La ETT de la izquierda
Dividido y sin liderazgo estable, el campo progresista gallego busca la en¨¦sima alternativa multipartita al PP
No ha habido muchos destinos profesionales mejores para varias generaciones de economistas gallegos que la direcci¨®n del PSdeG-PSOE. La llamada ciencia l¨²gubre ha servido de cantera inagotable para la dirigencia socialdem¨®crata en Galicia. Los dos ¨²nicos presidentes socialistas que ha tenido la Xunta (apenas seis a?os entre ambos desde 1981) eran profesores de econom¨ªa, como lo era el candidato en las auton¨®micas de 2016; lo es el actual, Gonzalo Caballero, y lo es asimismo el principal cargo p¨²blico del PSdeG, Abel Caballero, alcalde de Vigo y t¨ªo del anterior.
Tanto dirigente salido de la universidad ha garantizado a los socialistas por lo general l¨ªderes bien preparados y con formaci¨®n s¨®lida. Pero una cosa son las aulas y otra los m¨ªtines. Resulta muy dif¨ªcil gestionar si no se consigue tambi¨¦n entusiasmar. Y a los profesores del PSdeG les costaba entender que tal vez las hojas de Excel no son el mejor modo de levantar las pasiones del electorado (aunque siempre cabe la transformaci¨®n: Abel Caballero ha pasado de ministro t¨¦cnico a alcalde que toca la guitarra en la televisi¨®n local).
Por encima, la dirigencia del PSdeG ha padecido las miserias de la temporalidad laboral. En los ¨²ltimos 30 a?os, el PP solo ha tenido dos candidatos a la Xunta, Fraga y Feij¨®o. Gonzalo Caballero es el s¨¦ptimo socialista en el mismo periodo. Dif¨ªcil consolidar as¨ª una alternativa, incluso en estos tiempos en que el PSOE gallego lleg¨® a acariciar la posibilidad de un cambio en el poder auton¨®mico tras sus ¨¦xitos en las municipales y en las generales del a?o pasado.
Las auton¨®micas casi nunca han dado al PSdeG sus mejores glorias. En 2016, hasta perdi¨® el liderazgo de la oposici¨®n barrido por la ola de las Mareas. Tras un minucioso ejercicio de autodestrucci¨®n, el espacio de Podemos y sus confluencias nacionalistas comparece ahora exhausto por a?os de luchas internas. Y entre las debilidades de unos y otros, ha resucitado el BNG, al que ya casi se daba por muerto y que s¨ª parece en ciernes de consolidar un liderazgo joven con Ana Pont¨®n. Los socialistas vuelven a verse en una coyuntura demasiado familiar: ya no solo pugnan por acabar con la mayor¨ªa absoluta del PP, tambi¨¦n por ser la fuerza que encabece una eventual alternativa, forzosamente multipartita.
Con este panorama, es f¨¢cil entender la gran ventaja de Feij¨®o. El votante de centroderecha no tiene dudas. En el otro campo, a¨²n hay muchos que se debaten entre tres opciones. Incluso una cuarta: irse a la playa.
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