Annie Leibovitz: ¡°Susan Sontag me ley¨® entero ¡®Alicia en el pa¨ªs de las maravillas¡¯ sentadas bajo un ¨¢rbol¡±
A la c¨¦lebre fot¨®grafa no le gusta hablar de s¨ª misma. Prefiere contar sus andanzas con los Rolling Stones o los Obama. Pero al final se abre y relata su amor por Susan Sontag, c¨®mo es ser madre soltera de tres hijas y c¨®mo el Photoshop nunca supera a la realidad
La foto de John Lennon desnudo abrazado a Yoko Ono, la trastienda de los Rolling Stones o la guerra en Bosnia son la cara visible de una mujer que parece haberlo visto todo. Madre tard¨ªa, pareja de la ya fallecida escritora Susan Sontag y tan h¨¢bil cazando im¨¢genes como construy¨¦ndolas, Anna Lou Leibovitz (Waterbury, Connecticut, 1949) empez¨® a llamarse Annie cuando, con 25 a?os, se convirti¨® en la fot¨®grafa de la revista Rolling Stone. ¡°Tuve que buscarme un nombre porque la gente no pod¨ªa pronunciar mi apellido¡±. M¨¢s c¨®moda detr¨¢s que delante de la c¨¢mara, pide que nuestra entrevista sea por tel¨¦fono.
Pregunta. Del rock a la moda e incluso a la guerra. Y de una vida fren¨¦tica a convertirse en madre triple con m¨¢s de 50 a?os. ?Cu¨¢l es su retrato real?
Respuesta. La gente cree que empec¨¦ fotografiando a los Rolling Stones porque me interesaba el rock, pero lo que me atra¨ªa, desde que estudi¨¦ Bellas Artes y dej¨¦ la pintura, era la fotograf¨ªa. Es un campo donde todo cabe. Y si te dedicas a fotografiar durante 50 a?os, no cambiar t¨² misma como persona ser¨ªa lo raro. No cambiar es no haber vivido, ?no? Respecto a la maternidad: quer¨ªa ser madre.
P. No acepta que la retraten. ?Tiene miedo?
R. Me incomoda. Necesito saber qui¨¦n est¨¢ al otro lado. Me he ido relajando con los a?os. Al ir convirti¨¦ndome en alguien conocido, he tenido que rebajar esa exigencia.
P. ?Para conseguir un buen retrato se debe confiar en el fot¨®grafo?
R. Confiar es un verbo demasiado grande. Se debe respetar, relajar y esperar a que algo salga, porque incluso en lo m¨¢s planificado existe el azar.
P. Las celebridades s¨ª parecen confiar en usted. Retrat¨® a John Lennon desnudo horas antes de morir. A Schwarzenegger ense?ando el culo. A Keith Richards dormido (o drogado) en el suelo.
R. En 1975, tres a?os despu¨¦s de que mi profesor Robert Frank lo hiciera, me contrataron para fotografiar el tour de los Rolling Stones. Decid¨ª dos cosas: vivir con ellos y molestar lo menos posible. Eso s¨ª, que Keith Richards se quedara dormido en el suelo no era excepcional.
P. Comparti¨® con ellos vida, esfuerzo y drogas.
R. Frank hab¨ªa retratado la gira de 1972. Los hab¨ªamos visto en todas las posturas. Yo sab¨ªa que al regresar tendr¨ªa trabajo si lo hac¨ªa bien, pero no sab¨ªa qu¨¦. Solo sab¨ªa que deb¨ªa hacer algo distinto. De modo que me adapt¨¦ a su vida. Y fotografi¨¦ esa vida. Eso solo lo pude hacer entrando en ella. Pero no me arrepiento de nada. Amo mi vida. Ha sido un viaje salvaje y lo he disfrutado cuanto he podido sin aislarme del mundo.
P. Ha retratado en la cama a Miles Davis o a la dise?adora Vivienne Westwood, medio desnuda y entrada en carnes.
R. Una fotograf¨ªa nunca es privada, aunque una cama pueda sugerirlo. Westwood es una mujer muy abierta. Se lleva 25 a?os con su marido y eso se ve en su desnudez ajada. Pero lo importante es que nos fijamos en eso por encima del deseo que hay en la foto. Ser¨ªa un error no retratar a alguien tal como es por prejuicios propios.
P. Su ¨²ltimo libro, Wonderland (Phaidon), recoge su relaci¨®n con la moda. Usted se inventa mundos.
R. La moda es para explorar, para expresarse. Hace a?os que no uniformiza m¨¢s que a quien quiere.
P. Entre una inacabable lista de premios, el libro recoge las fechas clave de su vida: las del nacimiento de sus tres hijas, la de la muerte de su padre y la del inicio de su relaci¨®n con Susan Sontag. ?Qu¨¦ fue ella para usted?
R. Estuve a su lado 15 a?os. Fue un privilegio y un honor compartir la vida con ella. Tuvo un impacto enorme en m¨ª y en mi trabajo. No quer¨ªa tener hijos, por eso hab¨ªamos comenzado a separarnos cuando ella se puso enferma y muri¨®.
P. ?C¨®mo cambi¨® su vida?
R. No cambi¨® lo que hac¨ªa, me alter¨® por dentro. Cuando la conoc¨ª me di cuenta de que le gustaba y no sab¨ªa qu¨¦ hacer con eso. Pens¨¦: Dios m¨ªo, es Susan Sontag y est¨¢ interesada en m¨ª, ?qu¨¦ hago? Supe que si me involucraba con ella esa relaci¨®n afectar¨ªa a mi trabajo.
P. ?Y fue as¨ª?
R. S¨ª, quise llegar m¨¢s lejos, convertirme en una fot¨®grafa mejor.
P. ?Por ella?
R. S¨ª. Era muy dura. Me dijo: ¡°Eres buena pero podr¨ªas ser mejor¡±. La vida con Susan era as¨ª.
P. ?Iba a ser mejor haciendo lo que ella le dec¨ªa?
R. No, no. No dec¨ªa nada. La vida con ella era diferente. Su autoexigencia era enorme, pero luego sacaba tiempo para hablar. Me ley¨® entero Alicia en el pa¨ªs de las maravillas sentadas bajo un ¨¢rbol. Y yo sent¨ª que hasta ese momento no hab¨ªa conocido bien esa historia. Era as¨ª: te hac¨ªa ver. Por dura que fuera, era una persona m¨¢gica. Uno no pod¨ªa evitar amarla.
P. Y usted lo hizo.
R. Por encima de cualquier discrepancia. No he vuelto a estar con nadie.
P. ?Con 40 a?os se convirti¨® en fot¨®grafa de guerra por ella?
R. No s¨¦ si fui fot¨®grafa de guerra, hice fotos en Sarajevo porque ella estaba all¨ª. Los verdaderos fot¨®grafos de guerra me miraban pregunt¨¢ndose: ¡°?Qu¨¦ hace esta aqu¨ª?¡±. Y ten¨ªan raz¨®n. Y no la ten¨ªan, porque cada uno ve desde lo que es. Un verdadero fot¨®grafo de guerra suele ser una persona muy dura y no me gustar¨ªa serlo.
P. Ha le¨ªdo el mundo m¨¢s en im¨¢genes que en ideas.
R. No soy una gran lectora. Y eso me pesaba en la relaci¨®n con Susan. Me gusta leer. Pero me absorbe y no me deja ver nada m¨¢s. Y eso no lo soporto. Como fot¨®grafa, vivo de estar alerta. Me fascinaba c¨®mo Susan adoraba leer y hablar. Y esa era una discrepancia entre nosotras. Yo amo la luz. Soy incapaz de encerrarme a ver una pel¨ªcula de seis horas cuando fuera, en el mundo, luce el sol. Ella simplemente lo amaba todo. Todo. Susan era as¨ª.
P. Usted hizo que la modelo Natalia Vodianova, que pas¨® de la pobreza a casarse con el millonario Antoine Arnault, atravesara un espejo para retratarla como Alicia. ?C¨®mo lo consigui¨®?
R. El mundo de la moda es atrevido por definici¨®n. Mis dos grandes trabajos partieron de dos historias infantiles: El mago de Oz y Alicia. Mis hijas eran peque?as y yo volv¨ª a esas historias. Natalia deb¨ªa de tener 18 a?os.
P. Luego se convertir¨ªa en la Cenicienta.
R. Es cierto. Eso sucedi¨®. Pero cuando la convert¨ª en Alicia no lo pod¨ªamos saber.
P. Por eso es tan valioso.
R. Puede ser. Algo maravilloso de la moda es que las modelos posan. En la vida real una c¨¢mara incomoda a todo el mundo. Nadie quiere que lo fotograf¨ªen. En la moda est¨¢n ah¨ª para ser retratados. Te esperan, te ayudan, aman ser fotografiados. Cate Blanchett, Kate Moss¡ Toda esa gente es colaboradora. Te ayudan.
P. Wonderland ¡ªel tercer libro que resume su trayectoria¡ª incluye retratos que desnudan: Melania Trump emula a Demi Moore embarazada, pero en las escaleras de su jet privado y con Donald Trump dentro de un deportivo. ?C¨®mo ha evolucionado su relaci¨®n con los Trump?
R. Cuando hice esa foto era impensable que ¨¦l pudiese llegar a ser presidente de Estados Unidos.
P. Fue como una premonici¨®n.
R. Tengo una relaci¨®n de amor-odio con esa imagen. La historia era sobre una modelo embarazada. Y es de esas veces en las que la realidad supera a la ficci¨®n. Nos cit¨® en el aeropuerto. Est¨¢bamos fotografi¨¢ndola y de repente lleg¨® ¨¦l. Y pas¨® lo que pas¨®. A veces la vida atropella a la fotograf¨ªa. Uno hace una foto y, cuando pasa el tiempo, la historia que encierra se lee desde otro ¨¢ngulo. Durante un tiempo pens¨¦ en retirar esa imagen de mi porfolio. Ahora creo que debe estar: demuestra el espect¨¢culo en el que esta gente ha convertido su vida.
P. ?El tiempo reinterpreta las fotograf¨ªas?
R. Las fotograf¨ªas cambian seg¨²n cu¨¢ndo se miren y seg¨²n con qu¨¦ conocimiento se lean. Retrat¨¦ a John Lennon horas antes de que lo asesinaran. Era un abrazo amoroso, pero se convirti¨® en el ¨²ltimo beso.
P. Ese retrato es sobrecogedor porque ¨¦l est¨¢ desnudo y se muestra vulnerable, en posici¨®n fetal, y Yoko Ono est¨¢ vestida. ?Se lo pidi¨® usted?
R. Ped¨ª que se desnudaran los dos y solo acept¨® hacerlo ¨¦l.
P. ?Quiso mostrar su vulnerabilidad?
R. No, quise mostrar amor y encontr¨¦ azar, que muchas veces ayuda. Por eso hay que buscarlo con paciencia.
P. Tiene una gran colecci¨®n de mujeres poderosas: Hillary Clinton, Michelle Obama, Meryl Streep, Alexandria Ocasio-Cortez.
R. Las elijo porque son fuertes y salen fuertes. Desde que soy consciente de que envejezco intento que la gente que retrato salga como es. Querr¨ªa haber retratado a la gente como es. Pero no es f¨¢cil: cada uno somos muchos.
P. ?Hay que ser famoso para retratar a famosos?
R. No. A veces ser conocido funciona a tu favor y otras veces en contra. Soy responsable de lo que he hecho y, si me llaman, entiendo que buscan algo distinto. Yo construyo la historia delante de la c¨¢mara. En una ¨¦poca de invenci¨®n digital, las im¨¢genes, por imaginativas que sean, funcionan si encierran una verdad. Dramatizada o exagerada, debe ser verdad.
P. ?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que los que posan para usted har¨ªan lo que les pidiese?
R. Nunca. Eso no es as¨ª.
P. Ben Stiller se meti¨® dentro de una burbuja de plexigl¨¢s que colgaba de una gr¨²a sobre el Sena.
R. S¨ª. Lleg¨® y dijo: ¡°Esto es demencial¡±. Pero Karen Mulligan, con quien he trabajado durante m¨¢s de 20 a?os, le mostr¨® los buceadores que ten¨ªamos preparados para rescatarlo en el caso muy improbable de que algo fallara. Estamos hablando de fotos de moda que buscan resumir una historia en una imagen. Para comunicar hay que jugar. Para ser divertido hay que atreverse a hacer un poco el loco.
P. ?Pas¨® de cazar una imagen a construirla?
R. Pero es lo mismo: capturar un instante. Se trata de verlo y atraparlo o de construir algo imposible de repetir.
P. ?Cu¨¢nto Photoshop utiliza?
R. En aquella ¨¦poca, nada. Hoy en el mundo digital el cuarto oscuro es un ordenador y la demanda de im¨¢genes contrastadas es incesante. Yo no hago fotoperiodismo, y en fotograf¨ªa art¨ªstica el retocado es necesario. Pero tengo una cosa clara: nada comunica como una verdad. La realidad es mucho m¨¢s potente que el Photoshop.
P. ?C¨®mo decide qu¨¦ atributo define a una persona?
R. Pienso siempre en varias alternativas, pero al final las circunstancias ¡ªel tiempo de que dispones, d¨®nde est¨¢s, o lo que es o no posible¡ª deciden. Me gustan los extremos: construir una locura o retratar con muy pocos medios. En cualquier caso, para hacer una buena foto se sacan much¨ªsimas. Y las que recogen los libros o las exposiciones son la excepci¨®n. Lo bueno es escaso.
P. ?Qui¨¦n es realmente Arnold Schwarzenegger: Mister Olympia, Terminator, el exgobernador de California, un inmigrante que lleg¨® a formar parte de la familia Kennedy¡?
R. Lo he fotografiado tantas veces que mis retratos resumen su auge y su ca¨ªda. Comenc¨¦ cuando fue campe¨®n mundial de culturismo en Sud¨¢frica y lo he visto casarse, divorciarse, triunfar como actor y convertirse en pol¨ªtico. Lo he sacado fuerte y vulnerable. Y creo que ¨¦l es todo eso. Como autora intento retratar a las personas como creo que son, no lo que siento por ellos. En 1975 pas¨¦ de fotografiar a Mick Jagger, que era el sex-symbol del momento, superdelgado y alocado, a retratarlo con un cuerpo inmenso. Igual que todas las fotos no resumen una personalidad, aunque la apunten, a veces un f¨ªsico muy marcado oculta quien uno es.
P. Katy Perry, La reina de Inglaterra, la jueza Ruth Bader, Lady Gaga¡ ?Llega a conocer a las personas que retrata?
R. Cuando era joven cre¨ªa que s¨ª. Pero me di cuenta de que era mejor marcar una distancia. Creo que una de las razones por las que me ha ido bien es porque lo que me importa es que las fotos sean buenas y no me he perdido buscando otra cosa.
P. Hace poco, su portada de Simone Biles para Vogue fue criticada.
R. Era un retrato de ella con toda su complejidad. Y me acusaron de descuidarlo porque era negra. Ahora con el movimiento Black Lives Matter, que era necesario, todo eso est¨¢ en el ambiente. Pero habiendo fotografiado a mucha gente negra, entre otros a Nelson Mandela, creo que se equivocaron al dudar de m¨ª.
P. La hemos visto entre sus hermanos, abrazando a sus hijas, trabajando, viajando, pero sabemos muy poco de usted¡
R. Es la vida del fot¨®grafo, siempre se queda detr¨¢s. ?Qu¨¦ querr¨ªa saber?
P. ?D¨®nde se encuentra su existencia en su trabajo?
R. Hubo una ¨¦poca en la que fotografi¨¦ mucho a Susan. Era parte del duelo: anticipaba la p¨¦rdida y era mi manera de dejarla aqu¨ª. Cuando mis hijas nacieron tambi¨¦n las retrat¨¦ todo el rato: era mi manera de celebrarlas. Pero dej¨¦ de publicar esas fotos. Decid¨ª que no quer¨ªa que mis fotos las definiesen. Quer¨ªa que se definiesen ellas mismas. A veces es muy dif¨ªcil cambiar la imagen que congela una fotograf¨ªa. De modo que el deseo de intimidad de mis hijas me convirti¨® en una persona m¨¢s privada. No es que tenga nada que esconder, simplemente no quiero que toda mi vida sea p¨²blica en una era en la que gran parte de nuestras vidas est¨¢ m¨¢s en Instagram que en nuestra intimidad.
P. Siendo una figura p¨²blica y lesbiana no ha utilizado su trabajo para defender los derechos de los homosexuales.
R. No creo que haga falta. He vivido abiertamente mi opci¨®n sexual. No tengo nada que esconder, pero tampoco ninguna necesidad de golpear a nadie con mis decisiones. La vida del fot¨®grafo es cruda y, en mi opini¨®n, debe ser privada. Cuando hago cosas como esta entrevista, las encuentro dif¨ªciles y no consigo ser enteramente yo. Ver¨¢, no soy Susan Sontag. La echo de menos en ocasiones como esta: ella sab¨ªa siempre qu¨¦ decir.
P. Pero esta es una entrevista a usted.
R. S¨ª. Y creo que mis preocupaciones ¡ªel derecho a ser, la necesidad de so?ar, la urgencia de cuidar el planeta y hasta la maternidad¡ª est¨¢n en lo que hago.
P. Quiso ser madre pasados los 50 a?os.
R. Quer¨ªa dar lo que hab¨ªa tenido. Provengo de una familia con muchos hermanos y tengo recuerdos felices. Para m¨ª mis mejores fotos son las que he hecho a mi familia. Ah¨ª hay intimidad, confianza, amor y desnudez. Lo que mis hijas me dieron fue lo contrario de lo que les sucede a muchas madres: me hicieron parar. Me hab¨ªa pasado la vida corriendo. Y cuando corres todo el rato te das de bruces contra muchos muros. Uno no puede pasarse la vida corriendo porque no termina de llegar a ning¨²n sitio. Estoy agradecida de haber tenido esta oportunidad.
P. ?Con qu¨¦ valores ha intentado educar a sus tres hijas?
R. Con el ejemplo, no hay otra opci¨®n. Ser madre soltera es complicado para los hijos ¡ªque solo tienen a una madre a la que recurrir, protestar, querer o pedir¡ª y para la madre, claro.
P. ?Las crio sola?
R. S¨ª. Despu¨¦s de que muriera Susan, mi vida ha sido mi trabajo y mis hijas. No lo vi venir. Pens¨¦ que llegar¨ªa otra persona. Pero no he tenido tiempo para nada m¨¢s. Criar hijos es un trabajo de dos. Si alguien me preguntara, le dir¨ªa que se lo pensara mucho antes de tener un hijo para criarlo sola. Es dif¨ªcil para la madre y para el hijo.
P. Pero lo ha hecho tres veces.
R. No sab¨ªa lo que hac¨ªa. Luego crecen, ?sabe? Y se hace mejor y peor, a la vez. Las adoro. Son el amor de mi vida, pero, ya sabe, dan mucho mucho trabajo. Criar hijos es una vida muy, muy real. Y justo por eso, requiere imaginaci¨®n.
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