Tres camioneros mueren atropellados cuando apagaban un incendio en el veh¨ªculo de uno de ellos
Dos de los fallecidos pararon a socorrer a su compa?ero, tambi¨¦n embestido por otro cami¨®n
El conductor de un cami¨®n que sufri¨® un incendio y los ch¨®feres de otros dos veh¨ªculos pesados que se hab¨ªan detenido a socorrerle murieron atropellados este lunes a primera hora de la ma?ana por un cuarto cami¨®n en la variante de Tordesillas (Valladolid), el tramo el que confluyen la autov¨ªa A-6 (Madrid-Coru?a) y la A-62 (Burgos-Portugal). Se trata del siniestro m¨¢s grave de los ocurridos en las carreteras espa?olas en lo que va de a?o.
El asfalto re¨²ne una mezcla de paja, pl¨¢stico y manchas de sangre. Varios extintores semiderretidos comparten calzada con tres camiones detenidos en una hilera a la derecha del kil¨®metro 153 de la A-62. Uno de los veh¨ªculos, el que sufri¨® el incendio, transporta todav¨ªa un peque?o coche de bomberos parcialmente quemado. Los otros dos camiones involucrados en el siniestro lo preceden entre una marea de guardias civiles que impiden que, como ocurri¨® hace apenas unas horas, unos trabajos de asistencia terminen en tragedia.
Pasaban unos minutos de las siete de la ma?ana cuando el transportista que portaba la nave roja de bomberos detuvo el cami¨®n por el incendio. Unos operarios que colaboran con los agentes aventuran que el eje del cami¨®n, de matr¨ªcula espa?ola, empez¨® a arder porque se habr¨ªa sobrecalentado o saltado una chispa. El conductor par¨® en el arc¨¦n de una zona con cuatro carriles, dos rumbo a Benavente y A Coru?a y dos hacia Zamora, Salamanca y Portugal, y procedi¨® a intentar apagarlo. Dos colegas, uno que llevaba un cami¨®n de matr¨ªcula espa?ola y otro que conduc¨ªa un convoy con placa portuguesa, pararon para auxiliar al compa?ero en dificultades. Entonces apareci¨® entre la oscuridad un cuarto cami¨®n que los embisti¨®. Los tres fallecieron en el acto. El supuesto autor del atropello permanece detenido tras dar negativo en el control de alcoholemia y drogas. No los vio. Las v¨ªctimas son un portugu¨¦s de 35 a?os, un albacete?o de 56 y un palentino de 43. Sus iniciales son P.S.S.A, A.R.M.D y A.N.A. La ropa reflectante que vest¨ªan contin¨²a en la v¨ªa.
La ¨²nica forma de acercarse al punto de la tragedia ante el f¨¦rreo dispositivo de la Guardia Civil implica caminar entre la nieve y la maleza de la cuneta. Restos de luces reflectantes y componentes de los veh¨ªculos, que salieron despedidos tras el impacto, descansan a varios metros del lugar donde sus conductores hallaron la muerte. . Uno de los camiones que pararon de inmediato para socorrer a su colega mov¨ªa una carga de paja, ahora parcialmente esparcida sobre la autov¨ªa, y luce un escudo de Villarrobledo (Albacete). El convoy luso, azul, tiene las tres ruedas del flanco derecho pinchadas, seg¨²n uno de los trabajadores que aguardan ¨®rdenes para retirar cuanto antes los veh¨ªculos accidentados. Entretanto, por el ¨²nico carril habilitado para el tr¨¢fico, siguen pasando utilitarios y decenas de camiones, pues esta ruta es uno de los ejes del transporte pesado entre Espa?a y Portugal, as¨ª como desde el centro de la Pen¨ªnsula hacia Galicia. Varios curiosos miran desde un cercano paso elevado el desenlace de una pesadilla que ha castigado el compa?erismo en un gremio acostumbrado a la soledad de la cabina.
La noticia sorprende en el ¨¢rea de servicio anterior al punto cr¨ªtico. El colombiano Ruber Ospina, profesional del volante desde hace 13 a?os, insiste en la ¡°ley del camionero¡± que implica ayudar al pr¨®jimo necesitado. Este tramo, asegura, no suele ser especialmente complicado. Ospina remarca la ¡°solidaridad¡± existente en el oficio. M¨¢s dudas muestra el portugu¨¦s Antonio Gon?alves, que se queda paralizado tras ser informado del horror. Sus 17 a?os de experiencia le indican que antes hab¨ªa m¨¢s respaldo mutuo en la carretera. Ahora este hombre, que cree que ¡°ser camionero es una desgracia¡±, piensa que todo est¨¢ ¡°moito mal¡±. Unos metros m¨¢s all¨¢, los peruanos Samuel Alama y Sergio Espino aprovechan su descanso para comer arroz y relajarse con m¨²sica. Su resignado mensaje es que esta clase de sucesos ¡°le pueden pasar a cualquiera¡±. Igualmente, reiteran, hay que pararse y ayudar a quien lo necesite. Siempre, no hay excusas. Su viaje comenz¨® en Alemania y concluir¨¢ en Sevilla, de modo que ya notan el cansancio y este accidente les hace agachar la cabeza. ¡°?Entonces han muerto tres compa?eros?¡±, pregunta Espino, como si todav¨ªa pudiese enmendarse la historia. Y suspira: ¡°Qu¨¦ pena, macho¡±.
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