Una juez de Asturias exhuma una fosa de la Guerra Civil como si fuera un homicidio
La Asociaci¨®n por la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica aplaude la actuaci¨®n por judicializar la investigaci¨®n
Entre los cerdos y los cad¨¢veres apenas hab¨ªa un mont¨®n de arena. La memoria de los ciudadanos de Grado (Asturias) ha soportado medio siglo de ¡°indignidad¡± hasta que el alcalde, Jos¨¦ Luis Trabanco, de Izquierda Unida, compr¨®, en diciembre de 2018, los terrenos de la gochera (cochiquera) por casi 65.000 euros. Los cerdos ya no engordan en el prado y los cuerpos ser¨¢n exhumados en las pr¨®ximas semanas. Hace unos d¨ªas ¨Cy tras varias reuniones entre el alcalde y los miembros de la Asociaci¨®n por la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH)¨C los arque¨®logos e historiadores voluntarios de la asociaci¨®n llegaron con sus herramientas para abrir la herida y rescatar del olvido a los asesinados por la represi¨®n franquista en este apacible y agreste valle.
Los especialistas tienen registro de una treintena de cad¨¢veres, pero creen que encontrar¨¢n m¨¢s. ¡°Esto es lo m¨ªnimo que podemos hacer por todas aquellas personas que murieron por un tiro en la cabeza. Dignificaremos el espacio y haremos algo para que los vecinos lleguen aqu¨ª a leer, a reflexionar, a pensar en el pasado¡±, explica Trabanco. La cochiquera en la que los puercos vivieron desde finales de los a?os cincuenta ser¨¢ demolida. La ARMH inici¨® la prospecci¨®n el pasado lunes y enseguida hallaron tres cuerpos y casi 20 proyectiles de bala de arma corta. A la ma?ana siguiente, la juez del Juzgado de Primera Instancia de Instrucci¨®n de Grado y un equipo de la Polic¨ªa Cient¨ªfica se presentaron de oficio en la fosa, tomaron declaraci¨®n a ¡°hasta el palista¡±, recogieron los restos humanos, paralizaron los trabajos y los llevaron al Instituto Anat¨®mico Forense de Oviedo, para estudiar las pruebas y tomar una decisi¨®n. Desde la ARMH aseguran que no conocen otra actuaci¨®n as¨ª.
Marco Gonz¨¢lez, vicepresidente de la ARMH, est¨¢ sorprendido porque son ellos quienes acuden a denunciar cuando hallan restos humanos, pero esta vez ¡°aplicaron un protocolo como si fuera un homicidio¡±. Se muestra sorprendido por el despliegue judicial y reconoce que nunca le hab¨ªa pasado algo as¨ª. ¡°Es una buena noticia que la fosa se judicialice. Deber¨ªa ser as¨ª siempre, pero lo normal desde que empezamos a excavar en el a?o 2000 es que las denuncias que ponemos sean sobrese¨ªdas¡±, cuenta. Una vez el forense informe si las v¨ªctimas son de la Guerra Civil, el juzgado continuar¨¢ el trabajo. ¡°El Estado es quien debe buscar a sus desaparecidos y nosotros estaremos aqu¨ª si nos necesitan. A m¨ª me gustar¨ªa levantar todo el terreno¡±, dice el arque¨®logo. La extensi¨®n es de 12.000 metros cuadrados y al otro lado de la gochera hubo una casa de baile.
Con tacto y tiento
La fosa de ¡°la chabola¡± es una trinchera que cruza en diagonal un campo liso y suave en primavera, junto al r¨ªo Cubia. Los soldados sublevados la aprovecharon para arrojar en ella los cuerpos de los milicianos y vecinos, j¨®venes de 15 a?os y ancianas de 80, a los que mataron. Primero los interrogaban y torturaban en el chal¨¦ de Patallo, que se conserva a la entrada de Grado. Una presencia escalofriante. ¡°Ah¨ª acaban todas las historias. Es como un agujero negro¡±, cuenta el historiador David Fern¨¢ndez, que ha trabajado tomando testimonios y reconstruyendo vidas. Un monolito en el arc¨¦n indica que en ese lugar, bajo ese manzano solitario, hay un asunto pendiente. Para los arque¨®logos especializados en memoria hist¨®rica, como Alfredo Gonz¨¢lez Ruibal, las exhumaciones permiten rescatar y dignificar esas vidas silenciadas. ¡°La gente quiere cerrar en falso, pero hay que hacer justicia y reparaci¨®n. Tenemos que ser valientes. Para superarlo debemos hacer un trabajo pol¨ªtico fuerte, y que se conozcan los hechos para asumir la historia¡±, es la recomendaci¨®n de Pepe Sierra, exalcalde de Grado, tambi¨¦n de IU, que habla de ganar espacios y reconstruir el relato ¡°con tacto y tiento¡±.
Carmen Garc¨ªa, historiadora y profesora en la Universidad de Oviedo, responsable del mapa de fosas de Asturias desde 2003, cuenta que al ser Grado el centro de operaciones del ej¨¦rcito sublevado, aqu¨ª la represi¨®n franquista fue ¡°muy dura¡±. ¡°En el entorno de la ciudad hay datadas hasta 28 fosas comunes, pero la de ¡°la chabola¡± es la m¨¢s importante. En el cementerio fueron enterraron 900 soldados franquistas y, luego, trasladados al Valle de los Ca¨ªdos¡±, recuerda Garc¨ªa. Los republicanos asesinados est¨¢n a la espera de la decisi¨®n de la juez.
Una ciudad que no quiere olvidar
La historiadora Carmen Garc¨ªa y su equipo han catalogado unas 27.000 v¨ªctimas durante la Guerra Civil y posguerra, en Asturias, y cerca de 300 fosas. Asegura que es una de las comunidades que m¨¢s sufri¨® la represi¨®n, con cerca de 8.000 personas asesinadas. La represi¨®n en esta zona fue tan dura que estuvieron enterrando cuerpos de milicianos y vecinos durante meses. La fosa de ¡°la chabola¡± es una de las m¨¢s grandes de Asturias, pero hasta el momento no se ha podido excavar por ser finca privada. En Grado se encuentra el primer museo p¨²blico asturiano de la Guerra Civil, con cerca de 300 objetos expuestos y cedidos por particulares.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.