La Guardia Civil sanciona a 3.695 conductores que iban a su segunda residencia el fin de semana

El sargento Lorenzo, destinado en una unidad de la Guardia Civil de Tr¨¢fico en Galicia, ya ha visto y o¨ªdo casi todo tipo de excusas desde que Espa?a estableci¨® el estado de alarma el pasado 15 de marzo y se confin¨® a la poblaci¨®n para reducir la movilidad y evitar una mayor expansi¨®n del coronavirus. En los controles que realizan en las entradas y salidas de las localidades ¡ª"M¨¢s persistentes en los municipios que tienen m¨¢s contagios de Covid-19¡å, aseguran fuentes policiales¡ª lo que m¨¢s se oye cuando los agentes preguntan el motivo del desplazamiento es ¡°voy a por el pan¡± o ¡°voy a la compra¡±. Pero pocas veces cuela. Este fin de semana, de los 7.096 controles que se realizaron en las v¨ªas, 3.695 eran desplazamientos encubiertos a segundas residencias, seg¨²n los datos facilitados el lunes por el jefe del Estado Mayor del instituto armado, Jos¨¦ Manuel Santiago.

A lo largo del domingo pasado, seg¨²n el general, las actuaciones de los casi 14.000 guardias civiles (6.911 patrullas) que vigilaron los pueblos y ciudades de Espa?a permitieron identificar a 62.056 personas y proceder a la interceptaci¨®n de 2.101 veh¨ªculos. En total, se formularon 4.620 denuncias, un 7,4% del total de las personas identificadas, y fueron detenidas 21 por delitos de resistencia y desobediencia. Tambi¨¦n la Polic¨ªa Nacional realiz¨® 63 detenciones (suman ya 823 desde que comenz¨® el estado de alarma), y tramit¨® 4.810 actas, lo que supone un total de 66.990 acumuladas.

Pese a la insistencia de los mensajes de las autoridades para que los ciudadanos se queden en casa, sigue habiendo ¡ªaunque sean minoritarias¡ª conductas inc¨ªvicas o antisociales, algunas de las cuales se han resuelto ya con el ingreso en prisi¨®n. ¡°Son ya unos cuantos d¨ªas y la gente empieza a aburrirse en casa¡±, dice el sargento Lorenzo.

Lo que viene a continuaci¨®n son solo algunos ejemplos de la picaresca detectados este fin de semana relatados por un guardia civil a pie de carretera.

¡°Esta no es su casa¡±. Un ciclista, ¡°un se?or del a?o 42, 78 a?os¡±, equipado con ¡°casco, guantes, mochila, luz...¡±. Los agentes le preguntan que ad¨®nde se dirige. Dice que vive a 100 metros. Los guardias civiles le acompa?aron hasta su casa. ¡°La ¨²ltima del pueblo que quedaba m¨¢s cerca de donde fue interceptado¡±. Cuando llegaron hab¨ªa dentro una mujer. Al ser preguntada por los agentes: ¡°?Vive aqu¨ª este se?or?¡±, ella respondi¨®: ¡°Llevo en esta casa 60 a?os y no he visto a ese hombre en mi vida¡±. El ciclista llev¨® a los agentes a una casa que no era la suya, mintiendo a la desesperada. ¡°Parece que esta no es su casa¡±, le dijeron. En realidad, como comprobaron posteriormente, viv¨ªa a m¨¢s de una decena de kil¨®metros de all¨ª, y les confes¨® que hab¨ªa salido a hacer su ruta habitual con la bicicleta porque ya no aguantaba m¨¢s en casa. La aventura, denuncia mediante, le puede costar entre 300 y 30.000 euros, seg¨²n estime el caso la subdelegaci¨®n del Gobierno de A Coru?a, competente en el asunto.

Los repartidores de prensa. "El domingo por la ma?ana, a eso de las 9.00, un control din¨¢mico [coches del instituto armado que circulan por las v¨ªas] detect¨® a tres personas en un veh¨ªculo que intent¨® esquivar a la patrulla¡±. Eran tres j¨®venes, una chica y dos chicos, que al ser preguntados aseguraron que ven¨ªan de ¡°repartir la prensa¡±. Sin embargo, seg¨²n cuenta el agente, no pudieron acreditar de ning¨²n modo que ese fuese el motivo de su desplazamiento y de ir tres personas en un veh¨ªculo. ¡°Sabe Dios de d¨®nde vendr¨ªan¡±, dice el sargento, que asegura que en la mayor parte de los casos (un 95%, si no m¨¢s), la gente sabe que est¨¢ incumpliendo las medidas extraordinarias establecidas. ¡°A estas alturas todos saben, ya no hay nada que explicar¡±, subraya. Los j¨®venes ¡°fueron acompa?ados a sus correspondientes domicilios en un pueblo cercano y sancionados¡±.

Juntos al videoclub. Una pareja de mediana edad fue interceptada el s¨¢bado cuando asegur¨® que se dirig¨ªan a un videoclub de su pueblo para alquilar una pel¨ªcula para pasar la tarde. ¡°Sab¨ªan que deb¨ªan salir de uno en uno y que, adem¨¢s, alquilar una pel¨ªcula no es un motivo que implique la necesidad de salir¡±. Fueron tambi¨¦n sancionados.

El motorista que fue a comprar pan a 21 kil¨®metros. Un control de la Guardia Civil ubicado en una zona de monta?a, detuvo el domingo a un motorista que asegur¨® que iba a ¡°comprar el pan¡±. Cuando le pidieron su documentaci¨®n result¨® que viv¨ªa a 21 kil¨®metros del lugar donde fue interceptado, y que no hab¨ªa podido comprar pan en ninguno de los cinco pueblos que hab¨ªa atravesado. Finalmente confes¨®: ¡°Sal¨ª a comprar pan y de paso...¡±. Fue denunciado y escoltado hasta su domicilio.

El ¨²ltimo peregrino del Camino. ¡°Es el ¨²nico peregrino que hemos encontrado, no hay nadie en el camino¡±, asegura el sargento Lorenzo. Era un hombre de unos 40 a?os con una bicicleta. ¡°No ten¨ªa nada, ni equipaje, ni dinero y apenas hablaba espa?ol¡±, recuerdan. Fue conducido hasta el pueblo m¨¢s pr¨®ximo, Lal¨ªn (Pontevedra), donde el Ayuntamiento le ha dado cobijo en un albergue donde deber¨¢ permanecer hasta que acabe el confinamiento. ¡°Sali¨® de Francia un buen d¨ªa y el coronavirus le pill¨® en el camino, debe de ser el ¨²ltimo peregrino desde que empez¨® la pandemia¡±, dice el agente.

En busca y captura. Los agentes detuvieron el domingo a un hombre de mediana edad que ¡°se encontraba en busca y captura¡±. Sali¨® para comprar algo de comer y al ser identificado salt¨® el requerimiento, ten¨ªa un largo historial delictivo y llevaba mucho tiempo escondido. El juez decret¨® su ingreso en prisi¨®n.

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