17 fotosGu¨ªa El Viajero 202317 para¨ªsos en las afueras (uno por comunidad)Oto?o es buena ¨¦poca para explorar los espacios naturales que hay al lado mismo de las ciudades, cuando cesa el calor y se doran las alamedas del r¨ªo Manzanares, del J¨²car, del Duero¡ En alguna urbe se oye incluso la berrea de los ciervosAndr¨¦s Campos27 oct 2023 - 05:29CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceSierra Nevada tiene el doble de altura y 100 veces m¨¢s fama. Por eso, la sierra de Hu¨¦tor es una perfecta desconocida en la mayor parte de Espa?a. No as¨ª en Granada, ciudad de la que est¨¢ a solo 10 kil¨®metros al noreste y para la que es un recreo c¨®modo, habitual y tradicional, que ya en el siglo XI los reyes zir¨ªes ven¨ªan a pasar aqu¨ª la Pascua de los Alaceres, en tiempo de la vendimia, y celebrar a?aceas, zambras y jolgorios varios. Alfaguara llamaron los musulmanes a la zona de la sierra m¨¢s pr¨®xima a Granada, por su abundancia en aguas manant¨ªas. Testigo de ello es la milenaria Fuente Grande, en la localidad de Alfacar: un nacedero borboteante cuyas linfas cristalinas se remansan en un estanque monumental, de 30 metros por 15, en forma de l¨¢grima. Se puede (y se debe) pasear por la acequia de Aynadamar, que desde este manadero surt¨ªa al barrio granadino del Albaic¨ªn y que el poeta e historiador Ibn al-Jatib describ¨ªa rodeada de huertos deliciosos, jardines incomparables, mirtos y palacios. (turgranada.es/ juntadeandalucia.es) Elena Fernandez Cervera (Alamy /En el Meandro de Ranillas, la ¨²ltima curva que traza el Ebro antes de cruzar Zaragoza, donde anta?o hab¨ªa huertos y en 2008 se plant¨® la Exposici¨®n Universal, resplandecen y oxigenan el aire los 25.000 ¨¢rboles y 40.000 arbustos del Parque del Agua, que en oto?o, por motivos obvios, es cuando m¨¢s bellos est¨¢n. Este oasis de dise?o de 120 hect¨¢reas es un nuevo concepto de parque, cuyo objetivo principal, seg¨²n la web del Ayuntamiento, es ¡°reafirmar los lazos de la ciudad con su territorio, manteniendo los ambientes m¨¢s naturales en el meandro¡±. Para ello, se ha conservado la vegetaci¨®n aut¨®ctona (sauces, ¨¢lamos, olmos, tamarices y fresnos) y se han creado 200 huertos ecol¨®gicos. Pero como no todos los zaragozanos son unos hippies obsesionados con lo natural y lo aut¨®ctono, se han introducido tambi¨¦n cosas m¨¢s del gusto de los modernos urbanitas: golf, canal de aguas bravas, playa fluvial, parque de aventura, centro termal¡ (zaragoza.es) Alvaro Bueno (Alamy / CORDON PREA siete kil¨®metros al oeste de Gij¨®n, se yergue poderoso el cabo Torres. Y encima de ¨¦l, rodeado de acantilados de 70 metros de altura, se extiende el Parque Arqueol¨®gico-Natural de la Campa Torres, el cual atesora los restos (foso, contrafoso, muralla¡) del castro de Noega, donde viv¨ªan desde el siglo VI antes de Cristo los cil¨²rnigos, uno de los 22 pueblos que compon¨ªan los astures, dedicados fundamentalmente a la metalurgia (la ra¨ªz c¨¦ltica cilurnum significaba caldero). Con sol, desde el castro se domina un panorama b¨¢rbaro de la ciudad de Gij¨®n, as¨ª como de las playas de Xivares, Perlora y Cand¨¢s. Con niebla, a¨²n es mejor: se ve un ej¨¦rcito fantasmal de barcos y gr¨²as, los del puerto de El Musel, como quiz¨¢ vieron los cil¨²rnigos, a principios del siglo I, llegar a los romanos con sus naves y sus ingenios, sin sospechar que era su fin. M¨¢s parecida a un campo de golf que a un yacimiento arqueol¨®gico, la verde campa que alfombra el cabo Torres cuenta con un agradable paseo y con un peque?o museo. (gijon.es) Jose Manuel Sanchez Guerrero (AlMuchos suben en coche o en autob¨²s a este monte de las vecindades de Palma, visitan el castillo de Bellver ¨Cuna preciosa fortaleza circular del siglo XIV¨C, hacen una foto casi a¨¦rea de la ciudad, la publican en Instagram y salen pitando. El bosque de Bellver, casi ni lo huelen. Otros se lo toman con m¨¢s calma y ascienden a esta cima de 112 metros de altura por la escalinata de Sa Pujada, saboreando en cada uno de sus 500 pelda?os el aroma de los pinos carrascos, las encinas, los acebuches y los madro?os. Y otros, conscientes de la inmensa suerte que es tener un bosque as¨ª a solo tres kil¨®metros de Palma, lo exploran sin ninguna prisa, disfrutando de todas las posibilidades que ofrece para hacer senderismo. En dar una vuelta de cinco kil¨®metros, bordeando por el interior la cerca que delimita este bosque de 126 hect¨¢reas, se tarda una hora y media. (visitpalma.com). Matt Piotrzkowski (Alamy / CORDOVista desde el cielo, como se ve en los mapas, Tenerife tiene la forma de un jam¨®n. El centro de ese inmenso pernil, la parte m¨¢s abultada y apetitosa, corresponde al Teide. El extremo nororiental (la pezu?a del jam¨®n) es Anaga, pen¨ªnsula, macizo, parque rural y reserva de la biosfera situada en las vecindades de la capital insular, que, lejos de ser lo menos sustancioso e interesante de Tenerife, concentra m¨¢s endemismos que ning¨²n otro lugar de Canarias y del resto de Europa. La pen¨ªnsula de Anaga es un rompeolas de los vientos alisios y una de las zonas m¨¢s lluviosas de la isla. Es una isla dentro de la isla que, en pocos kil¨®metros, re¨²ne todos los paisajes posibles. Muchos endemismos y muchos paisajes, pero pocas carreteras. De hecho, a¨²n hay pueblos a los que solo se llega a pie o en barco. En tres horas y media se pueden unir caminando los remotos caser¨ªos y las playas salvajes de Benijo y Roque Bermejo, a trav¨¦s de una selva que har¨ªa gritar de placer a Tarz¨¢n. De all¨ª se regresa a Santa Cruz en taxi acu¨¢tico. (webtenerife.com/ reservabiosfera.tenerife.es) Jonathan Vandevoorde (Arterra / Al norte de Santander, protegiendo la entrada de la bah¨ªa, se encuentra Cabo Mayor, donde los d¨ªas de galerna golpean olas como monta?as. Sobre este fabuloso rompeolas natural, luce desde el 15 de agosto de 1839 el faro m¨¢s importante de Cantabria, con foco situado a 30 metros de altura sobre la tierra y a 91 sobre el mar. Una se?ora torre de desnuda siller¨ªa que, adem¨¢s de emitir dos destellos de luz blanca cada 10 segundos y dos pitidos largos cada 40 en caso de niebla, brinda un panorama acongojador de la costa acantilada y alberga un museo con cientos de faros pintados por Eduardo Sanz, ?rculo, P¨¦rez Villalta, Eduardo Arroyo... Aunque tiene acceso en coche, una preciosa senda costera permite acceder a pie desde El Sardinero, bordeando el campo de golf y la playa salvaje de Matale?as, siempre cerca de los cortados donde anidan el halc¨®n y el colirrojo tiz¨®n. Una hora y media, sin parar, se tarda en llegar al faro. (turismo.santander.es) anderm (GETTY IMAGES)En ninguna urbe espa?ola la naturaleza est¨¢ tan pr¨®xima del centro, del casco hist¨®rico, como en Cuenca, donde las viejas casas se levantan haciendo equilibrios sobre una alta pe?a caliza rodeada de ca?ones: son las hoces del r¨ªo J¨²car y su afluente el Hu¨¦car, que abrazan la ciudad medieval como el foso de un castillo de gigantes. Para disfrutar de esa naturaleza tan repentina, tan brusca, nada como el sendero perif¨¦rico de las Hoces de Cuenca (SL-CU 10), que traza un c¨ªrculo de cuatro kil¨®metros alrededor del casco hist¨®rico, subiendo primero por el ca?¨®n del r¨ªo Hu¨¦car y bajando despu¨¦s por el del J¨²car. Se?alizado con letreros y marcas de pintura blanca y verde, arranca en el Auditorio, donde hay un aparcamiento y un punto de informaci¨®n tur¨ªstica, y enseguida comienza a ganar altura por los cortados calizos de la margen derecha del H¨²ecar, a los que se aferran las famosas Casas Colgadas. Un par de horas se tarda en dar la vuelta entera, haciendo frecuentes paradas contemplativas. (visitacuenca.es/ruta/hoces-de-cuenca) DCarreno (Alamy / CORDON PRESS)Otras afueras bonitas y repentinas son las de Soria, ciudad que se acaba bruscamente al cruzar el viejo foso medieval del r¨ªo Duero. Al otro lado del puente de Piedra hay un magn¨ªfico paseo que discurre por la margen izquierda del r¨ªo, aguas abajo, entre el monasterio de San Polo y la ermita de San Saturio. Este camino de poco m¨¢s de un kil¨®metro, bordado de ¨¢rboles llenos de corazones e iniciales (los ¡°¨¢lamos del amor¡±, como los llamaba Machado), es la postal eterna de Soria, la foto que todos los visitantes se han llevado como recuerdo de la ciudad desde que se invent¨® la c¨¢mara. En alg¨²n lugar del mundo, Google debe de tener un servidor espec¨ªfico, de muchos terabytes, para almacenar los millones de im¨¢genes que hay de la ermita de San Saturio, arrebujada en el dorado manto oto?al de los chopos ribere?os. Otro d¨ªa, para variar, se puede caminar r¨ªo arriba hasta Garray, el pueblo que custodia las ruinas de Numancia. (turismosoria.es) ANDR?S CAMPOSDelante, el Mediterr¨¢neo y cuatro kil¨®metros de playas, la Barcelona abierta al mar fresca, moderna y espont¨¢nea que sale en todos los anuncios, en todas las fotos, en todos los pensamientos. Detr¨¢s, a cinco kil¨®metros escasos del centro de la ciudad, la sierra de Collserola, uno de los mayores parques metropolitanos del mundo, 8.259 hect¨¢reas de pinos, encinas, robles, vistas, silencio, ox¨ªgeno¡ ?Y soledad? No, soledad es lo ¨²nico que no hay ni puede haber en esta sierra, estando como est¨¢ rodeada de nueve municipios y tres millones de personas. Pero hay 400 kil¨®metros de senderos (el m¨¢s sencillo, panor¨¢mico y popular, la carretera de las Aig¨¹es, una antigua conducci¨®n de agua que abastec¨ªa a los barceloneses, de ocho kil¨®metros de recorrido). Y, ya que estamos en oto?o, hay un mont¨®n de setas: desde el ubicuo, democr¨¢tico y pinariego n¨ªscalo hasta la muy noble, muy codiciada y muy esquiva Amanita ces¨¢rea o huevo de rey, que solo crece, vaya usted a saber por qu¨¦, bajo ciertas encinas. (parcnaturalcollserola.cat) Sergi Boixader (Alamy / CORDON PEn El Pardo, justo antes de entrar en Madrid, el Manzanares a¨²n es un r¨ªo sorprendentemente natural. Ya no es el ni?o salvaje que brinca y berrea nada m¨¢s nacer en la sierra de Guadarrama, pero todav¨ªa conserva un aire juvenil, sano y risue?o. As¨ª lo vamos a ver subiendo por su margen derecha desde el puente de los Capuchinos, en El Pardo. El sendero, muy sencillo y sin p¨¦rdida posible, porque discurre siempre al lado del r¨ªo, nos va a llevar en una hora hasta la presa de El Pardo. Mirando a la derecha, hacia el Manzanares, descubriremos espl¨¦ndidas alamedas y fresnedas, que el oto?o pinta de vivo amarillo. Mientras que, mirando a la izquierda, tras la alambrada que protege la zona de reserva integral del monte de El Pardo, observaremos docenas de gamos triscando entre las encinas, cosa nada extraordinaria, pues hay miles de ellos y en esta ¨¦poca andan revueltos, de ronca que le dicen. (elpardo.es) Vali Lung (Alamy / CORDON PRESS) A siete kil¨®metros al norte de Castell¨®n, en un cerro del parque natural del Desierto de las Palmas, se encuentran las ruinas del musulm¨¢n Castell Vell, donde habitaron los primeros castellonenses hasta 1251, cuando se trasladaron a La Plana, al llano. Hay unas magn¨ªficas vistas de la ciudad y del mar, as¨ª como un entorno de pinares y merenderos ideal para hacer un p¨ªcnic. Siguiendo por la misma carretera que lleva al Castell Vell, la CV-147, nos adentraremos en el parque natural del Desierto de las Palmas, que de desierto solo tiene la soledad, porque es una selva de alcornoques, carrascas, madro?os, durillos, brezos, torviscos, aladiernos, ruscos, enebros, lentiscos y palmitos. Aqu¨ª se emboscaron los carmelitas descalzos a finales del siglo XVI y aqu¨ª siguen, en un bonito monasterio rodeado de ermitas, exuberantes verdores y montes como el pico Bartolo, m¨¢xima altura del parque (736 metros), al que se puede subir y bajar en un par de horas para otear desde la cima las islas Columbretes, a 59 kil¨®metros de distancia. (desiertodelaspalmas.com / turismodecastellon.com) Vicente Soler Marmaneu VicenfotoPe?as gran¨ªticas que parecen esculturas, un centenar largo de cig¨¹e?as y las obras vanguardistas del Museo Vostell conviven en los campos encharcados del Monumento Natural Los Barruecos, en Malpartida de C¨¢ceres, a 14 kil¨®metros de la capital provincial. Mejor maridaje entre naturaleza y arte, dif¨ªcilmente se hallar¨¢ en Espa?a. Ni mejor forma de escapar de una ciudad, m¨¢s r¨¢pida y original. De las cuatro sendas autoguiadas que recorren Los Barruecos, la m¨¢s completa es la ruta azul, de dos horas de duraci¨®n, que permite ver las pe?as m¨¢s curiosas, tumbas antropomorfas, un asentamiento romano, un poblado neol¨ªtico, grabados y pinturas rupestres y las esculturas al aire libre del hispano-alem¨¢n Wolf Vostell (1932-1998), pintor, escultor, pionero de la instalaci¨®n y el videoarte y figura destacada del movimiento Fluxus, que nada m¨¢s contemplar este paisaje, en 1976, lo declar¨® ¡°obra de arte de la naturaleza¡± y decidi¨® crear all¨ª un museo donde se combinaran las creaciones naturales con las humanas. (malpartidadecaceres.es/ museovostell.juntaex.es) Kemedo / Alamy / CORDON PRESSNo hace falta viajar a Islandia para disfrutar de un ba?o termal al aire libre. Tampoco a Jap¨®n, ni a Budapest, ni a los Alpes. A orillas del Mi?o, junto a la capital orensana, pozas gratuitas y spas econ¨®micos ofrecen este placer natural todo el a?o, aunque nieve a capazos. Al oeste de la ciudad, r¨ªo abajo, se suceden durante cuatro kil¨®metros las pozas y termas de Chavasqueira, Mu¨ª?o da Veiga, Outariz y Burgas de Canedo, adem¨¢s de las fuentes de O Tinteiro y de Reza. Algunas son instalaciones privadas, spas de estilo japon¨¦s donde l¨®gicamente hay que pagar (tampoco mucho: 6,40 euros), pero otras son ba?os p¨²blicos acondicionados como ¨¢reas recreativas de pa¨ªs rico, con vestuarios, cuidado c¨¦sped y piscinas naturales de granito, donde uno puede pasar el d¨ªa en remojo gratuitamente. Se puede ir andando o pedaleando por el paseo asfaltado que discurre por la orilla del r¨ªo o tomar el tren tur¨ªstico que sale cada hora (cada dos, en invierno) de la Plaza Mayor de Ourense. (turismodeourense.gal/termalismo) Andr¨¦s CamposAndando o pedaleando por el Camino de Santiago, se llega enseguida desde Logro?o al parque de La Grajera, un espacio natural de 87 hect¨¢reas (32 de las cuales corresponden a un embalse) que dista solo seis kil¨®metros del centro de la ciudad. Una vez all¨ª, si hay ganas de quemar m¨¢s calor¨ªas, se puede rodear el embalse o seguir las flechas amarillas de la ruta jacobea hasta el alto de La Grajera, desde donde se divisa todo el parque y la capital riojana. Pero muchos de los que vienen a La Grajera no quieren quemar nada: si acaso, algunas chuletillas a la brasa. Llegan en coche con su nevera llena de refrescos y vituallas, las gavillas de sarmientos, el bal¨®n para dar unas pataditas, el peri¨®dico, la baraja¡ Para ellos hay mesas y asadores al aire libre. Como es l¨®gico, en verano, para evitar los incendios, estos ¨²ltimos se precintan. (lariojaturismo.com) Nick Hatton (Alamy / CORDON PRESEn las mismas afueras de Pamplona no est¨¢ la Valdorba, pero solo hay que viajar 20 kil¨®metros hacia el sur para descubrir esta comarca intacta e ignota, puramente medieval. Nada de verdores exagerados. Por doquier, campos de cereales, montecillos tapizados de carrascas y preciosos templos rom¨¢nicos, como la ermita de San Pedro de Echano o la iglesia del Santo Cristo de Katal¨¢in. En lo alto de Iratxeta hay otro edificio rom¨¢nico sorprendente: un granero aupado sobre 10 arcos de medio punto, que es el h¨®rreo m¨¢s antiguo de Espa?a. Y en lo alto de la sierra de Guerinda, un molino de viento como los de La Mancha. Poco ha cambiado en 1.000 a?os este rinc¨®n de Navarra. En realidad, la Valdorba se parece muy poco a la Navarra que todo el mundo conoce o cree conocer. (valdorba.org) ANDR?S CAMPOSSolo se tarda 15 minutos en coche. O una hora y media a pie. Avanzando seis kil¨®metros hacia el sur desde el centro de la capital, nos plantamos en el parque regional El Valle y Carrascoy, que es grandecito (17.410 hect¨¢reas) y est¨¢ formado por las sierras prelitorales que separan el valle del Segura y la cuenca del Mar Menor, la Huerta de Murcia y el Campo de Cartagena. Imprescindible, para abrir boca, el Centro de Visitantes de El Valle, que dispone de un servicio de visitas guiadas con cuatro recorridos (tres exteriores, de una hora de duraci¨®n, y uno en el propio recinto). Otros dos lugares recomendables son el Centro de Recuperaci¨®n de Fauna Silvestre y el Arboretum, un jard¨ªn bot¨¢nico de 1,5 hect¨¢reas con m¨¢s de 600 plantas de 108 especies diferentes. El paisaje m¨¢s curioso del parque, ideal para caminar alrededor y escalar arriba y abajo, es la Cresta de Gallo, unos riscos pelados de roca colorada que parecen eso mismo. (turismodemurcia.es) Marlene Vicente (Alamy / CORDON A solo dos kil¨®metros en l¨ªnea recta de la almendra medieval de Vitoria, al este de la ciudad, deslumbra a propios y extra?os el parque de Salburua, Humedal Ramsar de importancia internacional, incluido en la Red Natura 2000, donde habitan el vis¨®n europeo e infinidad de aves (¨¢nades, ¨¢nsares, silbones, cucharas, cercetas, porrones, fochas, somormujos, zampullines, gaviotas, garzas, garcetas¡) y donde es f¨¢cil tropezarse con alguno de los 140 ciervos que triscan y berrean a orillas de sus lagunas. Si el rey Sancho IV de Navarra, que fund¨® Vitoria en 1181, levantara la cabeza y viera y oyera lo que se ve y se oye en el parque de Salburua, pensar¨ªa que nada ha cambiado. Este para¨ªso acu¨¢tico de 200 hect¨¢reas se puede visitar a pie o en bici, por libre o participando en las actividades que organiza el Centro de Interpretaci¨®n Ataria: rutas guiadas, talleres, charlas, anillamiento de p¨¢jaros... (vitoria-gasteiz.org¡Ò) ALFREDO RUIZ HUERGA (Alamy / COR