantaciones del sur
A menos de tres horas de Washington DC est¨¢ Monticello (monticello.org), el id¨ªlico hogar del tercer presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, con su plantaci¨®n. Dise?ada por ¨¦l mismo y construida entre 1768 y 1808, Monticello es la ¨²nica casa estadounidense incluida en la lista del patrimonio mundial de la Unesco (aunque es posible que alg¨²n d¨ªa se incorpore tambi¨¦n la Casa de la Cascada de Frank Lloyd Wright, en Mill Run, Pensilvania). Despu¨¦s de dejar la Casa Blanca, en 1809, Jefferson dise?¨® tambi¨¦n el campus de la nueva Universidad de Virginia, en Charlottesville, con su famosa Rotunda, el edificio construido a imitaci¨®n del Pante¨®n de Roma. A menos de 50 kil¨®metros de Monticello se encuentran las casas de otros dos presidentes, James Madison y James Monroe, ambas abiertas al p¨²blico.
Saliendo de Charlottesville hacia el oeste, el terreno asciende enseguida hacia las Blue Ridge Mountains, un lugar estupendo para el senderismo (el parque nacional de Shenandoah, muy pr¨®ximo, incluye 167 kil¨®metros del famoso Appalachian Trail, el sendero que recorre los Apalaches desde Georgia hasta Maine). Hay tambi¨¦n esqu¨ª en invierno, golf en primavera y verano y la posibilidad de alojarse con todo lujo en el hotel y spa Homestead, un magn¨ªfico complejo del siglo XIX en Hot Springs, Virginia, donde Jefferson sol¨ªa acudir a tomar las aguas.
A unas cinco horas al sur de Hot Springs est¨¢ Asheville, en Carolina del Norte, que alberga los jardines y la mansi¨®n de 250 habitaciones de Biltmore, construida por el magnate George W. Vanderbilt. Terminado en 1895, este inmenso edificio de estilo ch?teau franc¨¦s es el centro del revolucionario proyecto de agricultura y silvicultura sostenible de Vanderbilt. En los terrenos hay adem¨¢s vi?edos y en los ¨²ltimos a?os se han a?adido dos peque?os hoteles y caba?as para alquilar. Asheville es adem¨¢s la sede de Black Mountain College, una innovadora universidad dedicada a las artes que solo estuvo en activo entre 1933 y 1957, pero dej¨® una huella indeleble en el arte y las artes esc¨¦nicas del siglo XX. Anni y Josef Albers, John Cage y Willem de Kooning fueron profesores en ella, y entre sus alumnos estuvieron Cy Twombly y Robert Rauschenberg. El Museo y Centro de las Artes de Black Mountain College mantiene vivo su legado.
Desde Asheville son cuatro horas de coche en direcci¨®n este hasta Charleston, Carolina del Sur, donde se puede saborear la nueva cocina sure?a y la arquitectura maravillosamente conservada de los siglos XVIII y XIX. Cerca de all¨ª est¨¢n los complejos de golf y de tenis de Kiawah Island and Hilton Head. En direcci¨®n oeste, podemos ir hacia Nashville y Memphis, Tennessee, para probar una de las mejores barbacoas del mundo en el coraz¨®n de la m¨²sica country. Desde Memphis se puede hacer un crucero de ocho o nueve d¨ªas por el r¨ªo Misisipi hasta Nueva Orleans, con paradas en Natchez, Misisipi y Oak Alley, y Luisiana, para aprender sobre la arquitectura y la vida de las plantaciones del sur (americancruiselines.com y americanqueensteamboatcompany.com).
La regi¨®n de los Grandes Lagos
Todo el mundo ha o¨ªdo hablar de los largos y fr¨ªos inviernos del Medio Oeste, pero la regi¨®n de los Grandes Lagos es maravillosa para ir de vacaciones durante el resto del a?o, o incluso en invierno si a uno le gustan el hockey sobre hielo y el esqu¨ª n¨®rdico. Situada en la punta noroeste del lago Hur¨®n, la isla de Mackinac, en Michigan (mackinacisland.org), lleva m¨¢s de un siglo atrayendo a veraneantes. Construido en 1887, su famoso Grand Hotel ha aparecido en varias pel¨ªculas y es la quintaesencia del glamur de la belle ¨¦poque. En Mackinac hay pocos coches, por lo que el ritmo de la vida diaria recuerda otros tiempos m¨¢s tranquilos y amables.
Lo mismo puede decirse de Duluth y los lugares de vacaciones en la costa del Lago Superior, en el norte de Minnesota. Elegida por la revista Outside como la mejor ciudad para los deportes al aire libre (por su enorme n¨²mero de parques, senderos, lugares de pesca en el lago y el r¨ªo, vela, sitios de escalada, senderos de nieve¡), tiene gran cantidad de restaurantes y bares donde degustar los licores y cervezas artesanales locales y reponer fuerzas despu¨¦s de todo ese ejercicio.
M¨¢s al sur, las ciudades gemelas de Minnesota, Minneapolis y St. Paul, situadas una junto a la otra en una gran curva del r¨ªo Misisipi, ofrecen numerosas actividades de interior para los menos deportistas, empezando por el Walker Art Center, con arte moderno y contempor¨¢neo, y el Minneapolis Institute of Arts, que contiene desde sarc¨®fagos egipcios hasta preciosos mocasines con incrustaciones de los indios americanos. Para recuperarse, una Juicy Lucy (se llama oficialmente Jucy Lucy), una hamburguesa con el queso dentro de la carne, en Matt¡¯s Bar, donde dicen que se invent¨®.
Oeste
El oeste de Estados Unidos es el para¨ªso de los esquiadores, que podr¨ªan pasarse unos cuantos inviernos explorando sitios como Sun Valley (Idaho), Jackson Hole (Wyoming) y Taos (Nuevo M¨¦xico). Con gran densidad de estaciones de esqu¨ª en un ¨¢rea relativamente peque?a, Colorado es quiz¨¢ el mejor lugar para familiarizarse con las Monta?as Rocosas, porque hay complejos adaptados a todos los niveles y presupuestos. Este a?o, Aspen celebra el 40? aniversario de su Semana del esqu¨ª gay, del 15 al 22 de enero de 2017. Adem¨¢s, Aspen tiene tambi¨¦n unos veranos muy movidos, con un festival de m¨²sica (aspenmusicfestival.com) que incluye alrededor de 300 conciertos y actos a lo largo de ocho semanas.
El resto del oeste es el terreno ideal para hacer grandes exploraciones. Aunque uno no se haya hecho rico en Las Vegas y no pueda pagarse un paseo en helic¨®ptero por el Gran Ca?¨®n, siempre puede recorrer en coche la belleza en tecnicolor del ca?¨®n Bryce y el parque nacional de Zion, situados a una hora de distancia entre s¨ª en el sur de Utah. El abuelo de los parques nacionales de Estados Unidos es Yosemite, en California, que, a pesar de tener nada menos que 3.100 kil¨®metros cuadrados de extensi¨®n, a veces tiene dificultades para absorber a los millones de turistas que lo visitan cada a?o entre abril y octubre. Si pueden verlo en primavera u oto?o, mejor que en julio y agosto, encontrar¨¢n m¨¢s belleza natural y menos atascos. En ¨¦l se encuentra el Majestic Yosemite Hotel, construido en la d¨¦cada de 1920 en un estilo r¨²stico chic, con magn¨ªficas vistas del Half Dome y las cascadas de Yosemite, y que acaba de reformarse para mejorar las instalaciones.
Cualquiera que est¨¦ interesado en la arquitectura de mitad del siglo XX deber¨ªa detenerse en Palm Springs, en pleno desierto californiano, en otro tiempo lugar de descanso de Frank Sinatra y otras estrellas de los a?os cuarenta, cincuenta y sesenta, y hoy un aut¨¦ntico museo al aire libre de aquellas construcciones glamurosas, de una sola planta y muros de cristal. Cada octubre se celebra una semana dedicada al Movimiento Moderno, y otras instituciones organizan actos y visitas todo el a?o.
Algunos europeos que detestan Los ?ngeles porque no tiene ¡°un centro¡± tienen que conocer Pasadena, justo al norte de la ciudad, con un viejo centro urbano precioso, peatonal, lleno de restaurantes y tiendas. El pueblo alberga dos museos espectaculares, el Norton Simon Museum, lleno de rembrandts, van goghs e impresionistas, y la colecci¨®n bibliogr¨¢fica y de arte de la Huntington Library, que contiene una Biblia de Gutenberg, el primer folio de Shakespeare y el manuscrito de Walden firmado por Thoreau, adem¨¢s de obras maestras de arte europeo y estadounidense, todo ello rodeado de 48 hect¨¢reas de jardines tem¨¢ticos (chino, japon¨¦s, rosaleda, cactus¡).
Por ¨²ltimo, una muestra de las perfectas vacaciones playeras en el sur de California. Conviene ir a unas ciudades situadas entre Los ?ngeles y San Diego: Manhattan Beach, Newport Beach, Dana Point, Del Mar y La Jolla, entre otras, con la mezcla justa del encanto de un pueblo y la sofisticaci¨®n culinaria de una gran ciudad. Uno de los mejores sitios es Laguna Beach, una serie de asombrosas calas orientadas al sur, con las colinas a sus espaldas, que hacen que sean algo menos accesibles y, por tanto, no est¨¦n tan abarrotadas. La ciudad cuenta con un centro encantador y peatonal, en el que los ni?os pueden tomar pizza y helado y los padres sushi y sake o enchiladas y margaritas, antes de contemplar la puesta de sol. Ah, y Disneyland est¨¢ a 30 minutos de distancia.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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