Mitra Farahani: una cineasta contra el r¨¦gimen iran¨ª
Interlocutora de Jean-Luc Godard en sus ¨²ltimos a?os de vida, esta directora iran¨ª cree en las pel¨ªculas como instrumento de la revoluci¨®n
Lo habitual cuando un creador de cualquier tipo da una entrevista es que quiera hablar de ¡°su libro¡±. Empujado por las l¨®gicas del mercado period¨ªstico y buscando un poco de rango amplio para su p¨²blico, el entrevistador buscar¨¢ que hable del cambio clim¨¢tico, de la autoexplotaci¨®n, del consentimiento sexual o del Gran Tema que toque, y el autor, seg¨²n su temperamento, o bien bandea todo eso con educaci¨®n o bien recuerda al periodista: oye, que yo lo que he hecho es una pel¨ªcula o un ensayo o un c¨®mic, o lo que sea.
Con...
Lo habitual cuando un creador de cualquier tipo da una entrevista es que quiera hablar de ¡°su libro¡±. Empujado por las l¨®gicas del mercado period¨ªstico y buscando un poco de rango amplio para su p¨²blico, el entrevistador buscar¨¢ que hable del cambio clim¨¢tico, de la autoexplotaci¨®n, del consentimiento sexual o del Gran Tema que toque, y el autor, seg¨²n su temperamento, o bien bandea todo eso con educaci¨®n o bien recuerda al periodista: oye, que yo lo que he hecho es una pel¨ªcula o un ensayo o un c¨®mic, o lo que sea.
Con Mitra Farahani (Teher¨¢n, 47 a?os) sucede exactamente al rev¨¦s. La realizadora iran¨ª, que ahora vive en Roma, pero ha estado durante muchos a?os ligada a Francia y al cine franc¨¦s, estuvo en noviembre en Gij¨®n para presentar all¨ª, en el Festival Internacional de Cine, su documental ? vendredi, Robinson, un experimento f¨ªlmico en el que logr¨® por fin que se encontrasen dos de los patriarcas del cine que ven¨ªan sigui¨¦ndose y admir¨¢ndose desde los sesenta, el iran¨ª Ebrahim Golestan, representante de la nueva ola del cine de su pa¨ªs a finales de los sesenta, y Jean-Luc Godard, con quien Farahani trabaj¨® estrechamente en los ¨²ltimos a?os de su vida. La cineasta les convenci¨® para que aceptaran un juego: enviarse un correo electr¨®nico cada viernes. Ella estar¨ªa en los dos sitios a la vez, en la gigantesca casa de Sussex, Inglaterra, en la que Golestan, que ha cumplido los 100 a?os, todav¨ªa vive, y en Rolle, el pueblo suizo en el que se recluy¨® Godard y en el que falleci¨®, por suicidio asistido, el pasado septiembre. Al igual que su primer largo, Fifi Howls from Happiness (2013), en el que se acerc¨® a la figura enigm¨¢tica del pintor Bahman Mohasses, considerado el Picasso persa en el Ir¨¢n prerrevolucionario, la pel¨ªcula aborda la experiencia, las contradicciones del creador y los exilios, reales y metaf¨®ricos. Son pel¨ªculas densas de las que brota mucho discurso. Pero la directora no tiene en este momento demasiadas ganas de hablar de ellas.
Mientras ella est¨¢ haciendo el circuito de festivales, presentando su pel¨ªcula a los medios, en su pa¨ªs se suceden las protestas desde que, a mediados de septiembre, la llamada ¡°polic¨ªa de la moral¡± mat¨® a Mahsa Amini, de 22 a?os, por llevar mal puesto el hiyab. Se cuentan en centenares los muertos y en miles los represaliados. El anuncio a principios de diciembre de que el r¨¦gimen piensa acabar con ese cuerpo policial fue recibido con escepticismo. ¡°Es muy duro para los iran¨ªes que estamos fuera del pa¨ªs¡±, dice la directora. ¡°Nuestro cerebro est¨¢ all¨ª al 85%, pero despu¨¦s tenemos que llevar otra vida fuera de campo¡±. Farahani ha vivido entre Ir¨¢n y Europa desde 2001, cuando fue a Par¨ªs a estudiar cine, pero hace ya a?os que no puede visitar a su familia en su pa¨ªs de origen ni entrar en ¨¦l con tranquilidad. En 2009, tras las elecciones fraudulentas en las que ?Mahmud Ahmadinejad busc¨® revalidar su poder, la realizadora fue arrestada apenas poner un pie en Teher¨¢n y estuvo encarcelada durante dos semanas. ¡°Aun as¨ª, segu¨ª yendo a ver a mi familia hasta 2019. Llevamos 43 a?os con un r¨¦gimen que no hemos elegido. Ahora mismo, todo el pa¨ªs est¨¢ en duelo y encolerizado, y la ¨²nica manera de salir de ese duelo es a trav¨¦s de la revoluci¨®n¡±.
El cine de Farahani nunca ha sido c¨®modo para el r¨¦gimen. Debut¨® en 2002 con un corto documental, Just Une Femme, que segu¨ªa a una mujer trans que se prepara para salir a la calle en Teher¨¢n, cubierta por un chador, tras su operaci¨®n de reasignaci¨®n de g¨¦nero. Y en el segundo, Tabous (2004), varias mujeres iran¨ªes hablan sobre su sexualidad con un poema er¨®tico persa como tel¨®n de fondo. Aunque la suya es una familia religiosa de clase trabajadora, sus padres nunca han tenido ning¨²n problema con sus pel¨ªculas o con el hecho de que lleve la cabeza al descubierto. ¡°La gente como mis padres trata la religi¨®n desde un ¨¢ngulo saludable. En realidad, la revoluci¨®n isl¨¢mica ha destruido a las familias como la m¨ªa. Mi madre me inculc¨® unos valores, pero el Gobierno se ha encargado de corromperlos. Ha habido muchas otras familias as¨ª, que se han sentido utilizadas para intentar dar valor al r¨¦gimen. Ahora est¨¢n siendo conscientes y se est¨¢n apartando. La religi¨®n, tal y como se presenta a la sociedad, es un trampantojo. La utilizan para cubrir la corrupci¨®n y a quienes hacen el mal¡±.
La directora, nacida en 1975, apenas ha conocido otra cosa en su pa¨ªs que la revoluci¨®n isl¨¢mica, que tuvo lugar cuando ella ten¨ªa tres a?os y marca las etapas de su vida al comp¨¢s de la situaci¨®n en el pa¨ªs. ¡°Mi adolescencia tuvo lugar cuando la revoluci¨®n llevaba ya unos 10 a?os en marcha, y la gente de mi generaci¨®n hemos sufrido graves da?os psicol¨®gicos por eso. Yo no pod¨ªa enamorarme y que se notase, ir con alguien por la calle. Eso se consideraba terrible y pecaminoso. La siguiente generaci¨®n de alguna manera obvi¨® ese tipo de persecuci¨®n, pero son los j¨®venes de ahora quienes por fin est¨¢n actuando. La juventud actual es la m¨¢s despierta y consciente que ha existido desde Jomeini. Ellos ni siquiera creen en la oposici¨®n. Esa figura ya ha sido envenenada por los mismos discursos del r¨¦gimen. Se trata m¨¢s bien de una marea de hu¨¦rfanos pol¨ªticos que se sienten traicionados por todos¡±.
A la directora no se le escapa la iron¨ªa cuando contempla el auge de la extrema derecha en Europa y ha seguido con preocupaci¨®n la elecci¨®n del Gobierno ultraderechista en Italia, donde vive desde hace a?os. ¡°Veo que hay gente muy joven que ha entregado el gobierno a Giorgia Meloni. En Ir¨¢n se est¨¢ derramando sangre para recuperar el pa¨ªs de las manos de los fascistas, mientras que en Italia se lo regalan. Meloni ha sido escogida con una facilidad que me asombra. Es desolador¡±. Ante este panorama, ?tiene esperanza? ¡°Godard siempre dec¨ªa que la esperanza es lo ¨²nico concreto¡±.
Despu¨¦s de ver c¨®mo el director no le abr¨ªa la puerta a su amiga Agn¨¨s Varda y la despachaba con una nota en la puerta en la pel¨ªcula de esta Caras y lugares (2017), llama la atenci¨®n que Farahani convenciese a Godard para dejarse filmar en su intimidad. La colaboraci¨®n entre ambos continu¨® en los ¨²ltimos a?os y ella fue tambi¨¦n productora de El libro de im¨¢genes (2018), su ¨²ltima pel¨ªcula. ¡°Yo no lo conoc¨ªa de nada. Le escrib¨ª una carta en 2014 con esta idea de poner en im¨¢genes un archivo de correspondencia que en realidad no exist¨ªa. Creo que, por un lado, ¨¦l tuvo un presentimiento hacia la figura de Golestan, intuy¨® que pod¨ªa ser un buen amigo imaginario. Y otro factor que pudo influir para que aceptara es que lo entendi¨® todo como un gran juego. Fue muy fiel y envi¨® su carta cada viernes antes de las doce de la noche¡±. En la pel¨ªcula, el franc¨¦s contesta los e-mails largos y bien redactados de Golestan con un v¨ªdeo de un delf¨ªn con un perro o un trozo de cuadro de Matisse, sin m¨¢s explicaci¨®n, para desesperaci¨®n del iran¨ª, que se lamenta de que la comunicaci¨®n entre ambos no es equilibrada, ¡°no es un pimp¨®n¡±.
En ambos anida, cree Farahani, la misma generosidad y ganas de decir su ¨²ltima palabra a quien quiera escucharlos. ¡°Ambos han sido enormemente influyentes para m¨ª. Golestan intenta introducir toda la fuerza literaria dentro del discurso f¨ªlmico. Es un gran conocedor e int¨¦rprete de la poes¨ªa persa. Mi gran esperanza ha sido intentar tocar todo ese saber y ponerlo en mi pel¨ªcula. Era una manera de preservar su obra e intentar entenderla. Y Godard¡ es Godard. ?l nos regal¨® la mayor de las libertades, la libertad de estar despiertos, de no quedarnos en nuestra zona de confort. En todas sus pe?l¨ªculas encontramos situaciones que se repiten. ?No lo hab¨¦is visto? Os lo vuelvo a poner. A nivel personal, su carisma y su forma de vivir fueron admirables¡±.
Dicho esto, Farahani pide posar con las fotos de dos periodistas represaliadas en Ir¨¢n, Niloofar Hamedi y Elahe Mohammadi. ?No lo hab¨¦is visto? Os lo vuelvo a poner.