El triste viaje de R. y Sah¨¦

La ¡°fr¨¢gil¡± e inestable" patera que transportaba a R., a su beb¨¦ de 13 meses Sah¨¦ Sephora, a Justine Senekoke y a otras 27 personas magreb¨ªes y subsaharianas hab¨ªa salido del norte de Marruecos el 11 de mayo de 2019. Cinco d¨ªas despu¨¦s llegaba a la playa de las Mara?uelas, en la localidad de Arguinegu¨ªn (Gran Canaria). El viaje, sin embargo, no hab¨ªa acabado. ¡°Poco antes de alcanzar el objetivo perseguido¡±, relata el juez de la Secci¨®n Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas, Pedro Herrera, en una sentencia emitida este mi¨¦rcoles, el patr¨®n ¡°ejecut¨® de manera precipitada y arriesgada la maniobra de aproximaci¨®n a tierra, lo que provoc¨® la colisi¨®n de la nave con una roca y la ca¨ªda de algunas personas al mar¡±.

De ellas, al menos dos perdieron la vida: la beb¨¦ Sah¨¦ Sephora, de 13 meses, que se desliz¨® al agua desde el pa?uelo con el que la transportaba su madre, y Justine Senekoke, que viajaba con su hija de ocho a?os. Una tercera mujer tambi¨¦n cay¨® al mar. Su cuerpo, sin embargo, no ha podido ser hallado. Momentos antes del impacto, el patr¨®n ¡°salt¨® al agua, lleg¨® a la orilla y logr¨® en principio escapar del control policial¡±. Las fuerzas de seguridad lo detuvieron 15 d¨ªas despu¨¦s en Las Palmas de Gran Canaria. El tribunal lo ha condenado a ocho a?os por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y dos delitos de homicidio imprudente.

Este fue el ¨²ltimo cap¨ªtulo del duro periplo vital de R., de 27 a?os, la madre del beb¨¦ Sah¨¦ Sephore. ¡°Mi vida... no s¨¦ como explicar mi vida. Es complicada, por todo lo que he pasado", explica a Efe. El ¨²ltimo cap¨ªtulo, el acoso sufrido ya en Espa?a por denunciar al patr¨®n.

Con 15 a?os, su familia la oblig¨® a casarse por la fuerza en Costa de Marfil con un hombre de 42 que ya ten¨ªa otras dos esposas. Su historia es com¨²n en el pa¨ªs: un tercio de las ni?as las casan antes de la mayor¨ªa de edad, seg¨²n la ONU. Escap¨® en cuanto pudo y acab¨® trabajando en el S¨¢hara Occidental en los frigor¨ªficos de empresas congeladoras de pescado para sobrevivir hasta que llegase la hora del viaje a Europa. ¡°Yo no hab¨ªa pensado venir aqu¨ª, porque tengo muchas amigas que murieron en el mar. Me daba miedo subir a una patera y morir. Trabajaba para comprar un pasaje en un barco de pasajeros, no en una patera, pero era mentira¡±, relata. Llegado el d¨ªa de embarcar, las mafias que la enga?aron la obligaron a subir a bordo a base de palos. ¡°La patera... esa palabra no quiero ni o¨ªrla¡±.

Su hija, al menos, no descansar¨¢ en una tumba an¨®nima ni ser¨¢ apenas un n¨²mero: 26 a?os despu¨¦s de la llegada de la primera patera, la beb¨¦ fue la primera v¨ªctima de la inmigraci¨®n irregular enterrada en Canarias con su nombre y apellido.