Maravillosos alcornoques del sur
El parque natural de los Alcornocales es la selva del sur de Europa. Miles y miles de alcornoques, quejigos y acebuches en el extremo meridional de la provincia de C¨¢driz
La puerta de entrada (o la m¨¢s accesible de ellas) es Alcal¨¢ de Los Gazules, pueblo blanco de cal cuya sonoridad evoca ra¨ªces ¨¢rabes y misterios indescifrables en el estudio de la filolog¨ªa. Uno ir¨ªa a Alcal¨¢ de los Gazules solo por descubrir c¨®mo es un lugar de nombre tan bello y enigm¨¢tico, por comprobar como son las gentes que viven bajo ese techo topon¨ªmico que parece guardar tambi¨¦n todos los aromas y los colores del Mediterr¨¢neo. Independientemente de su nombre,
Apenas que el viajero salga de Alcal¨¢ en direcci¨®n a Jimena de la Frontera se ver¨¢ inmerso en ese interminable bosque verde-rojizo de alcornoques que parece no tener fin. En total, 170.000 hect¨¢reas de patrimonio natural que ha llegado a nuestros d¨ªas gracias a que la conservaci¨®n del bosque aut¨®ctono y su aprovechamiento en la extracci¨®n del corcho y otros recursos fueron claves para la econom¨ªa de la zona.
La carretera de Alcal¨¢ a Jimena de la Frontera cruza la zona norte del parque, la m¨¢s boscosa y abrupta, siempre a las faldas de la sierra del Aljibe. Por aqu¨ª el sotobosque es tan denso que dificulta hasta el acceso a pie. Quienes gusten de descubrir los parajes naturales a golpe de suela encontrar¨¢n el inicio de un interesante sendero en el paraje de Los Barracones, en el kil¨®metro 75 de la carretera que va de Jimena al puerto de Galis. Una pista forestal les introducir¨¢ en un bosque denso de algarrobo, acebuches y alcornocales, con sotobosque de lentiscos y brezos, por la ladera del monte Jateadero. Tambi¨¦n resulta interesante la subida hasta el pico del Aljibe (1.092 metros) desde el ¨¢rea recreativa de La Sauceda, a cinco kil¨®metros del puerto de Galis, en direcci¨®n a Jimena.
Castillos y huertas
La huella ¨¢rabe salta en cada esquina del parque natural de los Alcornocales. Ya sea el castillo de Jimena de la Frontera u otras fortalezas menores, como la de Benalup de Sidonia, la de Tempul o la de Castellar de la Frontera (de nuevo, la referencia a la linde historia), en restos de canalizaciones y obras hidr¨¢ulicas o en la artesan¨ªa. El repujado del cuero, el aprovechamiento del corcho, al alfarer¨ªa o las t¨¦cnicas que a¨²n se emplean en las huertas que rodean Alcal¨¢, Jimena, Benalup o Los Barrios recuerdan un pasado morisco que al viajero, inmerso en esas callejas blancas vestidas de geranios y buganvillas, no le parecen en absoluto lejanos.
No conviene irse de la zona sin saber algo m¨¢s sobre el t¨®tem de la parque, el alcornoque, y su principal producto: el corcho. La corteza del quecus suber sigue siendo la principal fuente de recursos de la comarca. Los Alcornocales produce el 10% de todo el corcho espa?ol, que es el segundo productor mundial, tras Portugal. Un alcornoque solo puede ser descorchado una vez cada nueve a?os, siempre en verano, aprovechando la parada vegetativa. Se hace con hacha y es una tarea delicada que requiere conocimientos especializado; si no, se puede da?ar el ¨¢rbol y hasta provocar su muerte. Una vez sacadas las planchas, se llevan mediante mulas a las carreteras y de all¨ª en camiones a los patios de corcha de los cortijos, donde se deja secar al sol antes de trasladarlo a las f¨¢bricas para ser transformado en tapones para el vino, pero tambi¨¦n en otros muchos productos para la industria de la decoraci¨®n, los aislantes, la automoci¨®n o la construcci¨®n naval.
La pr¨®xima vez que descorche un buen tinto¡ piense en lo laborioso que fue hacer ese tap¨®n.
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