Abascal amenaza a Casado con ser ¨¦l quien presente una moci¨®n de censura

El pasado d¨ªa 1, en una entrevista en El Economista, Santiago Abascal reconoc¨ªa que, aunque ¡°sin duda el Gobierno merece una moci¨®n de censura, no se dan las condiciones para que se produzca una alternativa apoyada por el PP, Vox y las fuerzas separatistas. Nadie piensa que sea posible¡±. Y a?ad¨ªa: ¡°Otra cosa es que se plantee una moci¨®n de censura testimonial, aunque no haya una mayor¨ªa alternativa, y eso no lo descartamos¡±.

Seis d¨ªas despu¨¦s, la formaci¨®n de una mayor¨ªa parlamentaria alternativa a Pedro S¨¢nchez sigue siendo dif¨ªcil, incluso m¨¢s; dado el acercamiento de Ciudadanos al Gobierno. Pero Abascal ha advertido este mi¨¦rcoles desde la tribuna del Congreso: ¡°No descarto que sea necesaria una moci¨®n de censura, aunque solo sea para que los espa?oles sepan con nombres y apellidos qui¨¦nes son los diputados que quieren el mantenimiento y la continuidad de este Gobierno ruinoso que est¨¢ abusando del poder". La responsabilidad de presentarla ¡°es del primer partido de la oposici¨®n¡±, ha a?adido, "pero, si la delega, quiz¨¢ tengan que ejercerla otros grupos¡±.

El ¨®rdago de una moci¨®n de censura condenada de antemano a la derrota no va dirigido contra Pedro S¨¢nchez sino contra Pablo Casado que, minutos antes, hab¨ªa anunciado que su grupo, pese a las dur¨ªsimas cr¨ªticas al estado de alarma, no votar¨ªa en contra de su pr¨®rroga, sino que se abstendr¨ªa.

La actitud dubitativa de Casado, que hasta el ¨²ltimo momento no revel¨® el sentido de su voto, abre un hueco a Vox por el que Abascal ha entrado en tromba. Si el PP no presenta una moci¨®n de censura, lo har¨¢ Vox, que cuenta con suficientes diputados para ello: se requieren 35 y tiene 52. No ganar¨¢ en votos, claro, pero s¨ª en visibilidad ante la opini¨®n p¨²blica.

Por si Abascal ten¨ªa alguna duda, el bulo de que hab¨ªa hablado con Casado para pactar una moci¨®n de censura, difundido el pasado fin de semana en las redes sociales, fue acogido con j¨²bilo por sus seguidores, incluido el tertuliano Javier Negre, impulsor de un canal de agitaci¨®n ultra en Youtube, que lo dio por ver¨ªdico.

Parad¨®jicamente, la moci¨®n de censura es contradictoria con la estrategia que hasta ahora ha defendido Vox: un Gobierno ¡°de emergencia nacional¡±, con apoyo del PSOE, PP y Vox, entre cuyos supuestos miembros dirigentes del partido ultra han citado a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Felipe Gonz¨¢lez, Rosa D¨ªez o Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo.

Vox se quiere presentar como la ¨²nica alternativa real al Gobierno en el triple frente parlamentario, judicial y pol¨ªtico. En los tribunales, ha presentado una bater¨ªa de querellas y recursos, la ¨²ltima de ellas por supuesta corrupci¨®n en los contratos de suministro de material sanitario adjudicados bajo el estado de alarma.

Ahora le queda recuperar la calle. Tras ocho semanas de confinamiento, Abascal ha anunciado en el Congreso que su partido notificar¨¢ ma?ana mismo a las delegaciones del Gobierno la convocatoria de manifestaciones contra el Ejecutivo por las calles de las principales ciudades de Espa?a. Las protestas se har¨¢n a bordo de veh¨ªculos y respetando las medidas de distanciamiento social para evitar el contagio, seg¨²n ha asegurado el l¨ªder ultra desde la tribuna del Congreso.

El primer ensayo ya se realiz¨® el pasado s¨¢bado cuando, pese a la prohibici¨®n de la Delegaci¨®n del Gobierno, un grupo de automovilistas, portando banderas espa?olas, se congreg¨® en el paseo de la Castellana de Madrid. Abascal ha emplazado al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a que explique por qu¨¦ orden¨® que se le retirasen las ense?as nacionales si no supon¨ªan ning¨²n peligro para la salud.

Durante el estado de alarma, Vox ha alentado los llamamientos, supuestamente procedentes de la sociedad civil, a poner fin a los aplausos a los sanitarios y ocupar los balcones con caceroladas contra el Gobierno, pero luego se ha desentendido de su resultado, dado su escaso eco. Ahora s¨ª asume la convocatoria de manifestaciones en la calle, adelant¨¢ndose al PP a la hora de capitalizar el descontento.

El presidente de Vox ha comenzado su intervenci¨®n con una sorprendente defensa de la diversidad sexual, atribuyendo a la izquierda una actitud hom¨®foba y asegurando que su partido ¡°no desprecia a nadie por su tendencia sexual¡± y que ¡°la gente debe poder amar a quien quiera¡±. No ha dicho, sin embargo, que haya abandonado el concepto de ¡°familia natural¡± (integrada por hombre y mujer) o aceptado el matrimonio homosexual, lo que le enfrentar¨ªa con los sectores ultracat¨®licos que le respaldan.

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