10 pistas en el oto?o del Pirineo

Un recorrido por Huesca, partiendo de la capital, de 52.000 habitantes (con una visita imprescindible a Ultramarinos La Confianza, la preciosa tienda que lleva desde 1871 abierta al p¨²blico), en direcci¨®n al castillo de Loarre y otros enclaves interesantes.

1. De tapas por la capital

El buen tapeo es una costumbre muy arraigada en toda Huesca, y muy especialmente en la capital. A mediod¨ªa o antes de la cena conviene darse una vuelta por la zona de Los Cosos, por el Tubo o por algunos de los bares m¨¢s t¨ªpicos de la plaza de Navarra o la calle del Padre Huesca, y degustar unas migas, una sopa oscense, unas verduras o un bacalao ajoarriero, todo regado con buenos vinos del Somontano.

2. Los danzantes

Uno de los rituales m¨¢s antiguos del Alto Arag¨®n es la tradici¨®n del dance. Los dances de Huesca capital han evolucionado de forma diferente a los del medio rural. Al son de una gaita, los danzantes interpretan cinco bailes: el de espadas, el de palos viejos, el de palos nuevos, el de las cintas y el del degollau. Se les puede ver en la procesi¨®n de San Lorenzo, el 10 de agosto.

3. El valle de Ordesa

Es parque nacional espa?ol emblem¨¢tico, y el segundo m¨¢s antiguo. Ordesa ocupa 15.000 hect¨¢reas de valles excavados por el hielo; all¨ª donde la verticalidad de las paredes deja un hueco crecen tupidos bosques de haya y roble. Y en sus alturas, entre cimas de m¨¢s de 3.000 metros, se conservan alguno de los ¨²ltimos glaciares pirenaicos y varias cimas superiores a los 3.000 metros. Un ecosistema ¨²nico y un paisaje diferente a cualquier otro de la cordillera pirenaica. Aunque la entrada tradicional por Torla y el r¨ªo Arazas es la m¨¢s transitada, Ordesa es mucho m¨¢s que este sector. A?isclo, Escua¨ªn, Pineta o la sierra de las Cutas ofrecen tambi¨¦n al visitante magn¨ªficos escenarios naturales dentro del per¨ªmetro del parque, y mucho menos masificados.

4. A¨ªnsa

Si hubiera que elegir un pueblo con encanto y bien conservado entre los muchos que quedan en Huesca el premio se lo llevar¨ªa A¨ªnsa, la capital del Sobrarbe, uno de los tres condados que dieron origen al reino de Arag¨®n. Enclavada en un promontorio que domina la confluencia de los r¨ªos Ara y Cinca, A¨ªnsa vivi¨® momentos de esplendor hasta el siglo XVI explotando precisamente esa condici¨®n de eje natural de caminos pirenaicos. Pero poco a poco sus habitantes optaron por construir sus nuevas casas abajo, m¨¢s cerca de la nueva carretera, por lo que el casco antiguo, doblemente amurallado, qued¨® a salvo de modernizaciones y reformas urban¨ªsticas que hubieran malogrado lo que hoy se considera el entorno medieval mejor conservado del Pirineo.

5. La catedral

M¨¢ximo exponente de la arquitectura g¨®tica de la provincia, el primer templo oscense destaca sobre todo el barrio antiguo de la ciudad. Lo primero que llama la atenci¨®n es su portada, una delicada y escultural arquer¨ªa con 14 estatuas de ap¨®stoles y santos, entre ellos san Lorenzo, patr¨®n de la ciudad. Magistral es tambi¨¦n el retablo mayor, obra cumbre de la escultura renacentista aragonesa. La torre primitiva tuvo que ser demolida. En su lugar se levant¨® el campanario rematado por un cuerpo de campanas octogonal que ahora vemos. Enfrente queda el edificio del Ayuntamiento, un palacio del plateresco renacentista aragon¨¦s, fechado en 1577.

6. Deportes de aventura

Los amantes del aire libre tienen en Huesca muchas posibilidades: descenso de ca?ones en la sierra de Guara, aguas bravas en el r¨ªo Cinca, pirag¨¹ismo y rafting en el G¨¢llego, parapente y ultraligeros en Castej¨®n de Sos, vuelo sin motor en Monflorite, rutas a caballo en cualquiera de sus valles, escalada en los espectaculares Mallos de Riglos y senderismo en sus muchos senderos de peque?o y gran recorrido. Al llegar el invierno, la oferta se multiplica. El Pirineo de Huesca es un destino ideal para los amantes del esqu¨ª y las traves¨ªas invernales. Hay cinco grandes estaciones alpinas en la provincia, cada una con sus caracter¨ªsticas: Formigal, Candanch¨², Panticosa, Ast¨²n y Cerler. Y circuitos de esqu¨ª de fondo o n¨®rdico en Linza, Llanos del Hospital, La Paratac¨²a, Panticosa, Fanlo, Gabardito y Lizara.

7. Castillo de Loarre

Un castillo de pel¨ªcula. A cuatro kil¨®metros de la localidad hom¨®nima, en la comarca de La Hoya, se alza una espectacular fortaleza cuya ubicaci¨®n y excelente grado de conservaci¨®n la han convertido en escenario de muchos rodajes hist¨®ricos. Loarre naci¨® como posici¨®n defensiva cristiana frente a las tropas que ocupaban La Hoya. Pero como la frontera se desplaz¨® pronto hacia el sur, el castillo qued¨® al margen de grandes refriegas y asedios, por lo que ha llegado a nuestros d¨ªas casi intacto. Es dif¨ªcil no caer impresionado ante su soberbio porte, visible mucho antes de llegar por la carretera de acceso.

8. El Camino de Santiago

Las rutas jacobeas dejaron una profunda huella en Huesca. Los principales caminos medievales y rutas de peregrinaci¨®n del centro y sur de Europa conflu¨ªan en el Somport (el Summus Portus romano), un paso m¨ªtico de los Pirineos oscenses, surcado ya en tiempos de Roma por una calzada empedrada que un¨ªa Burdeos con Zaragoza. Es el segundo paso pirenaico en importancia del Camino, tras Roncesvalles. Desde all¨ª los peregrinos bajaban ¡ªy siguen bajando¡ª por el valle del r¨ªo Arag¨®n hasta Jaca, cuya catedral es una de las precursoras del rom¨¢nico espa?ol gracias a la influencia de la ruta compostelana. Valle abajo encontramos San Juan de la Pe?a, un lugar m¨¢gico al abrigo de una gran oquedad de la monta?a donde est¨¢n enterrados los primeros reyes de Arag¨®n.

9. Los vinos del Somontano

El Somontano es la gran zona vitivin¨ªcola del prepirineo aragon¨¦s. Los suelos calizos de las sierras exteriores del Pirineo central ofrecen unas condiciones excepcionales para el cultivo de la vid. Adem¨¢s, la comarca goza de una temperatura suave y una insolaci¨®n apropiada. El trabajo de bodegueros y en¨®logos logr¨® hace ya tiempo transformar una industria de caldos a granel en un referente en esa nueva forma de hacer vino y de entender la cultura relacionada con ¨¦l, pionera en Espa?a. Adem¨¢s de las dos cepas aut¨®ctonas de la comarca, moristel y parraleta, se cultiva tambi¨¦n uva tempranillo, cabernet-sauvignon, merlot, syrah y garnacha para la elaboraci¨®n de tintos, y macabeo, garnacha blanca, alca?¨®n y chardonnay para los blancos. En el Museo del Vino de Barbastro se puede ahondar m¨¢s en la historia y las caracter¨ªsticas de esta excelente zona vin¨ªcola que vive un momento de auge.

10. Roda de Is¨¢bena

Cuando se ascienden a pie o en coche los dos kil¨®metros largos de curvas y revueltas de la carretera que une Roda de Is¨¢bena con el resto del mundo, el viajero tiene la sensaci¨®n de acceder a un lugar especial. Y as¨ª lo confirma cuando una vez alcanzada la cumbre de esta atalaya casi circular que domina el valle del Is¨¢bena se le entrega de lleno toda la magia de un enclave panor¨¢mico, aislado y provocativo, que a¨²n hoy, mil a?os despu¨¦s de caer en el olvido, impresiona por su patrimonio arquitect¨®nico. El casco medieval de Roda de Is¨¢bena es un museo de arquitectura medieval, pero su hito sigue siendo la catedral, en la que canteros aragoneses y navarros lograron crear en el lejano a?o 957 un templo de proporciones basilicales en el que superpone una magn¨ªfica mezcla de estilos.