El PP evita la ruptura total con el Gobierno y accede a abrir el di¨¢logo
La Moncloa sigue sin llamar a Casado pero este acepta atender la cita con S¨¢nchez
El Gobierno lleva m¨¢s de una semana hablando de la necesidad de un gran pacto para la reconstrucci¨®n de Espa?a al estilo de los que en 1977 consolidaron la democracia, con un gran acuerdo desde la UCD hasta el PCE que abri¨® paso al pacto constitucional de 1978. Este lunes de nuevo el Ejecutivo concentr¨® en este asunto su mensaje pol¨ªtico. Pero detr¨¢s de esas palabras de momento no hay nada concreto. No ya un documento, alg¨²n guion o una idea acerca del formato de ese encuentro, sino ni siquiera una llamada a ninguno de los que ser¨¢n los interlocutores naturales de esa negociaci¨®n, en especial el l¨ªder del PP, Pablo Casado. La reuni¨®n llegar¨¢ presumiblemente a finales de semana, despu¨¦s de una sesi¨®n de control en el Congreso ¡ªel mi¨¦rcoles¡ª que se presume dura. Pero a¨²n no hay nada definido sobre esa cita llamada a forjar un pacto de Estado.
El Ejecutivo se concentra de momento en meter presi¨®n pol¨ªtica al PP, ante el riesgo de que este partido decidiera dar un portazo como ha hecho Vox, y cree haber logrado su objetivo con la reacci¨®n de ayer del l¨ªder de la oposici¨®n. Despu¨¦s de unos d¨ªas en los que no dejaba claro si acudir¨ªa o no a la reuni¨®n, que dio por muerta el jueves pasado en el debate del Congreso tras una dura intervenci¨®n de la portavoz socialista Adriana Lastra, Casado admiti¨® este lunes que seguir¨¢ la l¨ªnea que ha seguido hasta ahora: no dar¨¢ un portazo, aunque mantiene el tono muy cr¨ªtico con el Ejecutivo, por lo que el pacto se ve a¨²n como una quimera.
El l¨ªder del PP asegur¨® que su partido ¡°siempre¡± est¨¢ dispuesto a hablar con el presidente, pero a?adi¨® que no lo ve ¡°sincero¡± en su petici¨®n de una ¡°desescalada pol¨ªtica¡± para crear el ambiente propicio para unos nuevos Pactos de La Moncloa. S¨¢nchez insisti¨® en que el Gobierno ¡°no puede ganar solo esta guerra¡±, y sus ministros siguieron este lunes esa l¨ªnea para meter presi¨®n al PP.
Jos¨¦ Luis ?balos, erigido en portavoz de esos nuevos Pactos de La Moncloa ¡ªfue el primero en hablar de ellos¡ª apel¨® al patriotismo. ¡°Necesitamos grandes acuerdos de Estado. Es una necesidad hist¨®rica ante la que ning¨²n responsable pol¨ªtico puede quedar indiferente. La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo habla de la crisis m¨¢s severa desde la II Guerra Mundial; el Banco Central Europeo dice que Espa?a sufrir¨¢ la peor crisis desde la Guerra Civil. Ser¨ªa grave que los partidos no estuvi¨¦ramos a la altura tanto en t¨¦rminos econ¨®micos como democr¨¢ticos", afirm¨® ?balos. ¡°Como Gobierno no esperamos un apoyo sin ambages de la oposici¨®n como otros pa¨ªses¡±, dijo, ¡°pero s¨ª que los partidos cojan la mano tendida¡±. ¡°Ning¨²n partido ni ning¨²n Gobierno podr¨¢ afrontar por si solo las consecuencias de esta crisis. El ¨²nico patriotismo ahora es arrimar el hombro. Los espa?oles necesitan esperanza y sus representantes debemos darles motivos para que no la pierdan¡±, sentenci¨®.
La presi¨®n sobre Casado es muy fuerte. En los dos sentidos. Por un lado, el ambiente pol¨ªtico y las encuestas que se?alan que una aplastante mayor¨ªa de ciudadanos quiere un acuerdo. Tambi¨¦n algunos de los sectores m¨¢s moderados del PP le empujan a que se separe de Vox. En sentido contrario funciona la presi¨®n del partido de Santiago Abascal, preparado para volver con el mensaje de la ¡°derechita cobarde¡±, y sobre todo el ambiente en amplios sectores de la derecha, no solo en los entornos de Vox, que le exigen que sea muy duro con S¨¢nchez. Hasta ahora Casado ha optado por estos ¨²ltimos: dentro de Europa, la oposici¨®n espa?ola es una de las m¨¢s duras con su Gobierno en un momento tan delicado.
El papel del PP es clave porque el Gobierno no tiene suficientes apoyos como para aprobar sus medidas y encajar las cr¨ªticas, como s¨ª ten¨ªa Mariano Rajoy en 2012, cuando aplic¨® recortes dur¨ªsimos y sobrevivi¨® con una destrucci¨®n de empleo masiva, datos econ¨®micos p¨¦simos y una prima de riesgo (la diferencia en intereses entre la deuda espa?ola y la alemana) superior a los 600 puntos b¨¢sicos. S¨¢nchez tiene 120 esca?os ¡ªRajoy ten¨ªa 186¡ª y gobierna con una coalici¨®n con Unidas Podemos, a la que no tiene ninguna intenci¨®n de renunciar, con la que alcanza los 155, a 21 de la mayor¨ªa absoluta.
Hasta ahora el Ejecutivo ha podido aprobar todos sus decretos, pero ninguno de ellos tra¨ªa malas noticias. Y la mayor¨ªa ya ha sufrido algunas grietas al menos temporales, con ERC en una posici¨®n cr¨ªtica y el PNV reprochando tambi¨¦n algunas de las decisiones al Ejecutivo y sobre todo el hecho de que no cuente con sus aliados ni con la oposici¨®n para tomarlas.
En ese ambiente, la posici¨®n de Ciudadanos cobra mayor relevancia. El giro que ha dado In¨¦s Arrimadas, su l¨ªder, ahora mucho m¨¢s favorable a ayudar al Ejecutivo ante las dimensiones de la crisis, es fundamental para el Gobierno. Aunque son solo 10 esca?os, y es posible que en los pr¨®ximos meses no baste con ellos. Arrimadas asegur¨® este lunes que ¡°la mano tendida de Cs no es para tapar o justificar los errores del Gobierno, sino para ayudar a que no se repitan¡±. Lanz¨® cr¨ªticas al Ejecutivo por su ¡°improvisaci¨®n¡±, pero se mostr¨® dispuesta a apoyar los nuevos Pactos de La Moncloa siempre que la idea ¡°no se quede en una foto¡±. Cs tambi¨¦n presiona para que Unidas Podemos no marque la l¨ªnea de esos futuros pactos. Pero el Gobierno asegura que la coalici¨®n seguir¨¢.
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