Eurovelo 3, el Camino de Santiago para ¡®bicigrinos¡¯

Me consta que muchos de los lectores y lectoras de este blog han hecho el Camino de Santiago. Y seguro que saben de qu¨¦ hablo: que levante la mano el que peregrinando a Santiago a pie no se ha llevado un susto en alg¨²n momento dado y ha jurado en arameo al pasarle de cerca y m¨¢s r¨¢pido de la cuenta una o varias bicicletas que iban por la misma senda hacia Compostela. El ¨¦xito arrollador del Camino de Santiago, sobre todo del Camino Franc¨¦s, lleva muchas derivadas anexas. Y una de ellas es la...

Me consta que muchos de los lectores y lectoras de este blog han hecho el Camino de Santiago. Y seguro que saben de qu¨¦ hablo: que levante la mano el que peregrinando a Santiago a pie no se ha llevado un susto en alg¨²n momento dado y ha jurado en arameo al pasarle de cerca y m¨¢s r¨¢pido de la cuenta una o varias bicicletas que iban por la misma senda hacia Compostela. El ¨¦xito arrollador del Camino de Santiago, sobre todo del Camino Franc¨¦s, lleva muchas derivadas anexas. Y una de ellas es la dif¨ªcil convivencia de caminantes y ciclistas por la misma senda, cuando el n¨²mero de ambos ha crecido adem¨¢s exponencialmente.

En los tramos m¨¢s transitados de las rutas jacobeas, es decir, el Camino Franc¨¦s casi todo el a?o y el Portugu¨¦s desde Tui y el Camino de la Costa en verano, el problema lleva tiempo enquistado y genera disputas entre ambas modalidades. Yo confieso que soy de los dos bandos: he hecho muchas veces el Camino a pie, pero otras tantas en bicicleta. Y entiendo a las dos partes.

Para los caminantes es un verdadero incordio tener que estar apart¨¢ndose continuamente por la llegada de ciclistas, que no siempre son respetuosos ni entienden la molestia que pueden causar. Y por parte de los ciclistas tambi¨¦n les entiendo: muchas veces para no estorbar a los caminantes tienen que salirse a carreteras nacionales con mucho tr¨¢fico y poco arc¨¦n que suponen un peligro y que adem¨¢s les aleja de la magia y el encanto de un Camino de Santiago por zonas m¨¢s boscosas y solitarias.

En Galicia, conscientes de este problema, est¨¢n empezando a promocionar la Eurovelo 3 como la ruta del Camino de Santiago para ciclistas, los bicigrinos, una alternativa que puede ser muy ¨®ptima para quienes van a dos ruedas. Eurovelo es una red europea de rutas cicloturista que empez¨® a dise?arse en 1995, aunque el primer ciclocarril como tal no se puso en funcionamiento hasta 2001. Fue la Eurovelo 12, que rodea todo el mar del Norte, desde Bergen (Noruega) hasta las islas Shetland (Reino Unido). En la actualidad hay dise?adas y parcialmente se?alizadas un total de 19 rutas que suman casi 90.000 kil¨®metros.

Por Espa?a pasan tres rutas Eurovelo. La 1, que entra por Ir¨²n y sale por Ayamonte hacia Portugal. La 8, la ruta Mediterr¨¢nea, que nace en C¨¢diz, pasa por toda la costa del Levante espa?ol, sale de la pen¨ªnsula por La Junquera y llega hasta Nicosia (Chipre). Y la 3, que entra en Espa?a por Roncesvalles y va en paralelo al Camino Franc¨¦s por las comunidades aut¨®nomas de Navarra, La Rioja, Castilla y Le¨®n y Galicia.

Aunque Eurovelo 3 est¨¢ ya se?alizada en casi todo su recorrido espa?ol (faltaba el tramo de Fr¨®mista a Pedrafita), solo Galicia ha visto sus posibilidades para desatascar de bicis el camino de las flechas amarillas y est¨¢ promocion¨¢ndola como tal. La Eurovelo 3 entra en la comunidad gallega por el puerto de Pedrafita y como la ruta jacobea, pasa en primer lugar por O Cebreiro, una aldea de pallozas y casas de piedra perdida entre las monta?as de Lugo con un interesante parque etnogr¨¢fico. Un hito emblem¨¢tico del Camino de Santiago.

A partir de aqu¨ª, Eurovelo 3 se interna en la m¨¢s genuina Galicia: verde, monta?osa, aut¨¦ntica. Un territorio perfecto para pedalear. Pasa por el monasterio de Samos, un enorme complejo mon¨¢stico habitado desde hace siglos por monjes benedictinos, con dos claustros y una gran iglesia abacial, donde siempre hubo hospitalidad para el peregrino. Pasa por Sarria, por Portomar¨ªn, por Palas de Rei y por Arz¨²a. La bicicleta permite tambi¨¦n salirse de la ruta para visitar lugares de inter¨¦s cercanos, que a pie quedar¨ªan demasiado lejos. Por ejemplo, el impresionante castillo de Pambre, cerca de Palas de Rei. Una de las escasas fortalezas medievales gallegas que sobrevivieron a la Revuelta Irmandi?a.

En general, y como se observa, Eurovelo 3 sigue la misma direcci¨®n que el Camino Franc¨¦s y pasa por las mismas localidades, pero entre una y otra abandona las flechas amarillas en favor de carreteras asfaltadas locales con poco tr¨¢fico o pistas forestales y agr¨ªcolas con firme de tierra. Aunque en algunos tramos, ante la falta de alternativas, coincide con los mojones oficiales del Camino de Santiago. Pero son los menos.

Conviene aclarar que las rutas Eurovelo ¡ªy la 3 no es una excepci¨®n-¡ª no son carriles bici construidos a tal efecto. Aprovechan caminos y carreteras ya existentes. Seg¨²n su propia web, los criterios son: que no tengan pendientes superiores al 6%, que al menos el 80% de su recorrido est¨¦ pavimentado, que tengan una anchura m¨ªnima para que se crucen dos bicicletas, sin tr¨¢fico motorizado o de un promedio no superior a 1.000 veh¨ªculos al d¨ªa y que la ruta permanezca abierta todo el a?o con posibilidades de avituallamiento y hospedaje.

Son rutas pensadas para cicloturistas, no para aguerridos usuarios de la bicicleta de monta?a. Y como me contaba Manu Calvo, responsable del proyecto Eurovelo en Espa?a: ¡°Todo esto es interpretable y se adapta a las circunstancias locales a instancias de los coordinadores de cada pa¨ªs. En zonas de monta?a se busca que no haya grandes desniveles, pero a veces es imposible. En ese caso se prima la continuidad de la ruta y no que quede interrumpida porque hab¨ªa un puerto de monta?a por medio. Una situaci¨®n muy habitual en Espa?a, somos el segundo pa¨ªs m¨¢s monta?oso de Europa tras Suiza, y no es lo mismo trazar una ruta por el valle del Loira que por el valle del Duero¡±.

Eurovelo 3 cruza Galicia aprovechando la dens¨ªsima red de caminos rurales de esta comunidad, lo que facilita que nunca (o casi nunca) haya que salir a carreteras con tr¨¢fico denso. Est¨¢ muy bien se?alizada, adem¨¢s, con los carteles oficiales de la red Eurovelo y es muy dif¨ªcil perderse.

Una vez en la plaza de Obradoiro, quien quiera m¨¢s puede seguir la misma se?alizaci¨®n hasta Finisterre, porque los 90 kil¨®metros que separan Santiago del Finis terrae est¨¢n ya tambi¨¦n se?alizados a trav¨¦s de aldeas de piedra y silencio y de bosques que parecen encantados. Finisterre, Fisterra, era el final de la tierra conocida para el mundo romano. Y a¨²n lo es para peregrinos de todas las naciones que llegan a este punto tan especial, atra¨ªdos por su magia. Y por sus atardeceres. El final perfecto para una ruta cicloturista paneuropea que empieza cerca del cabo Norte y acaba en el cabo m¨¢s famoso de Galicia.

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