Philippe Starck: ¡°Que las cosas duren material y formalmente es sostenibilidad¡±
Sin formaci¨®n previa, invent¨® sillas, veleros, motos, hoteles y el despacho del presidente Mitterrand. Luego se retir¨® para cultivar ostras y aceitunas. Ahora ha vuelto. ?cido y autocr¨ªtico, defiende el biopl¨¢stico y la desmaterializaci¨®n.
Este a?o Valencia es la capital mundial del dise?o. Para inaugurar el acontecimiento, han engalanado el Palau de les Arts, que ideara Calatrava, y han subido al escenario a Philippe Starck (Par¨ªs, 73 a?os). Starck, que invent¨® los hoteles boutique y vendi¨® millones de copias de un exprimidor de naranjas m¨¢s escult¨®rico que ...
Este a?o Valencia es la capital mundial del dise?o. Para inaugurar el acontecimiento, han engalanado el Palau de les Arts, que ideara Calatrava, y han subido al escenario a Philippe Starck (Par¨ªs, 73 a?os). Starck, que invent¨® los hoteles boutique y vendi¨® millones de copias de un exprimidor de naranjas m¨¢s escult¨®rico que funcional, lo ha sido todo en el dise?o. Ahora viaja con frecuencia a la capital valenciana porque su nueva silla la fabrica la mayor exportadora de muebles espa?ola: Andreu World. Ante el micr¨®fono, rompe prejuicios defendiendo los biopl¨¢sticos y hace re¨ªr al p¨²blico. Lo hace constantemente, puede que incluso sin darse cuenta. O por lo menos eso parece que quiere que pensemos cuando, antes de ¡°regresar a dormir a casa¡±, nos concede esta entrevista.
Con una cuchara en la nariz, comi¨¦ndose un pl¨¢tano, retorcido como un contorsionista o desnudo, los retratos que le han hecho relatan d¨¦cadas de la historia del dise?o. ?Es usted su mejor dise?o?
No tengo el software para dise?arme. Lo que ha descrito o es azar o es idea de otra persona La vida es extraordinaria, cada cinco minutos puede pasar algo que nos cambie. Eso ha ido pasando. Y hab¨ªa por all¨ª un fot¨®grafo.
?No ha construido su imagen?
Jam¨¢s. Hay quien cree que me cambi¨¦ el nombre para que fuera m¨¢s art¨ªstico. Siento decepcionar: no tengo la suficiente inteligencia para hacerlo.
Invent¨® al ¡°dise?ador estrella¡±.
No. Me convert¨ª en dise?ador porque de joven me sent¨ªa muy solo, desesperado incluso. Pens¨¦ que ten¨ªa que hacer con mi vida algo m¨¢s que pensar en el suicidio y prob¨¦ a dise?ar. No es una vocaci¨®n. No me interesa el dise?o. Pero como no estudi¨¦ y no entiendo a la sociedad, el dise?o era mi sitio porque no precisa una educaci¨®n.
?Eso cree?
La creatividad no se obtiene a base de educaci¨®n.
?De d¨®nde sale?
De una enfermedad mental. Y en eso soy muy bueno.
En serio.
En serio. Cuando dise?o puedo utilizar mi ligera enfermedad mental. Tengo asperger.
?Ha sido diagnosticado?
Claro. Y he terminado por pensar que es una suerte. Del asperger he sacado la creatividad. Y al no tenerlo grave, he podido desarrollar una vida bastante normal.
Siempre aconseja no escuchar a nadie. ?A qui¨¦n no escuch¨®?
A nadie. La raz¨®n es porque nadie nunca me habl¨®.
?Est¨¢ bromeando?
No. Nunca bromeo. Soy una broma, pero no bromeo. Me crie sin padre, casi sin madre y estando siempre solo. Sin nadie que me hablara, termin¨¦ por no entender a los que me hablaban. Soy una persona incapaz de aprender de los dem¨¢s. Lo ¨²nico que s¨¦ son conclusiones a las que he llegado tratando de entender las cosas. No escuchar lo que te dicen y buscar informaci¨®n por tu cuenta es fascinante. Si quieres saber algo, est¨¢s obligado a ir al fondo de las cosas. Evitas repetir lo que dice todo el mundo y¡ las cosas parecen otras. Tener una opini¨®n propia construye tu conocimiento y te construye a ti. En parte tambi¨¦n te a¨ªsla. Y ese es mi drama. Pero tambi¨¦n mi gran fortuna. Vivo lejos de todo, solo con mi mujer.
?Qu¨¦ le hizo creer en usted?
Me pasaba el d¨ªa durmiendo. Un d¨ªa mi madre, pr¨¢cticamente la ¨²nica vez que lo hizo en toda su vida, decidi¨® ir a la escuela y el director le dijo que ten¨ªa un hijo brillante, pero que carec¨ªa de la m¨¢s m¨ªnima confianza en s¨ª mismo. Era un hombre muy inteligente. Y no es que yo no confiara en m¨ª, era m¨¢s bien que me despreciaba. Por eso me obsesion¨¦ con ser bueno en algo para no despreciarme. Me he pasado la vida intentando no despreciarme.
Seg¨²n cuenta, pas¨® de ser extremadamente t¨ªmido a convertirse en una figura p¨²blica extrovertida.
Debo corregirle de nuevo. Siempre he estado solo.
?De ni?o incluso?
Sobre todo de ni?o. Mis padres se divorciaron cuando ten¨ªa siete a?os. Yo viv¨ªa con mi madre. Pero ella nunca estaba en casa. Lo que le gustaba eran los hombres. Y necesitaba mucho tiempo para esa pasi¨®n porque los hombres requieren mucho tiempo. El caso es que yo sal¨ªa de casa, pero no iba al colegio.
?Qu¨¦ hac¨ªa?
Iba al bosque de Saint-Claude, a las afueras de Par¨ªs, siempre al mismo banco. All¨ª pasaba el d¨ªa. No era un bosque, me he dado cuenta luego. Con 10 a?os lo sientes como un bosque. Pero nada ha cambiado: no soy una persona extrovertida.
Su imagen p¨²blica muestra lo contrario.
Lamento decepcionar.
Sonr¨ªe todo el tiempo. Posa haciendo el gamberro.
Soy muy educado. Y me encanta¡
?Jugar?
No, no. Me encanta ser amable. En serio. Si me entrevistan, me siento honrado y trato de decir la verdad porque me siento agradecido por la atenci¨®n que recibo.
?Qu¨¦ fomentaba con una imagen siempre cambiante y siempre exc¨¦ntrica?
Construida por la prensa.
El que posaba era usted.
Puedo parecer extrovertido porque trabajo mucho.
?Ha vuelto a ver a sus compa?eros de clase?
Nunca. En dos minutos no recordar¨¦ lo que le he dicho.
?Por eso se reinventa?
Tengo memoria a largo plazo. Es la de corto plazo la que me obliga a reinventarme. Mi infancia es la que le he contado, mi biograf¨ªa no cambia. Pero, hablando con franqueza, mi cerebro recuerda solo lo que considera necesario, y eso es lo que me interesa. Nada m¨¢s.
Todo parece interesarle: ha dise?ado bicicletas, cepillos de dientes, edificios, hoteles¡
Son pocas cosas. Y adem¨¢s odio el pasado. Para m¨ª es algo in¨²til, una suma de errores. Me interesa el futuro que queda m¨¢s all¨¢ de m¨ª mismo.
Ide¨® una mesa para Mitterrand. Y su suerte cambi¨®. No ha vuelto a trabajar para ning¨²n pol¨ªtico.
Mitterrand era Mitterrand, una persona excepcional, de izquierdas, como yo. Compart¨ªamos valores. No bromeo con los valores humanos y la mejor pol¨ªtica es eso.
Se presenta como un dise?ador democr¨¢tico.
Porque dise?o objetos accesibles.
No todos.
No es necesario elegir: se pueden hacer caros y econ¨®micos.
Dise?a constantemente y eso no es lo mejor para el planeta.
No s¨¦ hacer otra cosa. Mi cerebro es una m¨¢quina de reinvenci¨®n continua. Cada noche trato de acostarme temprano. Intento no beber. No me drogo. Madrugo y creo hasta que el cerebro no da m¨¢s de s¨ª.
?Nunca se ha drogado?
Cuando era joven.
?Tampoco bebe?
Soy franc¨¦s, bebo vino.
?Doscientos dise?os al a?o no es sobreproducci¨®n?
Si lo s¨¦ hacer, ?por qu¨¦ no hacerlo? Por otra parte, antes de que nadie lo hiciera, orient¨¦ mi trabajo hacia la ecolog¨ªa. Trabaj¨¦ desmaterializando objetos, reduciendo su huella. Pero pertenezco al siglo XX, cuando la sociedad decidi¨® transformar las ideas en productos. No s¨¦ hacer nada m¨¢s: ni cantar, ni escribir¡, soy un tipo con ideas pioneras.
Es cierto. Ideas capaces de transformar h¨¢bitos e ideas destinadas a cambiar solo las formas: sillas con tres patas, transparentes¡
Es el drama de mi vida: s¨¦ que debemos reducir la producci¨®n, pero como no s¨¦ hacerlo, intento producir mejores objetos.
?Qu¨¦ es mejor?
La longevidad, la calidad, la inteligencia, la honestidad¡ Con esos atributos los objetos pueden durar siglos. Que las cosas duren material y formalmente es sostenibilidad. Lo que no es ecol¨®gico es cambiar continuamente.
Pero ha dise?ado docenas de sillas.
Cada una obedece a una raz¨®n: rebajar el coste de producci¨®n, limitar los componentes, comunicar una idea m¨¢s igualitaria del mundo, m¨¢s feminista¡
?Con una silla?
Las sillas son herramientas de comunicaci¨®n, de cambio. Solo dise?o sillas que aportan algo m¨¢s que un asiento. El dise?o por el dise?o no me interesa. Me dar¨ªa verg¨¹enza dedicarme a algo as¨ª.
Parece una broma.
Ni bromeo ni miento. Solo trato de hacer re¨ªr a mi mujer para que sea feliz y se quede conmigo.
Nunca ha dise?ado para una compa?¨ªa de tabaco, para una casa de apuestas o para un pa¨ªs no democr¨¢tico. ?Para qui¨¦n m¨¢s no dise?ar¨ªa?
Fund¨¦ nuestra compa?¨ªa hace 40 a?os, cuando el adjetivo ¨¦tico no estaba de moda. Y decid¨ª que ser¨ªamos una empresa ¨¦tica: no trabajamos para productores de armas ni para productores de petr¨®leo ni para ninguna religi¨®n. No trabajamos para nadie que blanquee dinero. Jam¨¢s hemos cobrado en negro. Y cada vez es m¨¢s dif¨ªcil.
Para la empresa Flos dise?¨® la l¨¢mpara Lampen, con forma de pistola.
Era una denuncia. En el mundo occidental producimos las tres armas m¨¢s vendidas del mundo: el M16 en Estados Unidos, los Kal¨¢shnikov en Rusia y la Beretta en Italia. Somos los mayores productores de armas. Somos ricos y nuestros hijos van al colegio. Elegimos a gobernantes. Y esos gobernantes deciden enriquecer nuestros pa¨ªses vendiendo armas que matan a gente. Tenemos que sentir que esa gente est¨¢ muriendo por algo que no estamos haciendo bien. Los pa¨ªses con menos problemas no estamos haciendo lo suficiente para que el dinero no rija el mundo. Hice esa l¨¢mpara para recordar a los muertos.
Pero fue m¨¢s popular que molesta.
Una parte del dinero que produce lo donamos a una asociaci¨®n que trata de mejorar la vida de la gente que ha perdido una pierna en un campo de minas. Intent¨¦ compartir mis royalties con Mija¨ªl Kal¨¢shnikov porque es, seguramente, el dise?ador que m¨¢s ha triunfado en el planeta y, sin embargo, jam¨¢s hab¨ªa cobrado derechos. Pero muri¨® tres meses antes de que lanz¨¢ramos la l¨¢mpara. Por eso dimos el porcentaje a los heridos.
Su dise?o m¨¢s famoso es, tal vez, su peor dise?o: un exprimidor que no funciona.
He dise?ado tantas cosas que no funcionan que podr¨ªa decir que esto no funciona. Pero no es el caso. Pru¨¦belo.
Lo prob¨¦. No es el m¨¢s c¨®modo del mundo. Y es tan escult¨®rico que termin¨® convirti¨¦ndose en un s¨ªmbolo de estatus.
Funciona muy bien. Lo uso todos los d¨ªas. Pero la prensa, en su peor versi¨®n, no hace su trabajo. Y repite lo que alguien ha dicho. No es mejor ni peor que los exprimidores no el¨¦ctricos. Pero es m¨¢s divertido.
?Cu¨¢l ha sido su mayor error entonces?
Mi vida. Cuando muera y Dios me pregunte: ¡°Philippe, ?a qu¨¦ dedicaste tu vida?¡±, y yo responda: ¡°He dise?ado buenas sillas¡±, ?l me preguntar¨¢: ¡°?Eso es todo?¡±. Y ese ¡°eso es todo¡± me matar¨¢.
Le podr¨¢ decir que ha hecho tambi¨¦n edificios, televisiones¡
Pero es la misma tonter¨ªa.
Si lo considera una tonter¨ªa, ?por qu¨¦ sigue haci¨¦ndolo?
Porque no s¨¦ hacer otra cosa.
?Lo ¨²nico que no sabe hacer es parar?
No necesito parar. Estoy en buena forma. Parar es aburrido. Vivir es siempre mejor. Para m¨ª en la vida hay dos cosas: gente ¨²til o gente que no sirve. Los ¨²tiles crean vida. O la salvan. Los dise?adores ni crean vida ni la salvan. Por desgracia, yo soy, desde siempre y para siempre, parte de ese grupo. En mi mejor versi¨®n puedo intentar mejorar un poco la vida. Pero hoy no necesitamos mejorar la vida. Necesitamos salvarla. La gente muere todos los d¨ªas defendiendo ideas en las que cree. Yo contin¨²o haciendo sillas muy bien hechas, inteligentes, ecol¨®gicas. Pero sillas. No estoy salvando a nadie.
Hace a?os compr¨® olivos en Ronda.
All¨ª producen el mejor aceite de oliva org¨¢nico del mundo. Estoy construyendo una almazara. Tuvimos que esperar 15 a?os para conseguir los permisos. Ser¨¢ como la catedral del aceite de oliva. Mucho mejor rendir culto al aceite de oliva que al oro.
?D¨®nde vive?
Empec¨¦ viviendo en el bosque cerca de Par¨ªs. Pas¨¦ a hacerlo en los aviones. Luego, en el barro de Venecia. Nos instalamos en Formentera hasta que Formentera dej¨® de ser Formentera. Y ahora vivimos en la cima de la monta?a de Sintra, en Portugal, lejos de todo.
Trabaja mucho con pl¨¢sticos.
Y voy a continuar. El pl¨¢stico ha dejado de ser un ?problema. Pero, como siempre, la prensa ha creado confusi¨®n entre los millones de bolsas de pl¨¢stico, que claramente polucionan, y las sillas de pl¨¢stico. Llevo 20 a?os trabajando con biopl¨¢sticos. Ahora podemos dejar de matar animales para utilizar su piel. Hace dos a?os, la empresa Cassina hizo una colecci¨®n empleando pieles de manzana recicladas. Ha habido una evoluci¨®n que no se ha comunicado. Y no podemos dejar a toda ?frica sin pl¨¢sticos que faciliten su vida. La ba?era de pl¨¢stico de un ni?o dura d¨¦cadas. Eso tambi¨¦n es sostenibilidad.
Si ha trabajado 12 horas al d¨ªa, ?c¨®mo ha criado a sus cinco hijos?
He tenido dos mujeres y cuatro madres de cuatro hijas y un hijo. La m¨¢s peque?a se llama Justice. Tiene 10 a?os. Me visita dos veces al d¨ªa y por la noche vemos pel¨ªculas juntos. El resto son adultos. Mi hijo Oa es modelo y vive en Par¨ªs. Ara tiene dos hijos y es pintora; viv¨ªa en Nueva York, pero ha regresado a Par¨ªs. Las otras dos, K y Lago, viven en Londres. Somos una familia moderna.
?Por qu¨¦ llam¨® a la peque?a Justice?
Una noche so?¨¦ que ten¨ªamos una ni?a guap¨ªsima y list¨ªsima que se llamaba Justice. Dos meses despu¨¦s, Jasmine estaba embarazada y quiso llamarla Justice. Mis sue?os son lo m¨¢s fascinante de mi vida. La gente que conozco all¨ª es fabulosa, hay invenci¨®n, diversi¨®n y justicia. Mi vida real est¨¢ en mis sue?os.
Se despertar¨¢ agotado.
S¨ª, y cuando me voy a la cama le digo a mi mujer: ¡°Bon travail¡± [buen trabajo].
En 1991 anunci¨® un futuro con un chip que insertar¨ªamos bajo nuestra piel.
Ya hay gente con el chip subcut¨¢neo. En Suecia, m¨¢s de 4.000. Es tan poco peligroso como hacerse un tatuaje. Conocimos a un profesor ingl¨¦s que lo lleva. ?l y su mujer ya no necesitan hablar.
?Por qu¨¦ no se inserta uno?
No soy cient¨ªfico. Y no tengo un minuto libre para hacerlo. Pero no lo descarto. Uno puede aumentar su memoria y conectarse con quien quiera sin necesidad de hablar.
?Esa es su idea del futuro?
Mi ¨²nico objetivo futuro es mejorar, ser m¨¢s honesto, m¨¢s disciplinado y desmaterializarme tanto como me sea posible.
Pero tiene un despacho con 70 empleados.
Llegamos a ser 70 hace 20 a?os. Pero cuando me di cuenta de que ocup¨¢bamos dos pisos y yo no lo sab¨ªa, les pagu¨¦ a todos y decid¨ª que solo ser¨ªamos 6. Lo fuimos durante un tiempo, pero ahora volvemos a ser 50. Sigo pensando que es demasiado. Pero es complicado. Hace unos a?os, un periodista calcul¨® que con mi empresa alimentaba a 300.000 personas. Y no me parece ni educado ni justo dejar sin alimento a nadie. No me gusta que seamos muchos, pero a¨²n me gusta menos hacerle eso a la gente, son j¨®venes y trabajadores. Mi mujer dice que mi mayor defecto es que soy imprevisible. Y es verdad, puedo tomar una decisi¨®n en segundos, pero ahora mismo no me veo capaz de reducir m¨¢s. La vida tambi¨¦n es un trampa y o eres t¨² el malo o tienes que sufrir la maldad. Yo ya me equivoqu¨¦ de una manera, me toca probar la otra.