Casi cuatro meses para evitar aprobar el estado de alarma
El Gobierno se resisti¨® a volver a activar este instrumento constitucional en Madrid
¡°La paciencia tiene un l¨ªmite. No hay m¨¢s ciego que el que no quiere ver¡±. Todos los que han tratado con Salvador Illa durante la pandemia, tambi¨¦n barones del PP, reconocen que nunca, ni en lo peor de la crisis sanitaria, se le vio perdiendo los nervios. El car¨¢cter sereno y dialogante del ministro de Sanidad ¨Dha estado al habla todos estos meses con presidentes y consejeros de cualquier signo pol¨ªtico¡ª han llegado al l¨ªmite con el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso. Los intensos tiras y aflojas con el Ejecutivo madrile?o, que se resisti¨® como gato panza arriba a confinar Madrid, han terminado por colmar la paciencia del ministro. Illa no quer¨ªa una intervenci¨®n sin acuerdo pero acab¨® actuando ante el probable ¨¦xodo masivo de madrile?os en el Puente del Pilar. Hasta el decreto publicado ayer, el Gobierno ha evitado durante casi cuatro meses volver al traum¨¢tico estado de alarma.
De la cogobernanza al estado de alarma impuesto a Madrid. El camino entre uno y otro escenario est¨¢ dominado por los problemas con los que se encontr¨® casi desde el principio Pedro S¨¢nchez para mantener los poderes en la gesti¨®n de la crisis. La Moncloa sufri¨® para aprobar las seis pr¨®rrogas de este instrumento excepcional activado el 14 de marzo, y el Gobierno ha acabado reconociendo ahora que aceler¨® la desescalada por la presi¨®n pol¨ªtica.
La chispa salt¨® a mediados de mayo, en la calle N¨²?ez de Balboa de Madrid, donde reside el 1% m¨¢s rico de Espa?a. Con gran eco medi¨¢tico, un centenar de acaudalados vecinos se manifest¨® contra el confinamiento al grito de ¡°?libertad!¡±. Desde entonces, la presi¨®n no par¨® de crecer y el 21 de junio el Gobierno tuvo que soltar el control y entregar a las comunidades la gesti¨®n de la desescalada, ante el riesgo de no poder aprobar una nueva pr¨®rroga. El PP se hab¨ªa descolgado desde la cuarta petici¨®n al Congreso: ¡°No podemos prorrogar m¨¢s sus poderes extraordinarios¡±, le hab¨ªa espetado Pablo Casado a Pedro S¨¢nchez en mayo en el Parlamento. El infierno parlamentario oblig¨® al Gobierno a buscar apoyos con pactos inveros¨ªmiles, como el que cerr¨® con EH Bildu comprometi¨¦ndose a derogar ¨ªntegramente la reforma laboral. El l¨ªder del PP lleg¨® a acusar al presidente de buscar una ¡°dictadura constitucional¡±.
La desescalada tampoco fue pac¨ªfica. Madrid llev¨® a los tribunales al Gobierno porque se le deneg¨® la autorizaci¨®n para pasar a fase uno, la de las restricciones m¨¢s livianas; Ayuso ten¨ªa prisa por reactivar econ¨®micamente la capital. Superadas todas las fases, las comunidades gestionaron los rebrotes, pero cuando el verano llegaba a su fin, S¨¢nchez, al que acusaban de dejaci¨®n de funciones, anunci¨® que dar¨ªa su respaldo a las comunidades que quisieran declarar el estado de alarma en sus territorios. Pero el Gobierno se segu¨ªa resistiendo a tomar el control y el presidente insist¨ªa en una idea: ¡°cogobernanza¡±.
A principios de septiembre el problema se agrav¨® en Madrid y todo fue en picado. El d¨ªa 1, Pedro S¨¢nchez lanz¨® la primera advertencia en la Cadena Ser: ¡°Nos preocupa el estado de la Comunidad Aut¨®noma de Madrid¡±. Todo el mes fue una sucesi¨®n de presiones del Gobierno central al madrile?o para que actuara para contener la pandemia, que quedaban en eso, presiones. El d¨ªa 20 el ministro Jos¨¦ Luis ?balos descartaba en EL PA?S imponer el estado de alarma en Madrid: ¡°No podemos tomar medidas muy radicales porque entrar¨ªamos en un ¨¢mbito de confrontaci¨®n pol¨ªtica que pondr¨ªa incluso en perjuicio la lucha contra la pandemia¡±, justificaba. Un d¨ªa despu¨¦s de esa entrevista, S¨¢nchez y Ayuso cerraban una tregua pol¨ªtica en la cumbre de las banderas en la Puerta del Sol, que salt¨® pronto por los aires ante la resistencia de Madrid a endurecer sus medidas. Sanidad ve¨ªa que la curva de la pandemia se disparaba e Illa se pon¨ªa nervioso. Varias negociaciones contra reloj evitaron la intervenci¨®n.
El viernes del puente del Pilar Madrid acab¨® en estado de alarma. El Gobierno hab¨ªa evitado todo lo posible ese escenario, consciente tambi¨¦n de que si quiere prorrogar la alarma m¨¢s all¨¢ de 15 d¨ªas tendr¨¢ que aprobarlo en el Congreso, y es muy probable que tenga la oposici¨®n de PP y Cs, los socios del Gobierno madrile?o. Pero dos gotas terminaron de colmar el vaso tras semanas de tensi¨®n: el golpe del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a la orden de Sanidad, y la inminencia de los d¨ªas festivos. ¡°Hay que evitar a toda costa la propagaci¨®n del virus por Espa?a en el puente del Pilar¡±, dijo ayer el ministro de Sanidad tras el Consejo de Ministros que decret¨® la alarma en Madrid. ¡°En pol¨ªtica, el 99 % de los temas son discutibles, el 1 %, no. La salud de los madrile?os es indiscutible. Y la transmisi¨®n comunitaria lo es tambi¨¦n¡±, se indign¨®. Illa hab¨ªa perdido la paciencia.
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