Consecuencias de alto riesgo
Se abren tres semanas de forcejeos del Gobierno con todos a los que ha pedido ayuda, con la dificultad a?adida de que no son un bloque homog¨¦neo
De Presupuestos en sentido estricto no se ha hablado en las 14 horas de debate en el Congreso. La ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, apenas ha esbozado la filosof¨ªa de lo que deber¨¢n ser las cuentas para 2021 y, de momento, los economistas no est¨¢n en condiciones de elaborar un diagn¨®stico sobre las entra?as de la ley de Presupuestos, su orientaci¨®n y su viabilidad. Solo se puede afirmar que ser¨¢n ¡°expansivos¡±, acorde con la necesidad extrema de millones de ciudadanos, la ruina de peque?as y medianas empresas y el ahogo de los aut¨®nomos. Todo est¨¢ por conocerse: los n¨²meros y las consecuencias extrapresupuestarias por las alianzas que se han producido en esta primera y decisiva votaci¨®n para que la negociaci¨®n pueda echar a andar.
Desde la ortodoxia, se puede considerar que el debate de estos dos d¨ªas vulnera la esencia parlamentaria de una presentaci¨®n de los presupuestos y la defensa de enmiendas para devolverlos al Gobierno. As¨ª ser¨ªa si se compara con sesiones con el mismo fin celebradas durante casi cuatro d¨¦cadas. Los par¨¢metros cambiaron con el multipartidismo llegado al Parlamento hace un quinquenio. Ahora, primero hay que hablar de pol¨ªtica, y, despu¨¦s, rellenar las casillas con los n¨²meros.
Se abren tres semanas de forcejeos del Gobierno con todos a los que ha pedido ayuda, con la dificultad a?adida de que no son un bloque homog¨¦neo. Bildu y el PNV no coincidir¨¢n en medidas econ¨®micas ni tampoco estos ¨²ltimos con Unidas Podemos. Los cuatro diputados del PDeCAT, desvinculados de la disciplina de Junts per Catalunya, tendr¨¢n propuestas m¨¢s acordes con los peneuvistas y Cs que con ERC.
Los Presupuestos saldr¨¢n, y el objetivo de durabilidad del Gobierno se habr¨¢ cumplido. Hasta ese momento, el jefe del Ejecutivo, Pedro S¨¢nchez, tendr¨¢ que afrontar un torrente de descalificaciones por los acuerdos, sobre todo, con Bildu.
Los contactos con el partido de Otegi son un argumento s¨®lido para el PP que pueda justificar la hibernaci¨®n de las conversaciones subterr¨¢neas con el Gobierno para la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial. Una ocasi¨®n tambi¨¦n para que los populares recorran Espa?a con dos banderas que despiertan alt¨ªsima sensibilidad: la defensa del castellano y la normalizaci¨®n de Bildu como interlocutor pol¨ªtico en asuntos de Estado, como la aprobaci¨®n de los presupuestos del Estado.
Ambas recorren la columna vertebral de votantes, militantes y dirigentes socialistas. Pedro S¨¢nchez sigue en estado de gracia para la inmensa mayor¨ªa de los tres bloques, pero en su entorno saben que la decisi¨®n de relacionarse con la izquierda abertzale es sumamente arriesgada. Este paso trasciende la elaboraci¨®n de los presupuestos, a pesar de que en sectores del Gobierno ha molestado y mucho la exhibici¨®n de Arnaldo Otegi de su entrada por la puerta grande en la escena nacional. Hubieran querido discreci¨®n, pero no es esa la idea de Bildu ni de Unidas Podemos, que les empuja a la zona de m¨¢s luz para que Ciudadanos quede en la penumbra.
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