Badr, el yihadista que se cre¨ªa invisible
El ciudadano marroqu¨ª detenido en Ciudad Real montaba una c¨¦lula como otra creada en Sal¨¦ (Rabat)
El eco de los comentarios radicales de Badr, un temporero marroqu¨ª de 36 a?os, lleg¨® hasta las oficinas de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n de la Polic¨ªa Nacional hace aproximadamente un a?o. Sus enfurecidas cr¨ªticas a la indumentaria de algunas mujeres occidentales, de los hombres que beb¨ªan, o de la m¨²sica en las verbenas de Bola?os de Calatrava (Ciudad Real) y de poblaciones aleda?as, llegaron al o¨ªdo de los agentes de la lucha antiterrorista, que el mi¨¦rcoles le despertaron poni¨¦ndole las esposas, junto a otros tres compa?eros de trabajo. ¡°Se revolvi¨® y trat¨® de ocultar algunos de sus dispositivos¡±, cuentan.
Badr compart¨ªa casa con una veintena de inmigrantes en la localidad manchega, a la que lleg¨® hace un a?o procedente de Catalu?a, donde tambi¨¦n trabaj¨® en el campo. ¡°Entr¨® clandestinamente en un cami¨®n a la Pen¨ªnsula desde Marruecos, a finales de 2016¡±, apuntan fuentes la lucha antiterrorista. ¡°Le pisaban los talones los agentes marroqu¨ªes, que le ten¨ªan fichado como l¨ªder de una c¨¦lula de cuatro miembros en Sal¨¦, su ciudad natal, una poblaci¨®n muy cercana a Rabat¡±, a?aden las mismas fuentes. Aquella c¨¦lula se desintegr¨® por aquel entonces, sus cuatro miembros se dispersaron con la supuesta voluntad de actuar, unos acabaron en Emiratos ?rabes y otros, como Badr, ¡°que deb¨ªa de sentirse ya vigilado¡±, huyeron a Espa?a, seg¨²n fuentes del caso.
Badr promulgaba entre sus compa?eros de trabajo una interpretaci¨®n fundamentalista de la ley isl¨¢mica (el credo takfiri), reun¨ªa a los ¡°captados¡± en su habitaci¨®n alquilada (y candada) de aquella casa de campo de Bola?os para ense?arles v¨ªdeos y cantos cor¨¢nicos y les entrenaba en el ejercicio f¨ªsico. Los agentes le identificaron al cruzar informaci¨®n con sus hom¨®logos marroqu¨ªes de la Direcci¨®n General de Vigilancia del Territorio (DGST).
Badr, que lleg¨® a Espa?a solo y sin contactos previos, les dec¨ªa a sus seguidores que eran ¡°soldados invisibles del Estado Isl¨¢mico [ISIS, en sus siglas en ingl¨¦s]¡±, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Los agentes de la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n le ten¨ªan monitorizado desde hace un a?o. Segu¨ªan todos sus movimientos y su evoluci¨®n.
¡°En los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa incrementado de manera progresiva el consumo de v¨ªdeos de martirio y de ejecuci¨®n de atentados en Europa, como el perpetrado contra el semanario franc¨¦s Charlie Hebdo¡±, explicaba la nota policial. ¡°Adem¨¢s, recientemente hab¨ªa comunicado a su c¨ªrculo m¨¢s cercano su desesperaci¨®n porque no le gustaba su estilo de vida y advert¨ªa de que ten¨ªa un plan para revertir su situaci¨®n¡±. Seg¨²n las mismas fuentes, ¡°hab¨ªa verbalizado de manera directa su odio contra las fuerzas y cuerpos de seguridad y hab¨ªa mostrado su deseo de atacarles mientras realizaban sus funciones¡±.
Fueron esas amenazas, recrudecidas en las ¨²ltimas semanas, y unidas a las instrucciones que recientemente ha dirigido el Estado Isl¨¢mico a sus seguidores a trav¨¦s de comunicados en varias publicaciones, las que precipitaron su detenci¨®n y la de sus seguidores.
La investigaci¨®n constat¨® que Badr era un seguidor de Abu Muhammad al Adnani, quien, hasta su fallecimiento, fue el jefe de las operaciones exteriores del ISIS, su portavoz y, adem¨¢s, su m¨¢ximo responsable en Siria. Este l¨ªder llam¨® a sus fieles a matar a ciudadanos de los pa¨ªses que formaban parte de la coalici¨®n liderada por EE UU.
El juez decret¨® el viernes prisi¨®n para Badr y libertad con medidas cautelares para el resto de los detenidos.
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