Rueda, cuna de la uva verdejo

Un cielo avaro de lluvias, un term¨®metro que estalla por los extremos y un suelo alfombrado de cantos. Estas tierras del sur de Valladolid, tan duras, son en cambio ideales para la blanca uva verdejo, la madre del vino de Rueda y el motor de una comarca que, adem¨¢s de esto, tiene un mont¨®n de historia (por doquier, la sombra de regias figuras), un rico patrimonio mud¨¦jar y una naturaleza insospechada, oculta en la m¨¢s solitaria orilla del Duero.

En la villa de Rueda hay dos bodegas que dejan con los ojos a cuadros. Una es Moc¨¦n (1), cuyos cuatro kil¨®metros de cuevas de los siglos XV y XVI albergan una colecci¨®n de antiqu¨ªsimas cubas de casta?o espa?ol, otra de 8.000 piezas de vidrio y una tercera de 1.500 sacacorchos de todas las ¨¦pocas; adem¨¢s cuenta, ya en el exterior, con una pinacoteca que atesora m¨¢s de 500 obras de Dal¨ª, Picasso, Barjola, Benjam¨ªn Palencia, Ram¨®n Casas, Crist¨®bal Toral... Y la otra es la del Grupo Yllera (2), que atrapa al visitante en un laberinto subterr¨¢neo de m¨¢s de un kil¨®metro lleno de alusiones al mito del Minotauro. Por su arquitectura destaca la bodega Finca Montepedroso (3), un preciso volumen longitudinal proyectado por Francisco Varela que apenas se insin¨²a sobre una loma al norte de la poblaci¨®n. Quien busque algo m¨¢s personal se acercar¨¢ a la vecina localidad de La Seca para conocer la bodega-boutique Campo Eliseo (4), emplazada en una casa solariega del siglo XVIII, y para catar los vinos de autor de Javier Sanz (5). Especial atenci¨®n al verdejo sobre l¨ªas 1863, elaborado con uvas de cepas de m¨¢s de 150 a?os cosechadas a mano en el pago de Saltamontes.

11.30 Donde muri¨® Isabel

De los 74 municipios que abarca la DO Rueda, ninguno con m¨¢s historia que Medina del Campo. Su plaza Mayor, inmensa y rodeada de soportales, fue durante los siglos XV y XVI el escenario de las m¨¢s importantes ferias del reino, a las que asist¨ªan mercaderes de toda Europa. Monedas, balanzas, libros de cuentas e incluso una caja fuerte de aquella ¨¦poca se exhiben en el peque?o pero espl¨¦ndido Museo de las Ferias (6), instalado en la antigua iglesia de San Mart¨ªn, de espectacular artesonado mud¨¦jar. Si hay tiempo, vale la pena visitar tambi¨¦n el Palacio Real Testamentario (7), donde test¨® y muri¨® Isabel la Cat¨®lica, y el castillo de la Mota (8), desde cuya torre de 38 metros se otea toda la comarca y las cumbres del Sistema Central, a cien kil¨®metros de distancia.

13.00 Maridaje de quesos y vinos

Hora de tomar el aperitivo. Pero no en un bar vulgaris, sino en la sala de degustaci¨®n de la Queser¨ªa Campoveja (9), un negocio familiar de la localidad de Serrada que lleva medio siglo haciendo maravillas con la leche cruda que le suministran los pastores de la zona. Su queso ahumado viejo (el mejor smoked del mundo, seg¨²n el jurado de los International Cheese Awards de 2012), acompa?ado con un sorbo del rosado Finca Valdemoya Frizzante Tempranillo que produce, tambi¨¦n en Serrada, las bodegas De Alberto (10), es m¨¢s que una tentaci¨®n. Hay visitas para conocer el proceso completo de c¨®mo se elabora, con cata de quesos y maridaje de vinos, a partir de 7 euros, y tambi¨¦n un taller de cuajadas para ni?os.

14.30 Una botica con estrella

Matapozuelos presume, porque puede, de ser una villa gastron¨®mica. Y es que pocos lugares de mil habitantes tienen tan buenos restaurantes. Hay hasta una estrella Michelin: la de La Botica (11). Gusta la cocina recolectora de Miguel ?ngel de la Cruz, el partido que les saca a las setas, las hierbas, los pi?ones, la pi?a verde rallada¡­ Y encanta el comedorcito donde se conservan los tarros y las vitrinas de cuando era farmacia. Menos sutil, pero m¨¢s asequible, es el Mes¨®n de Pedro (12), que lleva 24 a?os pet¨¢ndolo con su pincho de lechazo y su conejo a la brasa de sarmiento. El postre, en cualquier caso, es mejor comprarlo en el obrador La Giralda de Castilla (13): bollaim¨®n (bizcocho de lim¨®n), bollos de az¨²car, mantecados al verdejo¡­ Comprarlo o hacerlo, porque la entusiasta propietaria, ?ngeles Leonardo, organiza talleres de reposter¨ªa y degustaciones con vinos de la bodega local Garciar¨¦valo.

Buen momento para llegarse a Fresno el Viejo (14) y ver el sol de la tarde dorando los ladrillos mud¨¦jares de su templo. En este pueblo est¨¢ la Bodega de Plastilina, que es una cueva de 300 a?os donde se muestra el proceso tradicional de elaboraci¨®n del vino a trav¨¦s de escenas modeladas en ese material por el colectivo Plastiart (l¨®gicamente, es para ir con ni?os). Al lado hay un palomar monumental que ha sido rehabilitado como centro de interpretaci¨®n de la naturaleza. Aunque, para conocer la vida salvaje de la comarca, mejor arrimarse con unos prism¨¢ticos a la reserva natural de las Riberas de Castronu?o (15). Aqu¨ª, en la ¨²ltima curva que hace el Duero antes de entrar en tierras zamoranas, bullen aves de 189 especies, incluidas colonias importantes de garzas reales, martinetes y garcetas comunes.

20.30 Descanso en Olmedo

Despu¨¦s de un d¨ªa tan movido (y tan et¨ªlico), se agradece una dosis triple de relax en el restaurante, balneario y hotel Villa de Olmedo (16). Edificado en la localidad hom¨®nima sobre las ruinas del convento mud¨¦jar de Sancti Spiritus, del siglo XII, el establecimiento, en el que durmieron en su d¨ªa Teresa de Jes¨²s y Juana la Loca, conserva varios espacios originales, como la nave abovedada de la iglesia o la cocina de las monjas, cuya chimenea caldea hoy a los ba?istas en la sala de reposo. Lo dem¨¢s es muy moderno. Casi en albornoz, porque est¨¢ justo enfrente, se puede visitar el Parque Tem¨¢tico del Mud¨¦jar (17), donde el olmedano F¨¦lix Arranz ha reproducido fielmente, ladrillito a ladrillito, 21 fortalezas y templos de ese estilo a escala 1:6. Una Castilla en miniatura donde los chavales, trepando a la torre m¨¢s alta, se sienten reyes.