19 enclaves extraordinarios para esp¨ªritus curiosos
Una playa interior en una isla deshabitada, una catedral excavada en sal, ¨¢rboles del color del arco¨ªris o una mezquita levantada en barro. Prodigios de la naturaleza y del hombre esperando a ser visitados
En su mayor¨ªa, estos son destinos desconocidos y al margen del turismo. Maravillas pr¨¢cticamente secretas, algunas naturales y otras creadas por el hombre, que resultan asombrosas. Desde bosques de colores brillantes hasta cr¨¢teres por los que se asoma el infierno, cuevas con cristales gigantes que recuerdan a la guarida de Superm¨¢n, catedrales monumentales excavadas en sal o mezquitas grandiosas hechas en barro. Estos son 19 lugares extraordinarios, especialmente recomendados para esp¨ªritus curiosos, que merece la pena apuntar en la lista de deseos viajeros para descubrirlos cuando podamos viajar.
Las monta?as de colores de Zhangye (China)
Una serie de franjas de diversos colores, que van del rojo intenso al verde p¨¢lido, cubren una extensi¨®n monta?osa de 500 kil¨®metros cuadrados en la provincia china de Gansu, donde m¨¢s de 20 millones de a?os de sucesivos movimientos geol¨®gicos han presionado la arenisca creando estas impresionantes capas de color. Con el paso de los siglos, el terreno ha ido erosion¨¢ndose formando pilares, al tiempo que las temperaturas extremas del desierto han reventado la roca, generando grietas y despe?aderos. Este tipo de paisaje marciano recibe el nombre de danxia, y se puede encontrar en otros puntos de China, como en el parque Binggou Danxia, con enormes columnas de roca y precipicios, pero sin la sorprendente gama de colores del geoparque.
El parque est¨¢ surcado por pistas senderistas y rutas para veh¨ªculos que llevan a diferentes miradores, ubicados en puntos elevados sobre las caprichosas formaciones rocosas. La m¨¢s imponente es la llamada Monta?a de los Siete Colores, que se puede contemplar desde el cuarto punto de observaci¨®n del parque, el de mayores dimensiones. Las colinas adquieren brillos escarlata y dorados durante el amanecer y el ocaso, as¨ª que para hacer fotos vale la pena madrugar. Cuando llueve, las colinas se encienden a¨²n m¨¢s con los colores del arco¨ªris, de modo que conviene programar la visita entre mayo y septiembre.
Los eucaliptos de arco¨ªris de Maui (Haw¨¢i, EE UU)
La carretera que lleva a la peque?a poblaci¨®n de Hana, en el Estado estadounidense de Haw¨¢i, es una de las rutas m¨¢s incre¨ªbles del planeta, con un mont¨®n de atracciones, sonidos y colores a medida que el camino baja zigzagueante hasta el aletargado pueblo, ubicado en pleno bosque lluvioso de la isla de Maui, una de los ocho que conforman el archipi¨¦lago. Quiz¨¢ lo m¨¢s extraordinario del recorrido sea el bosque pintado de eucaliptos: ¨¢rboles que parecen arco¨ªris congelados y que ante nuestros ojos se presentan como un capricho de la naturaleza. Estos ejemplares lucen colores rojos, p¨²rpuras y verdes muy intensos gracias al proceso de pelado de corteza que se realiza en diferentes ¨¦pocas del a?o. Sin embargo, la verdadera belleza de este fen¨®meno es que la muda de su piel nunca se detiene y las manchas cambian constantemente de color creando una arboleda de caleidoscopios vivientes. El bosquecillo de eucaliptos de arco iris est¨¢ justo a la altura de la milla 7 en la Hana Highway de Maui. Tambi¨¦n hay otro grupo de ¨¢rboles de similares caracter¨ªsitcas en el cercano Ke?anae Arboretum, un jard¨ªn bot¨¢nico de dos hect¨¢reas y media de extensi¨®n al sureste de la misma isla.
Puerta al infierno en Darvaza (Turkmenist¨¢n)
No es f¨¢cil llegar al cr¨¢ter de Darvaza, situado en un enorme desierto en la exrep¨²blica sovi¨¦tica de Turkmenist¨¢n, uno de los pa¨ªses m¨¢s aislados del mundo. Pero cuando se ve a lo lejos, uno sabe que ha llegado. Parece la entrada al inframundo, con las paredes de roca candente y el fango en ebullici¨®n que crean un calor tan abrasador que obliga a protegerse el rostro. Tambi¨¦n hay que tener cuidado de d¨®nde se pisa: no hay barrera de seguridad que impida caer dentro de este gigantesco horno en pleno desierto.
Cuenta la historia que en 1971 un grupo de ingenieros sovi¨¦ticos buscaban petr¨®leo en el desolado desierto de Karakum cuando su plataforma, situada sobre una bolsa de gas, se hundi¨®. Temiendo que el metano pudiera ser peligroso, le prendieron fuego, convencidos de que se consumir¨ªa en un par de d¨ªas. 40 a?os m¨¢s tarde, sigue ardiendo. El cr¨¢ter, que tiene aproximadamente el tama?o de un campo de f¨²tbol y unos 30 metros de profundidad, ha sido apodado como la Puerta del Infierno. La ferocidad de las llamas y la vastedad del desierto que lo rodea lo convierten en un lugar espeluznante. Cuando oscurece, el ruido de la combusti¨®n se oye m¨¢s fuerte y el cielo se ilumina con la luz procedente del cr¨¢ter.
El ¨®rgano marino de San Francisco (California, EE UU)
Todo el mundo contempla la bah¨ªa de San Francisco cuando visita la ciudad, pero ?cu¨¢nta gente la escucha? El ¨®rgano de olas (Wave Organ) es una obra de arte visual y auditiva. Situado en un peque?o embarcadero de Marina District, el lugar regala adem¨¢s bonitas vistas del Golden Gate, la isla de Alcatraz, Fort Mason y el otro lado de la bah¨ªa.
La idea fue del artista Peter Richards cuando escuch¨® una grabaci¨®n de sonidos procedentes de un ¨®rgano de viento en un muelle de S¨ªdney, Australia. Con la colaboraci¨®n del museo de la ciencia de San Francisco, el Exploratorium, Richards construy¨® la pieza conn ayuda del escultor George Gonzales. La peculiaridad de los sonidos se aprecia mejor en pleamar, cuando el oleaje entra y sale del ¨®rgano de 25 tubos fijado al hormig¨®n en varios niveles.
El emplazamiento por s¨ª mismo es precioso: un conjunto de diferentes niveles de m¨¢rmol y granito reciclados de un cementerio demolido. Los tubos emiten sonidos bajos muy sutiles, de modo que conviene darse un tiempo para respirar profundamente, calmar la mente y disfrutar de la m¨²sica que emite el mar. El ¨®rgano de olas est¨¢ cerca del club na¨²tico St Francis Yacht Club.
Una playa escondida en las Islas Marietas (M¨¦xico)
Las playas secretas de las islas Marietas, archipi¨¦lago deshabitado en la costa pac¨ªfica de M¨¦xico, son una atracci¨®n codiciada, pero la playa escondida es la guinda del pastel. Una joya paisaj¨ªstica y uno de los rincones m¨¢s espectaculares de M¨¦xico, al que se le conoce tambi¨¦n como la playa del amor. Desde el mar, se puede accedecer a este arenal nadando con la marea hasta alcanzar una estrecha hendidura entre la superficie del mar y la isla ¨¢rida que hay encima. Un t¨²nel natural entre las rocas que nos llevar¨¢ hasta una playa interior envuelta entre paredes de piedra, como si hubieran construido un anfiteatro alrededor. Ante la masiva afluencia de turistas durante los ¨²ltimos a?os, las autoridades han impuesto un cupo m¨¢ximo de cien visitantes diarios.
Los arque¨®logos y vulcan¨®logos han sugerido teor¨ªas sobre la forma de la isla basadas en las pruebas del culto a una deidad ancestral y en modernos ensayos armament¨ªsticos; hoy es una anomal¨ªa que capturan sus visitantes y comparten en Instagram. Un corto trayecto en barca comunica las islas Marietas con la Riviera Nayarit, cerca del aeropuerto de Puerto Vallarta, una localidad del Estado de Jalisco asomada al Pac¨ªfico.
La gran mezquita de barro en Djenn¨¦ (Mal¨ª)
Incluso durante el atiborrado mercado del lunes, con las calles y plazas de Djenn¨¦ repletas de malienses y mercanc¨ªas coloridas, cuesta apartar la vista de la Grande Mosqu¨¦e. Elegante pero amenazadora, se levanta como un puercoesp¨ªn de barro con vigas de madera a modo de p¨²as. Lo cierto es que la Grande Mosqu¨¦e, construida en 1907 y a¨²n hoy la estructura de ladrillo de barro m¨¢s grande del mundo, es un recreaci¨®n fiel de otra anterior que se levant¨® en la misma ubicaci¨®n en 1280, tras la conversi¨®n al islam de Koi Konboro ¨Cel 26? rey de Djenn¨¦¨C. La primera mezquita aguant¨® 600 a?os como s¨ªmbolo de la importancia y riqueza culturales de la isla, pero a principios del siglo XX fue destruida por la yihad del rey guerrero isl¨¢mico fundamentalista, Cheikhou Amadou.
La actual mezquita, muy parecida a la original, requiere un mantenimiento anual para asegurar su longevidad: al final de la estaci¨®n lluviosa anual, 4.000 voluntarios locales ayudan a los prodigiosos mamposteros de etnia boso a completar la tarea. Las complejas espinas de madera sobresalen de la estructura precisamente por esta raz¨®n: permiten el acceso a los artesanos en sus laboriosas tareas de enlucido. Los no musulmanes no pueden entrar en la mezquita, pero las vistas desde el Petit March¨¦ y los tejados de las casas aleda?as son maravillosas. La ciudad de Djenn¨¦ se sit¨²a en el delta interior del r¨ªo N¨ªger, cerca de la confluencia de los r¨ªos Bani y N¨ªger, en la parte central de la actual Mal¨ª, a 35 kil¨®metros al oeste de la carretera entre Mopti y Bamako. Si no hay problemas de seguridad, se tarda 8 horas en coche desde Bamako, la capital de Mal¨ª.
Una cueva de cristales en Chihuahua (M¨¦xico)
Para adentrarse 300 metros hacia el centro de la Tierra hay que ir a la cueva de Naica, repleta de cristales transl¨²cidos y colosales, en Chihuahua, en el Estado mexicano del mismo nombre. El ser humano se muestra insignificante ante estos pilares relucientes ¨Clos hay de hasta cuatro metros de grosor¨C que se entrecruzan como si de las escaleras de Maurits Cornelis Escher se trataran. Tambi¨¦n hay astas en forma de obelisco que flanquean las paredes. Algunos visitantes aseguran recuerda a una catedral; otros, a la guarida glacial de criptonita de Superman, pero todos coinciden en que es uno de los lugares m¨¢s asombrosos del planeta. Para adentrarse aqu¨ª se necesita un casco, una careta antig¨¢s, una bombona de ox¨ªgeno y un traje equipado con bolsas de hielo para soportar temperaturas de 50 ?C y una humedad alta. Pero incluso con la protecci¨®n adecuada, solo se puede visitar durante 20 minutos como m¨¢ximo. Y es que la cueva estuvo cerrada al p¨²blico poco despu¨¦s de su descubrimiento en el a?o 2000, cuando un minero se col¨® en su interior y muri¨® abrasado.
Se calcula que algunos cristales tienen 500.000 a?os de antig¨¹edad, y probablemente sean las muestras de selenita m¨¢s grandes descubiertas hasta la fecha. La selenita es un mineral blanco que se raya con facilidad. Una compa?¨ªa minera dren¨® el agua que inundaba las cuevas. Si se volvieran a llenar de agua las c¨¢maras, los cristales empezar¨ªan a crecer de nuevo y el ser humano posiblemente no podr¨ªa verlos ni investigarlos nunca m¨¢s. Cerrada al p¨²blico desde 2010, la cueva abre ¨²nicamente para fines cient¨ªficos.?
El museo submarino de Roat¨¢n (Honduras)
?Cansados de la anticuada y tediosa rutina de visitar museos? ?Hartos de las audiogu¨ªas, las colas y las aglomeraciones? Entonces es que ha llegado el momento de ponerse un ba?ador y unas aletas y dirigirse a este museo submarino. Esta peculiar exposici¨®n est¨¢ frente a la costa de Roat¨¢n, una de las buc¨®licas islas de la bah¨ªa de Honduras, y se aparta de la convencionalidad para embarcar al visitante en una aventura total: equipa a sus visitantes con gafas y tubo y los conduce hasta las cristalinas aguas caribe?as donde aguardan tesoros ¨²nicos: estatuas mayas, artefactos paya, piraguas garifuna, anclas viejas y hasta un gale¨®n espa?ol.
Antes de llegar al punto de inmersi¨®n y de iniciar la b¨²squeda del tesoro, los gu¨ªas informan sobre la colonizaci¨®n de esta parte de las Am¨¦ricas y la consiguiente lucha por la independencia. Sin embargo, la experiencia no se reduce a conocer la historia. Estas islas est¨¢n entre los lugares m¨¢s privilegiados del mundo para observar arrecifes coralinos y fauna muy diversa entre sus instalaciones. Los coloridos peces nadan entre los artefactos hundidos mientras la estrella de mar y la gamba de l¨ªnea blanca recorren el lecho arenoso del oc¨¦ano. Los corales salpican el paisaje marino y los cangrejos se esconden y asoman desde sus escondites secretos. El museo est¨¢ en el oeste de la isla de Roat¨¢n, al que llega la carretera principal y hay varias agencias que coordinan los circuitos.
Peque?os dragones en Postojna (Eslovenia)
Cuando en el siglo XVII se descubrieron estos tritones espectrales en las cuevas de Postojna (Eslovenia), se crey¨® que eran cr¨ªas de drag¨®n. Pero la verdad sobre el olm (Proteus anguinus, en su nombre cient¨ªfico) es casi igual de interesante: este anfibio espectral y albino solo habita en los 24 kil¨®metros de cuevas de Postojna y puede sobrevivir hasta 10 a?os sin comer. Es ciego y corre a toda velocidad por los r¨ªos subterr¨¢neos vali¨¦ndose de su capacidad para percibir los d¨¦biles campos el¨¦ctricos.
Las cuevas y sus viscosos residentes llevan mucho tiempo recibiendo visitantes. Hace m¨¢s de 140 a?os que un trenecito recorre la gruta: la emperatriz Isabel de Austria tambi¨¦n lo hizo, pero los asientos aterciopelados que utiliz¨® ya no se conservan. Hoy, las paredes est¨¢n llenas de estalactitas y los pilares calizos se elevan cual altar de catedral barroca. Aunque El Brillante, una reluciente estalagmita de cinco metros de altura, sea muy fotografiada, son los olms los que le roban el protagonismo. Los bi¨®logos conf¨ªan en la contribuci¨®n que estos escurridizos bichos, parecidos a la salamandras, har¨¢n a la ciencia; sus cualidades regenerativas podr¨ªan ser clave para curar el c¨¢ncer o desacelerar el envejecimiento en los seres humanos. Todav¨ªa las cr¨ªas de drag¨®n no han desvelado sus secretos, pero recientemente (en 2016) se ha podido ver c¨®mo las cr¨ªas de olm sal¨ªan del cascar¨®n y crec¨ªan. Postojna est¨¢ a una hora en autob¨²s de Liubliana, la capital eslovena.?
El volc¨¢n de lodo del Totumo (Santa Catalina, Colombia)
Quien haya fantaseado alguna vez con revolcarse en una enorme cuba de lodo rodeado de una multitud, deber¨ªa colocar este volc¨¢n de lodo de Colombia entre sus prioridades viajeras. A 50 kil¨®metros al noreste de Cartagena en la costa caribe?a, se trata de una protuberancia natural de 15 metros de altura con forma de cr¨¢ter cuyo interior no atesora lava, sino un lodo cremoso, templado y rico en minerales donde se puede tomar un ba?o con propiedades terap¨¦uticas. Seg¨²n dice la tradici¨®n, un sacerdote, pensando que el volc¨¢n era la personificaci¨®n del diablo, convirti¨® el fuego y la ceniza en un ba?o de lodo curativo.
Un banco mundial de semillas en el ?rtico (Svalbard, Noruega)
Ante la perspectiva de que la humanidad tenga que empezar de nuevo despu¨¦s de un desastre global, es conveniente saber que existe un Banco Mundial de Semillas en Noruega. La misi¨®n de este fondo, situado en el archipi¨¦lago de Svalbard, al norte, es almacenar suficientes semillas para garantizar la mayor diversidad gen¨¦tica a nivel mundial.
En todo el planeta hay unos 1.700 bastiones agr¨ªcolas que guardan existencias propias. Diversas variedades de cultivos, resistentes a las plagas o sequ¨ªas, est¨¢n almacenadas discretamente. Su fr¨¢gil contenido se podr¨ªa estropear por culpa de cortes del suministro el¨¦ctrico o por desastres ocasionados por el hombre, por eso las c¨¢maras acorazadas del Banco Mundial de Semillas son inexpugnables: 860.000 muestras de 4.000 especies, envasadas en vainas selladas de pl¨¢stico en un remoto enclave del ?rtico, a medio camino entre el norte de Noruega y el Polo Norte. Recuerda a un refugio de James Bond: si fallara el suministro el¨¦ctrico, la c¨¢mara que raras veces se abre quedar¨¢ sellada. El permafrost?¨Ccapa de suelo permanentemente congelado¨C conservar¨¢ las existencias en fr¨ªo. Y las normas de seguridad estipulan que las semillas almacenadas solo pueden ser extra¨ªdas por el pa¨ªs que las ha ingresado, garantizando as¨ª que ning¨²n Estado pueda sacar provecho de la crisis agr¨ªcola de otro.
1000 lingas en Kbal Spean (Camboya)
El lecho rocoso del r¨ªo de los 1000 Lingas, en las colinas Kulen de Camboya, est¨¢ cubierto de s¨ªmbolos de la fertilidad tallados en la piedra. Se trata de un tramo de 150 metros del r¨ªo Stung Kbal Spean, a unos 45 kil¨®metros del famoso complejo Angkor Wat, lleno de s¨ªmbolos f¨¢licos, junto a tallas del dios Visn¨², de Hanuman ¨Ccon cabeza de mono¨C y de otras muchas deidades hind¨²es. El lugar es tan imponente como las tallas, con cascadas que caen sobre escenas m¨ªticas: en una, Visn¨² est¨¢ reclinado, con Lakshmi a sus pies; en otra aparece Brahma sentado sobre una flor de loto. Para llegar hay que abrirse paso por la jungla, en ocasiones trepando por entre las ra¨ªces y las ramas. Se cree que los eremitas empezaron a tallar im¨¢genes sagradas en el lecho del r¨ªo durante el siglo XI, aunque algunos historiadores sostienen que los primeros lingas aparecieron 200 a?os antes.
El lugar fue redescubierto en 1969 por el etn¨®logo Jean Boulbet, que lleg¨® aqu¨ª guiado por un ermita?o del lugar. La guerra civil camboyana (1967-1975) impidi¨® el acceso a este yacimiento arqueol¨®gico hasta la d¨¦cada de 1990. Con la frondosa vegetaci¨®n y el agua que las cubre, es f¨¢cil perderse algunas de las tallas m¨¢s interesantes, as¨ª que conviene ir con un gu¨ªa y mejor entre julio y diciembre, cuando el agua fluye sobre las rocas.
Las abuelas buceadoras de Jeju (Corea del Sur)
A las submarinistas de la isla de Jeju, frente a la costa sur de Corea, se las conoce como las sirenas coreanas. Desde el siglo XVIII las haenyeo se han sumergido a profundidades incre¨ªbles para pescar pulpos, orejas de mar (moluscos muy estimados por su carne) y erizos, transmitiendo sus habilidades de madre a hija. Antes les bastaba para mantener a toda la familia. Hoy en d¨ªa la tradici¨®n se est¨¢ perdiendo, pero a¨²n quedan muchas sirenas, algunas de ellas octogenarias. Muchas haenyeo empiezan de ni?as, recogiendo algas en aguas poco profundas para ir progresando hasta inmersiones m¨¢s ambiciosas, y midiendo su capacidad por la profundidad que son capaces de alcanzar. Los a?os de experiencia les permiten aguantar la respiraci¨®n hasta varios minutos. Para muchas es como una adicci¨®n: no se trata solo de la emoci¨®n de la inmersi¨®n y de conseguir sus presas con sus propias manos, sino tambi¨¦n de la independencia econ¨®mica que les proporciona. Las submarinistas haenyeo tambien se han convertido en tristes testigos del efecto de la contaminaci¨®n, que va vaciando progresivamente el lecho marino de orejas de mar.
En el lugar se dice que los hombres no son capaces de resistir el fr¨ªo del agua, y que ser¨ªa escandaloso que hombres y mujeres se sumergieran juntos. Aunque muchas j¨®venes de la isla han optado por irse a trabajar a la ciudad, el Gobierno coreano sigue subvencionando a las sirenas de Jeju, financiando los equipos y la asistencia sanitaria.
Una catedral de 250.000 toneladas de sal? (Zipaquir¨¢, Colombia)
De las tres catedrales de sal del mundo, la de Colombia puede parecer a priori muy tur¨ªstica. Pero al descender 180 metros hasta esta extraterrenal casa de oraci¨®n hecha con 250 000 toneladas de sal, uno se lleva otra idea. El impresionante santuario, situado en la localidad de Zipaquir¨¢ e iluminado de forma espectacular, es una maravilla. Deambular por sus 14 capillas ¨Ccada una representa una estaci¨®n del V¨ªa Crucis de Jesucristo¨C es un asombroso recorrido a trav¨¦s del? simbolismo religioso. Pero lo m¨¢s impresionante es la nave central (la mayor iglesia subterr¨¢nea del mundo), donde una cruz colosal e iluminada irradia un resplandor inolvidable. Los autobuses salen de Bogot¨¢ rumbo a Zipaquir¨¢.
Ata¨²des colgantes en Luz¨®n (Sagada, Filipinas)
Los ata¨²des colgantes de Sagada, en Filipinas, sit¨²an a sus muertos en un limbo entre el cielo y la Tierra. En este imponente cementerio al aire libre en las monta?as del norte de Luz¨®n, los ata¨²des se cuelgan de escarpados riscos. Siguiendo la tradici¨®n de los ind¨ªgenas igorot, los muertos m¨¢s importantes ocupan los niveles superiores, m¨¢s cerca de los esp¨ªritus de sus ancestros. La tradici¨®n resulta pr¨¢ctica: as¨ª los difuntos quedan fuera del alcance de carro?eros y de las inundaciones. En los ¨²ltimos siglos, este rito funerario tambi¨¦n era un medio disuasorio para evitar que las tribus rivales decidieran saquear las tumbas y llevarse la cabeza de sus enemigos. La cultura igorot afronta la muerte con tranquilidad. Algunos incluso preparan sus propios ata¨²des, ayudados por sus parientes si las fuerzas no les acompa?an. Tras la muerte, los restos de la persona se ah¨²man, se amortajan y se llevan a los despe?aderos. Por el camino, parientes y acompa?antes se acercan a tocar el cuerpo amortajado. Los ata¨²des son estrechos, y los cuerpos se colocan en posici¨®n fetal, a modo de reflejo del nacimiento.
En la Sagada moderna, solo los ancianos mantienen esta tradici¨®n. Pero aunque la pr¨¢ctica no se mantenga, es probable que los ata¨²des colgantes sigan poblando estos h¨²medos valles durante siglos. Est¨¢n en el valle de Echo, a 30 minutos de excursi¨®n desde la Iglesia de Sta. Mar¨ªa de Sagada.
Las torres del silencio de Yazd (Ir¨¢n)
Han pasado varias generaciones desde el ¨²ltimo entierro celebrado en las Torres del Silencio de Yazd, en el centro de Ir¨¢n, pero los buitres siguen planeando en lo alto aobre ellas, impulsados por las corrientes t¨¦rmicas. Con el paso del tiempo, las tradiciones del zoroastrismo ¨Cuna de las religiones m¨¢s antiguas¨C han ido desapareciendo, pero en las colinas de Yazd a¨²n se conservan rastros de una de sus costumbres mas enigm¨¢ticas. Las dakhmas, misteriosas torres de piedra que se elevan sobre la llanura y que en su d¨ªa ¨¦poca bull¨ªan de actividad, con los carro?eros por el cielo azul dispuestos a dar buena cuenta de los difuntos.
La historia de Yazd es la historia de una civilizaci¨®n desaparecida. Miles de hombres, mujeres y ni?os an¨®nimos pasaron al otro mundo en las dakhmas de Yazd, mientras los imperios isl¨¢micos arrasaban la comunidad zoroastriana, que actualmente solo compone el 0,03% de la poblaci¨®n iran¨ª. Hoy en d¨ªa solo quedan las casas bajas de piedra donde se celebraban los ba?os rituales de los difuntos, los c¨ªrculos conc¨¦ntricos donde se dispon¨ªan sus cuerpos y los osarios centrales. La visita, combinada con la del templo del fuego de Atashkadeh, en el centro de Yazd ¨Cdonde arde una llama sagrada al menos desde el a?o 470¨C supone una sugerente visi¨®n de una cultura que ya era antigua cuando el cristianismo y el islam irrumpieron.
Las enigm¨¢ticas l¨ªneas de Nazca (Per¨²)
Desde las avionetas que despegan del diminuto aeropuerto peruano de Nazca, lo primero que se aprecia son las inmediaciones verdosas de esta polvorienta localidad peruana, los montes desnudos y el desierto enorme. Y al sobrevolar este podremos distinguir unas l¨ªneas rectas trazadas sobre el suelo pedregoso que convergen y se cruzan antes de desaparecer en el horizonte. M¨¢s tarde aparecen trazos reconocibles de animales, como un mono con un rabo enroscado, un colibr¨ª, una ara?a monstruosa, un ave o un lagarto. Sus extremidades son proporcionadas y las l¨ªneas son rectas puras.
Las preguntas son inmediatas. ?Qui¨¦n dibuj¨® estos animales enormes? ?Qui¨¦n traz¨® esas l¨ªneas rectas en la superficie del desierto? ?C¨®mo? ?Por qu¨¦? Las l¨ªneas de Nazca atrajeron por primera vez la atenci¨®n p¨²blica en la d¨¦cada de 1930, cuando los pilotos comerciales empezaron a volar a Per¨². Estas l¨ªneas rectas kilom¨¦tricas, formas geom¨¦tricas y figuras de animales dispersas a lo largo de 500 kil¨®metros de la reseca meseta de Nazca han planteado un rompecabezas, tanto para arque¨®logos como para te¨®ricos de la conspiraci¨®n. Al parecer fue la antigua civilizaci¨®n de los nazca, que prosper¨® en esta regi¨®n entre los a?os 200 y 600, la que traz¨® los jerogl¨ªficos quitando la tierra y las piedras de color cobrizo que dejaban al descubierto la arena m¨¢s clara que hay debajo, en trazos de 30 cent¨ªmetros de anchura. Como no hay lluvias, ni viento, ni erosi¨®n, los dibujos han permanecido intactos durante casi 2.000 a?os. No obstante, sigue siendo un misterio c¨®mo se las arreglaron para crear semejantes l¨ªneas rectas y unos animales tan proporcionados, y con qu¨¦ fin las hicieron.
Hay muchas teor¨ªas al respecto, unas m¨¢s descabelladas que otras: que las l¨ªneas rectas son antiguas pistas de aterrizaje de naves extraterrestres, o que los animales integran un gigantesco calendario astron¨®mico. Teor¨ªas m¨¢s recientes apuntan a que las im¨¢genes de animales representaban fases astrol¨®gicas o animales tot¨¦micos (esp¨ªritus) de diferentes clanes nazcas. Y con respecto a las l¨ªneas y trapezoides, probablemente se utilizaron en rituales para suplicar agua a los dioses en una de las partes m¨¢s ¨¢ridas de Per¨². Las l¨ªneas de Nazca, que se aprecian mejor desde el aire, se pueden ver tambi¨¦n desde un mirador a 20 kil¨®metros de la localidad peruana.
Estr¨®mboli, faro de fuego del Mediterr¨¢neo (Sicilia, Italia)
La hiperactiva isla de Estr¨®mboli, en el arco volc¨¢nico entre el Vesubio y el Etna de Sicilia, ha atrapado la imaginaci¨®n de los hombres durante milenios. Los antiguos marinos llamaban a este cono perfecto que se asoma por el este de las islas Eolias el faro del Mediterr¨¢neo, por sus constantes erupciones. A Estr¨®mboli llegan excursionistas de todo el mundo para ascender por la ladera para llegar a la cumbre, avanzando por yermas extensiones de ceniza. Se tarda unas dos horas en llegar a la extraterrenal cumbre del volc¨¢n: cr¨¢teres humeantes sobre un cielo crepuscular rojizo, con el sol poniente reflejado en el mar. Desde esta posici¨®n privilegiada, se puede contemplar el humo que sisea sin cesar, con puntuales e imprevistos chorros de fuego vertical, explosiones estruendosas y piedras incandescentes correteando cuesta abajo del cr¨¢ter.
Las erupciones pueden pasar a convertirse en nubes de humo gris, con motas rojas a intensas fuentes de luz roja anaranjada, todas irrepetibles y preciosas. El descenso depara tambi¨¦n vistas increibles. Y otra visi¨®n sorprendente es contemplar las erupciones desde el mar o subir al Sciara del Fuoco, la desolada extensi¨®n gris bajo de los cr¨¢teres del Estr¨®mboli donde se pueden ver las rocas de lava fundida descendiendo por las laderas y sumergi¨¦ndose en el Mediterr¨¢neo, 900 metros m¨¢s abajo. Para llegar a Estr¨®mboli se puede coger el hidroplano diario desde Milazzo (Sicilia) o el ferri que sale dos veces por semana desde N¨¢poles.
Los algodones de Pamukkale-Hier¨¢polis (Turqu¨ªa)
No son ning¨²n secreto, pero s¨ª uno de los lugares m¨¢s sorprendentes del planeta. Se trata de los famosos travertinos de Pamukkale (que significa castillo de algod¨®n), balsas de carbonato c¨¢lcico en forma de nen¨²fares gigantes llenas de l¨ªmpidas aguas turquesa. Los visitantes, descalzos, pueden subir por ellas hasta el Pamukkale Termal, en lo alto de la meseta, donde se puede disfrutar de un relajante (y caro) ba?o termal.
Por debajo, los restos de antiguas columnas atestiguan la existencia de unos ba?os termales en este lugar desde tiempos grecorromanos. Tan impresionantes son los travertinos que tienden a eclipsar las ruinas de la antigua Hier¨¢polis, diseminadas sobre la ladera. Sin embargo, estas ruinas son una digna competencia para ?feso, yacimiento m¨¢s conocido. El enorme teatro muestra la riqueza y la importancia de la antigua ciudad que ocup¨® esta meseta. Desde sus gradas, da la impresi¨®n de que los actores vayan a salir a escena en cualquier momento. Muy cerca de aqu¨ª crucificaron al ap¨®stol san Felipe cabeza abajo, siniestro evento que recuerda un martyrium octagonal al que suelen acudir los peregrinos. La calle Frontinus, que a¨²n conserva sus losas, lleva hasta una serie de letrinas construidas para acomodar m¨²ltiples traseros. Una puerta en ruinas da paso a una necr¨®polis con dos kil¨®metros de tumbas donde no se oye m¨¢s que el ulular de los b¨²hos. Se puede pasar la noche en Pamukkale y subir por uno de los tres caminos que recorren los travertinos.
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