Selva, caf¨¦ y guacamayos, la Costa Rica que inspir¨® al dise?ador Juan Duyos
De San Jos¨¦ y sus edificios brutalistas a la alucinante naturaleza del pa¨ªs centroamericano y su infinita gama de verdes
Es la primera vez que un viaje me impresiona tanto que he sentido la necesidad de plasmarlo todo en una colecci¨®n de moda. Olores, sabores, colores, texturas y sensaciones me inundaron en mi reciente visita a Costa Rica. Pura vida es el lema vital de este fascinante destino. Y lo he robado para titular mi ¨²ltima presentaci¨®n, que ser¨¢ el 8 de julio en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Una referencia en el mundo de la moda para este pa¨ªs que no tiene ej¨¦rcito y concentra el 5% de la biodiversidad mundial, emblema de la sostenibilidad y el ecoturismo.
La arquitectura de San Jos¨¦
Mires al punto cardinal que mires, al fondo de las calles de San Jos¨¦ asoma la naturaleza, con las selvas reclamando que vayas corriendo a visitarlas. Pero antes hay que descubrir los peculiares encantos de la capital de Costa Rica: el imponente Teatro Nacional, epicentro cultural; el Museo del Jade, con impresionantes joyas precolombinas, o el laber¨ªntico Mercado Central de San Jos¨¦, un delirio para los sentidos plagado de puestitos para comer, tiendas de santer¨ªa y remedios curativos. En los ¨²ltimos a?os, los atractivos de la ciudad se han visto incrementados gracias a los restaurantes, caf¨¦s y tiendas de los barrios de moda: Escalante, con su vida universitaria, y Am¨®n, con sus casas pintadas de estilo victoriano.
Pero lo que realmente me impact¨® fue el inesperado magnetismo de su paisaje urbano. San Jos¨¦ est¨¢ salpicado por alucinantes edificios brutalistas construidos en las d¨¦cadas de 1980 y 1990. Moles de cemento, acero y vidrio como la Caja Costarricense de Seguro Social o la torre Jenaro Valverde. En la colecci¨®n para el verano 2020 este choque se traduce en patrones arquitect¨®nicos, sencillos, contundentes y siluetas longil¨ªneas en contraste con otras m¨¢s pesadas y voluminosas.
Cafetales en el valle de Orosi
Costa Rica es conocida por tener uno de los caf¨¦s m¨¢s apreciados del mundo. El secreto est¨¢ en seguir cultiv¨¢ndolo con ese mimo y saber artesanal que impregna casi todo en el pa¨ªs. El valle de Orosi, en la provincia de Cartago ¡ªa menos de una hora de San Jos¨¦ por carretera¡ª, guarda estas esencias. El 100% del caf¨¦ que se cultiva aqu¨ª es de la especie ar¨¢bica, la ¨²nica permitida en el pa¨ªs desde 1989 para mantener el sello de calidad superior. Sus colores inspiran toda la colecci¨®n: desde el verde de la rama hasta los dorados tostados con los que llegan a nuestras manos los granos de caf¨¦.
Aparte de las incre¨ªbles panor¨¢micas de los cafetales y de que aqu¨ª viven muchas de las 50 especies de colibr¨ªes que habitan Costa Rica, el otro gran atractivo de la zona son sus aguas termales, que alcanzan los 40 grados y se disfrutan en piscinas naturales p¨²blicas o en haciendas privadas. Un ba?o de sensaciones, entre colores y vistas deslumbrantes. Inspiraci¨®n m¨¢gica.
Arenal, la fiera durmiente
La silueta del volc¨¢n Arenal preside las llanuras del norte como una de las m¨¢ximas atracciones tur¨ªsticas del pa¨ªs. Su presencia impone, y la naturaleza que lo rodea supone una sacudida para los sentidos. Tuve la suerte de visitar el cercano parque Mistico al caer la tarde, cuando sus vertiginosos puentes colgantes en pleno bosque tropical estaban despoblados de visitantes. Mis ¨²nicas compa?¨ªas: serpientes, mantis, ara?as y un mont¨®n de fascinantes amigos salvajes tan tranquilos en su propio h¨¢bitat. Una experiencia irrepetible que se vio redoblada al d¨ªa siguiente en el parque nacional a las faldas del volc¨¢n, caminando en silencio para no espantar una fauna que va desde monos aulladores y osos perezosos hasta coat¨ªes y jaguares. Llegando a una gigantesca ceiba de 500 a?os y 60 metros de altura, la naturaleza parece de ciencia-ficci¨®n. Aunque resulte casi imposible, he querido plasmar la infinita gama de verdes de esta selva en los tejidos de la colecci¨®n, desde un tul bordado hasta texturas de hojas en relieve realizadas de manera artesanal.
Vuelo hacia el Pac¨ªfico
La rotundidad de la geograf¨ªa del noroeste de Costa Rica se aprecia muy bien desde el aire. El trayecto en avioneta de La Fortuna a las aguas del Pac¨ªfico que ba?an la pen¨ªnsula de Nicoya es un despliegue alucinante de formas, colores y texturas. El reto: traducir esos paisajes en unos tejidos bordados artesanalmente con pedrer¨ªa y paillettes que recuerdan los verdes, aguamarinas y azules del oc¨¦ano en contraste con los tupidos tonos tierra, selva y bosque quebrados por r¨ªos color chocolate de Guanacaste. En esta provincia se encuentran algunas de las mejores playas y parques nacionales, como el de Palo Verde, donde habitan los chorotegas, una de las pocas tribus ind¨ªgenas precolombinas que perviven en Costa Rica y subsisten gracias a la tradici¨®n de su cer¨¢mica artesanal.
Punta Islita
En la localidad costera de Punta Islita me inspir¨® mucho la visita al centro de recuperaci¨®n de guacamayos del proyecto Ara Macaw. En los ¨²ltimos a?os su presencia en los bosques tropicales se ha reducido mucho. Bi¨®logos voluntarios de todo el mundo trabajan en este centro para juntar parejas (son mon¨®gamos de por vida) y ense?ar a las cr¨ªas a readaptarse al terreno natural. Los vuelos de estas majestuosas aves han inspirado unos tejidos que recuerdan a su plumaje por la textura y sus explosivas combinaciones de colores verdes, rojos y azules. Otra de esas maravillosas visiones solo posibles en Costa Rica. Pura vida.
Juan Duyos es dise?ador.
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