Una cerveza en la sacrist¨ªa y un caf¨¦ en el viejo molino de Utrecht
En la ciudad neerlandesa, a tan solo media hora en tren de ?msterdam, no todo es lo que parece. Antiguas iglesias, f¨¢bricas y almacenes se han reacondicionado como atractivos espacios para el ocio
Utrecht no solo presume de haber sido la localidad en la que se firm¨®, en 1713, el hist¨®rico tratado de paz que puso fin a la guerra de Sucesi¨®n espa?ola o de tener el Dom, la torre de iglesia m¨¢s antigua ¡ªel 26 de junio de 1321 se coloc¨® la primera piedra ¡ª y, con sus 112 metros, m¨¢s alta de los Pa¨ªses Bajos. Con 300.000 habitantes y a solo media hora en tren desde el aeropuerto de ?msterdam, tambi¨¦n alardea del peculiar ambiente que dan a las calles de su coqueto centro urbano los numerosos estudiantes de su centenaria universidad. Canales, plazas y parques de esta ciudad, en la que la bicicleta es la reina absoluta para desplazarse, se llenan de animaci¨®n cuando el tiempo acompa?a y unos pocos rayos de sol son suficiente excusa para sentarse en una terraza o, simplemente, en las escalinatas que dan al canal junto al Tivoli, el vanguardista centro cultural que bordea el casco hist¨®rico. Entonces, sus viejos edificios de cuidadas fachadas y sus templos discretos acrecientan el atractivo de un lugar en el que no todo es lo que parece.
Una iglesia convertida en hotel
Un ejemplo de ello es el hotel Bunk. Asomado a un canal y no muy lejos de las modernas l¨ªneas del Tivoli, el vetusto edificio en el que se ubica fue en su origen una iglesia. Aunque conserva su fachada con espada?a y campa?a, el interior ha dejado a un lado los rezos y se ha convertido en un amplio espacio donde tomar una cerveza, comer un s¨¢ndwich o brindar con un chupito de jenever, un destilado de cebada malteada, centeno y ma¨ªz que es conocido popularmente como la ginebra de los Pa¨ªses Bajos. El local est¨¢ presidido por el antiguo ¨®rgano y un ascensor transparente, situado justo enfrente, permite subir a la zona de alojamiento, donde se alternan las habitaciones cl¨¢sicas con los dormitorios compartidos. Mientras parte de la nave central es ocupada por la barra y una cocina acristalada que muestra el trasiego de su interior, el espacio elevado de lo que en su d¨ªa fue el coro es ahora un lugar m¨¢s para disfrutar de una copa.
Tambi¨¦n en una antigua iglesia se encuentra el caf¨¦-cervecer¨ªa Olivier. Su fachada, sin embargo, despista, ya que parece la de una antigua vivienda. Es consecuencia de la permisividad a medias de una ciudad que, durante la Reforma protestante, consent¨ªa el culto de otros credos siempre y cuando no se hiciera alarde en el exterior de sus templos. Tambi¨¦n aqu¨ª se conserva el ¨®rgano, aunque no es el ¨²nico elemento religioso de este edificio con altos techos abovedados. Sobre una de las puertas de entrada a la nave central, hoy ocupada por la barra y las mesas donde beben y charlan los clientes, aparece una escultura de la Virgen. En la otra, una figura de Jesucristo. Entre ambas, un relieve tambi¨¦n remite a su antigua funci¨®n religiosa. Sin embargo, su mayor atractivo es la larga variedad de cervezas ¡ªde barril y en botella¡ª que ofrece, buena parte de ellas belgas, eso s¨ª.
Tambi¨¦n en el centro de Utrecht est¨¢ el caf¨¦ The Village, un lugar que ocupa dos locales contiguos, uno de ellos un antiguo estudio de tatuajes. Una de las paredes aparece recubierta, como recuerdo de aquella pret¨¦rita funci¨®n, de cuadros que atesoran los dise?os de los, a veces, recargados dibujos que aqu¨ª se plasmaban en la piel de los antiguos clientes. Especializado en el caf¨¦ ¡ªtienen una veintena de variedades, adem¨¢s de una peque?a tienda donde comprar este producto en grano y las m¨¢quinas para elaborarlo en casa¡ª, su lema recuerda precisamente a una de las propiedades de la cafe¨ªna: Who needs sleep? (?qui¨¦n necesita dormir?). Mesas altas y bajas, sof¨¢s, juegos de mesa y una carta b¨¢sica de boller¨ªa completan la oferta, junto a una m¨²sica siempre presente y que fluct¨²a entre los ¨¦xitos de Abba y el rock cl¨¢sico, aunque tambi¨¦n tiene actuaciones en directo.
Comer en el viejo pozo
En esto ¨²ltimo coincide con el ¡®t Oude Pothuys, un restaurante en gran parte subterr¨¢neo que cuenta con un escenario bajo su techo abovedado donde se alternan los grupos musicales con espont¨¢neos que acuden al reclamo de sus noches de micr¨®fono abierto. Le debe su nombre (Oude Pothuys significa ¡°vieja casa de pozo¡±) a la funci¨®n que tuvo el lugar que ocupa: era el espacio bajo las viviendas en el que se recog¨ªa el agua de lluvia, aunque m¨¢s adelante se utiliz¨® como almac¨¦n o taller de artesanos. Hoy ese espacio lo llenan las mesas donde los clientes almuerzan, cenan o, simplemente, se toman una cerveza. Todo ello tambi¨¦n puede hacerse en la terraza que tiene a los pies del canal Oudegracht, que atraviesa el centro de la ciudad.
Cervezas en la f¨¢brica de aceite
Fuera ya del n¨²cleo del Utrecht m¨¢s vetusto est¨¢ el barrio de Lombok, una zona de moda por la que discurren varios canales navegables y en la que se levanta una gran mezquita de l¨ªneas modernas. Al borde de uno de estos cursos de agua est¨¢ Buurten in de Fabriek, el lugar donde tomar una cerveza acompa?ada del aperitivo por excelencia holand¨¦s: las bitterballen (croquetas habitualmente de carne, aunque tambi¨¦n se hacen de otros ingredientes).
En su terraza se disfruta tanto de la impresionante fachada del edificio industrial, que a¨²n conserva el letrero que recuerda que aquello fue una f¨¢brica de aceite, como de la estructura met¨¢lica que se levanta junto a la orilla del canal y que en su d¨ªa sirvi¨® para transferir las mercanc¨ªas de la f¨¢brica a las barcazas y viceversa. En el interior de la antigua factor¨ªa, que dispone tambi¨¦n de actividades culturales, se muestra un esquema sobre el funcionamiento de aquella f¨¢brica. M¨¢s familiar que otros locales de Utrecht, Buurten in de Fabriek cuenta en su interior con un espacio especial para que jueguen los ni?os.
No muy lejos, y a¨²n en el barrio de Lombok, se ubica Molen de Ster, un remozado molino levantado en 1739 ¡ªsolo 26 a?os despu¨¦s de que se firmase la paz de Utrecht¡ª que, si bien hace tiempo abandon¨® su vieja funci¨®n de aserradero, a¨²n hace una vez a la semana exhibiciones sobre la utilidad para la que fue creado. El espectacular molino es hoy un restaurante, cervecer¨ªa y cafeter¨ªa en el que disfrutar de diversas actividades culturales, celebrar un banquete de bodas o, simplemente, tomar un caf¨¦ acompa?ado de sus c¨¦lebres poffertjes, un dulce tradicional holand¨¦s elaborado con una masa frita que se asemeja a las tortitas. El espacio, que tiene incluso una peque?a granja con animales para el disfrute de los m¨¢s peque?os, se llena cuando llega el buen tiempo y las mesas de su terraza ¡ªtambi¨¦n, c¨®mo no, al borde de un canal¡ª se convierten en un privilegiado lugar para disfrutar de su variado programa l¨²dico, que incluye desde conciertos hasta torneos de petanca.
Directorio
- Hotel Bunk: Catharijnekade, 9; bunkhotels.com/utrecht/sleep
- Olivier: Achter Clarenburg, 6A; cafe-olivier.be
- The Village Coffee & Music: Voorstraat, 44-46; thevillagecoffee.nl
- 't Oude Pothuys: Oudegracht, 279; pothuys.nl
- Buurten in de Fabriek: Kanaalweg, 91; kombuurten.nl/ buurten-in-de-fabriek
- Molen de Ster: Molenpark, 3; molendester.nu.
- Web oficina turismo Utrecht: discover-utrecht.com
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