10 ciudades sorprendentes para una escapada ¡®low cost¡¯ europea
De Nantes, la ciudad de Julio Verne, a Graz, en Austria, urbes secundarias pero repletas de posibilidades
No son grandes capitales, pero s¨ª igualmente atractivas. A la sombra de los grandes destinos urbanos europeos, hay decenas de peque?as (y no tan peque?as) ciudades secundarias que, sin embargo, resultan perfectas y sumamente interesantes para una escapada de dos o tres d¨ªas.
El bajo coste nos ha permitido descubrir ciudades a las que nunca nos habr¨ªamos planteado viajar como destino exclusivo. Algunas son referencias gastron¨®micas, otras peque?as joyas de la arquitectura y el arte. Muchas son ciudades universitarias puestas en el mapa gracias al programa Erasmus y los vuelos low cost, pero todas son ciudades de primera. Diez sorpresas europeas que hay que descubrir.
1 El mundo de Julio Verne
Nantes (Francia)
Para algunos esta ciudad francesa de la costa atl¨¢ntica sirve de parada camino de Breta?a. Para otros, es una extensi¨®n de la burguesa Burdeos. Pero Nantes, a orillas del Loira, merece una visita por s¨ª misma: innovadora y vital, art¨ªstica y creativa, se ha reinventado una y otra vez a lo largo de su historia. Por algo es la ciudad de Julio Verne, su vecino m¨¢s ilustre.
Nantes ha destacado siempre por su car¨¢cter innovador: en el siglo XVIII fue el principal puerto de Francia; en el XIX un gran centro industrial, centrado sobre todo en los astilleros y la construcci¨®n naval, y en el siglo XX Nantes se convirti¨® en un gran centro universitario y cultural. Su punto fuerte son los museos, entre los que destacan el museo de Julio Verne, un lugar m¨¢gico con vistas al r¨ªo, presentaciones interactivas que nos hablan de sus obras y primeras ediciones de manuscritos y libros. La segunda gran atracci¨®n es Les Machines de l¡¯?le, estrafalario taller con artefactos mec¨¢nicos expuestos en frondosos invernaderos, donde lo mismo podemos volar en garzas gigantes como pasearnos como un maharaj¨¢ sobre un elefante mec¨¢nico.
Hay que dejar tiempo en nuestra escapada para visitar el Jard¨ªn de Plantes, uno de los bot¨¢nicos m¨¢s interesantes de Francia, as¨ª como para el Castillo de los Duques de Breta?a, con 32 luminosas estancias llenas de exposiciones multimedia sobre la historia de la ciudad.
2 La capital (no oficial) de los fiordos
Bergen (Noruega)
Bergen es, probablemente, la mejor ciudad de Noruega para captar la esencia del pa¨ªs si disponemos de pocos d¨ªas. Se encuentra entre las ciudades m¨¢s bellas del mundo ¨Ces patrimonio mundial¨C y para dar fe de ello basta con asomarse a sus calles de casitas de madera encalada que trepan por las colinas desde el puerto. Adem¨¢s, Bergen es el punto de partida para explorar el fiordo de Hardangerfjord, con sus preciosas aldeas costeras, o el amplio entramado del Sognefjorden, uno de los fiordos m¨¢s famosos del pa¨ªs.
Rodeada por siete colinas y siete fiordos, Bergen tiene una vida cultural bastante din¨¢mica para su reducido tama?o. Aunque las excursiones precisan tiempo, conviene reservar unas horas para pasear por los barrios hist¨®ricos, subir al funicular de Floibanen y, sobre todo, disfrutar del centro hist¨®rico. Bryggen, el barrio m¨¢s antiguo, es un lugar encantador con casas de piedra y madera en torno al puerto de Vagen. Sus callejas son refugio de artistas y artesanos, tiendas de bisuter¨ªa y boutiques, pero el ambiente de comunidad ribere?a cerrada sigue intacto. Merece la pena perderse por aqu¨ª.
Los centros art¨ªsticos de Bergen, todos llamados Kode (Koke1, 2, 3 y 4; kodebergen.no), son cuatro edificios de arquitectura ¨²nica a lo largo del lago Lille Lungegard que albergan una de las colecciones de arte y dise?o m¨¢s grandes de Escandinavia, adem¨¢s de los mejores bares y restaurantes de la ciudad. Munch anda entre estas paredes, pero hay otros muchos autores. El otro hijo ilustre noruego, el compositor Edvard Grieg, tambi¨¦n tiene su museo en una preciosa casa de madera de estilo suizo donde pasaba los veranos.
3 La peque?a Cracovia
Wroclaw (Polonia)
Polonia, un pa¨ªs con grandes sorpresas, incluye ciudades secundarias tan interesantes para descubrir como Wroclaw, en la regi¨®n de Silesia, una peque?a Cracovia con encantadores reclamos culturales y personalidad propia. Resulta especialmente original por su mezcla arquitect¨®nica y cultural, con influencias bohemias, austriacas y prusianas, como se puede ver en su magn¨ªfica plaza del Mercado.
Wroclaw tiene 12 islas, 130 puentes y parques en las orillas del r¨ªo ?der, todo presidido por la isla de la catedral, una gran iglesia g¨®tica en perfecto estado de conservaci¨®n. Pero Wroclaw, adem¨¢s de bella, es la cuarta ciudad m¨¢s grande del pa¨ªs y uno de sus principales centros educativos y culturales, con teatros, festivales importantes y muchos estudiantes, que explican su animada vida nocturna. La universidad se remonta al siglo XVIII y sus principales edificios conservan el estilo rococ¨® de su primera ¨¦poca.
No pensemos en una ciudad peque?a: el casco antiguo es tan extenso que se necesitar¨ªan varias semanas para conocerlo, pero podemos comenzar por la plaza mayor y las calles circundantes: nos sorprender¨¢n lugares como el antiguo ayuntamiento medieval, iglesias g¨®ticas como las de Santa Mar¨ªa Magdalena o Santa Isabel, y la joya m¨¢s preciada de Wroclaw: el Panorama de Ractawice, una monumental pintura de una batalla por la independencia nacional que tuvo lugar entre polacos y rusos en 1794.
4 La otra capital griega
Sal¨®nica
Los turistas que recorren Grecia tienen tantas joyas cl¨¢sicas en las que detenerse, que a veces olvidan esta ciudad, la m¨¢s moderna y activa del norte del pa¨ªs, que ofrece la mejor oferta gastron¨®mica, cultura, comercial y de ocio despu¨¦s de Atenas. Uno de sus s¨ªmbolos, la Torre Blanca, preside un paseo mar¨ªtimo lleno de caf¨¦s, antiguos hammams turcos ¨Cmuchos reconvertidos en galer¨ªas de arte¨C y unas murallas bizantinas que culminan en Ano Poli (el barrio alto), con sus viejas casas de colores y peque?as iglesias bizantinas escondidas en callejones.
Creada por Filipo, el padre de Alejandro Magno, Sal¨®nica es hoy una ciudad universitaria y miles de estudiantes llenan de vida sus caf¨¦s y bares. Para una escapada de fin de semana es perfecta, incluyendo una visita al Museo Arqueol¨®gico, sus iglesias bizantinas, o un paseo por el antiguo barrio jud¨ªo, en el que solo quedan algunos s¨ªmbolos del que fue uno de los centros hebreos m¨¢s importantes del sureste europeo.
La cultura turca se hace patente por toda la ciudad. Por ejemplo, en sus deliciosos dulces, absolutamente pecaminosos, que podremos probar en cualquiera de sus zaharoplasteia (pasteler¨ªas), especialmente en algunas las m¨¢s famosas, en el centro, como Kokkinos Fournos, Hatzis, Agapitos o Trigona Elenidis, esta ¨²ltima especializada (exclusivamente) en unos crujientes cucuruchos de crema que son legendarios. Sal¨®nica es tambi¨¦n el principal centro de comunicaciones del norte, y por tanto perfecta para planificar desde all¨ª escapadas a los pa¨ªses vecinos.
5 Relajada y verde
Graz
La segunda ciudad de Austria es un destino tentador, repleto de frondosas zonas verdes, un mar de tejados rojos y un estrecho pero potente r¨ªo que atraviesa el centro. El emblema de Graz es la preciosa colina conectada con el centro mediante escaleras, un funicular y un ascensor de cristal. Desde el punto de vista arquitect¨®nico, recuerda a la cercana Italia, con sus patios renacentistas y palacios barrocos, pero tambi¨¦n tiene un aire juvenil gracias a una serie de edificios innovadores, su din¨¢mico panorama art¨ªstico, una fant¨¢stica vida nocturna y sobre todo, a su gran comunidad universitaria (m¨¢s de 50.000 alumnos de cuatro universidades), que deja huella particularmente en el barrio de Lend o en las orillas del r¨ªo Mur.
Entre las visitas t¨ªpicas est¨¢n tenemos sus iglesias barrocas y g¨®ticas (Domkirche o Stadpfarrikreche), que conviven con espacios de arte contempor¨¢neo como el atractivo Atelier Jungwirth, especializado en fotograf¨ªa, o como la Neue Galeria, el principal de los tres museos que integran el complejo de Joanneumsviertel. Pero la instituci¨®n de arte m¨¢s vanguardista es la K¨¹nstlerhaus Graz, un impresionante ejemplo de arquitectura moderna de los a?os 50, que acoge performances, v¨ªdeos e instalaciones de lo m¨¢s novedoso.
Igual de rompedor y disruptivo con la imagen cl¨¢sica de la ciudad es el Kunsthaus Graz, dise?ado por dos arquitectos brit¨¢nicos (Cook y Fournier) y al que se conoce como el alien¨ªgena amigo: una biomasa amorfa recubierta de una capa fotovoltaica que destaca en medio del cl¨¢sico entorno hist¨®rico de Graz.
6 Creatividad rebosante
Gotemburgo
Estrella del suroeste de Suecia, regi¨®n famosa por sus playas de arena con bandera azul y el mejor windsurf pa¨ªs, Gotemburgo es una ciudad afable, con gancho por s¨ª sola y comparativamente mucho m¨¢s barata que la capital, Estocolmo. Los tranv¨ªas a¨²n recorren sus calles, flanqueadas por bellos edificios y caf¨¦s tradicionales de aire bohemio y entre sus reclamos se encuentra la estrella de los parques de atracciones de Escandinavia: Liseberg. El centro de compras es la ?stra hamngatan, que cruza uno de los pocos canales del siglo XVII que conserva Gotemburgo y atraviesa el verde Kungsparken. Al oeste, los distritos de Vasatan, Haga y Linn¨¦ rebosan creatividad. Los dise?adores m¨¢s modernos crean aqu¨ª sus tejidos de comercio justo, los artistas colaboran sentados a la mesa del caf¨¦ y los artistas callejeros maquillan fachadas olvidadas. Quiz¨¢ en Estocolmo todo sea m¨¢s grande, pero de aqu¨ª proceden algunos de los mejores talentos y proyectos art¨ªsticos del pa¨ªs.
Uno de los m¨¢s rompedores es el Roda Sten, una central el¨¦ctrica abandonada y cubierta de grafitis que ahora acoge exposiciones temporales de vanguardia, un caf¨¦ indie con mesas junto al r¨ªo, m¨²sica en directo y bailes nocturnos. Igualmente vanguardista es el peque?o centro de Kvarnbyn, distrito ubicado a ocho kil¨®metros al sur de Gotemburgo, que ha atra¨ªdo a arquitectos, dise?adores y artistas (aqu¨ª evitan los alquileres altos). Un paisaje de r¨¢pidos, molinos y f¨¢bricas hist¨®ricas que se ha transformado en un din¨¢mico centro cultural, con museos como el Moindals, instalado en una antigua comisar¨ªa de polic¨ªa con toda clase de recuerdos locales, pero tambi¨¦n con contrapuntos tan cl¨¢sicos como el Konsmuseet, la mayor colecci¨®n de arte de la ciudad, con obras de pintores franceses, impresionistas y maestros escandinavos.
Gotemburgo es tambi¨¦n vanguardia dentro del Slow food sueco, tiene cinco restaurantes con estrellas Michel¨ªn y muchos locales con carta completamente ecol¨®gica y cocina de proximidad, como el Wasa All¨¦, una instituci¨®n en Suecia. Si brilla el sol, se puede tomar un barco y disfrutar de una traves¨ªa por el G?ta ?lv (el r¨ªo G?ta), o visitar el Maritiman, el mayor museo mar¨ªtimo flotante del mundo, con 20 embarcaciones hist¨®ricas.
7 Renacentismo a lo grande
Dresde
La estampa cl¨¢sica y casi perfecta de Dresde que se contempla desde la orilla septentrional del Elba, con sus agujas, torres y c¨²pulas de palacios e iglesias, no hacen sospechar que todo es aqu¨ª es nuevo. S¨ª, nuevo (y antiguo a la vez). Dos d¨ªas de bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial arrasaron la ciudad por completo en 1945, aunque los tesoros que conten¨ªan se pusieron a recaudo antes y hoy se exhiben en los reconstruidos museos de la ciudad.
El auge de la capital sajona fue anterior, en el siglo XVIII, cuando se construyeron los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos, como el Zwinger. Los puntos de inter¨¦s se agrupan en la ciudad vieja (la Altstadt, orilla sur del Elba), como Frauenkirche y su c¨²pula, uno de los s¨ªmbolos de la ciudad y que acoge espacios para conciertos de lo m¨¢s interesante. Tambi¨¦n est¨¢ en el centro la Residenzschloss, un extraordinario palacio renacentista que sirvi¨® de residencia a los gobernantes de Sajonia, repleto de objetos preciosos y ricas colecciones de arte. El boato real se ve tambi¨¦n en el palacio de Zwinger, del siglo XVIII, y entre la multitud de museos y salas de exposiciones de la ciudad hay uno dedicado a la famosa porcelana de Dresde, el oro blanco.
El contrapunto lo pone el circuito de arte urbano de la Neustadt, que relaja despu¨¦s de tanta belleza cl¨¢sica. Hay diferentes muros cubiertos por grafitis y galer¨ªas de arte alternativo.
8 El discreto encanto del Renacimiento
Ferrara
Venecia parece eclipsar otras ciudades secundarias del norte de Italia, pero Ferrara cuenta con cierta ventaja respecto a otras ¨Cla estudiantil Bolonia, la gastron¨®mica M¨®dena, la art¨ªstica Padua¨C para invitarnos a visitarla: es un aut¨¦ntico peso pesado del arte renacentista, llena de palacios colosales y protegida todav¨ªa por su muralla medieval.
Otro punto a favor es que Ferrara pasa casi inadvertida y encontraremos en ella un relativo remanso de paz. En otro tiempo fue el feudo del poderoso clan de los Este, que rivalizaban con los M¨¦dicis florentinos. De ellos fue el enorme castillo con foso que encontraremos en pleno centro de la ciudad, y a ellos se deben tambi¨¦n muchos de los palacios renacentistas, hoy convertidos en museos. Y todo arropado por un laber¨ªntico casco antiguo y un gueto jud¨ªo que son una delicia para pasear. El palacio del Diamanti y el castillo de los Este; la catedral medieval del siglo XII, en blanco y rosa; los palazzos de Schifanoia y Massari, consagrado a la obra renacentista de Giovani Boldini¡
La ciudad da para una escapada y mucho m¨¢s, especialmente si viajamos el ¨²ltimo domingo de mayo, cuando se traslada a la Edad Media con la celebraci¨®n del Palio, la espectacular carrera de caballos que se celebra desde 1259 (es el m¨¢s antiguo de Italia). En Ferrara encontramos tambi¨¦n una de las pensiones m¨¢s longevas del pa¨ªs, Locanda Borgonuovo, y la oster¨ªa m¨¢s antigua del mundo seg¨²n el Libro Guiness de los r¨¦cords, que ya funcionaba a pleno rendimiento en 1435: Al Brindisi.
9 Orgulloso pasado industrial
Glasgow (Reino Unido)
Carece de la belleza cl¨¢sica de Edimburgo, pero Glasgow compensa con su enorme hospitalidad y, sobre todo, con su transformaci¨®n contempor¨¢nea, que en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas la ha convertido en una atractiva ciudad provocadora y llena de cosas para descubrir. Es la mayor ciudad de Escocia y no puede esconder su pasado de ciudad industrial, palpable en sus serios edificios victorianos. Pero hay que traspasar sus puertas para encontrar dentro bares estilosos, restaurantes estupendos y una de las mejores ofertas de m¨²sica en directo de Reino Unido.
Podremos disfrutar tambi¨¦n de las originales obras de Charles Rennie Mackintosh, se?a de identidad en una ciudad que presume de ra¨ªces obreras y de su legado industrial, cuyos inusuales dise?os lineales y geom¨¦tricos ha configurado la urbe y cuya distintiva y estilizada tipograf¨ªa art nouveau aparece por todas partes. Destaca en esta ruta Mackintosh la Glasgow School of Arts, a la que ahora se ha unido, justo enfrente, la espectacular School of Design, verde y glaciar, en osada combinaci¨®n. Tambi¨¦n del famoso artista de Glasgow es The Lighthouse, que sirvi¨® de vanguardista sede al peri¨®dico Glasgow Herald a principios del siglo XIX, y que hoy acoge el Centro de Arquitectura y Dise?o de Escocia, con exposiciones muy interesantes. Obras punteras son tambi¨¦n la Hill House, la iglesia de Mackintosh, la Mackintosh House o la House for an Art Lover. Tal vez lo m¨¢s pr¨¢ctico sea apuntarse a alguno de los itinerarios que organiza la Charles Rennie Mackintosh Society y comprar el bono Mackintosh Trail (10 libras) que se vende en la oficina de turismo o en cualquier edificio Mackintosh.
Conviene no pasar por alto que Glasgow es el mejor destino de Escocia para comer, cuya meca culinaria es el West End, seguido de la zona de Merchant City, donde proliferan restaurantes interesantes. Una referencia cl¨¢sica para descubrir los productos de la cocina escocesa es Ubiquitous Chip, o apostar por la mejor cocina de pub de toda Gran Breta?a, acompa?ada de buena m¨²sica en directo.
10 La puerta del mundo
Hamburgo (Alemania)
Quiz¨¢ suena exagerado, pero Hamburgo es conocida realmente como la puerta del mundo. No en vano, cuenta con el mayor puerto de Alemania. Activa, din¨¢mica y entregada en cuerpo y alma al comercio desde la Edad Media, es adem¨¢s una de las ciudades m¨¢s ricas del pa¨ªs. Este El esp¨ªritu mar¨ªtimo empapa toda la ciudad, desde los edificios hasta los sonidos, con los gritos de las gaviotas pasando por encima, hasta el ambiente portuario en su barrio rojo o en su mercado de pescado.
Hamburgo siempre ha estado a la vanguardia de la m¨²sica ¨Caqu¨ª dieron sus primeros pasos los Beatles, aunque ahora reine la electr¨®nica¨C y sus museos y tiendas invitan a quedarse varios d¨ªas. El centro de todo est¨¢ en el Altstadt, el casco antiguo y epicentro de la vida moderna, reconstruido casi ¨ªntegramente tras la Segunda Guerra Mundial. Eso s¨ª, manteniendo su tradici¨®n comercial. Uno de los edificios m¨¢s bonitos es la Chilehaus, de 1924 y color caf¨¦, que evoca a un trasatl¨¢ntico en Kontorhaus y fue dise?ado para un comerciante cuya riqueza proven¨ªa de Chile. Es un ejemplo de la arquitectura expresionista alemana y fue uno de los primeros complejos de oficinas de Europa.
Pero hay cuatro razones para visitar Hamburgo. Sus museos como el Hamburguer Kuntshalle. Reeperbahn, el Barrio Rojo, en St. Pauli, no tan descarado como el de ?msterdam pero interesante para callejear entre sus bares, caf¨¦s y espect¨¢culos (m¨¢s o menos subidos de tono). El Mercado de Pescado, tambi¨¦n en St. Pauli, excusa ideal para no salir (o no dormir) la noche del s¨¢bado, pues se celebra cada domingo al despuntar el d¨ªa (unos 70.000 hamburgueses y turistas acuden para visitar la lonja de pescado, entre escandalosos vendedores pregonando su mercanc¨ªa y bandas de m¨²sica en directo). Y, por ¨²ltimo, realizar una traves¨ªa en ferri por el r¨ªo a precio de transporte p¨²blico, concretamente, la ruta del ferri 62.
M¨¢s informaci¨®n en www.lonelyplanet.es
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