Qu¨¦ hacer en 24 horas en Santiago de Compostela, una ciudad para ¡®salvarse¡¯ disfrutando
Milenario destino de peregrinos, la ciudad gallega ofrece numerosas delicias gastron¨®micas que se suman a un rico patrimonio art¨ªstico y monumental que va m¨¢s all¨¢ de su catedral
Poca presentaci¨®n necesita un lugar al que, durante m¨¢s de mil a?os, han llegado infinidad de peregrinos por el Camino de Santiago, el ap¨®stol cuya supuesta tumba fue descubierta en el a?o 813. Aqu¨ª se concentran la portentosa catedral de Santiago de Compostela y sus r¨²as antiguas, una inmejorable gastronom¨ªa ¨Dqui¨¦n no conoce los pimientos de Padr¨®n, la tarta de Santiago o el vino Albari?o¡ª, su querencia por el arte contempor¨¢neo o el hist¨®rico parador Hostal dos Reis Cat¨®licos. Estos y otros alicientes hacen que siempre sea un placer conocer, o redescubrir, Santiago de Compostela.
9.00 R¨²as y edificios hist¨®ricos
Ya sea entreg¨¢ndose al azar o por medio de visitas guiadas o audiogu¨ªas que ofrece la oficina de turismo local, Santiago ofrece al viajero el encanto de edificios y plazas que han visto el paso de los siglos. En la r¨²a do Vilar, la plaza do Toural o la r¨²a Nova encontraremos caserones de los siglos XVIII y XIX, como el Pazo de Santa Cruz (r¨²a Nova, 9) (1), que funciona como residencia de estudiantes, y dos grandes centros culturales: el Teatro Principal (en el n¨²mero 21) (2), fundado en 1841, hoy dispuesto para artes esc¨¦nicas o festivales de cine, y el Sal¨®n Teatro (en el n¨²mero 34) (3), de 1920, que acoge las producciones del Centro Dram¨¢tico Galego.
Los pazos hist¨®ricos o los templos, caso de la iglesia de Santa Mar¨ªa Salom¨¦ (4) ¡ªla ¨²nica de Espa?a dedicada a la madre de los ap¨®stoles Santiago y Juan Evangelista¡ª saldr¨¢n al paso junto a otras curiosidades como la Casa de la Troya (5), a partir de la cual record¨® su vida estudiantil el escritor madrile?o Alejandro P¨¦rez Lug¨ªn en una novela de 1915. Hoy es un museo (solo abierto desde Semana Santa y durante los meses de verano) con el que se puede ahondar en la vida compostelana de finales del siglo XIX.
11.00 La catedral, meta final del Camino
Es tal la grandeza y antig¨¹edad de la catedral de Santiago (6), su imponente arte, su historia religiosa, que el visitante har¨ªa bien en cruzar el umbral del templo preparado para la ocasi¨®n. Hay visitas concebidas para realizar un completo recorrido por el monumento, con el fin de captar su fase rom¨¢nica, o la reconstrucci¨®n de su Coro P¨¦treo, o para pisar con conocimiento la Biblioteca (donde se expone el Botafumeiro) o la Sala Capitular. Ese paseo podr¨ªa acabar en la balconada que domina la Praza do Obradoiro (7), realmente impresionante, o entrando en el Museo Catedralicio, fundado en 1930, donde se aprecian todas las etapas de la construcci¨®n del templo o el trasfondo de sus obras de arte. La catedral es la cumbre del Camino, la meta para el peregrino de la cristiandad, que tiene como colof¨®n la visita a la cripta del ap¨®stol. Asimismo, el P¨®rtico de la Gloria, rom¨¢nico, con su conjunto de tres arcos y sus 200 figuras de granito, lanza el mensaje teol¨®gico de la Salvaci¨®n del Hombre, y estudiarlo dar¨ªa para media vida.
13.00 Del mercado a la universidad
A unos pocos minutos, el paseante se topar¨¢ con otro edificio que le va a la zaga, pues la Universidad de Santiago de Compostela ya rebasa los 500 a?os de vida, desde que naciera para formar a los futuros miembros de la Iglesia y a los funcionarios p¨²blicos. Al referirse a ella, un compostelano tendr¨¢ en mente la Facultad de Geograf¨ªa e Historia (8), de construcci¨®n neocl¨¢sica. A su lado, se halla la Iglesia de la Universidad (9), del siglo XVII, de origen jesuita, y en un extremo de la Praza da Universidade, el arco de Mazarelos (10), la ¨²nica puerta conservada de la muralla medieval por la que entraban en la ciudad los vinos de Ribeiro y los cereales.
Hablando de comida, cerqu¨ªsima est¨¢ el Mercado de Abastos (11), cuyas naves, edificadas en los a?os treinta del pasado siglo, ofrecen infinidad de pescados procedentes de las r¨ªas gallegas, el Atl¨¢ntico y el Cant¨¢brico.
14.00 Los sabores de la chef Luc¨ªa Freitas
Al mercado suelen acudir las llamadas ¡°paisanas¡±, esto es, las agricultoras que venden los productos que han cultivado con sus propias manos, a las que tan bien conoce la cocinera Luc¨ªa Freitas, muy comprometida con las mujeres que trabajan en el campo. En el 2017 abri¨®, delante del mercado, Lume (12), una barra gastron¨®mica en la que experimentar con productos locales y de fuera. Un sitio peque?o y delicioso, de talante informal, que complementa su otro restaurante A Tafona (13), fundado en 2009 y del que es obligado decir que tiene una estrella Michelin. Con todo, su mejor premio es la excelsa combinaci¨®n de sabores y est¨¦tica, a veces inspirada en los viajes alrededor del mundo de esta portentosa chef. El sitio no puede ser m¨¢s acogedor y elegante, con piedra vista, y en ¨¦l se pueden degustar dos men¨²s inconmensurables de principio a fin. Un lugar, de atenci¨®n inolvidable, al que regresar directos en cada ocasi¨®n que se pise Santiago de Compostela.
17.00 Un parque y varios museos
Tras una comida de tama?o calibre, nada mejor que darse un paseo por el parque de la Alameda (14), que ya en el siglo XIX era un lugar de ocio para los santiagueses. All¨ª, sus robles y eucaliptus, sus estanques y su quiosco de la m¨²sica acompa?an una estatua erigida en honor del escritor Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n.
Si se quiere continuar con el paseo, a poco m¨¢s de media hora andando est¨¢ la Cidade da Cultura de Galicia (15), un fabuloso complejo arquitect¨®nico erigido en la c¨²spide del monte Gai¨¢s. Si uno no quiere alejarse del centro, pero s¨ª darle un toque art¨ªstico a la visita, puede acudir al Centro Galego de Arte Contempor¨¢neo (16) o a la Fundaci¨®n Eugenio Granell (17) ¡ªdentro de un edificio hist¨®rico, el pazo del Marqu¨¦s de Benda?a¡ª, donde hay obras del propio artista y de otros de nuestra modernidad. No en vano, estamos en una ciudad que cuida con esmero la pintura y escultura contempor¨¢neas, con diversas galer¨ªas como la hace recientemente inaugurada Dupla, de Luc¨ªa Su¨¢rez, que propone magn¨ªficamente un di¨¢logo entre dos artistas en cada exposici¨®n.
20.00 Cena y noche en el parador
En toda la nutrida red de paradores nacionales, el Hostal dos Reis Cat¨®licos (18), en plena Praza do Obradoiro, destaca por su magnificencia, belleza e historia. En sus inicios, en el siglo XV, fue un hospital de peregrinos, y tiene mil y un espacios dignos de conocerse. Su director, Santiago Carrera, es casi un historiador de tan grandes conocimientos y pasi¨®n que atesora en su empleo. ?l comanda un lugar de actividad constante, de tipo institucional y tur¨ªstico ¡ªun alto porcentaje de visitantes es extranjero, sobre todo llegado desde Estados Unidos¡ª, en el que brillan sus bellos claustros, su capilla renacentista y sus elegantes salones.
Dormir en el parador es de lo m¨¢s especial, y no digamos el comer en sus espl¨¦ndidos restaurantes. Por un lado, est¨¢ Enxebre, que capta el esp¨ªritu de las tabernas gallegas y ofrece una cocina tradicional de la regi¨®n, con productos de mercado de alta calidad; la empanada, los quesos de Arz¨²a y Tetilla, la ensalada de gallo de corral o los huevos fritos con zorza y patatas sorprender¨¢n al comensal. Y exactamente lo mismo ocurrir¨¢ en Dos Reis, en cuyo comedor, de arcadas de piedra, se proporciona un maravilloso espect¨¢culo culinario compuesto de mariscos de la r¨ªa, solomillo de ternera gallega, pulpo a feira o caldeirada dos Reis (con bogavante, vieira y langostino).
Definitivamente, un lugar, todo Santiago, donde hallar una suerte de feliz, y placentera, salvaci¨®n.
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