El Calipso, m¨²sica y buen rollo sin postureo en Sagunto
El chiringuito de la playa de Almard¨¤ no deja de crecer con sus conciertos al atardecer y el p¨²blico sobre la arena
Hay un chiringuito en la costa valenciana de Sagunto que se llena de gente con neveritas y sillas plegables para escuchar los ritmos que los esclavos africanos se llevaron a Trinidad y Tobago. Se llama Calipso, como el estilo musical que se irradi¨® desde esas islas caribe?as. Est¨¢ frente al mar, como corresponde, entre las dunas de una playa cuyo nombre no cotiza en los cen¨¢culos de la moda y del postureo, Almard¨¤. All¨ª, al atardecer, todos los d¨ªas de conciertos (jueves, viernes, s¨¢bado y domingo), el p¨²blico forma lo que en principio es un semic¨ªrculo que acaba cerr¨¢ndose en torno al peque?o escenario de madera. Centenares de personas extienden sus toallas o pareos sobre la arena pedregosa para escuchar en directo ska, hip hip, son latino, m¨²sica tropical o flamenco mientras el sol cae por detr¨¢s de las monta?as. Algunos se levantan a bailar, otros no salen de la barra, muchos sacan su bocata, su cerveza fresquita y comparten olivas o frutos secos que vienen de casa.
Estos ¨²ltimos tampoco son mayor¨ªa, porque, si no, Dora y Laia dif¨ªcilmente habr¨ªan podido mantener seis a?os este remanso de buen rollo. Naci¨® con la idea de ofrecer m¨²sica en directo en la orilla del mar durante los meses de verano y se ha convertido en un punto de encuentro en la l¨ªnea de playa que va de Valencia a Castell¨®n o viceversa. Y no solo para los j¨®venes tatuados y repletos de piercings que se prodigan por el chiringuito, tambi¨¦n para los padres ya talluditos y aburguesados que rememoran viejos tiempos o simplemente disfrutan de la combinaci¨®n del mar, el atardecer y la m¨²sica, mientras los ni?os, con un poco de suerte, buscan conchas o se quedan sobados envueltos en toallas.
¡°Ahora somos cinco socios, porque esto ha crecido mucho. La verdad es que no lo esper¨¢bamos¡±, dice Dora, soci¨®loga de 34 a?os, sentada entre las casetas donde se despachan pizzas, hummus, guacamole y quesos calientes y donde se venden cervezas, c¨®cteles, caf¨¦s o granizados. Y a un precio muy razonable. ¡°Primero se fue conociendo gracias al boca a boca y ahora sobre todo por Facebook, donde colgamos la programaci¨®n¡±, apunta Laia, historiadora de 39. La programaci¨®n surge de un modo m¨¢s o menos asambleario. Se juntan las dos fundadoras con sus amigos, todos aficionados a la m¨²sica, y van proponiendo grupos que a su vez recomiendan otros hasta formar una fruct¨ªfera cadena de contactos. La mayor¨ªa son grupos valencianos, pero tambi¨¦n de fuera, m¨²sicos que est¨¢n de paso. Los viernes y los s¨¢bados, un dj se encarga de cerrar la sesi¨®n del Calipso, cuyo nombre, adem¨¢s de un gui?o a la m¨²sica caribe?a, alude tambi¨¦n a la ninfa de la mitolog¨ªa griega, al barco del comandante Cousteau y al color entre el azul y verde.
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