La bi¨®loga que se propuso repoblar los bosques de Brasil
Anita Studer estudiaba aves en peligro de extinci¨®n cuando se dio cuenta de que, para ayudarles, deb¨ªa proteger su h¨¢bitat. Sus programas de reforestaci¨®n han conseguido plantar m¨¢s de seis millones de ¨¢rboles.
Durante la d¨¦cada de 1980, la bi¨®loga suiza Anita Studer estaba preparando su tesis doctoral sobre una especie de mirlo (Curaeus forbesi) que habita mayoritariamente en la reserva biol¨®gica de Pedra Talhada en la Mata Atl¨¢ntica, en el noroeste de Brasil. Su trabajo la llev¨® a visitar la zona, y a ser consciente de que la deforestaci¨®n era el principal problema que amenazaba la supervivencia de este ave. Comenzaba as¨ª una carrera dedicada a la recuperaci¨®n de los espacios naturales en este pa¨ªs que llega ahora a las cuatro d¨¦cadas de vida.
Cuando Studer comenz¨® a entablar relaciones con los habitantes de la zona y sus autoridades, en Pedra Talhada exist¨ªan unas 300 aves. Ahora, sus estudios calculan que la poblaci¨®n ha alcanzado los 3.000 ejemplares. ¡°Hemos plantado ocho millones de ¨¢rboles en Brasil. No sab¨ªa que iba a llevarme la mitad de mi vida¡±, explica la bi¨®loga. Una tarea que le ha llevado tambi¨¦n a transmitir la importancia de conservar y regenerar las zonas boscosas del pa¨ªs, involucrando a diversos colectivos.
Studer comenz¨® su tarea en el pueblo de Quebrangulo, cerca de la reserva de Pedro Talhada. En su trabajo de campo, Studer descubri¨® que el bosque ten¨ªa otra funci¨®n fundamental: la conservaci¨®n del agua. Los ¨¢rboles conservan este elemento, permitiendo que se filtre en la tierra, y que posteriormente alimentara a los m¨¢s de 160 manantiales que se encuentran en el bosque. Los estudios de Studer mostraban que la deforestaci¨®n amenazaba no solo al medio ambiente y las especies que habitaban en ¨¦l, sino al medio de vida de la poblaci¨®n de la zona, basada en el cultivo de la ca?a de az¨²car.
Tras sus comienzos en la d¨¦cada de 1980, Studer recibi¨® en 1990 el Premio Rolex a la Iniciativa, que se destina a proyectos que buscan mejorar la vida y preservar la fauna. Ese impulso le ayud¨® a multiplicar sus iniciativas en la regi¨®n de Alagoas, en Brasil, y m¨¢s all¨¢. Su enfoque se basaba en recuperar la biodiversidad en su m¨¢xima amplitud, algo para lo que sus estudios de biolog¨ªa fueron fundamentales. ¡°Quer¨ªa repoblar un bosque, no hacer un monocultivo¡±, recuerda. ¡°Para ello, primero tienes que recuperar al menos 50 especies de ¨¢rboles distintos, incluso 100¡å.
La labor de Studer no solo se centr¨® en la reforestaci¨®n, sino tambi¨¦n en la concienciaci¨®n sobre la importancia de preservar el entorno. ¡°Alguien que planta un ¨¢rbol con sus propias manos se lo pensar¨¢ dos veces antes de quemar ¨¢rboles para limpiar la tierra¡±, resume. Para ello, cre¨® la ONG Nordesta para recabar donaciones que ayudaran en su prop¨®sito, no solo de reforestaci¨®n, sino tambi¨¦n a mejorar las condiciones de vida de los lugare?os. Su organizaci¨®n ha creado viviendas, guarder¨ªas, ha instalado paneles solares para la generaci¨®n de electricidad y otras muchas iniciativas sociales. En Alagoas se comenz¨® a hablar de ¡°el bosque de Anita¡±, una iniciativa que se ha ido expandiendo a otras regiones del pa¨ªs.
¡°Nuestro primer vivero de ¨¢rboles se plant¨® en 1990 y desde entonces se han creado muchos otros, ya sea dirigidos por nosotros o por nuestros compa?eros brasile?os¡±, detalla Studer. En estos a?os, su organizaci¨®n calcula que ha plantado unos 8 millones de ¨¢rboles en todo Brasil. Una iniciativa que, adem¨¢s, ha conseguido su prop¨®sito inicial. ¡°Ahora hay demasiados mirlos como para contarlos¡±, concluye la bi¨®loga.
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