El secreto de estos excelentes vinos est¨¢ en la mezcla
La recuperaci¨®n de vi?as ancestrales en las que conviven variedades de uva diferentes ha revitalizado la antigua pr¨¢ctica de elaborar de forma conjunta.
Los vi?edos del pasado poco tienen que ver con las hileras mecanizadas que dominan hoy la mayor parte de regiones vin¨ªcolas con terrenos relativamente llanos. La vid ocupaba suelos pobres donde no pod¨ªan subsistir otros cultivos. Cuando se plantaba un vi?edo, lo habitual era mezclar variedades blancas y tintas (uvas de mesa incluidas) con perfiles diferentes de maduraci¨®n, acidez o color para asegurarse un m¨ªnimo de cosecha en condiciones clim¨¢ticas dispares.
Se impon¨ªa el gusto personal del viticultor o la costumbre de cada pueblo (es fascinante c¨®mo puede cambiar la forma de poda o la composici¨®n varietal entre poblaciones vecinas) y, llegado el momento, se vendimiaba todo a la vez y fermentaba de forma conjunta.
Las plagas que asolaron el vi?edo europeo desde mediados del siglo XIX ¡ªo¨ªdio, mildiu y, muy especialmente, la filoxera¡ª supusieron el primer mazazo contra toda esta diversidad varietal, aunque la filosof¨ªa de la mezcla se mantuvo en numerosos lugares. Pero la tecnificaci¨®n del vi?edo y la aparici¨®n de la selecci¨®n clonal a partir de la d¨¦cada de los setenta del siglo XX fue determinante para la creaci¨®n de plantaciones m¨¢s racionales y c¨®modas de gestionar.
Desde entonces, el mestizaje ha quedado relegado a las vi?as viejas. Sin duda, la regi¨®n espa?ola m¨¢s ¡°ur¨¢sica¡± es Canarias. Gracias a su aislamiento, se libr¨® de la filoxera. El Hierro est¨¢ considerado un reservorio de biodiversidad vit¨ªcola.
En la Pen¨ªnsula, la mayor concentraci¨®n aparece en zonas perif¨¦ricas, un tanto alejadas de los flashes de las regiones de moda. Arribes, la denominaci¨®n de origen que se extiende por las provincias de Zamora y Salamanca donde el Duero marca la frontera con Portugal, es un caso notable. Aunque la juan garc¨ªa, uva delicada y de piel fina donde las haya, sea la casta dominante, los vi?edos viejos (que son mayor¨ªa) est¨¢n marcados por la mezcla de gran n¨²mero de variedades. Los productores tienen que elegir entre vendimiar en distintos pases si quieren recoger cada uva en su punto ¨®ptimo de maduraci¨®n o vinificarlas todas conjuntamente en lo que los anglosajones han bautizado como field-blends (mezclas de campo).
Al norte de Valladolid, Cigales es otro ejemplo claro con algo m¨¢s de 3.000 hect¨¢reas de m¨¢s de 70 a?os en las que la tempranillo rara vez ocupa m¨¢s del 70%. El resto est¨¢ dominado por variedades blancas, lo que explica que el vino tradicional de la zona sea el clarete. A menor escala, esta filosof¨ªa de mezcla pervive en la mayor¨ªa de los vi?edos viejos de la Pen¨ªnsula.
M¨¢s raro es que se aplique el mismo concepto en vi?edos de nueva plantaci¨®n. Telmo Rodr¨ªguez y Pablo Eguzkiza, grandes defensores de los modelos artesanales previos a la filoxera, reconstruyeron de esta manera el vi?edo de Laguardia que est¨¢ en la base de Las Beatas, su tinto top de Rioja, y, con bastante mayor dificultad por la orograf¨ªa abrupta del terreno, hicieron lo propio en el valle del Bibei (Valdeorras) con el pago de La Falcoeira. En Rioja, Roberto Oliv¨¢n, uno de los primeros que se atrevieron a hacer un tinto con casi un 40% de uvas blancas (el vino es El Escondite del Ardacho Las Guillermas), aplica esta filosof¨ªa en sus plantaciones m¨¢s j¨®venes con las que elabora Custero, un homenaje a los vinos de cosechero de anta?o con mezcla de ocho variedades de uva diferentes.
Los field-blends son vinos de producciones reducidas, limitadas a lo que da cada vi?a, y sus precios est¨¢n por encima de la media, aunque a menudo son bastante razonables si se piensa que pueden proceder de parcelas centenarias. Algunos lanzamientos recientes van desde el rosado Milsetentayseis del grupo Carraovejas en Ribera del Duero, con un cierto peso de bobal, o los nuevos cigales de Museum, el rosado Las Musas y el tinto La Renacida, hasta el fascinante Bimbache Grand Cruz de El Hierro, el energ¨¦tico Psicod¨¦lico de Bodegas Frontonio en Valdejal¨®n (Arag¨®n) o el C¨¦nit Tradici¨®n de Tierra del Vino de Zamora, que, con una cuarta parte de uvas blancas, ofrece un estilo impensable para esta regi¨®n de tintos potentes. Y veremos m¨¢s en el futuro.
A Ponte
Galicia. 2019, tinto. Ribeira Sacra. Guímaro. Mencía, caíño tinto, merenzao, sousón. 14% vol. 29 euros
Este vino nace de un viñedo moderno plantado en 2010 con idéntica proporción de caíño, sousón, brancellao, merenzao y mencía. La idea inicial era producir vinos monovarietales, pero debido a los bajos rendimientos de las primeras añadas se decidieron a vinificar todas las uvas juntas. El resultado: una dimensión nueva y fascinante en la zona; un vino con complejidad, frescura y elegancia que derrocha energía y expresividad. También la prueba de que los viñedos de mezcla de variedades tienen su lugar en el siglo XXI.
Remol¨®n
Valladolid. 2020, rosado. Cigales. Traslanzas. Tempranillo, albillo, verdejo, garnacha gris. 13,5% vol. 11 euros.
Además de ser un tipo de vino muy arraigado de Cigales, el rosado es la opción más lógica para trabajar un viñedo centenario de casi una hectárea en el que la mitad de las cepas son blancas. La fermentación en madera y con levaduras autóctonas le da autenticidad y seriedad. El paladar es muy gustoso y con refrescante acidez. Gracias a la abundancia de variedades blancas, que dan mayores rendimientos de forma natural, se hicieron 5.000 botellas a un precio increíble teniendo en cuenta la vejez del viñedo.
De Buena Jera
Zamora. 2017, tinto. Arribes. El Hato y el Garabato. 80% juan garcía más rufete, merenzao, bastardo, tinta jeromo, doña blanca, puesta en cruz. 13,5% vol. 24 euros.
Este vino se elabora con un viñedo de 80 años plantado a 750 metros de altitud en suelos arcillosos en el extremo oriental de la DO Arribes que apenas da para 900 botellas. Aunque domina la uva juan garcía, el popurrí de variedades que componen el 20% restante (y donde manda la rufete) aporta su carácter. El resultado es un tinto expresivo, balsámico, equilibrado, con buena acidez y tanino fino, alejado de la rusticidad de antaño de la zona. El Hato y el Garabato es uno de los nuevos productores a seguir en Arribes.
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