El Supremo confirma la pena de 133 a?os impuesta para el ¨²nico acusado de la matanza de los jesuitas espa?oles en El Salvador
El alto tribunal se?ala el car¨¢cter ¡°terrorista¡± de los cr¨ªmenes
La condena del coronel Inocente Orlando Montano por la matanza en 1989 de cinco jesuitas espa?oles en El Salvador ya es firme. El Tribunal Supremo ha ratificado este mi¨¦rcoles la condena impuesta por la Audiencia Nacional al exviceministro de Seguridad de El Salvador por ...
La condena del coronel Inocente Orlando Montano por la matanza en 1989 de cinco jesuitas espa?oles en El Salvador ya es firme. El Tribunal Supremo ha ratificado este mi¨¦rcoles la condena impuesta por la Audiencia Nacional al exviceministro de Seguridad de El Salvador por el asesinato del te¨®logo vasco Ignacio Ellacur¨ªa y otros cuatro religiosos en la Universidad Centroamericana (UCA). El Supremo confirma que fueron asesinatos de car¨¢cter terrorista por los que impone al ¨²nico acusado penas de 26 a?os, 8 meses y un d¨ªa de prisi¨®n por cada uno de los delitos. En total, m¨¢s de 133 a?os, aunque el l¨ªmite de cumplimiento ser¨¢ de 30.
El exviceministro de Seguridad fue el ¨²nico acusado al que la justicia espa?ola consigui¨® sentar en el banquillo, aunque la Fiscal¨ªa considera que la matanza de la UCA fue ideada y ejecutada por el alto mando de las Fuerzas Armadas salvadore?as, al que pertenec¨ªa Montano. Seg¨²n consider¨® probado la Audiencia Nacional en septiembre pasado en la sentencia que ahora ha confirmado el Supremo, los militares, al ver amenazada su situaci¨®n de poder y de control ante la ofensiva desarrolla en noviembre de 1989 por el Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN), decidieron ejecutar a Ellacur¨ªa, ¡°la persona que de forma m¨¢s intensa y efectiva impulsaba, desarrollaba e intentaba llevar a las dos partes en conflicto a la paz, a trav¨¦s del di¨¢logo y la negociaci¨®n¡±. Los autores del crimen, advierte el Supremo, sab¨ªan que Ellacur¨ªa no estaba solo en la residencia de la universidad, pero dieron la orden de ejecutar a todos los residentes ¡°a fin de no dejar testigos¡±.
La sentencia de la Audiencia Nacional tambi¨¦n consider¨® a Montano, que ahora tiene 77 a?os, autor de los asesinatos de otro jesuita salvadore?o, la cocinera de la universidad y la hija de esta de 15 a?os, ejecutados junto con los religiosos, pero no se le pudo condenar por estos hechos al no haber concedido EE UU su extradici¨®n por esos cr¨ªmenes.
Para el Supremo, el relato de hechos probados por la Audiencia es sumamente descriptivo de lo que ocurri¨® en la UCA en la madrugada el 16 de noviembre de 1989 y supone ¡°un aut¨¦ntico relato de terror¡± y del horror que vivieron ¡°las v¨ªctimas de este crimen de Estado¡±.
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Vicente Magro, explica que Montano, como miembro del alto mando, estuvo presente en todas las reuniones donde se decidieron los asesinatos y que los cuerpos de seguridad depend¨ªan directamente de ¨¦l. El tribunal rechaza la eximente de estado de necesidad que aleg¨® el coronel para justificar los cr¨ªmenes: ¡°En el presente caso no es que no exista tal desproporci¨®n, es que al acusado no le apremiaba ning¨²n conflicto de intereses que hiciese necesario dar muerte a Ignacio Ellacur¨ªa, a sus compa?eros, a su cocinera y a la hija de esta; ellos no eran parte del conflicto armado, no se estaban enfrentando a quienes ordenaron el crimen, no existiendo causa de justificaci¨®n que permitir¨ªa justificar la agresi¨®n mortal a la vida de ocho personas, cometiendo un crimen que fue m¨¢s all¨¢ de la gravedad y consecuencias del atentado contra la vida de las v¨ªctimas, pues pretend¨ªa aniquilar las esperanzas de paz de toda una sociedad, hostigada despu¨¦s de diez a?os de guerra interna¡±.
El tribunal avala la tipificaci¨®n de los hechos como asesinato (art¨ªculo 406 del C¨®digo Penal) en concurso con delito de terrorismo (art¨ªculo 174 bis b) al encuadrar la conducta desplegada por el alto mando como un acto terrorista. ¡°En efecto, se utiliza por el alto mando el aparato del Estado para llevar a cabo una aut¨¦ntica ejecuci¨®n civil de ciudadanos para crear una apariencia ante la sociedad de que actuaban contra el Estado, cuando lo que se perpetr¨® es un aut¨¦ntico asesinato con modalidad amparada en el ¡®terrorismo de Estado¡¯ para alterar en realidad la convivencia social y llevar a cabo ¡®cr¨ªmenes de Estado¡± ¡®que conceptualmente no se diferencia del terrorismo realizado por grupos organizados¡±.
Con la sentencia del Supremo se pone fin definitivamente a tres d¨¦cadas de impunidad y a una larga batalla para intentar sentar en el banquillo a los autores intelectuales del asesinato de Ellacur¨ªa, que se hab¨ªa convertido en 1989 en una figura inc¨®moda para el Gobierno de El Salvador. Junto a ¨¦l fueron tiroteados otros cuatro religiosos espa?oles (Ignacio Mart¨ªn-Bar¨®, Segundo Montes, Amando L¨®pez y Juan Ram¨®n Moreno); y uno salvadore?o, Joaqu¨ªn L¨®pez, adem¨¢s de la esposa e hija del guardi¨¢n de la universidad, Elba y Celina Ramos. En el juicio celebrado el pasado verano en la Audiencia Nacional, el coronel Montano neg¨® los hechos, aunque las acusaciones advirtieron que se contradijo. ¡°Yo no ten¨ªa nada en contra de los jesuitas¡±, asegur¨® minutos antes de afirmar que el golpe de Estado de 1979 contra el general Carlos Humberto Romero se origin¨® en la UCA, de la que Ellacur¨ªa era rector. ¡°30 a?os despu¨¦s sigue demostrando animadversi¨®n hacia los padres jesuitas y los sigue considerando guerrilleros y terroristas¡±, advirti¨® la fiscal en su informe final. La vista empez¨® con otro acusado, el exteniente Rene Yushsy Mendoza, pero qued¨® eximido el segundo d¨ªa y se acab¨® convirtiendo en un testigo clave al se?alar a Montano como uno de los militares que orden¨® la matanza. El tribunal considera ¡°de todo punto veros¨ªmil¡± su declaracio?n, por lo que le da fuerza de prueba de cargo.