La erupci¨®n de los vinos volc¨¢nicos de las islas Canarias
Con m¨¢s de cinco siglos de tradici¨®n, el genuino vino de este archipi¨¦lago vive un momento de reconocimiento y revalorizaci¨®n. Sin embargo, el abandono del campo y la falta de apoyos plantean retos importantes
Los vinos volc¨¢nicos est¨¢n en erupci¨®n. Viven uno de sus mejores momentos desde el siglo XV, cuando, por primera vez, se pusieron de moda y desde las islas Canarias se propagaron por el resto del mundo. En Espa?a, este archipi¨¦lago es el ¨²nico terru?o volc¨¢nico en el que capas de suelo antiguo se alternan con otras mucho m¨¢s j¨®venes, sometido a una fuerte erosi¨®n, con plantaciones desde el nivel del mar hasta casi los 1.700 metros de altitud, y climas diversos. El resultado es ¡°vinos que ofrecen una experiencia singular¡±, argumen...
Los vinos volc¨¢nicos est¨¢n en erupci¨®n. Viven uno de sus mejores momentos desde el siglo XV, cuando, por primera vez, se pusieron de moda y desde las islas Canarias se propagaron por el resto del mundo. En Espa?a, este archipi¨¦lago es el ¨²nico terru?o volc¨¢nico en el que capas de suelo antiguo se alternan con otras mucho m¨¢s j¨®venes, sometido a una fuerte erosi¨®n, con plantaciones desde el nivel del mar hasta casi los 1.700 metros de altitud, y climas diversos. El resultado es ¡°vinos que ofrecen una experiencia singular¡±, argumenta Juan Jes¨²s M¨¦ndez, presidente de la Asociaci¨®n de Viticultores y Bodegueros de Canarias (AVIBO): ¡°Propuestas que sorprenden y se salen del, muchas veces, homog¨¦neo mercado globalizado¡±.
Los vinos canarios son como su tradici¨®n vitivin¨ªcola: genuinos. Y comparten rasgos: textura ligera; aroma contundente, con una marcada expresi¨®n mineral, que matiza cada trago; un caracter¨ªstico toque salino, y una potente ¡ªy muy apreciada¡ª acidez. Adem¨¢s, ¡°Canarias es una reserva gen¨¦tica de vi?as, con algunas ¨²nicas en el mundo¡±, apunta M¨¦ndez, propietario de bodegas Vi?¨¢tigo, con sus vi?as salteadas en el valle de Icod, en Tenerife. Distribuyen unas 150.000 botellas al a?o, en 27 etiquetas diferentes. Exportan el 60% de la producci¨®n.
Aunque fund¨® Vi?¨¢tigo en 1990, M¨¦ndez es la cuarta generaci¨®n de viticultores y algunos de los vi?edos que cuida ya los atend¨ªan sus abuelos. ¡°Cuando comenc¨¦, me llam¨® la atenci¨®n la pluralidad varietal de las islas¡±, dice. Las uvas m¨¢s cultivadas en el archipi¨¦lago son list¨¢n blanco y negro, vijariego blanco y negro, malvas¨ªa volc¨¢nica (blanca) y negra moll (tinta). Sin embargo, hay varias decenas m¨¢s. Hay estudios que las cifran en m¨¢s de 80: ¡°Unas 40 no existen en ning¨²n otro lugar de la Tierra; solo sobreviven aqu¨ª¡±, desvela M¨¦ndez. ?l investiga ese abanico gen¨¦tico en colaboraci¨®n con la Estaci¨®n de Viticultura y Enolog¨ªa de Galicia y el Departamento de Biolog¨ªa Molecular de la Universidad de Tarragona.
Las vides llegaron a Canarias hace unos 500 a?os de la mano de los colonos europeos. Franceses, mallorquines, castellanos, portugueses¡ Todos tra¨ªan sarmientos diferentes. Un par de siglos despu¨¦s, sobre 1870, una plaga de filoxera arras¨® con los vi?edos de Europa. El insecto nunca alcanz¨® las Canarias. ¡°Aqu¨ª todo el vi?edo est¨¢ en pie franco [sin injertar]. Es decir, que conservamos el material gen¨¦tico original. Como desapareci¨® en su lugar de origen, se han vuelto end¨¦micas de las islas¡±, aclara M¨¦ndez.
Por otro lado, toda esa diversidad de uvas se cr¨ªa aqu¨ª sobre suelos volc¨¢nicos, algunos con varios millones de a?os de edad y otros con unos cientos de miles. Los m¨¢s vetustos y evolucionados, con arcillas, ofrecen mayor capacidad para retener agua. Los m¨¢s j¨®venes son muy porosos y con un alto contenido de materia org¨¢nica. Adem¨¢s, el viento y el oc¨¦ano Atl¨¢ntico alteran y transforman estos suelos.
Buscando remarcar esos singulares matices, en las islas hay 11 denominaciones de origen: Tenerife tiene cinco (Ycoden Daute Isora, La Orotava, Tacoronte-Acentejo, Valle de G¨¹¨ªmar y Abona), mientras que Lanzarote, La Palma, Gran Canaria, La Gomera y El Hierro ostentan cada una la suya propia. La m¨¢s reciente es la D. O. Islas Canarias, impulsada en 2011 por AVIBO. En ingl¨¦s, Canary Wine, como se denominaba hace cinco siglos, aunque tambi¨¦n estaba extendido malvas¨ªa: ¡°Dame una copa de vino canario¡±, escribi¨® Shakespeare para uno de los personajes de Enrique IV.
Similar a la categorizaci¨®n aplicada en Burdeos, la D. O. Islas Canarias recoge una serie de subdivisiones piramidales para especificar la procedencia del vino: regional, isle?o, de pago¡ ¡°Vivimos una situaci¨®n disparatada con 11 denominaciones. Bastar¨ªa con una, especificando procedencias. Ser¨ªamos todos m¨¢s conocidos¡±, opina Juan Jos¨¦ Otamendi, copropietario, junto a su hermano Ferm¨ªn, de El Grifo, en Lanzarote, la bodega m¨¢s antigua del archipi¨¦lago. ¡°Lleva haciendo vino ininterrumpidamente desde 1775¡å, rese?a Otamendi, ¡°es decir, en 2025 cumplir¨¢ 250 a?os¡±. Desde su fundaci¨®n, tres familias han ostentado su propiedad; la rama actual, desde finales del XIX, con los bisabuelos de los hermanos Otamendi. ¡°La viticultura se cuid¨® siempre en las islas, pero en la elaboraci¨®n hemos mejorado much¨ªsimo¡±, celebran. Con fama global ¡ªmedallas de oro en Bruselas incluidas¡ª, producen 350.000 botellas anuales en sus 60 hect¨¢reas de vi?a, adem¨¢s de las uvas de 150 viticultores que producen para ellos.
Cr¨¢teres para guarecer plantas
¡°La viticultura lanzarote?a ha permanecido casi inalterable desde el siglo XVIII¡±, explica Juan Jos¨¦ Otamendi: ¡°Con las plantas cubiertas por una capa de arena volc¨¢nica y protegidas de los vientos alisios por muros de piedra seca. Estas no se pueden levantar por la fuerza del aire y, al ser rastreras, ocupan mucha superficie de terreno¡±. Esa tipolog¨ªa de cultivo modela un particular paisaje de cr¨¢teres que guarecen las plantas, caracter¨ªstico de La Geria, zona donde se ubica la bodega.
¡°En buena parte de los territorios volc¨¢nicos, la vi?a es inevitable; el ¨²nico cultivo posible. Por eso, su abandono supone tambi¨¦n el de la agricultura y el paisaje¡±, alerta Otamendi. Lamenta la falta de recambio generacional y la desaparici¨®n de cultivos, o la ausencia de incentivos para cambiar la tendencia. La producci¨®n isle?a se mueve en los 10 millones de litros anuales. El 77% se genera entre Tenerife (47%), con una gran diversidad clim¨¢tica y edafol¨®gica, y Lanzarote (30%), con suelos arcaicos, azotados por el aire y el mar durante miles de a?os. De lejos siguen La Palma (14%), Gran Canaria (3%), El Hierro (3%), La Gomera (2%) y Fuerteventura (1%). Con m¨¢s de 300 bodegas, de las que embotellan unas 200, las islas tienen unas 6.700 hect¨¢reas de vides. Hace una d¨¦cada eran en torno a 9.000. Se han perdido m¨¢s de un 25%.
¡°El vino canario est¨¢ de moda. La gente quiere novedades, experiencias. Nosotros podr¨ªamos darlo, pero no producimos suficiente para la demanda que hay¡±, lamenta Carlos Lozano, en¨®logo de Bodegas Tenegu¨ªa, en La Palma. Su primera vendimia arranc¨® el 7 de septiembre de 1947 en Fuencaliente. Hoy producen 200.000 botellas anuales.
Luchan ¡°por mantener vivo un sector que genera paisaje, econom¨ªa, desarrollo rural, cultura, tradici¨®n, identidad¡±. Por eso, desde la bodega han puesto en marcha la iniciativa El legado del vi?edo volc¨¢nico. Buscan incorporar j¨®venes al campo, con una perspectiva para formarse como viticultores profesionales. ¡°La idea es revitalizar parcelas abandonadas. Estamos trabajando en parcelas piloto, planteando nuevos dise?os de plantaci¨®n, optimizando el regad¨ªo o realizando la transici¨®n a cultivo ecol¨®gico¡±, aclara el en¨®logo de Tenegu¨ªa. ¡°Lo m¨¢s importante que tienen nuestros vinos volc¨¢nicos es su narrativa. Adem¨¢s, invitan a tomar la siguiente copa¡±.
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