Livorno, la cuna de Modigliani
El famoso pintor de las figuras y los rostros alargados naci¨® y creci¨® en este puerto del mar Tirreno. Del mercado de abastos a la zona de la Piccola Venezia, mucho sabor italiano
![La terraza Mascagni, en Livorno, fue diseñada por Enrico Salvais en 1925. Su balaustrada cuenta con 4.100 columnas, y el suelo, con 34.800 losas blancas y negras.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VTWLEAICOSWWTGGGLHSX652QFQ.jpg?auth=541b830e1fca2fd5ababeb8cb09b0219025a160b3fa01592220b857f52151502&width=414)
Quienes hayan visto la inmensa Il sorpasso (Dino Risi, 1962), pel¨ªcula protagonizada por Vittorio Gassman, tendr¨¢n un cari?o especial por Livorno, uno de los escenarios de tan acelerada comedia. Una de las ciudades m¨¢s grandes de la Toscana ¡ªcon 160.000 habitantes¡ª parece aguantar numantinamente la fiebre de la turistificaci¨®n sin fin y, sin pretenderlo, acoger las esencias de la Italia m¨¢s italiana. Ciudad portuaria, m¨¢s residencial que otra cosa, regala al visitante un oto?o suave para pasear por su melanc¨®lica terraza Mascagni, con su balaustrada de piedra lamiendo las olas del Tirreno. El visitante de Livorno se sentir¨¢ como un viajero al uso, col¨¢ndose en la vida de la ciudad, con su pintoresco mercado, sus clubes deportivos a pie de mar, su decadente Piccola Venezia y sus edificios y plazas de corte fascista. Todo ello perfectamente comunicado con las joyas de la corona toscana.
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZKO6MJMDCVSUWLYE4VFUHSUPDE.jpg?auth=f5caeca02188d3e5202c449ca2f6618bdd134e0e84a6226a5e9442675ca6a602&width=414)
Desde Livorno se puede adem¨¢s hacer una interesante excursi¨®n: la isla de Elba (1). Viajar a Santa Elena ¡ªdonde Napole¨®n muri¨® en 1821 en la m¨¢s cruda de las soledades, a casi 2.000 kil¨®metros de Angola¡ª es complicado, pero llegar a la otra isla del destierro del emperador, en 1814, se consigue en media hora en ferri. Para visitar Elba nos trasladaremos a Piombino (2), en una hora en tren desde Livorno o 70 kil¨®metros si vamos en coche por la autopista. Desde all¨ª podremos hacer la traves¨ªa por mar. El rastro de Napole¨®n lo encontramos en la isla en el Museo Nazionale delle Residenze Napoleoniche, en Villa dei Mulini, la casa, no precisamente austera, en la que pas¨® su exilio el corso megal¨®mano.
11.00 Paseo por el centro
El centro de Livorno tiene pulso de ciudad activa y con nervio, sobre todo en su Via Grande (3), que hace pensar por momentos en Mil¨¢n. Es ah¨ª donde se encuentran las tiendas de las principales firmas comerciales y por la que accedemos a la plaza de la Rep¨²blica (4), vasta, blanca, cegadora, con la imponente Fortezza Nuova (5) en el horizonte. Se recomienda mejor verla por fuera, ya que su interior presenta un aspecto m¨¢s bien desolado, no sin antes acercarse a su complementaria y vetusta Fortezza Vecchia (6), a cinco minutos andando.
![Interior del Mercato Centrale de Livorno.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/A7GTKYZP7MCKBPD2HYEBDPZANM.jpg?auth=25cbee41e52329afc86d98fa3ef0f476cf6997ed18285ea0a756baff5616e22b&width=414)
12.00 Los colores del mercado
A los mercados de abastos conviene ir con el gusanillo del apetito desperez¨¢ndose. Y con cafe¨ªna a¨²n en las venas para empaparse de ese festival de sensaciones que son estos abigarrados lugares. Si Livorno es tranquila, moderada y a ratos predecible, su Mercato Centrale (7) es un universo colorido en un edificio de aire neocl¨¢sico, con especial presencia de pescado en las naves interiores y m¨²ltiples puestos en el exterior que nos hacen pensar por un momento que nos encontramos en N¨¢poles. Cierra a las dos de la tarde.
13.00 Hora del ¡®cacciucco¡¯
Livorno va forjando su escurridiza personalidad con puntos fuertes como el de su cacciucco, plato tradicional de la zona para los muy marineros. Compuesto de distintos tipos de marisco, se sirve como plato ¨²nico, ya que su base de pan macerado en tomate le da una contundencia considerable. Uno de los mejores lugares para disfrutarlo es La Vecchia Ciurma (8) (Borgo dei Cappuccini, 26), donde lo sirven a la manera cl¨¢sica despu¨¦s de un meticuloso proceso de preparaci¨®n. Pulpo, mejillones, cigala, bejel, gambas, caz¨®n, pan y ajo. ?El secreto? Preparar un concentrado de tomate que se deja reposar durante cinco horas antes de verter los productos del mar por encima. ?Precio? Con vino (tinto de la casa), postre y digestivos (como el ponche a la livornesa), la cuenta no pasa de 30 euros por persona.
15.00 Un ba?o de italianidad
La web de los Bagni Pancaldi (9) ofrece el aspecto de un lugar sofisticado, como de anuncio de verm¨² gourmet. No es ese el encanto de estas piscinas y ba?os, sino el aroma tradicional, familiar, de toda la vida, de unas instalaciones en las que uno llega a sentirse incluso algo extra?o entre tanta italianidad. A principios del siglo XX estos ba?os eran frecuentados por las ¨¦lites locales, aunque sus or¨ªgenes se remontan a 1840. Uno se puede remojar en agua marina o en su piscina ol¨ªmpica, para despu¨¦s tomar el sol en su, eso s¨ª, duro y caliente hormig¨®n. El ocio del siglo XIX es lo que tiene. La entrada b¨¢sica cuesta 6 euros.
![La Fortezza Vecchia de Livorno.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TS3AP5RFRMWJ5NB365S6KLNGME.jpg?auth=4c5f31219d49d18e17a6ce55cb9c0ccadb7720fa67de9bb558d3a6e1d3f7a626&width=414)
17.00 Una casa-museo
Livorno no explota mucho la imagen de uno de sus hijos m¨¢s ilustres, Amedeo Modigliani. Quiz¨¢ porque el pintor desarroll¨® su carrera en Francia. No obstante, vivi¨® en Livorno los a?os claves de formaci¨®n hasta que cumpli¨® 22 y se fue en busca de nuevos horizontes. La visita a su casa museo (10), en una zona c¨¦ntrica, residencial, poblada entonces por jud¨ªos, permite conocer su intimidad, pero no tanto su obra, repartida por los museos m¨¢s prestigiosos del mundo. A pesar de ello, las fotograf¨ªas y la documentaci¨®n desplegada permiten conocer de cerca a este hombre talentoso que muri¨® antes de cumplir los 36 a?os.
19.00 Paseo Mascagni
En Italia el sol se acuesta antes, as¨ª que hay que aprovechar para no perderse el momento m¨¢gico del ocaso a lo largo del amplio paseo de la terraza Mascagni (11), con su caracter¨ªstico suelo de baldosas arlequinadas y su aristocr¨¢tica balaustrada. Nunca hubo un momento m¨¢s propicio para disfrutar de un helado italiano.
20.00 Cena junto a los canales
El boom de las venezuelas tambi¨¦n le toc¨® a Livorno, que se beneficia as¨ª de un barrio m¨¢s pintoresco y enrevesado que el resto de su plan urbano. A ratos recuerda a estampas portuguesas, con su olor a puerto y las gaviotas campando a sus anchas, pero sin duda la Peque?a Venecia (12) constituye uno de los atractivos de la ciudad. Perlada de locales m¨¢s sofisticados alrededor de los canales, en la Via Ancora (13) se encuentran restaurantes sin pretensiones pero acogedores donde disfrutar de pescado fresco a buenos precios o platos tan jugosos como los carbonara di mare, con frutos del mar y una salsa cremosa con perejil y otras especias.
Sin salir de este entramado de callejas y canales serpenteantes encontramos locales con buen ambiente para copear. A lo largo del Viale Caprera nos asaltan diversos pubs uno junto al otro. Como La Svolta (14), un local canalla, con m¨²sica rock impecablemente elegida, con c¨®cteles bien ricos para celebrar el Mediterr¨¢neo.
Eduardo Laporte es autor de La tabla (editorial Demipage).
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