Guerra fr¨ªa en el hockey sobre hielo
Las selecciones canadiense y estadounidense ejemplificaron las recientes tensiones geopol¨ªticas entre ambos pa¨ªses en un torneo amistoso
Donald Trump odia el baloncesto y adora el hockey sobre hielo. Lo ha dicho en alguna ocasi¨®n: el deporte de la canasta le parece un nido de disidencia pol¨ªtica y propaganda antiestadounidense. El del stick y disco, en cambio, le resulta digno, noble y patri¨®tico como el b¨¦isbol o el f¨²tbol americano.
El pasado 20 de febrero, Trump anunci¨® en Truth Social que iba a permitirse una pausa en sus quehaceres para ver ¡°un gran partido de hockey sobre hielo¡±, el que estaba a punto de enfrentar ...
Donald Trump odia el baloncesto y adora el hockey sobre hielo. Lo ha dicho en alguna ocasi¨®n: el deporte de la canasta le parece un nido de disidencia pol¨ªtica y propaganda antiestadounidense. El del stick y disco, en cambio, le resulta digno, noble y patri¨®tico como el b¨¦isbol o el f¨²tbol americano.
El pasado 20 de febrero, Trump anunci¨® en Truth Social que iba a permitirse una pausa en sus quehaceres para ver ¡°un gran partido de hockey sobre hielo¡±, el que estaba a punto de enfrentar a las selecciones de Estados Unidos y Canad¨¢ en el TD Garden de Boston. Horas despu¨¦s, cuando el partido concluy¨® con victoria canadiense por 3 a 2, tras un gol en la pr¨®rroga, el presidente no volvi¨® a asomarse a las redes sociales. S¨ª lo hizo el primer ministro de Canad¨¢, Justin Trudeau, que celebr¨® en X el gol con un exultante: ¡°No pod¨¦is arrebatarnos nuestro pa¨ªs, no pod¨¦is arrebatarnos nuestro juego¡±.
El duelo entre los dos gigantes norteamericanos gener¨® una audiencia de 16,2 millones de espectadores, convirti¨¦ndose en el segundo partido de hockey sobre hielo m¨¢s visto de la ¨²ltima d¨¦cada y en la transmisi¨®n deportiva m¨¢s exitosa en Estados Unidos desde la final de la NBA del pasado junio y la de la Super Bowl el pasado 9 de febrero. La victoria fue celebrada con euforia. El seleccionador visitante, Jon Cooper, dijo que era ¡°una jornada hist¨®rica para los 40 millones de canadienses¡±. Nadie pareci¨® acordarse de que tan solo se trataba de un simple torneo amistoso, el 4 Nations Face-Off, al que se hab¨ªa invitado a los dos finalistas del 20 de febrero y a Finlandia y Suecia.
La liga profesional estadounidense (NHL) decidi¨® hace unos meses organizar este torneo en sustituci¨®n del tradicional All-Star Game, que ven¨ªa disput¨¢ndose desde 1947 pero hab¨ªa cosechado malas audiencias en los ¨²ltimos a?os. El recambio fue acogido con expectaci¨®n por los aficionados: despu¨¦s de todo, los norteamericanos y escandinavos volver¨¢n a verse las caras el pr¨®ximo a?o en los Juegos Ol¨ªmpicos de invierno. Con lo que nadie contaba es con el matiz geopol¨ªtico que adquirir¨ªa esta especie de entrem¨¦s con vistas a la galer¨ªa.
La fase previa, una liguilla a partido ¨²nico entre las cuatro selecciones invitadas, con pr¨®rroga y gol de oro en caso de empate, se disput¨® entre el 12 y el 17 de febrero en Boston y Montreal. Canad¨¢ derrot¨® a Suecia y Estados Unidos a Finlandia. Los suecos se impusieron a los finlandeses. Y, el 15 de febrero, en el Bell Centre de Montreal, ante m¨¢s de 21.000 espectadores, canadienses y estadounidenses cruzaron sticks. Consideremos los antecedentes: Trump hab¨ªa amenazado a su vecino con imponerle un arancel prohibitivo. En plena negociaci¨®n, se refiri¨® al primer ministro de Canad¨¢ como ¡°gobernador Trudeau¡±, reiterando as¨ª su muy poco diplom¨¢tico deseo de que la naci¨®n se convirtiese en el Estado n¨²mero 51 de la Uni¨®n.
El partido arranc¨® con un multitudinario abucheo al himno estadounidense. En apenas nueve segundos de juego efectivo, se produjeron hasta tres enfrentamientos entre jugadores, instigados, en gran medida, por el visitante Matthew Tkachuk, que consider¨® los silbidos una falta intolerable de respeto. El comediante Dan Guiry resumi¨® la reacci¨®n en: ¡°Si amenazas con anexionarte a tu vecino, no esperes que aplauda tu himno¡±. Estados Unidos se impuso en ese partido por un 3 a 1 que result¨® intrascendente, porque ambos acabar¨ªan ganando a suecos y finlandeses clasific¨¢ndose para la final. Dec¨ªa el acad¨¦mico Francesco Screti que el f¨²tbol es la continuaci¨®n de la guerra por otros medios. De ah¨ª, tal vez, la euforia desmedida con la que Canad¨¢ celebr¨® la victoria de su ej¨¦rcito sobre hielo.