Indultos: desfaciendo el entuerto
En Europa occidental no existe un delito como el de sedici¨®n o una figura similar con penas siquiera parecidas
M¨¢s all¨¢ del debate pol¨ªtico sobre los indultos a los presos independentistas catalanes ¡ªde discutir si se trata de perseguir la concordia y la reconciliaci¨®n o de exigir la justa retribuci¨®n a un delito de lesa patria (espa?ola)¡ª ?hay argumentos jur¨ªdicos que esgrimir en esta cuesti¨®n?
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M¨¢s all¨¢ del debate pol¨ªtico sobre los indultos a los presos independentistas catalanes ¡ªde discutir si se trata de perseguir la concordia y la reconciliaci¨®n o de exigir la justa retribuci¨®n a un delito de lesa patria (espa?ola)¡ª ?hay argumentos jur¨ªdicos que esgrimir en esta cuesti¨®n?
El indulto es una anomal¨ªa, una instituci¨®n arcaica cuya existencia en nuestro derecho muestra que hay cosas que se tuercen en los tribunales penales. Era una prerrogativa del monarca soberano antes de que hubiera un sistema parlamentario. En un ordenamiento jur¨ªdico en orden, no hay necesidad ni espacio para que el Gobierno enmiende la plana a lo que decidan los tribunales. Sin embargo, en Espa?a, como es sabido ¡ªde nuevo: Spain is different¡ª, el indulto se usa mucho. ?Hay algo que est¨¦ mal, entonces, jur¨ªdicamente?
Uno de los ciudadanos condenados por hechos relacionados con la organizaci¨®n parapolicial y terrorista GAL ha dicho ¨²ltimamente que el indulto que ¨¦l recibi¨® del Gobierno de Aznar no tiene nada que ver con el que ahora se discute para los presos catalanes. Es cierto: nada tiene que ver constituir ¡°comandos de podredumbre / torturando impunemente¡± ¡ªcomo dice Rosendo¡ª con la escenificaci¨®n de la alucinaci¨®n colectiva de los separatistas ¡ªrebeli¨®n para la representaci¨®n procesal de la extrema derecha, sedici¨®n para el Tribunal Supremo¡ª a trav¨¦s de actos pretendidamente peligrosos para el orden pol¨ªtico, pero tan mansos que ni corri¨® la sangre ni siquiera se pens¨® en ello. Se ha dicho que es dif¨ªcil ver desproporci¨®n entre los hechos y las penas en la sentencia del Supremo. Quiz¨¢s sea dif¨ªcil verla en este ambiente de crispaci¨®n, pero haberla, la hay.
Sobre todo, es dif¨ªcil no ver esta grave desproporci¨®n (que s¨ª han visto con toda claridad los dos integrantes del Tribunal Constitucional que firmaron el voto particular contrario a la sentencia de la mayor¨ªa, que valida la resoluci¨®n del Supremo) si se contempla nuestro entorno en Europa occidental, en donde no existe un delito como el de sedici¨®n, no existe una figura similar con penas siquiera parecidas. No es casualidad que el informe del Supremo, contrario a los indultos, se confunda continuamente cuando cita derecho comparado, mezclando la rebeli¨®n con la sedici¨®n y refiri¨¦ndose a penas graves respecto de ordenamientos ¡ªcomo el alem¨¢n¡ª en el que la sedici¨®n fue expresamente derogada¡ en 1968, por Willy Brandt, ante las protestas estudiantiles.
El delito de sedici¨®n es una r¨¦mora de otros tiempos, de tiempos autoritarios y violentos. Es lo que est¨¢ mal en nuestro derecho. Los especialistas lo vienen diciendo hace mucho tiempo: hace ya 14 a?os ¡ªmucho antes de que siquiera nos imagin¨¢ramos la pesadilla del proc¨¦s y sus consecuencias¡ª, el profesor Garc¨ªa Rivas escribi¨®: ¡°Esta figura deber¨ªa desaparecer para dejar su espacio a los des¨®rdenes p¨²blicos, pues de un desorden p¨²blico se trata¡±, y ahora sigue diciendo: ¡°El delito de sedici¨®n es muestra de un derecho penal arbitrario y debe derogarse¡±.
La inacci¨®n del legislador, que deber¨ªa haber derogado esta figura absurda ¡ªy muy poco aplicada¡ª hace a?os, ha impedido hasta ahora la soluci¨®n limpia y democr¨¢tica: que desaparezca de nuestro C¨®digo Penal un delito que no deber¨ªa existir, y que ha hecho posibles penas tan fuera de lugar. Y si no, el indulto puede ser el freno de emergencia para drenar los lodos en los que se han convertido los polvos de la desidia pol¨ªtica del Parlamento.
Manuel Cancio Meli¨¢ es catedr¨¢tico de Derecho Penal en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y vocal permanente de la Comisi¨®n General de Codificaci¨®n.