Siete amenazas, quince balas y cinco autores
La investigaci¨®n apunta a que las cartas intimidatorias recibidas en los ¨²ltimos d¨ªas por pol¨ªticos son obra de personas distintas sin relaci¨®n entre s¨ª
El 22 de abril, el exvicepresidente del Gobierno y candidato de Unidas Podemos a las elecciones del 4 de mayo, Pablo Iglesias, informaba a trav¨¦s de su cuenta de Twitter de que en el Ministerio del Interior se hab¨ªa recibido una carta ¡°con amenazas de muerte¡± a ¨¦l y su familia. Iglesias mostraba una foto del sobre, la nota y lo que ¨¦l describ¨ªa como ¡°4 balas de Cetme [antiguo fusil de asalto del Ej¨¦rcito espa?ol]¡±. En otro tuit, el l¨ªder de Podemos revelaba que no hab¨ªa sido la ¨²nica misiva de estas caracter¨ªsticas, y que el ministro Fernando Grande-Marlaska y la directora general de la Guardia Civil, Mar¨ªa G¨¢mez, tambi¨¦n hab¨ªan recibido env¨ªos postales con munici¨®n: la de Grande-Marlaska, con dos proyectiles. La de G¨¢mez, con uno. Las siete balas eran del mismo calibre: el 7,62.
El Ministerio del Interior ha recibido una carta dirigida a mi con amenazas de muerte hacia m¨ª y hacia mi familia. El sobre conten¨ªa 4 balas de Cetme. pic.twitter.com/yquNIed7pV
— Pablo Iglesias ?{R} (@PabloIglesias) April 22, 2021
En los d¨ªas siguientes se interceptaron otras cuatro cartas similares: una remitida a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto; una segunda dirigida a Iglesias, aunque enviada a la Guardia Civil; una m¨¢s que ten¨ªa como destinataria la candidata del PP al 4-M, Isabel D¨ªaz Ayuso, y, finalmente, un mensaje con insultos al expresidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Salvo la dirigida a Maroto, que conten¨ªa una navaja aparentemente manchada de sangre, el resto tambi¨¦n inclu¨ªa balas.
En total, 15 proyectiles de cuatro calibres diferentes ¡ªocho del 7,62, dos de 9 mil¨ªmetros, tres del calibre 22 y dos m¨¢s del 38¡ª, acompa?ados, adem¨¢s, de textos muy distintos y elaborados tambi¨¦n de maneras diversas. Estos y otros detalles, como el tipo de sobres o los lugares donde fueron depositados en Correos, han convencido a los responsables de la investigaci¨®n de que detr¨¢s de las siete cartas no hay una ¨²nica persona. La principal hip¨®tesis policial es que puede haber hasta cinco sin ninguna relaci¨®n directa entre s¨ª. ¡°Las tres primeras son de un ¨²nico autor. El resto, salvo en el caso del env¨ªo a la ministra de Industria, son imitadores de este¡±, detallan fuentes policiales. ¡°Las amenazas a cargos p¨²blicos y pol¨ªticos no son raras, lo preocupante de estos casos es que iban acompa?adas de balas¡±, destacan estas fuentes, que aseguran que, al menos, en los tres ¨²ltimos a?os, no se hab¨ªa conocido un incidente de estas caracter¨ªsticas: ¡°Espa?a no es EE UU, y conseguir munici¨®n no est¨¢ al alcance de cualquiera¡±.
La amenaza m¨¢s desconcertante, pero tambi¨¦n la que ha sido m¨¢s f¨¢cil de resolver, fue la que recibi¨® el lunes la ministra Maroto. La misiva inclu¨ªa una navaja dentro de una funda de terciopelo, adem¨¢s de hojas que reproduc¨ªan una conversaci¨®n de Whatsapp y anotaciones sin sentido, as¨ª como un disco con una car¨¢tula de When strangers marry, una pel¨ªcula de 1944 protagonizada por el actor Robert Mitchum. El presunto autor del env¨ªo, un hombre diagnosticado de esquizofrenia, fue identificado y localizado ese mismo d¨ªa. Hab¨ªa puesto su nombre y direcci¨®n reales en el remitente. Durante el interrogatorio, el hombre asegur¨® ser ¡°agente secreto¡±.
Los que a¨²n no ha sido identificados son los autores de los otros seis env¨ªos. En el caso de las tres primeras cartas, un error humano cometido cuando fueron procesadas, el 19 de abril, en el Centro de Tratamiento Automatizado (CAT) que Correos tiene en el barrio de Vallecas (Madrid) ha impedido, hasta ahora, conocer un dato clave: el buz¨®n donde fueron depositadas. En el CAT, todos los env¨ªos que superan los 100 gramos de peso pasan por un esc¨¢ner de rayos X para analizar su contenido y detectar objetos prohibidos. En ese caso, se identifica la saca en la que lleg¨® y, con ello, el buz¨®n. Sin embargo, y pese a que estos sobres tambi¨¦n pasaron por el esc¨¢ner y este mostr¨® la existencia de siete balas, nadie se percat¨® y llegaron a su destino.
La informaci¨®n del buz¨®n permitir¨ªa a los agentes rastrear los v¨ªdeos grabados por las c¨¢maras de seguridad instaladas en la v¨ªa p¨²blica, comercios, sucursales bancarias y estaciones de Metro cercanas para buscar una imagen de la persona que las deposit¨®. Tambi¨¦n recabar datos de las compa?¨ªas de telefon¨ªa sobre los m¨®viles que estuvieron activos en la zona en aquella jornada.
Mejor suerte ha habido con las pruebas de criminal¨ªsticas practicadas a los tres sobres y su contenido. Seg¨²n detall¨® el viernes el secretario de Estado de Seguridad, Rafael P¨¦rez, los investigadores han obtenido huellas dactilares y resto de ADN que ser¨¢n cruzadas con los datos que obran en el Sistema Autom¨¢tico de Identificaci¨®n Dactilar (SAID) y la base policial de perfiles gen¨¦ticos en busca de coincidencias que ponga nombre al autor. Tambi¨¦n se ha identificado la empresa donde se hicieron los proyectiles, que datan de los a?os 80, y la firma fabricante de los sobres, as¨ª como la compa?¨ªa que los distribuye en Espa?a. Lo que no ha arrojado luz es el an¨¢lisis de la letra que figura en los sobres y las notas amenazantes. Su autor us¨® una regla de moldes de letra para hacer in¨²til un estudio grafol¨®gico.
Diferente munici¨®n
La munici¨®n de las otras tres cartas ¡ªla segunda que iba dirigida a Iglesias, y las remitidas a nombre de D¨ªaz Ayuso y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero¡ª era muy diferente y, en opini¨®n de los investigadores, un indicio m¨¢s de que sus autores son otros. La ¨²ltima misiva, la del expresidente del Gobierno, fue interceptada el mi¨¦rcoles por Correos en Madrid. En su interior aparecieron dos balas del calibre 38 junto a una nota manuscrita con letra temblorosa en rojo con alusiones al pol¨ªtico socialista. El sobre no conten¨ªa ni remitente ni destinatario (los investigadores concluyeron que era Rodr¨ªguez Zapatero por las alusiones de la nota interior). Al haber sido interceptada en las oficinas de Correos, el buz¨®n de Madrid donde se deposit¨® fue r¨¢pidamente localizado.
Tambi¨¦n se conoce d¨®nde fueron echadas al correo las de Ayuso y la segunda de Iglesias. La dirigida a la presidenta madrile?a, que ten¨ªa como destino la sede del PP en la calle G¨¦nova de Madrid, fue depositada en un buz¨®n de la calle Balmes, de Sant Cugat (Barcelona). En su interior apareci¨®, junto a dos balas de 9 mil¨ªmetros, un texto con amenazas e insultos a la candidata del PP madrile?o al 4-M. La carta al l¨ªder de Podemos, lo fue desde un buz¨®n de Madrid. En esta ¨²ltima, su autor utiliz¨®, como hizo el de las tres primeras misivas, una regla con molde de letras para escribir la direcci¨®n, aunque los investigadores han constatado que se trata de modelos diferentes. Adem¨¢s, el sobre era de otro tipo y tres de las cuatro balas eran del calibre 22. La cuarta era del 7,62.
¡°Iglesias, ?a qu¨¦ est¨¢s jugando?¡±
Uno de los indicios que manejan los investigadores para concluir que todas las cartas no han sido elaboradas por la misma persona son las caracter¨ªsticas de la segunda misiva dirigida a Pablo Iglesias, y que fue enviada a la Direcci¨®n General de la Guardia Civil. ¡°Pablo Iglesias Turri¨®n, ?a qu¨¦ est¨¢s jugando?¡±, es el arranque de un texto escrito a ordenador ¡ªa diferencia de las otras misivas¡ª en el que se hace referencia a la misiva recibida d¨ªas antes por Reyes Maroto. Seg¨²n detallan fuentes policiales, el autor intenta con su escrito implicar de manera burda al l¨ªder de Podemos en aquel suceso haciendo referencia a supuestos pagos recibidos de ¨¦l. Estas mismas fuentes se muestran convencidos que el objetivo ¨²ltimo del autor era que se difundiera el contenido de la carta y se crear¨¢ confusi¨®n en la opini¨®n p¨²blica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.