Casitas de colores en Guayaquil
Asentada en el delta del Guayas, junto al Pac¨ªfico, la ciudad ecuatoriana celebra sus dos siglos de independencia e invita a pasear por su malec¨®n y el barrio de Las Pe?as
Guayaquil?fue una de las primeras regiones que se declararon independientes del imperio espa?ol. El pr¨®ximo 9 de octubre se cumplir¨¢n 200 a?os de esa fecha trascendente, aunque se integr¨® primero en el proyecto bolivariano de la Gran Colombia (1819-1831), y despu¨¦s en el actual Ecuador. No obstante, la idiosincrasia guayaquile?a no es andina. Debido a su ubicaci¨®n enmarcada en la poderosa cuenca del r¨ªo Guayas, al oeste de Ecuador, la ciudad posee temperaturas c¨¢lidas durante todo el a?o, aunque el calor m¨¢s sofocante se ubica entre enero y mayo. Si bien en estos meses la temperatura real no es extremadamente alta, la humedad hace que la sensaci¨®n t¨¦rmica pueda elevarse hasta los 40 grados. Por su proximidad con el oc¨¦ano Pac¨ªfico, las corrientes de Humboldt (fr¨ªa) y de El Ni?o (c¨¢lida) marcan la temporada de lluvias (el verano austral) y la temporada seca (invierno austral).
La Guayaquil?colonial sufri¨® numerosos incendios, debido sobre todo a que sus construcciones eran de madera, principal recurso natural y renovable de la zona. As¨ª que el centro urbano se muestra sin demasiados vestigios y como una ciudad moderna. Merecen la pena sus espacios p¨²blicos y plazas, que animan a pasear. En especial el ex¨®tico parque de las iguanas (realmente llamado parque Seminario) y los alrededores del cercano Palacio Municipal, con edificios de influencias neocl¨¢sica y barroca en esa mezcla americana del art nouveau caracter¨ªstica de finales del siglo XIX y principios del XX. Enfrente se halla la elegante Torre del Reloj o Torre Morisca, uno de los s¨ªmbolos de esta ciudad de m¨¢s de 2,5 millones de habitantes.
Abrazo entre libertadores
Desde hace m¨¢s de tres lustros, la ciudad comenz¨® una profunda transformaci¨®n fision¨®mica. Fruto de ese impulso, el malec¨®n Sim¨®n Bol¨ªvar, con infinidad de locales, espacios l¨²dicos para ni?os, restaurantes o terrazas a lo largo de sus 2,5 kil¨®metros, es un lugar de imprescindible visita para una caminata encantadora. Podemos comenzar en el Hemiciclo de la Rotonda, tambi¨¦n llamado Monumento a la Entrevista de Guayaquil, dedicado al hist¨®rico encuentro entre los libertadores Jos¨¦ de San Mart¨ªn y Sim¨®n Bol¨ªvar en 1822.
Desde ah¨ª nos dirigimos direcci¨®n norte hacia el barrio de Las Pe?as, n¨²cleo fundacional de la ciudad que se erige en un peque?o cerro. Es el barrio m¨¢s t¨ªpico y emblem¨¢tico, con coloridas casas de madera y adoquines en su calle principal, donde se disfruta de las impresionantes vistas del r¨ªo desde el Arthur¡¯s Caf¨¦ (Numa Pompilio Llona, 127). No hay que dejar de beberse una cerveza Pilsener, la m¨¢s popular de Ecuador y originaria de este barrio (fue creada a finales del siglo XIX), en el actual Museo de la M¨²sica Popular, o una Club Verde, predilecta para muchos. Parada inexcusable es el magn¨ªfico Museo Antropol¨®gico de Arte Contempor¨¢neo (MAAC), con una oferta cultural envidiable. Al despedirnos de la zona, quiz¨¢ los m¨¢s nost¨¢lgicos quieran hacerse un selfi con la estatua del Che Guevara, quien pas¨® varios meses aqu¨ª en 1953, durante su aventura juvenil en motocicleta a lo largo de Am¨¦rica, invirtiendo el tradicional viaje inici¨¢tico que realizaban los intelectuales por Europa.
Guayaquil?fue la primera ciudad de Ecuador donde se grabaron discos, prueba de la amplia tradici¨®n musical que atesora. As¨ª que acudimos religiosamente al Museo Municipal de la M¨²sica Popular Julio Jaramillo (Puerto Santa Ana, Edificio Astillero 3). Apodado El Ruise?or de Am¨¦rica, Jaramillo (1935-1978) es una de las voces hispanoamericanas m¨¢s destacadas de la segunda mitad del siglo pasado. Canciones suyas inolvidables son??diame, Nuestro juramento, Fatalidad, Cuando llora mi guitarra y Rondando tu esquina, entre otros grandes ¨¦xitos. A pesar de que este museo de la historia musical guayaquile?a lleva justamente su nombre, de ¨¦l quedan escasos recuerdos, ya que, seg¨²n se cuenta, se acostaba en una cama y amanec¨ªa en otra, dejando all¨¢ por donde iba sus pertenencias, con lo que result¨® imposible recopilar algunos enseres. Tras su autoexilio de m¨¢s de 10 a?os, regres¨® ¡ª?ya convertido en una celebridad americana¡ª a Guayaquil para morir con apenas 42 a?os. Una vida intensa (y alcoh¨®lica) de la que no quiso ¡ªo no le dio tiempo¡ª redimirse.
Poes¨ªa y chocolate
Padre de la patria ecuatoriana y pr¨®cer de Guayaquil, el abogado y poeta Jos¨¦ Joaqu¨ªn de Olmedo (1780-1847) escribi¨® con inmortales versos La victoria de Jun¨ªn. Canto a Bol¨ªvar: ¡°El trueno horrendo que en fragor revienta?/ y sordo retumbando se dilata?/ por la inflamada esfera¡±. En el parque San Agust¨ªn se halla el monumento a la memoria del poeta tardomodernista Medardo ?ngel Silva (1898-1919), jovenc¨ªsimo suicida de 21 a?os y otra obligada parada. Contempor¨¢nea es la poeta Ileana Espinel Cede?o (1933-2001), recientemente publicada por la editorial Visor, de la que en su honor se viene celebrando el Festival Internacional de Poes¨ªa Ileana Espinel Cede?o desde hace m¨¢s de una d¨¦cada.
Los sabrosos ceviches se pueden degustar en restaurantes como El Caracol Azul o La Canoa, que abre las 24 horas
Los principales cultivos de la planicie meridional son ca?a de az¨²car, banano, cacao, algod¨®n y arroz, c¨ªtricos y frutas. Se dice que el chocolate ecuatoriano es posiblemente el mejor del mundo, as¨ª que ah¨ª queda el dato para quien se anime a comprobarlo. En cualquier caso, el r¨ªo Guayas es una cuenca feraz de recursos naturales y, enfrente, el oc¨¦ano Pac¨ªfico ofrece deliciosos camarones ¡ªlangostinos en Espa?a¡ª que han conseguido m¨²ltiples premios internacionales. Los distintos tipos de ceviche son una explosi¨®n de sabor, tanto de mariscos varios o de pescados, y se pueden degustar en restaurantes caros, como El Caracol Azul ¡ªes imprescindible su arroz con cangrejo¡ª, pero tambi¨¦n en otros m¨¢s populares, como La Flor de la Canela (Agust¨ªn Freire Icaza Mz 15) o La Canoa ¡ªde precio medio¡ª, que abre las 24 horas en el hotel Continental. Excelentes referencias son tambi¨¦n Marcelo, La Pata Gorda o La Culata. Pura exquisitez.
Juan Carlos Abril es autor del poemario ¡®En busca de una pausa¡¯ (Pre-Textos).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.