¡ªIv¨¢n, ?qu¨¦ hac¨¦is al final? ¡ªNos abstenemos, Adriana

Pasan pocos minutos del mediod¨ªa de este jueves en el Congreso. Acaba de terminar el plazo de la votaci¨®n telem¨¢tica. La mitad de los diputados ya han tomado su decisi¨®n. No hay marcha atr¨¢s. El Gobierno, que ha pasado la ¨²ltima hora angustiado pensando que el Congreso va a tumbar el decreto m¨¢s importante, el de la gesti¨®n de los fondos europeos, ...

Pasan pocos minutos del mediod¨ªa de este jueves en el Congreso. Acaba de terminar el plazo de la votaci¨®n telem¨¢tica. La mitad de los diputados ya han tomado su decisi¨®n. No hay marcha atr¨¢s. El Gobierno, que ha pasado la ¨²ltima hora angustiado pensando que el Congreso va a tumbar el decreto m¨¢s importante, el de la gesti¨®n de los fondos europeos, el mismo que ha hecho caer al Ejecutivo en la vecina Italia, cree que tiene una ¨²ltima baza inesperada. Se rumorea que Vox se abstiene.

Los socialistas han logrado saber que algunos diputados de este partido se abstuvieron en la votaci¨®n telem¨¢tica que empez¨® el d¨ªa anterior. Los socialistas votaron el mi¨¦rcoles. Los de Vox tambi¨¦n. Pero hay que confirmarlo. El portavoz Iv¨¢n Espinosa de los Monteros hace un discurso contradictorio en la tribuna: ataca el decreto pero a la vez dice que Vox quiere que los comerciantes y empresarios, que necesitan este dinero, lo reciban cuanto antes. Adriana Lastra, la portavoz del PSOE, necesita confirmar que el decreto est¨¢ salvado gracias a Vox, un giro totalmente inesperado.

Lastra, siempre directa, busca un tel¨¦fono en su m¨®vil. No se acerca a hablar con Espinosa de los Monteros, algo que habr¨ªa sido la foto del d¨ªa, pero le llama de esca?o a esca?o.

¡ªDespu¨¦s de este discurso, Iv¨¢n, no me ha quedado claro. ?Al final qu¨¦ hab¨¦is votado?¡ª le pregunta.

¡ªNos abstenemos, Adriana.

El PSOE y el Gobierno respiran tranquilos. Contra todo pron¨®stico, la votaci¨®n no se ha salvado con la mayor¨ªa habitual. Ni con Ciudadanos. Ni siquiera con el empuj¨®n final de los votos de Bildu, siempre pol¨¦micos. El Ejecutivo se quedaba en 173 s¨ªes (aunque luego hubo tres que no pudieron votar por fallos t¨¦cnicos) y hab¨ªa 177 noes potenciales. Han sido los 52 esca?os de Vox los que han salvado al Gobierno.

Los socialistas creen que Vox contaba con no ser decisivo, porque el mi¨¦rcoles se daba por hecho que Ciudadanos se abstendr¨ªa y salvar¨ªa la votaci¨®n. Pero todo fall¨®, y el grupo de Santiago Abascal evit¨® la derrota. Ya ha votado cuando sabe que su abstenci¨®n ser¨¢ decisiva. Han sido 19 horas de infierno. Lastra sale a fumar aliviada. La vicepresidenta Carmen Calvo agradece el voto de Vox, aunque no llega a citarlo.

El martirio empieza a las 17.00 del mi¨¦rcoles. Unos minutos antes de contarlo en Twitter, Gabriel Rufi¨¢n le confirma a Lastra lo que tem¨ªan: ERC se va al no. Los republicanos sostienen que ven¨ªan avisando hace d¨ªas, los socialistas aseguran que fue una sorpresa total que atribuyen a las elecciones catalanas. ERC, que centra su campa?a en atacar a Salvador Illa, no puede salvar al Gobierno el d¨ªa que arranca la campa?a electoral. Junts se va al no, y el PDeCAT tambi¨¦n. De los 188 votos de los Presupuestos se van cayendo piezas. Por debajo de 176, la derrota es posible. Todos se movilizan. Calvo, el secretario de Estado de relaciones con las Cortes, Jos¨¦ Antonio Montilla ¡ªpersona de confianza de la vicepresidenta¡ª, F¨¦lix Bola?os, secretario general de Presidencia, la propia Lastra, Rafael Simancas, su mano derecha. Hay que sacarlo como sea.

Enseguida se ve que la clave es Ciudadanos, con sus 10 diputados. Pero no sobra nadie. PNV, Bildu, Comprom¨ªs, M¨¢s Pa¨ªs, Teruel Existe, CC, NC, PRC. Todos cuentan. Bola?os llama a Carlos Cuadrado, su interlocutor habitual en Ciudadanos. Est¨¢ muy molesto porque siempre acuden a ¨¦l cuando falla ERC. Pas¨® en el estado de alarma. Pero parece que es posible lograr una abstenci¨®n. Todos se quejan de que el Gobierno siempre llama tarde y funciona como si tuviera mayor¨ªa absoluta. Tambi¨¦n los aliados.

Calvo habla con ?nigo Errej¨®n (M¨¢s Pa¨ªs) a ¨²ltima hora de la noche. Su dos votos son decisivos. ?l quiere un compromiso para estudiar una reducci¨®n de la jornada laboral, una de sus medidas estrella. Calvo asume poner en marcha un proyecto piloto de 50 millones de euros para probarlo. M¨¢s Pa¨ªs lo pidi¨® en los Presupuestos y no lo logr¨®. Pero ahora el voto vale m¨¢s. El acuerdo se cierra a primera hora de la ma?ana, cuando ambos vuelven a hablar varias veces. El PNV, que dudaba, pasa al s¨ª. Bildu tambi¨¦n se mueve despu¨¦s de conversaciones al m¨¢s alto nivel. Pasan de la abstenci¨®n al s¨ª. En La Moncloa se van a dormir pensando que est¨¢ hecho. Por la m¨ªnima, como otras veces, como la investidura de S¨¢nchez, pero sale.

Pero a media ma?ana llegan p¨¦simas noticias. Ciudadanos votar¨¢ no, como el PP. En Cs sostienen que el Gobierno no les da lo que ped¨ªan, una garant¨ªa de que habr¨¢ un organismo independiente vigilando el fondo. En el Ejecutivo se?alan que no hubo realmente negociaci¨®n y que Cs est¨¢ tambi¨¦n presionado por las catalanas. Todo se viene abajo. Hay un ¨²ltimo intento con Ferran Bel, del PDeCAT. Una abstenci¨®n de sus cuatro diputados valdr¨ªa. Pero con las elecciones catalanas ah¨ª es inviable. Van al no. El Gobierno no pasa de 173 s¨ªes.

En La Moncloa se plantean el escenario de tener que hacer un nuevo decreto. Despu¨¦s de las catalanas no habr¨¢ problema en aprobarlo, piensan algunos. Pero la situaci¨®n es delicada. La imagen de la derrota en un asunto central ser¨¢ dur¨ªsima.

En el Congreso est¨¢n m¨¢s tranquilos. Los socialistas est¨¢n seguros de que Vox se abstiene. Pero nadie se f¨ªa. Hasta que llega esa llamada de Lastra a Espinosa de los Monteros. El decreto est¨¢ salvado. Pero lo hizo de la forma que menos deseaba el PSOE.