Los Ayuntamientos, el primer frente contra el virus
Los municipios multiplican sus esfuerzos, a veces con alcaldes que siguen al mando pese a haberse contagiado
Enrique Maya no tuvo tarta de cumplea?os. El alcalde de Pamplona pas¨® su 61? aniversario en un hospital, donde est¨¢ ingresado desde el 6 de abril por coronavirus. Y no ha sido ni mucho menos el ¨²nico regidor que ha pasado por esta situaci¨®n. Los m¨¢ximos responsables de los 8.131 ayuntamientos espa?oles se han visto en una situaci¨®n inusual: hacer frente a la crisis expuestos a contraer la enfermedad, desde un ambulatorio o confinados en casa. Este reto tambi¨¦n llega a pueblos como Busto de Bureba (Burgos, 150 habitantes) donde el alcalde, Julio Ruiz-Capillas, limpia las calles con un tractor prestado. Grandes o peque?os, los consistorios se erigen en el primer frente de batalla.
Manuel Fern¨¢ndez, alcalde de Yernes y Tameza (Asturias, 130 habitantes) coge el tel¨¦fono desde el Hospital Universitario Central, en Oviedo. El edil, de 64 a?os, cuenta que la Covid-19 lo pill¨® por sorpresa, mientras se oye en bucle el pitido de un monitor cardiaco. Los m¨¦dicos le dijeron que ten¨ªa el colon perforado y le hicieron la prueba del coronavirus porque tambi¨¦n presentaba s¨ªntomas gripales. ?Y c¨®mo pasa el tiempo en su habitaci¨®n? ¡°Hombre, no me aburro. Tengo que coordinarme con los concejales por WhatsApp¡±. La crisis sanitaria no ha detenido la labor de los alcaldes, sobre todo en los pueblos.
Julio Ruiz-Capillas, el regidor de Busto de Bureba, no teme contagiarse. La pandemia le ha dado un nuevo trabajo: encargado de limpieza municipal. Desde antes de que se decretase el estado de alarma, Ruiz-Capillas decidi¨® pedir prestado a la localidad vecina de Miraveche un tractor para fumigar las calles del municipio. Lo hace vestido con un buzo para la nieve y una mascarilla. ¡°Es lo que toca. Hay que arrimar el hombro¡±, cuenta al otro lado del tel¨¦fono. Toma esta medida como precauci¨®n (no hay casos de coronavirus en el municipio), consciente de que la gran mayor¨ªa de sus vecinos son personas mayores: ¡°Soy de los m¨¢s j¨®venes y tengo 35 a?os¡±, comenta.
La Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias recuerda que los ayuntamientos son los primeros diques de contenci¨®n en la lucha contra la pandemia. Tienen las competencias ¡°m¨¢s cercanas a la ciudadan¨ªa¡± como la limpieza, los servicios sociales y los funerarios. La pandemia, por otro lado, desvela las grandes diferencias entre localidades como Busto de Bureba ¡ªdonde el alcalde no tiene sueldo¡ª, y las capitales como Madrid, que ha desembolsado 19 millones de euros en equipos de protecci¨®n individual para su personal esencial.
Otro de los retos es evitar la ausencia de mando cuando el alcalde cae enfermo. De acuerdo con la ley, los tenientes de alcalde asumen el cargo de forma interina. Pero la realidad de cada ayuntamiento se acent¨²a si se compara a las grandes ciudades con la Espa?a vac¨ªa. Por ejemplo, Ana Elizalde lleva las riendas de Pamplona desde el 6 de abril e intercambia solo ¡°algunos mensajes¡± con el alcalde, ingresado tras sufrir complicaciones. Pero no sucede as¨ª con Juan Bravo, primer edil de Meng¨ªbar (Ja¨¦n, 9.900 habitantes), que se ha librado del hospital pero no de la enfermedad. Bravo se queja m¨¢s de los inconvenientes del reposo que de haber dado positivo: ¡°Tenemos muchos problemas. Uno no puede cortar el ritmo aunque est¨¦ maluco¡±.
A lo largo de la pandemia, la oposici¨®n no ha reparado en sus cr¨ªticas contra el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez, al que acusa de actuar tarde. Algunos ayuntamientos no son ajenos a esa batalla pol¨ªtica. El alcalde de Algeciras y senador del PP, Jos¨¦ Ignacio Landaluce ¡ªque estuvo hospitalizado una semana y media¡ª culpa al Gobierno de que no se advirtiese a la poblaci¨®n de lo que vendr¨ªa: ¡°Yo no recib¨ª ninguna alerta. Imag¨ªnese. A m¨ª me han dado 3.000 besos en el Carnaval. Si no fuese as¨ª, seguro que no me coge el bicho¡±. El primer edil de Gernika, Jos¨¦ Mar¨ªa Gorro?o, ingresado desde el 30 de marzo, no ha podido participar en este reportaje. Su salud mejora, seg¨²n cuentan sus cercanos, pero ha pasado d¨ªas donde la fiebre no le ha dado respiro.
Cada uno ha enfrentado la enfermedad, o incluso se ha expuesto a ella, de forma distinta. Pero todos con la misma fortuna: no ha pasado de un susto. Enrique Maya, alcalde de Pamplona, lo entiende perfectamente. Se toma un respiro desde su cama, coge su iPad y arroja una reflexi¨®n que bien podr¨ªan suscribir sus hom¨®logos: ¡°T¨² piensas seguir trabajando. Para cuando te das cuenta, est¨¢s ingresado, lleno de miedos porque otros, en iguales circunstancias, no han salido¡±.
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