Violaci¨®n de derechos de inmigrantes en el muelle de Arguinegu¨ªn

El muelle de Arguinegu¨ªn contin¨²a siendo el gran agujero negro de la gesti¨®n del Gobierno de la crisis migratoria en Canarias. Cuatro meses despu¨¦s de que se improvisasen en esos 3.800 metros poco m¨¢s de una decena de carpas y un pu?ado de ba?os port¨¢tiles para recibir a la mayor¨ªa de los migrantes que intentan llegar en patera al archipi¨¦lago, el campamento sigue en pie y alojaba ayer a m¨¢s de 760 personas. El ¨²ltimo aviso ha venido del Defensor del Pueblo que ha pedido a Interior el ¡°cierre inmediato¡± del lugar donde, sostiene, se vulneran derechos fundamentales.

La advertencia est¨¢ recogida en un documento que el Defensor del Pueblo ha elaborado tras la inspecci¨®n que sus t¨¦cnicos hicieron la semana pasada del lugar. Ese documento que a¨²n no se ha hecho p¨²blico asegura, seg¨²n adelant¨® la Cadena SER y confirm¨® EL PA?S, que ¡°se est¨¢ poniendo en riesgo la integridad f¨ªsica¡± de los migrantes all¨ª hacinados, lo que supondr¨ªa un atentado contra el art¨ªculo 15 de la Constituci¨®n que vela por el respeto a la integridad f¨ªsica, ps¨ªquica y moral y que protege a cualquier persona de no sufrir tratos inhumanos o degradantes.

Los migrantes que desembarcan en Arguinegu¨ªn, donde han llegado a estar retenidas 2.600 personas, duermen sobre mantas finas y se alimentan apenas con tres bocadillos al d¨ªa. No pueden asearse y conviven con positivos en coronavirus sin ninguna posibilidad de distanciamiento social. En el muelle, seg¨²n ha reconocido la consejera de Derechos Sociales del Gobierno canario, Noem¨ª Santana, tambi¨¦n han llegado a alojarse menores.

Otra de las cuestiones clave durante la visita fue la comprobaci¨®n de que los migrantes sobrepasan en el suelo del muelle las 72 horas de privaci¨®n de libertad que permite la legislaci¨®n sin que exista ninguna orden judicial que lo justifique. La petici¨®n de clausura inmediata del Defensor no es vinculante, pero s¨ª un recordatorio al ministerio de su obligaci¨®n de cumplir la ley. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marslaska, lleg¨® a asegurar en un programa de televisi¨®n el pasado d¨ªa 16 que ninguno de los migrantes pasaban all¨ª m¨¢s de tres d¨ªas, una afirmaci¨®n que lleva siendo desmentida por ONG, abogados, jueces y periodistas desde la instalaci¨®n del campamento y que ahora contradice tambi¨¦n el Defensor. No salen porque los agentes solo facilitan su tr¨¢nsito si va alg¨²n familiar a buscarlos, pero tambi¨¦n porque la realizaci¨®n y los resultados de sus pruebas PCR se retrasan, y porque tardan d¨ªas en asignarles una plaza de acogida o un lugar adecuado donde pasar la cuarentena.

Yassine Esadik, un joven marroqu¨ª de 23 a?os, est¨¢ ahora en libertad en un centro de acogida en el centro de Las Palmas, pero, seg¨²n su relato, pas¨® entre octubre y noviembre 20 d¨ªas durmiendo en el asfalto de la d¨¢rsena. ¡°Claro que estaba retenido, nadie pudo salir hasta que nos trasladaron, nadie nos inform¨® de que ¨¦ramos libres¡±, asegura. Esadik cuenta que cuando super¨® las dos semanas encerrado se uni¨® a otro grupo de marroqu¨ªes para protestar ante los polic¨ªas. Cada uno alz¨® un papel en el que hab¨ªan escrito la fecha en la que hab¨ªan llegado. ¡°Nadie nos hizo caso¡±, recuerda. ¡°All¨ª dorm¨ªamos unos encima de los otros, hac¨ªa mucho fr¨ªo, ten¨ªamos hambre. Lo pas¨¦ muy mal¡±.

La instalaci¨®n de carpas en el muelle a principios de agosto era una alternativa temporal a las comisar¨ªas donde generalmente se identifica y se tramitan las ¨®rdenes de devoluci¨®n de los inmigrantes que entran irregularmente en Espa?a. Respond¨ªa no solo al repunte de llegadas (m¨¢s de 19.000 en lo que va de a?o) sino a la situaci¨®n de emergencia sanitaria que, como alertaron los sindicatos policiales ya en mayo, imped¨ªa mantener a los reci¨¦n llegados en los calabozos. La temporalidad se convirti¨® en normalidad y el muelle ha pasado a ser la imagen de la gesti¨®n de la crisis migratoria del Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez.

La primera denuncia p¨²blica de c¨®mo los migrantes pasaban d¨ªas al raso no tard¨® en llegar: el 6 de agosto, cuando aquello era todav¨ªa un solar con tres carpas precarias de Cruz Roja, se conoci¨® que un grupo de 71 personas pas¨® m¨¢s de tres d¨ªas all¨ª tirado hasta que se les llev¨® a un centro de acogida. En estos meses se han paseado por Arguinegu¨ªn eurodiputados, autoridades locales, regionales o la Agencia para los Refugiados de la ONU (Acnur) y todos han coincidido en la p¨¦sima situaci¨®n del lugar. Tambi¨¦n han sido testigos de las condiciones del muelle el ministro de Inclusi¨®n Seguridad Social y Migraciones, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, y el propio Grande-Marlaska acompa?ado de la comisar¨ªa europea de Interior, Ylva Johanson.

El pasado 28 de octubre la alcaldesa de Mog¨¢n, el municipio donde se encuentra Arguinegu¨ªn, denunci¨® las condiciones ante la justicia, pero el juzgado de instrucci¨®n sobresey¨® la causa porque entendi¨® que ¡°los hechos denunciados carecen de relevancia a efectos penales¡±. La juez s¨ª subray¨® que la situaci¨®n en la que se encuentran los migrantes en el muelle es ¡°deplorable¡±. La Fiscal¨ªa de Canarias ha recurrido el archivo de la denuncia.

Fuentes del departamento de Grande-Marlaska han afirmado que responder¨¢n en tiempo y forma al recordatorio del Defensor. El propio ministro ya hab¨ªa anunciado el desmantelamiento de Arguinegu¨ªn en ¡°pocas semanas¡± el pasado 6 de noviembre, con la esperanza de que la instalaci¨®n de un nuevo campamento en el antiguo polvor¨ªn de Barranco Seco, con capacidad para 900 personas, resolviese la situaci¨®n. Pero hace m¨¢s de una semana que el nuevo campamento funciona y el suelo de Arguinegu¨ªn sigue sirviendo de cama a cientos de personas.