25 a?os del blanco de Rueda que lo cambi¨® todo
Jos¨¦ Pariente empez¨® vendiendo su verdejo sin etiqueta en un bar. Su hija Mariv¨ª le puso esmoquin al vino familiar y la tercera generaci¨®n lleva ahora la firma, fiel a su origen
¡°Mam¨¢, no digas eso!¡±. Martina Prieto Pariente se acerca a su madre y la reprende de forma amigable ante una nueva confesi¨®n. Quien sonr¨ªe, con cara de no haber roto un plato, es Mar¨ªa Victoria Pariente, Mariv¨ª, la mujer que a lo largo de m¨¢s de dos d¨¦cadas ha revolucionado los vinos de Rueda, imprimiendo personalidad, estructura y un valor que no era el habitual dentro de la variedad verdejo. Hoy es la m¨¢s demandada por los consumidores de blanco seg¨²n el ¨²ltimo informe de la consultora Nie...
¡°Mam¨¢, no digas eso!¡±. Martina Prieto Pariente se acerca a su madre y la reprende de forma amigable ante una nueva confesi¨®n. Quien sonr¨ªe, con cara de no haber roto un plato, es Mar¨ªa Victoria Pariente, Mariv¨ª, la mujer que a lo largo de m¨¢s de dos d¨¦cadas ha revolucionado los vinos de Rueda, imprimiendo personalidad, estructura y un valor que no era el habitual dentro de la variedad verdejo. Hoy es la m¨¢s demandada por los consumidores de blanco seg¨²n el ¨²ltimo informe de la consultora Nielsen, que sit¨²a en un 41,8% su cuota de mercado.
Detr¨¢s hay un nombre: Jos¨¦ Pariente. ¡°Fue un homenaje a mi padre, que muri¨® de un infarto masivo un a?o antes de que inici¨¢ramos esta aventura¡±, cuenta la bodeguera, fundadora de la firma en 1998.
Los vinos de esta familia ya eran conocidos en los ochenta, cuando la carretera principal que un¨ªa Madrid con el norte de la pen¨ªnsula pasaba por Rueda (provincia de Valladolid). Ah¨ª estaba el bar Espa?a, regentado por Jos¨¦. ¡°Era un local muy popular, donde paraban hasta pol¨ªticos como Manuel Fraga, Alfonso Guerra o Felipe Gonz¨¢lez¡±, cuenta Mariv¨ª.
All¨ª Jos¨¦ comercializaba garrafas de verdejo sin etiqueta. ¡°Mi padre ten¨ªa unas vi?as y todos los a?os, cuando ca¨ªa el 12 de octubre, le ayudaba toda la familia con la vendimia. Era algo muy rudimentario, pero que a ¨¦l le hac¨ªa mucha ilusi¨®n¡±, comenta Mariv¨ª, la ¨²nica de seis hermanos que continu¨® con esta tradici¨®n familiar. ¡°Hab¨ªa estudiado Qu¨ªmicas y en 1987 me saqu¨¦ la plaza de Analista para trabajar en la Estaci¨®n Enol¨®gica que se acababa de abrir en Rueda. ?l me daba a probar algunas cosas, pero el vino de mi padre ten¨ªa mucha personalidad¡±, relata de una ¨¦poca en la que tambi¨¦n obtuvo el M¨¢ster Superior de Enolog¨ªa y Viticultura.
La verdejo hab¨ªa sido una uva maltratada, a pesar de dar pie a la primera denominaci¨®n de origen de Castilla y Le¨®n. Fue a comienzos de los ochenta cuando Marqu¨¦s de Riscal, la gran bodega de Rioja, se instal¨® en Rueda y comenz¨® a producir vino blanco. Es en ese momento cuando la D.O. echa a andar. ¡°Con ellos empieza a mejorar la fabricaci¨®n¡±, recuerda Jos¨¦ Pe?¨ªn, decano de la cr¨ªtica de vinos en nuestro pa¨ªs. ¡°Tras ellos llega una nueva generaci¨®n de en¨®logos que consigue hacer blancos de calidad. Mariv¨ª le puso esmoquin a unos vinos que iban con boina y pantal¨®n de pana¡±. Eran, y siguen siendo, fragantes, florales, frutosos, con un punto anisado y de hinojo a los que le va muy bien el envejecimiento en botella. ¡°Esta forma de hacerlos marc¨® un nuevo estilo en los vinos blancos espa?oles. Fueron la modernidad en aquellos noventa y posteriores dosmiles¡±, dice Fernando Gurucharri, presidente de la Uni¨®n de Catadores.
A Pe?¨ªn y Gurucharri no les hace falta mucho esfuerzo para recordar la figura de aquella Mariv¨ª menuda, muy morena, de pelo casta?o y ojos oscuros. Tambi¨¦n la de Victoria Benavides, otra presencia femenina, tan poco habitual en el universo vitivin¨ªcola de esos a?os. ¡°Las dos eran muy conocidas en el sector. Ten¨ªan una bodega que se llamaba Dos Victorias, pero estaba en Toro¡±, apunta el primero. ¡°A Benavides la conoci¨® en la Estaci¨®n Enol¨®gica¡±, aclara la hija de Mariv¨ª, Martina. ¡°Las dos iniciaron dos vinos, Jos¨¦ Pariente, en Rueda, y El¨ªas Mora, en Toro. Hasta 2007. En ese momento se separan y se reparten los proyectos¡±.
En esa fecha Jos¨¦ Pariente inicia su expansi¨®n. ¡°Comenzamos a construir el edificio que tenemos ahora, en pleno altiplano, entre Rueda y La Seca. Antes hac¨ªamos los vinos en una bodega alquilada. No ten¨ªa nada que ver a como lo hac¨ªa mi padre, era la misma uva pero distinta elaboraci¨®n. M¨¢s tecnol¨®gico, m¨¢s profesional¡±, a?ade Mariv¨ª. De aquel vino de garaje, con un dep¨®sito de acero inoxidable de poco m¨¢s de 15.000 litros ¡ªde donde sacaron las 15.000 botellas de la primera a?ada de Jos¨¦ Pariente¡ª, hasta el actual mill¨®n de unidades, han pasado 25 a?os. ¡°Ha sido un proyecto que empez¨® de cero, con un crecimiento muy org¨¢nico¡±, dice Martina, que ha continuado la formaci¨®n enol¨®gica de su madre, pasando por Madrid, Palencia y Burdeos. ¡°La direcci¨®n y el capital son familiares, no hay ning¨²n grupo inversor¡±.
Junto a ellas, el consumo de blanco ha ido en aumento. ¡°Lo de Rueda y la verdejo ha sido un fen¨®meno¡±, destaca Jos¨¦ Luis Ben¨ªtez, Director General de la Federaci¨®n Espa?ola del Vino, que apunta como desde el 2010 el valor del vino blanco ha crecido un 6,1%. ¡°Es una tendencia cada vez m¨¢s visible, en todos los c¨ªrculos. Es algo que nos enriquece y que denota el conocimiento del consumidor por blancos con diferentes matices¡±. Para Benitez, que comenz¨® en el sector hace un cuarto de siglo, Jos¨¦ Pariente es un icono de modernidad.
Hoy la firma cuenta con 90 hect¨¢reas de vi?edo, 60 de ellas propias, cultivadas seg¨²n el modelo ecol¨®gico, y las 30 restantes de viticultores a los que les compran la uva y con los que trabajan desde el principio. Es una relaci¨®n de entendimiento mutuo. Mano a mano. O casi. ¡°En todos estos a?os tengo mil y una an¨¦cdotas. Aunque probablemente lo m¨¢s complicado ha sido el trabajo con algunos propietarios de vi?edos, sobre todo los m¨¢s mayores. Antes, al ver a una mujer, no se dejaban aconsejar tan f¨¢cil sobre c¨®mo deb¨ªan tratar los vi?edos y la tierra¡±, se?ala Mariv¨ª.
Martina se desplaza a trompicones entre el suelo de cascajo, un canto rodado de grandes dimensiones propio de la regi¨®n. ¡°A esta zona, la que engloba a Rueda, La Seca y Serrada, se la llamaba hist¨®ricamente la milla de oro¡±, advierte. Las cepas, plantadas en vaso, una modalidad que pretende obtener una mayor calidad de la uva, son de 1910. Con ellas elaboran su vino de parcela m¨¢s personal y ¨²nico: Finca Las Comas. ¡°Pero luego tenemos mucha vid en la zona este de la D.O., que son terrenos plagados de pinares, entre los r¨ªos Adaja y Eresma. Son arenas puras, aquello parece arena de playa¡±.
Su vino fermentado en barrica, por ejemplo, combina vi?edos de arena y cantos. ¡°Hemos encontrado el equilibrio perfecto. El canto te da m¨¢s temperatura, por lo que los vinos tienen mayor concentraci¨®n. Es un perfil con m¨¢s fruta. Eso lo contrarrestamos con los de arena, que tienen maduraciones m¨¢s tard¨ªas y dan ese punto m¨¢s herbario¡±, cuenta Martina, la m¨¢s apegada al terru?o de los dos hermanos. ¡°Ignacio se encarga de la parte de gesti¨®n y comercial¡±, explica.
A Mariv¨ª se le ilumina la mirada cuando se habla de viajes, contactos con distribuidores y eventos del vino. ¡°Es lo que m¨¢s echo de menos¡±, dice. ¡°Ella lo hac¨ªa todo. Cog¨ªa su Citro?n AX y viajaba por toda Espa?a. Tambi¨¦n estaba en ferias como ProWein, en D¨¹sseldorf¡±, apostilla la hija.
La matriarca ha cedido parte del control de la compa?¨ªa a sus dos hijos. Ahora la labor que ella hac¨ªa est¨¢ m¨¢s dividida, Ignacio y Martina se reparten sus principales actividades al frente de una empresa que da trabajo directo a 33 empleados, m¨¢s viticultores y personal temporal que participa en la vendimia. ¡°Para nosotros ha sido un privilegio que nos hayan cedido el testigo nuestros padres y que lo hayan hecho de forma tan natural¡±, comenta Martina, que en 2013 firm¨® un protocolo familiar para dar un futuro m¨¢s organizado a la bodega. Y termina pronunciando un mantra que sobrevuela toda la conversaci¨®n: ¡°Debemos mantener la filosof¨ªa de los vinos que hizo mi madre y no desviarnos de nuestro camino¡±.