Ecuador, el gran destino de aventura en Sudam¨¦rica
Cumbres andinas y volcanes como el Cotopaxi, la selva amaz¨®nica, pueblos ind¨ªgenas, ciudades coloniales, una riqu¨ªsima vida salvaje y playas para amantes del surf aguardan al viajero al margen de su reclamo m¨¢s popular, las islas Gal¨¢pagos
La excepcionalidad del archipi¨¦lago volc¨¢nico que inspir¨® a Darwin su teor¨ªa de la evoluci¨®n hace que el resto de Ecuador pase desapercibido para muchos viajeros, a pesar de ser uno de los pa¨ªses con una oferta m¨¢s completa y de ser c¨®modo de recorrer: su tama?o relativamente peque?o, sus buenas carreteras y el tener el d¨®lar estadounidense por moneda facilitan mucho las cosas. En este territorio se concentran la observaci¨®n de fauna de h¨¢bitats muy diferentes, escenarios incre¨ªbles para pra...
La excepcionalidad del archipi¨¦lago volc¨¢nico que inspir¨® a Darwin su teor¨ªa de la evoluci¨®n hace que el resto de Ecuador pase desapercibido para muchos viajeros, a pesar de ser uno de los pa¨ªses con una oferta m¨¢s completa y de ser c¨®modo de recorrer: su tama?o relativamente peque?o, sus buenas carreteras y el tener el d¨®lar estadounidense por moneda facilitan mucho las cosas. En este territorio se concentran la observaci¨®n de fauna de h¨¢bitats muy diferentes, escenarios incre¨ªbles para practicar deportes de aventura, costas que esconden tesoros para los surfistas, volcanes y selvas tropicales para practicar el senderismo y parques nacionales con una enorme biodiversidad. Lo que se puede combinar con un viaje cultural m¨¢s convencional, entre interesantes ciudades coloniales, mercados ind¨ªgenas o propuestas gastron¨®micas cada vez m¨¢s sofisticadas.
Para los amantes de la observaci¨®n de fauna, Ecuador tiene una enorme ventaja: su diversidad de h¨¢bitats, que van desde las praderas del altiplano hasta los bosques tropicales amaz¨®nicos, cada uno de ellos con su variedad de animales. Podremos observar decenas de especies de aves en los bosques nubosos del altiplano, escuchar los chillidos del mono aullador en la Amazonia u otear ballenas, delfines y aves marinas en el Pac¨ªfico.
Más información en la nueva guía Lonely Planet ‘Ecuador y las islas Galápagos’ y en lonelyplanet.es.
Observaci¨®n de fauna en el parque nacional Yasun¨ª
Un lugar excepcional es el parque nacional Yasun¨ª, el gran espacio natural del llamado Oriente, el Amazonas ecuatoriano. Tambi¨¦n es una de las zonas menos exploradas del pa¨ªs: casi 10.000 kil¨®metros cuadrados de pantanos, lagos, r¨ªos y densa jungla tropical. Su enorme biodiversidad incluye algunos de los animales m¨¢s dif¨ªciles de ver en la selva, como el jaguar, el ¨¢guila arp¨ªa, la anaconda o el tapir.
Se accede desde la ciudad de Coca, el lugar donde en 1542 Francisco de Orellana emprendi¨® su famoso viaje desde la cabecera del r¨ªo Napo en busca de El Dorado. Sus r¨ªos y sendas forestales son perfectos para adentrarse por la reserva e ir tras la pista de primates peludos, pecar¨ªes, tucanes y delfines de agua dulce. Algunos alojamientos cuentan incluso con miradores en el techo selv¨¢tico con magn¨ªficas vistas (y mejores oportunidades para ver vida salvaje). Y, al caer la noche, se puede hacer una excursi¨®n guiada en busca de animales nocturnos.
Yasun¨ª es tambi¨¦n una reserva cultural: aqu¨ª vive un reducido n¨²mero de tagaeri, taromenane y o?amenane, pueblos tradicionales de cazadores recolectores que se resisten al contacto con el mundo exterior y cuyo territorio ha sido modificado para protegerles de la extinci¨®n. La cercana reserva huaorani hace de barrera para proteger a estos pueblos de los que apenas quedan ya habitantes. El descubrimiento de petr¨®leo en el subsuelo del parque ha puesto todav¨ªa m¨¢s en peligro la zona.
Colibr¨ªes, orqu¨ªdeas y mariposas en Mindo
Los bosques nubosos situados al noroeste de Quito son famosos por su abundancia de aves. Aqu¨ª viven m¨¢s de 600 de las 1.600 especies que hay catalogadas en Ecuador. La peque?a ciudad de Mindo, en la ladera occidental de los Andes, a solo unas horas de la capital, es uno de los destinos m¨¢s populares entre los mochileros. Es famosa por sus aves, y un colibr¨ª gigante pintado en su plaza central lo proclama. Ornit¨®logos aficionados de todo el mundo visitan este lugar, y el ambiente es agradable en sus locales del centro, donde seducen a los viajeros con caf¨¦s arom¨¢ticos y chocolates que deslumbran paladares y olfatos (hay circuitos para ver el proceso de elaboraci¨®n del caf¨¦ y el cacao). Todo ello se completa con una buena oferta de actividades al aire libre (rafting, tubing, tirolinas) para disfrutar del bosque nuboso.
Si no se distingue una chachalaca cabecirrufa (Ortalis erythroptera) de un corcovado frentirrojo (Odontophorus erythrops) y se tiene inter¨¦s en conocerlos, lo mejor es recorrer los senderos que parten desde la llamada Casa Amarilla, a un par de manzanas del parque central de Mindo. Adem¨¢s de una gran variedad de aves, los lugare?os aseguran haber visto en la zona pumas, osos andinos de anteojos y monos. Hay que tener presente que es una actividad para madrugadores, el mejor momento es de seis a diez de la ma?ana. Aunque los mejores avistamientos no se realizan en Mindo, sino en las reservas privadas (muchas cobran entrada) de los alrededores. Otros lugares a visitar son el mariposario de Mindo y el jard¨ªn de orqu¨ªdeas Armon¨ªa, con m¨¢s de 200 especies, que adem¨¢s est¨¢ lleno de colibr¨ªes.
Aventuras en la sierra central
No hace falta escalar una monta?a para disfrutar de los Andes, porque desde cualquier cumbre las vistas suelen ser sublimes. Los paisajes de la sierra central ecuatoriana constituyen el tel¨®n de fondo perfecto para la pr¨¢ctica del ciclismo de monta?a, el senderismo, los paseos a caballo, el barranquismo, los saltos en tirolina o el puenting. No menos trepidantes son las aventuras que ofrecen las frondosas tierras bajas de Ecuador, desde surf en los rompientes del Pac¨ªfico hasta rafting en las aguas bravas de los r¨ªos de la selva del Oriente. Pero es en la sierra central, en torno al Chimborazo, el pico m¨¢s alto de Ecuador (6.263 metros), donde se concentran m¨¢s aventuras por metro cuadrado.
Esta inmensa regi¨®n tallada por el fuego y el hielo tiene volcanes espectaculares, picos con glaciares, prados, bellas ciudades coloniales, haciendas buc¨®licas, valles verdes y escarpados montes por los que el viajero descender¨¢ del altiplano atravesando cascadas y pueblos ind¨ªgenas hasta llegar a las inmediaciones de la cuenca del Amazonas. Y como es de esperar, estos espacios est¨¢n protegidos en forma de parques nacionales y reservas, como las de Los Ilinizas, Cotopaxi, Llanganates, Chimborazo y Sangay.
El circuito de Quilotoa, por ejemplo, lleva a los senderistas por comunidades ind¨ªgenas hasta un cr¨¢ter con un lago de profundidad abismal. La ruta, muy popular, es una exigente caminata circular que se inicia a 3.000 metros de altura y que discurre entre aldeas nativas y colonias de pintores, antes de recalar junto a las aguas azul celeste de un lago volc¨¢nico que, seg¨²n los lugare?os, no tiene fondo. Son unos parajes remotos que favorecen el contacto con la poblaci¨®n local y sus costumbres. Incluso una simple ruta ciclista puede ser toda una aventura si se hace por las laderas del Chimborazo, un colosal volc¨¢n coronado de glaciares y que, debido a la protuberancia ecuatorial del planeta, es el punto terrestre m¨¢s alejado del centro de la Tierra. Con su compa?ero menor y m¨¢s escarpado, el volc¨¢n Carihuairazo (5.020 metros), al noreste, y el valle del r¨ªo Mocha entre ambos, componen un lugar remoto, incluso desolado, poblado ¨²nicamente por algunas comunidades ind¨ªgenas. En la ciudad de Riobamba hay diversas agencias que llevan a los viajeros hasta el punto de partida (el refugio) para que, desde all¨ª, acometan un inolvidable y espectacular descenso aderezado con sensacionales vistas. Importante: para cualquier actividad f¨ªsica en estos volcanes conviene aclimatarse antes a la altura y al fr¨ªo.
El volc¨¢n El Altar es otra meca para los monta?eros. Hay una escalada t¨¦cnica hasta la cima, a 5.319 metros, aunque existe otra ruta, de dos d¨ªas, m¨¢s tolerable, que sube al valle Collanes para culminar a 4.300 metros de altura en la laguna Amarilla.
Surf en las olas de Monta?ita
Anchas playas de arena, exuberantes reservas naturales e islas de gran biodiversidad son solo algunos de los atractivos de la costa sur de Ecuador, un lugar perfecto para observar vida silvestre, hacer excursiones o simplemente relajarse. Y, por supuesto, para practicar surf. La puerta de entrada es Guayaquil, pero luego habr¨¢ que seguir hacia el norte por la costa para encontrarse con sitios como Monta?ita, un pueblo perfecto para cabalgar las olas del Pac¨ªfico, con un formidable rompiente con oleaje constante durante todo el a?o y una amable comunidad compuesta por surfistas experimentados y mochileros.
Monta?ita, donde andar descalzo es la norma, est¨¢ en primera l¨ªnea de mar y el ambiente es muy relajado y mochilero, con un estilo de vida que hace que algunos viajeros echen ra¨ªces temporales.
Desde Monta?ita la excursi¨®n obligada es la del parque nacional y el pueblo interior de Dos Mangas, donde arrancan las caminatas y salidas a caballo por el bosque h¨²medo de la cordillera Chong¨®n-Colonche. Hay quien lo hace a caballo, con comidas, gu¨ªas y mulas; y hay quien prefiere circuitos con pernoctaci¨®n para ver aves, visitar cascadas remotas y descubrir otros enclaves naturales.
Aguas bravas en la regi¨®n de Tena
Uno de los mejores lugares de Sudam¨¦rica para hacer rafting y montar en kayak son las aguas pr¨®ximas a la ciudad de Tena, donde los r¨ªos discurren entre valles tropicales y ca?ones salpicados de cascadas. Estamos en el Oriente, y Tena, capital de la provincia de Napo, es un lugar agradable donde se puede descansar unos d¨ªas antes o despu¨¦s de viajar a los r¨ªos de la selva. Una de las excursiones m¨¢s populares es la que va al Alto Napo, donde los remeros se enfrentan a un divertido tramo de 25 kil¨®metros de r¨¢pidos para todos los niveles.
En un d¨ªa claro, se puede distinguir a lo lejos la silueta del volc¨¢n Sumaco alz¨¢ndose sobre la jungla. Para empaparse del ambiente, solo hay que darse una vuelta por el agradable malec¨®n, a lo largo de las orillas del r¨ªo Tena. Un puente peatonal une el centro de la ciudad con el parque amaz¨®nico La Isla, lleno de senderos entre plantas aut¨®ctonas y recintos de animales.
Otra idea para apreciar la espectacularidad del pa¨ªs es llegar hasta Ba?os, una localidad encajonada en un m¨¢gico valle entre los Andes y la Amazonia, que cuenta con multitud de fuentes termales, miradores y cascadas (entre ellas, la estruendosa Pail¨®n del Diablo) a las que se llega f¨¢cilmente. Es el destino preferente en la sierra central para el ciclismo de monta?a, el senderismo, el rafting y tambi¨¦n para los ba?os termales. La mayor¨ªa de las termas se alimentan de manantiales a los pies del volc¨¢n Tungurahua.
Las nieves del Cotopaxi
Las grandes aventuras a pie suelen tener por escenario el parque nacional Cotopaxi (5.897 metros), el volc¨¢n m¨¢s fotog¨¦nico de Ecuador (si no lo tapan las nubes). Sus laderas, cubiertas de un manto de blanco de nieve y hielo que da paso al dorado y verde p¨¢ramo, est¨¢n pobladas por caballos salvajes, llamas, zorros, ciervos, c¨®ndores y el rar¨ªsimo oso de anteojos (Tremarctos ornatus). Con los problemas del cambio clim¨¢tico y la desaparici¨®n alarmante de los glaciares de los Andes, tal vez no haya muchas m¨¢s oportunidades de ver las famosas nieves del Cotopaxi: su casquete glaciar ha disminuido un 40% en los ¨²ltimos 50 a?os.
Subir al Telef¨¦riQo, una experiencia por todo lo alto
El telef¨¦rico de Quito, que asciende hasta los 4.100 metros de altura, sube por las laderas del volc¨¢n Pichincha regalando amplias vistas de la capital ecuatoriana con majestuosos picos visibles en la distancia (el Cotopaxi incluido). Es un recorrido de dos kil¨®metros y medio que asciende en 10 minutos hasta la cima de Cruz Loma. Una vez arriba, se puede ir caminando hasta la cima del Rucu Pichincha (4.680 metros), una excursi¨®n para la que conviene llevar ropa de abrigo.
Mucha costa para disfrutar
Los m¨¢s de 2.200 kil¨®metros que conforman el litoral ecuatoriano est¨¢n repletos de pueblos pesqueros, centros vacacionales, bastiones surfistas y playas desiertas de arena dorada respaldadas por imponentes acantilados, un oleaje impresionante y lugares de postal para despedir el d¨ªa c¨®ctel en mano. Un recorrido para disfrutarla puede empezar por las tranquilas poblaciones pesqueras que hay cerca de Same y el Corredor Tur¨ªstico Galera-San Francisco, en el norte. Tras el largo viaje desde Quito, lo ideal es reservar una caba?a frente al mar, pasear por la playa y comer marisco. El segundo d¨ªa se puede tomar un autob¨²s hasta Mompiche, guarida de surfistas y buscadores de para¨ªsos poco masificados. Se puede hacer una excursi¨®n en barco para ver ballenas o visitar isla Portete.
En la costa hay otras paradas interesantes hacia el sur, hasta Bah¨ªa de Car¨¢quez, donde se puede visitar el yacimiento arqueol¨®gico de Chirije, explorar manglares, observar aves o hacer un ecocircuito por la ciudad. Otra parada puede ser Puerto L¨®pez, un pueblo que es paso obligado para ir a la isla de la Plata, un lugar precioso para ver piqueros de patas azules sin tener que volar hasta las Gal¨¢pagos. De mediados de junio a principios de octubre es la temporada de avistamiento de ballenas.
Los dos ¨²ltimos d¨ªas en la costa pueden pasarse en San Andr¨¦s de Canoa, uno de los lugares perfectos para una escapada al sol, con una larga playa custodiada por acantilados, un surf de primera y muchas opciones para comer y beber. Es un pueblo aletargado, con una playa enmarcada por pintorescos acantilados al norte y por amplios horizontes al sur. A pesar de su creciente popularidad entre los amantes del sol y el surf, Canoa sigue siendo un lugar sencillo, donde los ni?os juegan en los senderos de arena al atardecer y los pescadores salen al mar cada ma?ana.
El salvaje Oriente meridional
El Oriente meridional, en la cuenca del Amazonas, es la regi¨®n m¨¢s salvaje del pa¨ªs, m¨¢s incluso que las junglas del Oriente norte. La selva es m¨¢s tupida, los r¨ªos serpentean por grandes tramos de bosque tropical sembrados de diminutos asentamientos ind¨ªgenas y no hay carreteras. La inaccesibilidad se mantiene en su mayor parte debido a la falta de industria, aunque las exploraciones mineras y petrol¨ªferas quiz¨¢ lo cambien todo en un futuro no muy lejano. La mayor¨ªa de quienes llegan hasta aqu¨ª lo hacen para conocer culturas ind¨ªgenas como la shuar y achuar, toda una aventura con muy pocas comodidades, pues en esta zona apenas hay infraestructuras para el turismo.
El centro de partida puede ser Macas, una ciudad con pocas concesiones al turismo, pero aun as¨ª es la mejor base para los circuitos que exploran los rincones menos conocidos de la selva tropical ecuatoriana, e incluyen la posibilidad de visitar comunidades shuar y achuar. Tambi¨¦n desde aqu¨ª se accede al tramo m¨¢s largo de aguas bravas del pa¨ªs. Pese a que la agreste naturaleza llama a sus puertas, Macas es la moderna capital de la provincia de Morona Santiago, un lugar donde los ind¨ªgenas lucen cuentas tradicionales y visten camisetas Nike, y los camiones cargados de productos de la jungla congestionan sus ruidosas calles. Es estridente y dura, pero aut¨¦ntica.
M¨¢s agradable que Macas es Suc¨²a, con calles anchas y limpias, una tranquila transici¨®n a la exuberancia de la selva. Sus ancianos recorren las calles en bici mientras en un puesto de comida se asa carne bajo el ¨²nico sem¨¢foro de la ciudad, frente a una plaza con ficus donde chirr¨ªan las cigarras. En los alrededores de Suc¨²a viven muchos indios shuar, que se dejan ver por el pueblo.
Pero la ciudad m¨¢s atractiva del Oriente meridional probablemente sea la colonial Gualaquiza, que se derrama sobre una ladera rodeada de densa jungla. La corona una iglesia con unas escaleras de color turquesa. La principal actividad aqu¨ª es admirar las cascadas que la rodean y ba?arse en ellas: a medida que uno se aleja de la ciudad, son cada vez m¨¢s impresionantes. La primera es la cascada Las Culebrillas; m¨¢s lejos, la caverna y cascada La Dolorosa, buena para ba?arse; y, despu¨¦s, las espectaculares cataratas de la reserva ecol¨®gica del Bosque Para¨ªso, a 20 kil¨®metros de Gualaquiza.
Una inmersi¨®n ecol¨®gica en coraz¨®n de la jungla
La experiencia m¨¢s radical es visitar la Kapawi Ecolodge & Reserve, en el coraz¨®n del territorio achuar y uno de los rincones m¨¢s remotos del Amazonas ecuatoriano. El refugio est¨¢ junto al r¨ªo Pastaza, frente a una laguna creada en un meandro del r¨ªo Capahuari, y desde la pista de aterrizaje se llega en canoa. La ciudad m¨¢s cercana est¨¢ a 10 d¨ªas a pie.
Ofrece una estancia ecol¨®gica y cultural en un entorno virgen y, adem¨¢s, est¨¢ gestionada por la comunidad achuar. Se trata de 18 caba?as con techo de paja y mosquiteras, que se alzan sobre pilotes en una laguna. Cada caba?a tiene ba?o y balc¨®n. En las actividades diarias se usa tecnolog¨ªa de bajo impacto, con energ¨ªa solar, gesti¨®n de residuos, reciclaje, tratamiento de aguas y detergentes biodegradables.
En este lugar los visitantes no se dedican a sacar fotograf¨ªas a los achuar. En vez de eso, los nativos los invitan a sus hogares y les ofrecen cerveza de yuca. Un gu¨ªa achuar y un naturalista acompa?an a los grupos peque?os, y ambos trabajan en equipo para explicar los secretos de la selva tropical, tanto desde el punto de vista ecol¨®gico como cultural.
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