PP, Vox y Cs cargan con dureza contra Marlaska y piden su dimisi¨®n por el cese de P¨¦rez de los Cobos

Ha sido una sesi¨®n casi monogr¨¢fica y dura. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha sufrido este mi¨¦rcoles en el Congreso el acoso sin concesiones y con los peores calificativos de siete preguntas de diputados de la oposici¨®n ¨Dcuatro del PP, dos de Vox y una de Ciudadanos¨D que le han increpado por c¨®mo se ha ejecutado la destituci¨®n del coronel Diego P¨¦rez de los Cobos, exjefe de la Guardia Civil en Madrid, vinculada a un informe muy negativo sobre la autorizaci¨®n de concentraciones, como la manifestaci¨®n feminista del 8-M, pocos d¨ªas antes de decretarse el estado de alarma. Al ministro le han llamado de todo y casi de manera simult¨¢nea ¡°indigno¡±, ¡°miserable¡± y, sobre todo, ¡°traidor¡±, tanto al cuerpo de la Guardia Civil como a sus principios, aludiendo a su pasado de 30 a?os como juez, una trayectoria por la que el PP le valoraba bastante. PP, Vox y Cs han exigido su dimisi¨®n. Marlaska ha rechazado cualquier injerencia pol¨ªtica, ha negado conocer siquiera ese informe y ha argumentado que los ceses practicados en su equipo obedecen solo a razones de ¡°remodelaci¨®n interna de equipos¡± y de confianza en puestos de libre designaci¨®n.

En el primer d¨ªa de luto oficial decretado en Espa?a por los fallecidos por coronavirus el ambiente pol¨ªtico en el Congreso ha sido agrio y de extrema dureza con ataques de gran calado al Gobierno. ¡°Rold¨¢n ¨Den referencia al ex director general de la Guardia Civil de los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez condenado a 31 a?os de prisi¨®n¨D no pudo con la Guardia Civil y ustedes tampoco podr¨¢n¡±, le ha espetado el presidente del PP, Pablo Casado al jefe del Gobierno, Pedro S¨¢nchez. ¡°Nadie desde Rold¨¢n hab¨ªa manchado tanto a la Guardia Civil", ha sido la vuelta de tuerca que ha dado en esa l¨ªnea el secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa-Egea, al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y ah¨ª a?adi¨® que acabar¨¢ "sentado en el banquillo¡±. Esa advertencia, adem¨¢s, le sirvi¨® a Iglesias para concluir que Egea se hab¨ªa ¡°echado al monte¡± y estaba ¡°llamando a la insurrecci¨®n a las fuerzas del orden¡± para que incumpliesen mandatos del Ejecutivo si al PP no le parec¨ªan convenientes.

Ese pre¨¢mbulo sirvi¨® para que los diputados del PP, Vox y Cs que hab¨ªan cambiado el d¨ªa anterior sus preguntas ya tramitadas las redirigieran a Marlaska, para intentar acorralarle por el caso P¨¦rez de los Cobos, exigieran su restituci¨®n en el cargo y demandasen la dimisi¨®n del ministro. Vox, incluso, anunci¨® que ha presentado querellas al respecto contra la directora general de la Guardia Civil, Mar¨ªa G¨¢mez, y contra el secretario de Estado de Seguridad, Rafael P¨¦rez Ruiz.

La sesi¨®n de control al Gobierno del Congreso empez¨® con dos preguntas del l¨ªder de la oposici¨®n, Pablo Casado, y del portavoz de ERC, Gabriel Rufi¨¢n, al presidente oficialmente sobre otras cuestiones como la reforma laboral o los objetivos de la legislatura. Pero eran un trampantojo. Casado gir¨® r¨¢pidamente sobre el objetivo del d¨ªa y le ech¨® en cara a S¨¢nchez la destituci¨®n de P¨¦rez de los Cobos incluso relacion¨¢ndolo con algunos acuerdos recientes con Bildu porque entiende que el presidente es capaz de enga?ar a todo el mundo: ¡°El que sobra en esta farsa convertida en tragedia no es un coronel, es su ministro¡±. El dirigente popular advirti¨® as¨ª que su partido llegar¨¢ hasta el final con este asunto y avis¨®: "No conseguir¨¢n amordazar al pueblo espa?ol ni en los medios, ni en las redes, ni en la calle, ni en los tribunales¡±.

El presidente eludi¨® entrar a esa pol¨¦mica y respondi¨® a Casado, como ten¨ªa previsto, sobre su promesa program¨¢tica y de investidura de cambiar la reforma laboral para ¡°recuperar derechos laborales y reconstruir consensos rotos¡±. Eso s¨ª, le reproch¨® al l¨ªder del PP que est¨¦ m¨¢s pendiente de su concurso de posados fotogr¨¢ficos con la presidenta madrile?a Isabel D¨ªaz Ayuso y le conmin¨® a distanciarse m¨¢s de Vox: ¡°Si act¨²a como Vox y habla como Vox podemos inferir as¨ª que si no es lo mismo s¨ª act¨²a como la ultraderecha¡±.

El debate, sin embargo, se enmara?¨® definitivamente cuando entr¨® en acci¨®n la primera diputada de base de la bancada popular que se dirigi¨® contra Marlaska. No fue una cualquiera. El PP seleccion¨® ah¨ª a Teresa Jim¨¦nez Becerril, hermana de la v¨ªctima de ETA Alberto Jim¨¦nez Becerril, quien acus¨® al ministro del Interior de haber ¡°perdido la decencia, la memoria y la dignidad¡± por los pactos del Ejecutivo con Bildu. Tambi¨¦n le se?al¨® por haber cambiado de bando de los h¨¦roes en ese combate frente a ETA a ahora con los villanos. Marlaska se reconoci¨® inc¨®modo por enfrentarse a esa interlocutora pero le prometi¨® no haber cambiado y seguir ocupado solo en que se cumpla siempre la ley y estar pendiente ahora de la reconstrucci¨®n del pa¨ªs tras la pandemia.

Mario Garc¨¦s, tambi¨¦n del PP y te¨®ricamente con buena relaci¨®n personal con el ministro, atac¨® a Marlaska por su falta de ¡°conciencia, coherencia y competencia¡± en alusi¨®n en este caso a la aprobaci¨®n ahora por decreto de un tercer tramo de equiparaci¨®n salarial para los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado justo cuando ha estallado con toda contundencia esta pol¨¦mica sobre la destituci¨®n de P¨¦rez de los Cobos y la dimisi¨®n posterior del teniente general Laurentino Ce?a. Fue ah¨ª cuando el ministro esgrimi¨® por primera vez en su favor que la ¡°remodelaci¨®n¡± la hab¨ªan llevado a cabo con total libertad los miembros de su equipo entre el personal de libre designaci¨®n. Algo que repiti¨® m¨¢s tarde ante otras cuestiones similares y donde aprovech¨® para subrayar que cuando eso lo practican Ejecutivos del PP se justifica por necesidades de ¡°eficiencia y eficacia¡±. A Eloy Su¨¢rez, del PP, le debi¨® parecer poco y elev¨® las sospechas al asegurar que el ministro hab¨ªa ordenado los cambios por ¡°venganza¡± y que ahora pretend¨ªa ¡°comprar el honor de la Guardia Civil¡± con el aumento salarial.

Marlaska intent¨® justificar la aceleraci¨®n del decreto para la equiparaci¨®n salarial, frente a los problemas observados en el Gobierno hasta ahora por falta de presupuesto, en que nada ten¨ªa que ver ese asunto con la pol¨¦mica por los ceses, que se hab¨ªa llevado ya el jueves pasado a la comisi¨®n de subsecretarios y por tanto no era improvisado y, especialmente, en que los Gobiernos del PP hab¨ªan tenido mucho tiempo en el pasado para ejecutarlo y lo dejaron pendiente y sin planificar.

Para terminar la bater¨ªa de andanadas del PP, la diputada Carolina Espa?a recrimin¨® a Marlaska por haber tocado fondo y ¡°ca¨ªdo tan bajo¡± con esta actuaci¨®n, le llam¨® ¡°irresponsable¡± y ¡°contaminado de ineptitud¡±, le pregunt¨® si no sent¨ªa ¡°verg¨¹enza por haber traicionado as¨ª a la Guardia Civil¡± y le increp¨® ¡°por haber traficado sin escr¨²pulos¡± con la equiparaci¨®n ahora de los salarios. Y acab¨® con el corolario preferido ahora en el argumentario popular: ¡°Si le queda algo de dignidad dimita y si no, tambi¨¦n, m¨¢rchese, se?or Marlaska¡±.

La portavoz adjunta de Vox, Macarena Olona, le pregunt¨® con tono agrio al ministro si ¨¦l mismo hab¨ªa llamado el pasado domingo al general Jos¨¦ Antonio Berrocal, al teniente general Fernando Santaf¨¦ y a la directora general de la Guardia Civil, Mar¨ªa G¨¢mez, para pedirles que se interesaran ante el coronel P¨¦rez de los Cobos sobre el informe de las marchas del 8-M. Marlaska no respondi¨® a nada de eso. Olona le record¨® entonces su actuaci¨®n como juez en el caso Fais¨¢n para refrescarle que los jueces no deben dejarse presionar por el poder pol¨ªtico. Ignacio Gil L¨¢zaro, ahora en Vox, quiso ponerle el colof¨®n a la jornada tachando al ministro varias veces de ¡°miserable¡±. Marlaska opt¨® ah¨ª por recordar que todos los ciudadanos y tambi¨¦n los responsables p¨²blicos deben respetar las normas y los mandatos para proteger la salud p¨²blica, en alusi¨®n a algunos comportamientos en las manifestaciones de protesta alentadas por Vox, y les critic¨® por intentar patrimonializar a la Guardia Civil y a otras instituciones del Estado.

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