Otros dos condenados por G¨¹rtel siguen los pasos de B¨¢rcenas y quieren pedir perd¨®n a v¨ªctimas
Guillermo Ortega, exalcalde de Majadahonda, y Carlos Clemente, exviceconsejero madrile?o, solicitan a Prisiones seguir el mismo programa de reinserci¨®n que el extesorero
Otros dos presos condenados por el caso G¨¹rtel, el exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega y el exviceconsejero de Inmigraci¨®n de la Comunidad de Madrid Carlos Clemente, han decidido seguir los pasos del extesorero del PP Luis B¨¢rcenas, quien, como adelant¨® este mi¨¦rcoles EL PA?S, ha solicitado a Instituciones Penitenciarias su inclusi¨®n en un programa de reinserci¨®n que incluye encuentros con v¨ªctimas para pedir perd¨®n, seg¨²n ha informado fuentes jur¨ªdicas y confirmado el actual abogado del primero, Gustavo Gal¨¢n. Ortega ¡ªcondenado 40 a?os y tres meses de prisi¨®n, y que ha comenzado a colaborar con la justicia¡ª y Clemente ¡ªcon una pena de siete a?os y nueve meses¡ª est¨¢n recluidos en el mismo m¨®dulo de la c¨¢rcel de Soto del Real (Madrid) que B¨¢rcenas. Prisiones ha declinado facilitar informaci¨®n por considerar confidencial todo lo relacionado con los participantes en estos talleres.
El denominado taller de Di¨¢logos Restaurativos en los que quieren participar B¨¢rcenas, Ortega y Clemente contemplan la asistencia a 10 sesiones grupales de trabajo con otros reclusos que dirigen miembros de ONG especializadas en mediaci¨®n. En estas reuniones, se busca ofrecer a los reclusos la oportunidad de reflexionar sobre el delito cometido y que reconozcan su responsabilidad, as¨ª como prepararles para pedir perd¨®n a las v¨ªctimas. Al t¨¦rmino de estas sesiones, los mediadores, junto a profesionales penitenciarios, deciden si el recluso est¨¢ preparado para celebrar el encuentro restaurativo con la v¨ªctima de su actuaci¨®n u otra simb¨®lica que haya sufrido un delito similar, detallan fuentes conocedoras del proceso. Los presos son informados, previamente, de que su participaci¨®n en el taller no les supondr¨¢ ning¨²n beneficio penitenciario, aunque Prisiones admite que s¨ª se tiene en cuenta por las Juntas de Tratamiento de la c¨¢rcel a la hora de proponer la concesi¨®n de permisos o de mejorar la clasificaci¨®n penitenciaria del interno.
Para seleccionar a la v¨ªctima, Instituciones Penitenciarias, a trav¨¦s de los juzgados de vigilancia penitenciaria en muchos de los casos, entra en contacto con ella a trav¨¦s de una carta en la que se le ofrece participar en los encuentros. En la misiva se incluye un tr¨ªptico elaborado por Prisiones en el que se explica en qu¨¦ consisten y el beneficio que puede obtener de sentarse cara a cara con un delincuente. Si muestra inter¨¦s, se mantiene encuentros personales con ella para explicarle con detalle la metodolog¨ªa. Cuando acepta participar, es derivada a los t¨¦cnicos de las ONG para que trabajen con ella las sesiones que sean necesarias de cara a un encuentro con el delincuente. Se pretende que cuando se celebre este, siempre en presencia de un mediador, pueda escuchar ¡°la responsabilizaci¨®n de la persona responsable de los hechos, as¨ª como la petici¨®n de perd¨®n¡± con el fin de que le ayude ¡°a cerrar este episodio de forma completa¡±, se recoge en el tr¨ªptico que se les env¨ªa.
Si, como ocurre en el caso de los tres condenados, no existe una v¨ªctima directa ¡ªde los delitos cometidos por B¨¢rcenas, Ortega y Clemente la perjudicada fue la Hacienda p¨²blica¡ª, los expertos buscan una v¨ªctima que haya sufrido un delito similar. En el caso del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, condenado a cuatro a?os y medio por el esc¨¢ndalo de las tarjetas black, quien particip¨® en uno de estos talleres de Di¨¢logos Restaurativos entre finales de 2020 y principios de 2021. Rato mantuvo como colof¨®n al programa un encuentro con el padre de un joven que hab¨ªa sufrido un secuestro expr¨¦s en Venezuela y que le relat¨® c¨®mo hab¨ªa vivido esa experiencia. Dentro del programa, el exvicepresidente tambi¨¦n particip¨® en labores de voluntariado. En concreto, en el reparto de juguetes durante las pasadas navidades a los ni?os de familias de otros reclusos. El juez le concedi¨® la libertad condicional el pasado febrero.
La participaci¨®n en el taller de Di¨¢logos Restaurativos no impide que, en el futuro, los tres condenados del caso G¨¹rtel soliciten ser incluidos en otros programas de reinserci¨®n para presos de sus caracter¨ªsticas [hay 21 m¨¢s para otros tipos de delitos], entre ellos el que el pasado enero puso en marcha Interior para presos condenados por corrupci¨®n. Bautizado como PIDECO (Programa de Intervenci¨®n en Delitos Econ¨®micos), en ¨¦l ya participan 89 reclusos, entre ellos, I?aki Urdangarin, marido de la infanta Cristina y condenado por el caso N¨®os. B¨¢rcenas, Ortega y Clemente no lo han podido solicitar ahora porque este plan solo ha entrado en funcionamiento en 11 centros penitenciarios ¡ªen otros tres lo har¨¢ en breve¡ª y la prisi¨®n madrile?a no es uno de ellos. Ese es tambi¨¦n el motivo por el que otro condenado por la G¨¹rtel, el cabecilla de la trama Francisco Correa, que ha solicitado participar en ¨¦l, no ha podido hacerlo. Correa est¨¢ en la prisi¨®n de Valdemoro, otra de los centros en los que todav¨ªa no se ha puesto en marcha.
Narcisistas y egoc¨¦ntricos
Los estudios previos realizados para poner en marcha el programa PIDECO, dirigido a condenados por delitos econ¨®micos, ha permitido a los expertos penitenciarios trazar el primer perfil sobre este tipo de reclusos tras hacer un trabajo de campo en siete centros con 28 de estos presos, con una edad media de 52 a?os. El estudio revel¨® que se trata de delincuentes que creen que cada persona tiene lo que se merece y con una evidente falta de empat¨ªa hacia sus v¨ªctimas. Tambi¨¦n revel¨® que son poco altruistas y que presentan acusados rasgos de narcisismo y egocentrismo. Capaces de manipular y persuadir a otras personas para conseguir sus objetivos, est¨¢n convencidos de tener valores sociales como la benevolencia y la justicia social. Los expertos que trabajaron en el estudio destacan que suelen mostrar una ¡°desconexi¨®n moral¡± que les hace tener en cuenta ¨²nicamente el lucro y el poder. Adem¨¢s, emplean mecanismos para autojustificar su conducta, desde minimizar o negar el da?o causado a invisibilizar a las v¨ªctimas.
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