Una playa para cada mes del a?o
De A Coru?a a Tenerife, arenales muy apetecibles para no quitarse las chanclas en todo el a?o
?Qui¨¦n ha dicho que la arena es solo para el verano? En oto?o esperan las c¨¢lidas aguas de Menorca y las olas en Asturias; en invierno, las arenas canarias, ya sean negras o tostadas, y en primavera, el litoral mediterr¨¢neo. De A Coru?a a Tenerife, una docena de enclaves para ponerse las chanclas todo el a?o y no caer en la nostalgia playera.
Enero, encuentro con gigantes
Los Gu¨ªos, Santiago del Teide (Tenerife)
Uno de los selfies impactantes de Tenerife se consigue desde esta caleta unida al puerto deportivo de Los Gigantes. As¨ª se denomina esta cadena acantilada del parque rural de Teno, que escudri?aremos mejor a bordo de las embarcaciones especializadas en avistamiento de cet¨¢ceos. La playa de Los Gu¨ªos ¡ªo de Argel¡ª la forman 70 metros de arena negra (existe un plan para ampliarla, adem¨¢s de reforzar los taludes). En ella ondea la bandera azul. Si no se encuentra aparcamiento, la alternativa es el parquin El Mirador (La Hondura). A un kil¨®metro se sit¨²a el restaurante del ¨²nico chef canario con estrella Michelin, Juan Carlos Padr¨®n.
Febrero, pedaleando la costa
La Reneg¨¤, Oropesa del Mar (Castell¨®n)
La v¨ªa verde entre Oropesa del Mar y Benic¨¤ssim transcurre a lo largo de seis kil¨®metros del antiguo tendido ferroviario (con un desnivel de 70 metros). Su bello entorno, en parte acantilado, sorprende por la ausencia de ruidos; y realizarlo en bicicletas de Ecokmbikes est¨¢ indicado para toda la familia.
Tras el largo t¨²nel y la torre almenara de La Corda podremos hacer un alto en las caletas rocosas y virginales de La Reneg¨¤. Los naturistas encontrar¨¢n una minicaleta de gravilla junto a las mansiones de Platgetes de Bellver. Finalmente nos podremos avituallar en la cafeter¨ªa del hotel Voramar, historia viva del turismo levantino.
Marzo, otra vez de vacaciones
Barraca Quemada, San Pedro del Pinatar (Murcia)
Ocupa el sector central de la playa de La Llana, en la que deja su sello el parque regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. Basta con dejar el coche en el aparcamiento del puerto y caminar 1,3 kil¨®metros, primero por el sector de Las Salinas ¡ªhu¨¦rfano de arena¡ª, llegando despu¨¦s a Barraca Quemada, reconocible por su media docena de palmeras. Playa virgen, aunque no naturista, donde solazarse viendo aves (y aviones); de ba?o seguro gracias a la barra rocosa alineada a 50 metros de la orilla. Detr¨¢s quedan las charcas salineras. El restaurante Mardesal despliega un gusto por el caldero murciano.
Abril, con dotes naturales
Cala de los Amarillos, N¨ªjar (Almer¨ªa)
Del aparcamiento de la ensenada de los Genoveses ¡ªel gran playazo del Cabo de Gata¡ª, seguimos a pie 1,2 kil¨®metros hasta alcanzar la fachada a mar abierto del morr¨®n de los Genoveses. El entorno acantilado en el que se enmarca la cala no hace sino acrecentar su atractivo; y como 20 personas son multitud en ella, lo mejor es visitarla fuera de temporada. Sus aguas se benefician de la cercan¨ªa de la reserva marina integral del Morr¨®n de los Genoveses. Est¨¢ expuesta a las corrientes y la acolcha arena cenicienta, salvo que alg¨²n temporal nos la haya arrebatado. Transitar solamente por caminos habilitados.
Mayo, Mallorca playera
Es Dol?, Ses Salines (Mallorca)
El sur mallorqu¨ªn tiene en Es Dol? una de sus playas m¨¢s sostenibles en la isla, adem¨¢s de por la certificaci¨®n EMAS, por su chiringuito, con alquiler de kayak, catamaranes y p¨¢del surf, y sus croquetas de marisco o pollo. Desde la playa portuaria de Col¨°nia de Sant Jordi se camina 400 metros hasta Es Dol?, concha que es mejor recorrer hasta alcanzar el extremo opuesto (otros 400 metros), donde se sit¨²a una caseta de pescadores. En este punto se disfruta a solas de esta cala cuya arena de cal seduce en la misma medida que los fondos marinos. Los islotes favorecen el efecto piscina. Tambi¨¦n resulta interesante incluir en la jornada una visita al Centro de Interpretaci¨®n de Cabrera.
Junio, San Juan y sus hogueras
Playa de San Juan, Alicante
Los arenales levantinos arden en la noche m¨¢gica de San Juan (del 23 al 24 de junio), ¨²nica en la que se permite el encendido de hogueras simbolizando el comienzo del verano. Les Fogueres de Sant Joan, fiesta mayor de Alicante, incluyen esta celebraci¨®n playera con tracas y hogueras, sobre las cuales los grupos de amigos cenan y saltan, y hasta escriben deseos. La de San Juan es la playa que m¨¢s servicios ofrece de la capital, contando adem¨¢s con el sector naturista del cabo de la Huerta. A medianoche llega el ritual del ba?o purificador, saltando las olas en n¨²mero que nadie se pone de acuerdo.
Julio, balneario ¡®indie¡¯
La Barrosa, O Grove (Pontevedra)
La pasarela de San Vicente do Mar enlaza un reguero de calas en el que La Barrosa es la ¨²ltima entre las urbanizadas. Recogida. Orientada a los amaneceres. A 10 minutos a pie del para¨ªso arenoso de Abelleiro. Miguel de la Cierva gestiona desde hace 25 a?os la terraza-bar El N¨¢utico. Es el alma de la playa, m¨¢s si tenemos en cuenta que se encarga del buceo y el kayak de mar, y est¨¢ en v¨ªas de enriquecer el paisaje con dornas, esas vistosas embarcaciones arosanas. A la traza indie de su galp¨®n de conciertos se a?ade el estudio de grabaci¨®n y la muy factible presencia de El Gran Wyoming, Coque Malla o Iv¨¢n Ferreiro.
Agosto, mar azul y monte verde
Eir¨®n, Ortigueira (A Coru?a)
Clorof¨ªlica, deslindada por promontorios rocosos, Eir¨®n es objeto de deseo durante las aglomeraciones estivales. De la playa de San Ant¨®n, en Porto de Espasante, se pasa en marea baja doblando la pe?a de la Novia; en marea alta, mejor desplazarse con el coche hasta la cala de Bimbieiro (C¨¦ltigos). Eir¨®n la forman dos calas separadas por un saliente rocoso y ambas son ideales para disfrutar apoyando la mirada en el cabo Ortegal y desconfiando de las corrientes. Contar con el hotel Viento del Norte y el restaurante Planeta.
Septiembre, bot¨¢nico y arena
Sant Francesc, Blanes (Girona)
Cala pintiparada para el veranillo de San Miguel, una vez recorrido el estupendo Jard¨ªn Bot¨¢nico Marimurtra. Por m¨¢s que luzca urbanizada, Sant Francesc consigue sintetizar las se?as de identidad de la Costa Brava: sombras de pinos, ancho alfanje de arena, rumor de olas sobre los escollos y un farall¨®n puntiagudo, S¡¯Agulla, erigido en icono. Los desayunos contundentes y las paellas del restaurante Cala Bona hacen el resto.
Octubre, surferos de oto?o
Santa Marina, Ribadesella (Asturias)
A fuer de sus tres escuelas y sus dos albergues, pocos asocian a Ribadesella con el universo surfista. Nano Rodr¨ªguez, propietario de la escuela Waikiki, usufruct¨²a Santa Marina desde 1971. ¡°En su fondo arenoso se desarrollan tres rompientes: La Rosca, acunada por la desembocadura del Sella; el Centro, que recibe las olas de mayor envergadura, y El Coco, con picos buenos los d¨ªas con mucho mar¡±. Su condici¨®n resguardada de los vientos se explicita en la ausencia de windsurfistas. Aparte de la oferta hotelera es recomendable acudir a la cafeter¨ªa Neri¨¢n.
Noviembre, para¨ªso solo para m¨ª
En Turqueta, Ciudadela (Menorca)
A la que re¨²ne todos los elementos para ser considerada una de las calas m¨¢s codiciadas de Europa, siempre es buena idea pisarla en temporada baja, cuando el aparcamiento da cabida a todos. Los 850 metros hasta la playa nos anticipan lo mejor del Migjorn (sur) menorquino, desde naturaleza virgen en la costa y varios kil¨®metros hacia el interior hasta arena coruscante frente a la serenidad transparente de las aguas. Su temperatura en noviembre ¡ªentre 18 y 20 grados¡ª alcanza registros m¨¢s elevados que la temperatura ambiental: inversi¨®n t¨¦rmica que aconseja m¨¢s ba?arse que tomar el sol. La recogida de posidonia finaliza en octubre.
Diciembre, no todo es Maspalomas
Monta?a de Arena, San Bartolom¨¦ de Tirajana (Gran Canaria)
He aqu¨ª una joyita, porque encierra hallazgo natural, cantiles, algo de aventura por su acceso a pie, cultivando el tipo bohemio. Cerca de Maspalomas, en la playa de Carpinteras, se deja el coche y se sigue a pie hasta entrar por el lateral costero de Monta?a Arena, su nombre popular. Guarecida del viento y de las corrientes, aunque angosta en pleamar, este rinc¨®n, en parte de raigambre naturista, es un universo de aguas limpias y arenas grises que remontan el risco. Sin urbanizaciones. Sin aglomeraciones.
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