Juicios desde casa para desatascar la justicia

La disputa entre el restaurante Puerto Chico y el Ayuntamiento de Santander por un toldo ha abierto este lunes el camino para agilizar los procedimientos administrativos en ¨¦poca de coronavirus con la celebraci¨®n del primer juicio ¨ªntegro por v¨ªa telem¨¢tica. La crisis sanitaria ha provocado que la Justicia busque nuevas v¨ªas para mantener su actividad. Granada y Basbastro (Huesca) han tenido juicios con conexi¨®n con las partes por Internet, pero con el magistrado en sede judicial. El magistrado Luis Acayro S¨¢nchez, de la sala 2 del tribunal contencioso-administrativo de Santander, ha estado solo, sin ning¨²n tipo de contacto. Jaime Anta, decano de los Juzgados de Santander, aplaude el nuevo formato: ¡°Estando en pandemia, permite preservar la salud de partes y profesionales al no exponerlos al contagio¡±.

La sesi¨®n dura apenas 20 minutos. S¨¢nchez se disculpa por los ¡°primeros problemillas¡± y recuerda que en unas pruebas efectuadas el pasado jueves, con 11 asistentes no presenciales, no hubo fallo. ¡°Ha salido razonablemente bien¡±, afirma satisfecho. La han seguido 32 personas entre colegas de toga, profesores universitarios, periodistas o abogados interesados en este nuevo mecanismo que ha experimentado alg¨²n retraso en la conexi¨®n.

El juez hace un ejercicio de paciencia en lo que parece un tutorial de YouTube sobre c¨®mo iniciar una videollamada. Escucha y es escuchado por la letrada de una de las partes del juicio, pero no consigue verla. La pantalla gira, el sonido se interrumpe y por fin los asistentes ponerle rostro a esa voz. ¡°El minuto de comprensi¨®n¡± que rog¨® el magistrado se convirti¨® en 23 para solucionar los problemas t¨¦cnicos iniciales.

El desarrollo virtual de un juicio se apoya en tres pilares, sostiene S¨¢nchez, gracias a que limita el coste para las Administraciones por realizarse mediante una aplicaci¨®n; mantiene ¡°al 100%¡± las garant¨ªas procesales, por permitir la intervenci¨®n simult¨¢nea de las partes; y respeta las medidas sanitarias, sin riesgo alguno de contagio. Esta vez se trata de un procedimiento ¡°de tramitaci¨®n sencilla¡±, como m¨¢s de la mitad de los procedimientos de lo contencioso-administrativo, a?ade, ¨¢rea particularmente centrada en tratar casos de ¡°tramitaciones o licencias¡±.

El mecanismo, aceptado por la Abogac¨ªa del Estado de Cantabria, no se puede aplicar a lo penal por cuestiones legales, apunta, pero que las disquisiciones sencillas que se aborden as¨ª ¡°ayudar¨¢n a descolapsar la justicia¡±. Asimismo, reivindica, contribuye a ahorrar costes y tiempo a aquellas empresas o particulares que desplazan a sus letrados desde otras ciudades. Y, lo m¨¢s importante actualmente, impide el contacto humano.

Durante el juicio, S¨¢nchez atiende c¨®mo Pilar de la Hera, abogada defensora del restaurante santanderino Puerto Chico, reivindica que el Ayuntamiento local les oblig¨® a retirar un toldo en una zona de almac¨¦n y mesas. Las inc¨®gnitas por la vida posterior a la pandemia conllevan que, seg¨²n ella, el resultado de la causa sea crucial para que los propietarios decidan reabrir el negocio. Recibir malas noticias en el procedimiento, cifrado en 3.527,5 euros, agravar¨ªa m¨¢s todav¨ªa una ¡°situaci¨®n catastr¨®fica¡±, con cinco empleos en juego. El magistrado, que atiende desde su despacho en el edificio judicial Europa de la capital c¨¢ntabra, toma nota, asiente y se acaricia la barbilla mientras De la Hera se apoya en unos papeles que se aprecian en una sala sin adornos.

El representante del Consistorio, Juan Vega-Hazas, sentado en una silla estampada y con un cuadro en la pared del fondo, recibe la autorizaci¨®n del juez para presentar una resoluci¨®n oficial fechada el 5 de mayo. S¨¢nchez observa el documento y lo admite. Finalmente, el Ayuntamiento ha reconocido que la recurrente ten¨ªa raz¨®n, ha anulado la orden de demolici¨®n y el establecimiento puede abrir, un motivo de alegr¨ªa para el magistrado porque ¡°son peque?os juicios pero muy importantes para los afectados¡±.La alegr¨ªa principal se la llevan los propietarios del restaurante, que ha desescalado los apuros legales que provoc¨® el toldo.