Seychelles, un para¨ªso natural tambi¨¦n para los solteros
Acariciar tortugas gigantes, sumergirse en playas cristalinas o bucear entre corales y peces de colores. El id¨ªlico archipi¨¦lago del oc¨¦ano ?ndico ofrece grandes atractivos para disfrutar solo o acompa?ado
?Qui¨¦n dijo que Seychelles es solo un para¨ªso apto para reci¨¦n casados de luna de miel? Estas exuberantes islas del oc¨¦ano ?ndico, alejadas entre 480 y 1.600 kil¨®metros de la costa este africana, no son ¨²nicamente un destino para parejas de enamorados. Tambi¨¦n se pueden disfrutar en solitario con m¨²ltiples actividades al aire libre como bucear y explorar sus reservas naturales y parques marinos que las han convertido en una meca del ecoturismo y los deportes acu¨¢ticos. Y a la hora de elegir alojamiento, m¨¢s all¨¢ de las tradicionales villas y bungalows pensados para ocupar en compa?¨ªa, cada vez existen m¨¢s alternativas para el viajero single, como sencillas habitaciones en?AirB&B, pensiones o casas particulares.?
Bucear en la costa norte de Mah¨¦
Con o sin pareja, el buceo es uno de los principales reclamos para volar hasta estas islas al noreste de Madagascar con una superficie en su conjunto de solo 459 kil¨®metros cuadrados, inferior a la de Ibiza. Un buen destino para sumergirse puede ser la costa norte de Mah¨¦, la m¨¢s grande de las 115 islas -de las cuales solo 33 est¨¢n habitadas- que conforman el archipi¨¦lago de las Seychelles y donde viven el 85% de los 95.000 habitantes. Tambi¨¦n es la m¨¢s urbanizada y la que aglutina una mayor oferta tur¨ªstica, desde rutas de senderismo por el agreste interior hasta submarinismo o buceo junto a tiburones ballena.?
Victoria, al noreste de la isla, presume de ser una de las capitales m¨¢s peque?as del mundo. Aunque concentre un tercio de la poblaci¨®n de todo el archipi¨¦lago, la ciudad sigue siendo provinciana, con un encanto colonial tranquilo que el viajero va descubriendo a medida que se impregna de su ritmo cadencioso. Cuenta con un animado mercado, unos cuidados jardines bot¨¢nicos y algunos edificios coloniales, abrazados por unas impresionantes monta?as que parecen hundirse directamente en las aguas turquesas del oc¨¦ano ?ndico. Victoria es, adem¨¢s, un buen sitio desde donde organizar excursiones o traves¨ªas en barco.
El litoral de la costa oeste de Mah¨¦ es una larga sucesi¨®n de playas espectaculares y fant¨¢sticos alojamientos, donde es relativamente normal encontrar joyas escondidas casi en cualquier rinc¨®n. La playa m¨¢s bonita de la isla es probablemente Beau Vallon, tres kil¨®metros al norte de Victoria, que dibuja en el mapa un amplio arco de arena blanca reluciente con sus caracter¨ªsticas palmeras. El ambiente marinero de Beau Vallon confiere a este enclave un aire aut¨¦ntico, con pescadores que venden sus capturas a ¨²ltima hora de la tarde a la sombra de los ¨¢rboles takamaka tan caracter¨ªsticos de las Seychelles. En los alrededores hay fant¨¢sticos puntos de inmersi¨®n para el buceo, donde explorar pecios hundidos muy interesantes. Desde all¨ª suelen partir tambi¨¦n los barcos rumbo a Baie Ternay, en la punta m¨¢s occidental de la isla. Esta reserva natural tiene unos arrecifes en perfecto estado de conservaci¨®n y alberga una exuberante vida marina que podremos observar de cerca buceando. Entre agosto y octubre es f¨¢cil ver tiburones ballena. Con todo, el secreto menos conocido de Mah¨¦ es una peque?a cala de ensue?o, la playa de Carana, en el extremo norte de la isla, ba?ada por aguas de color verdiazulado, enmarcada por palmeras sobre la orilla.
En busca de la rana m¨¢s peque?a del mundo
Aunque lo m¨¢s atractivo de Mah¨¦ sea su espectacular costa, el interior monta?oso de la isla merece ser conocido y explorado. Solo as¨ª descubriremos que las Seychelles son mucho m¨¢s que sol, playa y buceo. El espl¨¦ndido Morne Seychellois National Park cubre un 20% de la superficie de la isla y alberga una gran variedad de h¨¢bitats, desde manglares de costa hasta la monta?a m¨¢s alta del pa¨ªs, el Morne Seychellois (905 metros). Rodeada de denso bosque, la misteriosa parte central del parque est¨¢ pr¨¢cticamente deshabitada y solo es accesible a pie. Si nos adentramos en su interior, la recompensa es ver algunas de las especies ¨²nicas de estas islas, aunque ser¨¢ dif¨ªcil que nos topemos con la m¨¢s extra?a: la rana m¨¢s peque?a del mundo, la especie?Sooglossus gardeneri,?que mide tan solo entre 9 y 12 mil¨ªmetros de largo.
El parque de Morne Seychellois se puede recorrer a pie por alguno de sus senderos o en coche por una carretera que lo atraviesa de punta a punta sorprendi¨¦ndonos cada poco con unas preciosas vistas. Dos paradas recomendables en el camino: una para disfrutar de una espl¨¦ndida panor¨¢mica desde el Mission Lodge, unas ruinas de una antigua misi¨®n,?y otra para degustar una taza de t¨¦ en una vieja plantaci¨®n. Para lo primero, tendremos que subir cerca del punto m¨¢s alto de Mah¨¦ , donde se abre un magn¨ªfico mirador (el Mission Lodge) con impresionantes vistas del oc¨¦ano, las monta?as y la capital Victoria, junto a algunas ruinas de piedra que lentamente est¨¢n siendo tragadas por el bosque. Para lo segundo, hay que ir hasta la SeyT¨¦ Tea Factory, una f¨¢brica donde se hace el t¨¦ sin apartarse un mil¨ªmetro?de la receta tradicional. Es mejor llegar antes del atardecer, cuando todav¨ªa hay luz, para ser testigo de todo el proceso de elaboraci¨®n, desde el secado hasta el empaquetado.
Bucear sin tiburones en Shark Bank
La inmersi¨®n m¨¢s t¨ªpica de Mah¨¦ es Shark Bank, solo apta para submarinistas con experiencia. Realmente el nombre confunde, porque son pocos los tiburones que se ven en esta meseta submarina a 9 kil¨®metros de la costa de Beau Vallon. En cambio, s¨ª que se pueden observar rayas moteadas, rayas ¨¢guila, barracudas, peces murci¨¦lago y montones de rubias y jureles.
Otro lugar para bucear es ?lot, un afloramiento gran¨ªtico al norte de Mah¨¦ formado por varias rocas enormes con palmeras en lo alto. Y bajo el agua, el vistoso coral sol (Tubastraea coccinea) adorna los ca?ones submarinos y hay montones de gorgonas y otros corales blandos.
Brissare Rocks es un pin¨¢culo de granito situado cinco kil¨®metros al norte de Mah¨¦, al que se llega desde Beau Vallon. Est¨¢ lleno de corales de fuego, una variedad urticante, y en ¨¦l se concentran especies del arrecife como los peces loro o los peces fusileros. Est¨¢ cubierto por un manto de esponjas de color naranja, lo que tambi¨¦n lo convierte en otra meca para submarinistas.
Rodearse de p¨¢jaros en Bird Island
Lo ¨²ltimo en cuanto a ecoturismo y observaci¨®n de aves es la Isla Bird, 95 kil¨®metros al norte de la costa de Mah¨¦. En esta roca aislada se puede llegar a vivir la fantas¨ªa de estar en una isla desierta. Cientos de miles de charranes sombr¨ªos, charranes blancos y charranes pardos descienden en bandadas entre abril y octubre para anidar en esta isla coralina. En esa ¨¦poca del a?o, cuando el visitante se sienta en el porche de su caba?a, los p¨¢jaros acaban pr¨¢cticamente pos¨¢ndose encima de su cabeza. Las tortugas carey cr¨ªan en las playas de esta diminuta isla de noviembre a marzo, mientras que sus hermanas terrestres se pasean torpemente por el interior. Las tortugas verdes, por su parte, tambi¨¦n hacen sus nidos en la arena.
Relajarse entre corales, piratas y tortugas gigantes
El parque nacional marino de Sainte Anne, formado por seis peque?as islas, se encuentra a cinco kil¨®metros escasos de la costa de Victoria. Cada uno de estos islotes tiene su propia personalidad y su r¨¦gimen espec¨ªfico de visitas. Por ejemplo, en las de Cerf y Moyenne se permite la entrada a turistas y se puede bucear. Y la isla Round, ahora conocida por sus fabulosas playas, en otros tiempos alberg¨® una leproser¨ªa. En la isla Long, por su parte,?se planea construir desde hace una d¨¦cada un lujoso centro vacacional. Y mientras eso ocurre lo mejor es disfrutar de las playas espectaculares de la mayor isla del parque, la de?Sainte Anne, que contrasta con la tranquilidad de?las m¨¢s peque?a, Cach¨¦¨¦, al sureste de Cerf, que permanece deshabitada.?
La historia m¨¢s curiosa, con todo, es la de la?isla de Moyenne. Este trozo de tierra estuvo deshabitado durante casi toda la primera mitad del siglo XX y fue Brendon Grimshaw, un antiguo director de un peri¨®dico brit¨¢nico, quien la compr¨® por 8.000 libras esterlinas (unos 9.500 euros). Su ¨²nico habitante emple¨® 50 a?os en transformarla, talando la jungla y replantando m¨¢s de 16.000 ¨¢rboles para crear su propio para¨ªso tropical. Tambi¨¦n cre¨® un programa de cr¨ªa de tortugas gigantes de Aldabra (Aldabrachelys gigantea) y transform¨® la isla en reserva natural, cobrando a los visitantes por el privilegio de verla. La leyenda? asegura que esconde un tesoro pirata (Grimshaw excav¨® en dos puntos y encontr¨® pruebas de la existencia de escondites fabricados por humanos, pero ning¨²n bot¨ªn) y dos tumbas que se cree que son de piratas. Cuando Grimshaw muri¨®, en el a?o 2012, el Gobierno de las Seychelles dot¨® a Moyenne de la especial protecci¨®n que goza el resto del parque marino, cumpliendo as¨ª el sue?o de su primer propietario.?
El parque de Sainte Anne?es perfecto para nadar y bucear, aunque el coral no est¨¢ tan sano como antes ya que los sedimentos de la construcci¨®n de la bah¨ªa lo han da?ado considerablemente, provocando su irremediable blanqueamiento. Sus playas est¨¢n ba?adas por aguas de color esmeralda, aunque suele haber bastantes algas.
Hacer realidad el sue?o de vivir en una isla desierta en Alphonse
Alejada 400 kil¨®metros del suroeste de Mah¨¦ se encuentra la peque?a isla de Alphonse, con mucha vegetaci¨®n y rodeada por una enorme laguna y jardines de arrecife. Desde el aire parece un gigantesco diente de tibur¨®n. Aunque tiene buenas playas, estas no son su principal atractivo. Su fama mundial se debe a que es un destino ideal para la pesca con mosca. Las transparentes aguas de los bancos de arena que cubren el per¨ªmetro de la laguna son ideales para enfrentarse al macab¨ª, el jurel gigante, el pez ballesta y otras especies. Adem¨¢s, Alphonse est¨¢ explotando su potencial submarino, que no tiene competencia en todo el pa¨ªs (ni en el resto del oc¨¦ano ?ndico). A diferencia de otros territorios de las llamadas islas exteriores o islas Almirantes, Alphonse s¨ª que se puede visitar. Existe un resort (www.alphonse-island.com) muy tranquilo, de villas rodeadas por jard¨ªn y con un centro de submarinismo y de pesca con muy buenos servicios.
M¨¢s alejado aun, a mil kil¨®metros de Mah¨¦, est¨¢ el atol¨®n Aldabra, patrimonio mundial y reserva natural. All¨ª viven m¨¢s de 150.000 tortugas gigantes y miles de aves migratorias lo atraviesan ajenas al ruido de los turistas, cuyas visitas est¨¢n vetadas por el riesgo que representa la pirater¨ªa en la zona.?
Aguas turquesas en Anse Lazio, en la isla de Prasl¨ªn
Prasl¨ªn es la segunda isla en tama?o de las Seychelles, a 44 kil¨®metros al nordeste de Mah¨¦, y representa m¨¢s que ning¨²n otro lugar la imagen de para¨ªso so?ado que todos tenemos cuando pensamos en este ex¨®tico destino. Es un lugar donde la vida parece fluir a un ritmo lento, con alojamientos encantadores pero tambi¨¦n con una jungla enmara?ada que invita a la exploraci¨®n.?
Prasl¨ªn es una? isla gran¨ªtica con una cordillera de suaves monta?as que la atraviesan por el centro de este a oeste, con un interior fascinante por su flora y por sus aves, especialmente el famoso Valle de Mai. Sus reducidas dimensiones -todo est¨¢ a una distancia m¨¢xima de 90 minutos- y sus espectaculares puntos de inter¨¦s la convierten en la opci¨®n ideal para unas vacaciones en las Seychelles. Lo mejor de Prasl¨ªn son sus playas, especialmente Anse Lazio, pero tambi¨¦n Anse La Blague, Anse Consolation y Anse Volbert.
Anse Lazio, en el extremo noroeste de la isla, es un entorno de postal se mire por donde se mire. De hecho, suele aparecer en los listados de playas m¨¢s bonitas del mundo e Instagram est¨¢ llena de fotos de este rinc¨®n del planeta. La playa est¨¢ ba?ada por aguas color lapisl¨¢zuli, con palmeras y ¨¢rboles takamaka y grandes rocas de granito en cada extremo. A pesar de ser tan popular, nunca parece demasiado llena. Pero el arenal m¨¢s buscado de la isla es Anse Volvert, con su silueta curva ideal para tomar el sol y ba?arse pero tambi¨¦n para practicar deportes acu¨¢ticos. Justo enfrente hay un peque?o islote, Chauve-Souris, al que se puede llegar nadando y bucear en su entorno.
Descubrir un para¨ªso entre cocoteros en el Valle de Mai
Localizada en el coraz¨®n de la isla de Prasl¨ªn, la reserva natural del Valle de Mai atesora un impresionante bosque natural de palmeras declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.?Es uno de los dos lugares del mundo?en el que crece la palmera coco de mar, que puede llegar a alcanzar los 30 metros de altura. El otro sitio donde abunda es en la cercana isla de Curieuse, al norte de Prasl¨ªn. El Valle de Mai es, adem¨¢s, el hogar de una enorme variedad de p¨¢jaros All¨ª puede verse el bulbul de las Seychelles, end¨¦mico; la preciosa paloma azul; el carricero de las Seychelles y el amenazado loro negro, del que tan solo quedan entre 500 y 900 ejemplares en libertad. Es como un pedacito del Ed¨¦n.
Tres senderos principales (m¨¢s varios secundarios que los conectan) recorren este bosque primitivo de color esmeralda, que permaneci¨® virgen hasta la d¨¦cada de 1930. El camino m¨¢s corto tiene tan solo un kil¨®metro; el m¨¢s largo, dos. Ambos perfectamente se?alizados y f¨¢ciles de recorrer, ideales para familias. Pasear por el bosque da una sensaci¨®n extra?a, con las gigantescas hojas del coco de mar creando un oscuro dosel. Hay carteles que se?alan oros ¨¢rboles end¨¦micos (m¨¢s de 50 plantas y ¨¢rboles), como diversas variedades de pandano y palmeras de las Seychelles.
Pasar horas muertas en una playa casi perfecta?
No hace falta ir acompa?ado para tumbarse en una playa a no hacer nada. Hay donde elegir. Por ejemplo en Anse Cocos, en la isla de Digue, la tercera m¨¢s habitada del archipi¨¦lago y la cuarta por superficie. Se trata de un tramo de arena blanqu¨ªsima ba?ado por aguas turquesas y enormes palmeras que forma?una bah¨ªa espectacular, uno de esos rincones que nunca se olvidan. La Digue, en general, es ese para¨ªso tropical que aparece en innumerables anuncios y folletos de viajes, con aguas color jade, encantadoras bah¨ªas salpicadas de playas y verdes colinas cubiertas de una enmara?ada jungla. Por si eso no fuera suficiente, La Digue es el perfecto trampol¨ªn para acceder a otras islas de la zona, como F¨¦licit¨¦, Grande Soeur e ?le Cocos.
A pesar de su exuberante belleza, La Digue ha conseguido evitar en parte el creciente desarrollo tur¨ªstico que s¨ª afecta a Mah¨¦ y Prasl¨ªn. Aunque no se puede decir que sea un lugar desconocido, tiene un ambiente m¨¢s sosegado que las otras islas principales, con muy pocas carreteras asfaltadas y pr¨¢cticamente ning¨²n coche (excepto unos pocos taxis). Es un sitio para reencontrarse con la naturaleza, con?alguna playa desierta para sentirse como en el para¨ªso.
Uno de los puntos m¨¢s curiosos y costumbristas de la isla es La Passe, un puerto min¨²sculo que conserva su atm¨®sfera de otro tiempo, en el que hombres y mujeres charlan en el muelle mientras esperan a que llegue el ferri, los ni?os van en bici por las calles bordeadas de ¨¢rboles y el s¨¢bado por la noche todos se juntan en el paseo para bailar y beber.
Rascar el cuello rugoso de una tortuga gigante en Curieuse
Curieuse es una isla gran¨ªtica que se encuentra a kil¨®metro y medio de la costa norte de Prasl¨ªn. De 1833 a 1965 fue una leproser¨ªa, y hoy se usa como centro de cr¨ªa de las tortugas de Aldabra (Aldabrachelys gigantea). Los encargados de la granja acompa?an a los visitantes a visitar los lugares donde se cuidan 300 ejemplares?de estos reptiles gigantes, y solo despu¨¦s se puede explorar el resto de la isla. As¨ª, encontraremos lugares como Baie Larale, ideal para nadar y bucear. Desde all¨ª, un camino conduce hasta?Anse San Jos¨¦, donde se puede visitar un peque?o museo hist¨®rico y tomar un picnic. Si despu¨¦s nos entran ganas de ba?arnos, la playa es preciosa: un tramo de reluciente arena dorada bordeada de palmeras y gigantescas rocas de granito. La mayor parte de los visitantes llegan en un circuito organizado, normalmente combinado con una visita a las vecinas islas de Cousin y St. Pierre.
Alojamiento para todos los bolsillos
Aparte de los resorts de lujo y los centros vacacionales con selectas villas donde las parejas pasan lunas de miel para el recuerdo, hay otras opciones m¨¢s econ¨®micas para alojarse. Por Internet es f¨¢cil reservar alojamientos independientes en casas privadas, villas, residencias, estudios o apartamentos totalmente equipados. Los amantes del lujo y de los lugares singulares tambi¨¦n lo tienen sencillo. Hay rincones exclusivos como las islas Alphonse, Bird, Desroches, Felicit¨¦, Silhouette, North, Fr¨¦gate y Denis. En ellas se paga por vivir un sue?o. Todos tienen el ambiente rom¨¢ntico y perfecto de isla tropical, cada uno con su propia personalidad y con un denominador com¨²n: el contacto con la poblaci¨®n local es m¨ªnimo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.