La Casona de Calder¨®n, dimensiones palaciegas

Hotel-museo lo denominan sus propietarios, Elena Calder¨®n y familia, en recuerdo de aquella posada para viajeros rom¨¢nticos que hubo aqu¨ª desde el siglo XVII. Un museo costumbrista de aperos, hierros de marcar, divanes, teas y otros objetos de uso cotidiano que aqu¨ª, en el centro hist¨®rico y monumental de Osuna (Sevilla), adquiere un sentido m¨¢s acad¨¦mico que l¨²dico, m¨¢s aristocr¨¢tico que popular. La villa ducal impone la gravidez renacentista de su Universidad, abierta en 1548, como si fuera un manual t¨¦cnico exigible a toda rehabilitaci¨®n susceptible de engrosar el patrimonio arquitect¨®nico sevillano. Esta casona familiar lo es.

Conviene tomar aire antes de entrar en la corrala que distribuye las distintas dependencias. Todo alrededor se significa en un remordimiento hist¨®rico de arcos dobles de siller¨ªa, pilares macizos, portones cartesianos, losetas hidr¨¢ulicas y galer¨ªa de forja enjaezada de kentias colgantes. Hay que subir para sobrevolar el patio y apreciar la densidad del barro que cubre el pavimento, las sutilezas de la madera en los artesonados, la docilidad de las alfarj¨ªas, el gramaje de los cortinajes, la promiscuidad de las l¨¢mparas y otros adornos pendientes. El ajuar no resta valor a las antig¨¹edades originales que dan vida al museo y a la clientela hospedada. Muchos de los parabienes que recibe en las redes sociales encuentran su justificaci¨®n precisamente en su ornato.

Los 15 dormitorios, algunos de ellos entrelazados a los arcos estructurales, muestran sus poderes a costa de espacio. S¨ª que exhiben doseles de maderas nobles, suelos de barro o madera prensada, flecos en el somier, lamparillas de pie labrado e incluso un altillo abuhardillado en la j¨²nior suite. Pero, sobre todo, deslumbran por sus dimensiones palaciegas, que se transforman en verdaderos salones de ba?o con muros de sillares y espejos poligonales de hierro forjado.

El desayuno es triste, como casi todos los desayunos de buf¨¦ menguante. Por fortuna, el tiempo de Osuna invita a alimentarse al aire libre, en el peque?o jard¨ªn trasero con alberca-piscina y frontispicio de volutas. M¨¢s categor¨ªa adquiere el restaurante Morenita, a cargo de Ram¨®n del Toro, cuyas carrilleras al Pedro Xim¨¦nez y el costillar en salsa barbacoa le han hecho merecedor de una recomendaci¨®n particular en la gu¨ªa Michelin.