Susi S¨¢nchez: ¡°El estrellato est¨¢ siendo un torbellino y me pilla un poco mayor¡±
Durante cinco d¨¦cadas, fue una actriz tan respetada como desconocida. Tras su Goya por ¡®Cinco lobitos¡¯, estrena ¡®Loli Tormenta¡¯, pel¨ªcula p¨®stuma de Agust¨ª Villaronga, y una serie con la productora de Almod¨®var
Su terapeuta se lo advirti¨® hace unos meses. Cuidado con el ¨¦xito porque puede matar. Susi S¨¢nchez tiene esta frase grabada a fuego, por lo que desconf¨ªa de su nuevo estatus de estrella madura del cine espa?ol. Hasta no hace tanto viv¨ªa tranquila, en un pl¨¢cido rinc¨®n, con sus discretos papeles de reparto, dando clases de interpretaci¨®n. Era una de esas secundarias respetadas por el oficio pero desconocidas para el gran p¨²blico, con una carrera err¨¢tica en cine, teatro y televisi¨®n, aunque nunca le haya faltado el trab...
Su terapeuta se lo advirti¨® hace unos meses. Cuidado con el ¨¦xito porque puede matar. Susi S¨¢nchez tiene esta frase grabada a fuego, por lo que desconf¨ªa de su nuevo estatus de estrella madura del cine espa?ol. Hasta no hace tanto viv¨ªa tranquila, en un pl¨¢cido rinc¨®n, con sus discretos papeles de reparto, dando clases de interpretaci¨®n. Era una de esas secundarias respetadas por el oficio pero desconocidas para el gran p¨²blico, con una carrera err¨¢tica en cine, teatro y televisi¨®n, aunque nunca le haya faltado el trabajo. Hasta que, de repente, cuando ya rozaba la edad de la jubilaci¨®n, se le empezaron a multiplicar las ofertas y los premios. Y, con ellos, lleg¨® una especie de borrasca que intenta atravesar a bordo de una modesta barquita.
¡°Lo ¨²nico que pido es poder seguir haciendo mi trabajo como hasta ahora. Lo que me gusta es desentra?ar mis personajes, y nada m¨¢s. Lo que me gusta de mi trabajo es mi trabajo¡±, afirma en una ma?ana soleada en Madrid, en la recta final del invierno. ¡°S¨¦ que muchos se hacen actores para llegar a la fama, al ¨¦xito, a alg¨²n lugar. Yo nunca he querido llegar a nada, a ninguna parte. No necesitaba este reconocimiento. Est¨¢ siendo un torbellino muy grande y me pilla un poco mayor¡±, dice. No quiere sonar desagradecida, pero prefiere pensar que este sue?o se va acercando al final. Un d¨ªa, dentro de poco, la dejar¨¢n de llamar y volver¨¢ a vivir tranquila. ¡°Si no eres consciente de que las ca¨ªdas existen, las bajadas son un batacazo. ?Viste que me ca¨ª en los Goya? Tal vez fuera una premonici¨®n¡¡±.
No hay falsa modestia en las palabras de esta actriz de 68 a?os. Tal vez solo una peque?a dosis de autoenga?o que le permite conservar la cordura. ?Una de las mejores actrices de su generaci¨®n, capaz como pocas de transmitir verdades sobre la condici¨®n humana? Ya ser¨¢ menos. En el fondo, lo suyo no es para tanto: se aprende un papel y luego lo recita. No cree tener m¨¢s talento que cualquier hija de vecino que se ponga a estudiar cuatro tardes seguidas. ¡°He estado toda mi vida con eso que llaman s¨ªndrome del impostor. Durante mucho tiempo, cre¨ª que se dar¨ªan cuenta de que todo era una estafa, de que yo no val¨ªa¡±. ?Y cu¨¢ndo se lo empez¨® a creer? ¡°Con el Goya por Cinco lobitos. Esa noche me dije: bueno, igual hay algo¡¡±, se carcajea. El premio recompens¨® su papel de matriarca enfrentada a la enfermedad, tosca pero sacrificada, rebosante de remordimientos y renuncias. Casi tanto como el Goya, lo que le hizo ilusi¨®n fue que aut¨¦nticos desconocidos le escribieran mensajes como este: ¡°Eres m¨¢s vasca que mi madre vasca¡±. En realidad, es valenciana ¡ªnaci¨® en Xirivella¡ª, pero llegaremos a eso m¨¢s tarde.
Pese a no ser vizca¨ªna, S¨¢nchez fue la primera opci¨®n para el personaje de Bego?a. ¡°Quer¨ªa retratar a un ama de casa de toda la vida al margen de los lugares comunes. Que alguien se dedique al hogar no significa que no sea un ser complejo y con secretos, aunque no siempre se las haya retratado as¨ª¡±, dice la directora de Cinco lobitos, Alauda Ruiz de Az¨²a. ¡°Susi aportaba ese misterio, esa personalidad, un sentido del humor muy de madre vasca, seca pero que cae bien. Era la combinaci¨®n perfecta¡±. Desde su estreno, le llueven los papeles. La actriz acaba de estrenar en cines Loli Tormenta, la pel¨ªcula p¨®stuma de Agust¨ª Villaronga (1953-2023), donde interpreta a una abuela con alzh¨¦imer, y tiene a punto la serie Mentiras pasajeras, producci¨®n de El Deseo que lanzar¨¢ Paramount+, entre otras cosas que no puede anunciar.
De repente se ha tenido que poner selectiva, ella que sol¨ªa decir que s¨ª a todo lo que le llegaba. Y reconoce que lo pasa mal. ¡°Me parece injusto elegir. ?Por qu¨¦ unos s¨ª y los otros no?¡±, responde con un inexplicable candor. Ahora tambi¨¦n la paran por la calle por primera vez en cinco d¨¦cadas de trayectoria. ¡°Pero la gente es muy respetuosa conmigo, m¨¢s que con mis compa?eros j¨®venes que trabajan en televisi¨®n. A ellos los tocan, hay una familiaridad. A m¨ª se me acercan, pero a distancia¡±. ?Tal vez porque impone un poco? ¡°No lo hago adrede, pero eso me dicen. No s¨¦ si es por mi estatura, o por mi forma de hablar, que puede ser un poco tajante o ¨¢spera. Supongo que es un mecanismo de defensa. Todos tenemos nuestras formas de ir por la vida¡±. ?Y cu¨¢l es la suya? S¨¢nchez tiene algo que recuerda a un ave corredora, una elegancia un tanto desgarbada. Falsas hechuras de diva que esconden una inseguridad turbadora. Una modestia casi patol¨®gica, una tendencia irrefrenable a la sinceridad. Una voz algo cavernosa, que parece salir de alg¨²n abismo interior. Esa belleza ¡ªno necesariamente pl¨¢stica, que tambi¨¦n¡ª que suelen desprender las buenas personas. Su falta de autoestima, respecto a la que es transparente, la atribuye a su educaci¨®n. ¡°En casa no quer¨ªan que fuese actriz. Yo era una ni?a muy obediente, y que mi padre no me diera su bendici¨®n me dol¨ªa. Era un hombre mayor, nacido en 1913, y consideraba que este era un oficio de putas y de maricones. Para ¨¦l, hab¨ªamos venido al mundo a hacer lo que nos toca, no lo que queremos¡±, relata.
Para S¨¢nchez, la interpretaci¨®n ha sido, entre otras cosas, una forma de autoconocimiento. ¡°Es una persona con un gran inter¨¦s por la psicolog¨ªa humana, incluida la suya¡±, dice el director Ram¨®n Salazar, que la llev¨® a la primera l¨ªnea, cuando era una semidesconocida, con 10.000 noches en ninguna parte y La enfermedad del domingo, por la que recibi¨® su primer Goya en 2019. ¡°Conecta tan bien con personajes complejos y enrevesados porque sabe localizar sus traumas¡±. La actriz suele trabajar a partir de su experiencia, de su infancia, de su familia. ¡°Pero lo hace desde lo luminoso. Ha sabido perdonar a quien le ha hecho da?o y la ha paralizado. Es como si el trayecto y el sufrimiento hubieran merecido la pena en el canal de sanaci¨®n que para ella ha sido el arte¡±, a?ade Salazar.
Susi S¨¢nchez lleva su historia familiar a flor de piel. Naci¨® en 1955 en Valencia ¡°por casualidad¡±, hija de un militar ¡°de izquierdas¡±, descendiente de una estirpe de ferroviarios extreme?os, que hab¨ªa luchado en el bando republicano antes de aceptar un trabajo en el ej¨¦rcito franquista. ¡°Lo acept¨®, sobre todo, porque ten¨ªa acceso al economato de los militares, un suministro de pan, leche en polvo, caf¨¦ y aceite. Para alimentar a su familia, se meti¨® all¨ª y ya se qued¨® para siempre¡±, relata la actriz. ¡°Fue un hombre que vivi¨® con miedo. Le preocupaba que alguien viera el p¨®ster de Jesucristo Superstar que ten¨ªa en mi habitaci¨®n. Se quedaba bebiendo hasta tarde y me hablaba de la guerra. Cuando estaba ebrio, siempre se preguntaba lo mismo: ¡®?Qu¨¦ sentido tiene la vida?¡¯. Me ten¨ªa trastornada¡±.
Su madre era murciana, hija ¡°de un buscavidas¡±, y la ¨²nica superviviente de todos sus hermanos, que murieron de peque?os. ¡°Era una mujer mucho m¨¢s dura, que se cas¨® con 17 reci¨¦n cumplidos. Se perdi¨® toda su juventud. Era una mujer muy vital, pero no deb¨ªa de ser muy feliz. Era una de esas mujeres incre¨ªbles que lo superaban todo, aunque a veces a costa de su entorno. Nos exigi¨® mucho¡±. Falleci¨® hace siete a?os, a los 90. ?Qu¨¦ sinti¨®? ¡°Alivio¡±, responde S¨¢nchez sin dudar. Un amigo cubano, sacerdote yoruba, le dijo que su muerte romper¨ªa un maleficio. Y eso fue lo que sucedi¨®.
Desde la muerte de su madre y la de su hermano Ismael, tambi¨¦n actor, la carrera de Susi S¨¢nchez ha dibujado una curva ascendente. Le da pudor decirlo, pero sabe que no es casualidad. ¡°Mi hermano no trabajaba tanto, y yo lo pasaba mal. En mi generaci¨®n, hab¨ªa como un acuerdo t¨¢cito en las familias: hasta que los hombres no triunfaran, las mujeres no pod¨ªan. Entonces yo no pod¨ªa triunfar, ?entiendes?¡±, responde. ¡°Con el tiempo, me he ido quitando una sensaci¨®n de freno, de no tener derecho. Cuando muri¨® mi madre, esa sensaci¨®n ya fue definitiva¡±. Esa libertad tambi¨¦n abarca su vida privada, ya que le permiti¨® reconocer su lesbianismo. ¡°En realidad, mi familia lo ha sabido siempre, pero mi madre me pidi¨® que no hablara de estas cosas en p¨²blico hasta que estuviera muerta¡±.
De joven, sinti¨® la llamada de Dios. ¡°Por suerte, no dur¨®. Aquello era tremendo¡¡±, recuerda S¨¢nchez. Se refiere a las monjas de su colegio, ejemplos de mezquindad y no de rectitud moral. ¡°Me acobardaron, y yo ya era una ni?a bastante insegura. Me hicieron bullying, aunque entonces no se llamara as¨ª. Pero lo sufr¨ª en todos los colegios donde estuve, sin excepci¨®n¡±. ?Por qu¨¦? ¡°Porque era rara, demasiado alta, y encima era rubia. Y en este pa¨ªs no se pod¨ªa ser rara, alta y rubia. Me dec¨ªan que ten¨ªa cara de caballo¡±, responde. En su casa tampoco tuvo mucho apoyo. ¡°No me daban mucha confianza, no. Mi hermana Isabel ha sido la ¨²nica que ha cre¨ªdo en m¨ª. Siempre, siempre. Es la ¨²nica con la que he podido compartir mis ¨¦xitos. Mi madre, cuando me nominaban a cualquier premio, me respond¨ªa: ¡®?Y cu¨¢ndo es el sorteo?¡±. Y se r¨ªe, aunque parezca triste.
Cuesta creer que S¨¢nchez no rodara una sola pel¨ªcula entre 1974 y 1994. Dice que fue por la ¨¦poca del destape, en la que ¡°no ten¨ªa mucho que ense?ar¡±, y por culpa de un debut catastr¨®fico en Una pareja... distinta, con Lina Morgan y Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez, donde interpretaba a una enfermera ¡°con liguero y minifalda¡±. ¡°Lo pas¨¦ fatal¡±, recuerda. Despu¨¦s se refugi¨® en el teatro, de la mano de directores como Jos¨¦ Luis G¨®mez y Daniel Veronese, y tambi¨¦n en televisi¨®n, donde hizo Bodas de oro, alg¨²n Estudio 1 y una secci¨®n fija en el programa juvenil Caj¨®n desastre, con Miriam D¨ªaz-Aroca. Con la llegada de las privadas, encaden¨® los papeles en series como M¨¦dico de familia, Manos a la obra o La casa de los l¨ªos. Duele un poco imaginar qu¨¦ hubieran hecho con ella Carlos Saura, Mario Camus o Pilar Mir¨®.
Su estatura y su orientaci¨®n sexual le han costado alg¨²n papel. Muchos no supieron qu¨¦ hacer con sus 1,76 metros de altura. Por ejemplo, Alejandro Amen¨¢bar la descart¨® para Tesis por sacarle varias cabezas a Ana Torrent. ¡°No encontraban a nadie que se emparejara bien conmigo. Los hombres eran m¨¢s bajos que yo. Tampoco me daban secundarios porque se me ve¨ªa m¨¢s que a la protagonista. Entonces, en el teatro, me empezaron a dar personajes abstractos o de fen¨®menos atmosf¨¦ricos. He hecho de sol, de viento y de luna¡±, relata. ¡°Ya de mayor, fueron llegando chicos mejor alimentados y m¨¢s grandotes que yo. A m¨ª me salv¨® la generaci¨®n del Cola Cao¡±.
Ser lesbiana tampoco le abri¨® puertas. ¡°Hab¨ªa directores que ten¨ªan la idea rom¨¢ntica de vivir alg¨²n tipo de historia conmigo. Y como no pod¨ªa ser¡ Uno dej¨® de llamarme durante 10 a?os. No puedo decir el nombre porque sigue vivo, pero me encantar¨ªa que le cayera una buena, ya que lo hizo con un mont¨®n de compa?eras. Nos dec¨ªa que no volver¨ªamos a trabajar en este pa¨ªs¡±, recuerda. ?Y con Vicente Aranda, con quien rod¨® cuatro veces? ¡°Fue distinto, aunque tambi¨¦n me dej¨® de llamar. Le present¨¦ a mi mujer [la actriz y maestra de actores Consuelo Trujillo, de quien se separ¨® hace cuatro a?os] y ya nunca volvimos a trabajar juntos. No me dijo que fuera por eso, pero puedo intuirlo. Creo que yo le atra¨ªa bastante, aunque ¨¦l estaba m¨¢s que casado, pero le gustaban mucho las mujeres. Se lo dije un poco a prop¨®sito, para que supiera que estaba ocupada¡±, dice. El MeToo le hizo tomar conciencia de la gravedad de comportamientos que consideraba normales y no lo eran. ¡°Todas las actrices hemos sufrido abusos. La que diga que no, miente¡±, afirma. ¡°Lo que pasa es que antes se resolv¨ªa con un bofet¨®n, y ahora con una denuncia. No me parece mal, pero yo no necesito que venga la polic¨ªa. Lo suelo arreglar con una buena patada en los huevos¡±. As¨ª empieza el tercer acto de Susi S¨¢nchez, y tiene una pinta trepidante.
Lo confirma Pedro Almod¨®var, con quien ha trabajado cuatro veces haciendo peque?os papeles. ¡°Adem¨¢s de ser muy buena actriz, tiene un f¨ªsico apabullante y poco com¨²n, con un rango muy poco habitual. Puede ser ruda como en Cinco lobitos, pero tambi¨¦n absolutamente sofisticada¡±, opina el director. ¡°Me siento en deuda con ella, porque le he ofrecido cosas breves que no estaban a la altura de su talento. Tiene la edad perfecta para el tipo de papeles que estoy escribiendo ahora. Es mi gran esperanza trabajar con ella en un proyecto de mayor magnitud¡±.