La marcha de Col¨®n calienta m¨²sculo en el Congreso
La oposici¨®n denuncia los indultos como ¡°la mayor traici¨®n al pueblo espa?ol que se recuerda¡±, mientras el Gobierno apela a la ¡°utilidad p¨²blica¡± y la ministra Margarita Robles evita pronunciarse sobre la medida
La panoplia de acusaciones es casi inabarcable: humillaci¨®n, cobard¨ªa, ignominia, verg¨¹enza, fraude, atropello, desafuero, ileg¨ªtimo, arbitrario, golpe de mano al marco constitucional.... En esa carrera por encontrar la descalificaci¨®n m¨¢s atroz contra los posibles indultos a los l¨ªderes del proc¨¦s el que m¨¢s descoll¨® este mi¨¦rcoles fue el diputado popular Luis Santamar¨ªa, quien por dos veces los tach¨® de la ¡°mayor traici¨®n al pueblo espa?ol que se recuerda¡±. El Congreso de los Diputados vivi¨® una sesi¨®n de calentamiento ante la manifestaci¨®n del pr¨®ximo domingo en la plaza madrile?a de Col¨®n. El PP lanz¨® toda su artiller¨ªa, aprovechando el pleno semanal de control al Gobierno, que deriv¨® en un juicio sumar¨ªsimo a las medidas de gracia antes de que estas se aprueben. El Ejecutivo intent¨® acallar el ruido con argumentos jur¨ªdicos y apel¨® a la ¡°utilidad p¨²blica¡±, uno de los criterios previstos en la ley para justificar los indultos.
Pablo Casado se reserv¨®, porque tampoco estaba el presidente del Gobierno, de viaje en Argentina, pero los siguientes en el escalaf¨®n del PP dispararon a discreci¨®n. La portavoz del Grupo Popular, Cuca Gamarra, se emple¨® a fondo con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, quien tambi¨¦n se las tuvo que ver con las acusaciones de ¡°traici¨®n¡± del popular Santamar¨ªa y con los airados reproches de la l¨ªder de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas. Otro diputado del PP, Carlos Rojas, lo intent¨® con la ministra de Defensa, Margarita Robles, la miembro del Gobierno mejor considerada por la oposici¨®n, quien esquiv¨® la pregunta directa de si ella es favorable a los indultos. Y el titular de Pol¨ªtica Territorial, Miquel Iceta, encaj¨® con su habitual distancia ir¨®nica las andanadas de otro parlamentario de la derecha, el regionalista navarro Carlos Garc¨ªa Adanero, esc¨¦ptico ante la firmeza con que el tambi¨¦n l¨ªder de los socialistas catalanes rechazaba el derecho de autodeterminaci¨®n.
Primero con la vicepresidenta y luego con el ministro de Justicia, Gamarra no repar¨® en recursos ret¨®ricos para denunciar a un Gobierno que ¡°se al¨ªa con delincuentes¡± y ¡°pisotea¡± al Tribunal Supremo con el ¨²nico prop¨®sito de ¡°mantenerse en el poder¡±. La renuncia p¨²blica del l¨ªder de ERC, Oriol Junqueras, a imponer unilateralmente la independencia de Catalu?a no ha rebajado un ¨¢pice el descarnado argumentario del PP. M¨¢s bien al contrario: la declaraci¨®n de Junqueras, seg¨²n Gamarra, agrava a¨²n m¨¢s los desmanes que su partido atribuye al Gobierno, porque se tratar¨ªa de la ¡°coartada perfecta¡± para despejar el camino a un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. El prop¨®sito del Ejecutivo ser¨ªa ni m¨¢s ni menos que ¡°imponer la destrucci¨®n de Catalu?a y de Espa?a¡±, en palabras de la portavoz popular. Los indultos, vaticin¨® Gamarra, ¡°envalentonar¨¢n¡± a los ¡°jerarcas secesionistas¡± y ser¨¢n la ¡°semilla del segundo proc¨¦s¡±. No solo eso. Los populares tambi¨¦n sostienen, sin aportar m¨¢s datos al respecto, que el anuncio de las medidas de gracia ¡°ha sembrado el estupor entre nuestros socios europeos¡±.
El Gobierno se protegi¨® del bombardeo con un intento de no alimentar m¨¢s el fuego. Tanto la vicepresidenta Calvo como el ministro Campo insistieron en que se est¨¢ atacando una decisi¨®n que a¨²n no se ha tomado, pero al tiempo defendieron el derecho del Ejecutivo a otorgar medidas de gracia y sostuvieron que su ¨²nico objetivo es rebajar la tensi¨®n en Catalu?a. Calvo amag¨® primero con no entrar al debate con Gamarra, a la que dio por toda respuesta: ¡°No voy a contestar a nada que no ha ocurrido¡±. En la siguiente r¨¦plica, opt¨® por acusar al PP de dejar al actual Ejecutivo una ¡°herencia desastrosa¡± en Catalu?a y asegur¨® que el asunto se resolver¨¢ de un ¡°modo constitucional y digno¡±.
El ministro de Justicia tambi¨¦n respondi¨® a los populares que su estrategia ante la cuesti¨®n catalana ¡°ha fracasado estrepitosamente¡± y cit¨® a la fil¨®sofa Hannah Arendt para defender ¡°el poder del perd¨®n¡±. El Gobierno, asegur¨® Campo, decidir¨¢ ¨²nicamente a partir de argumentos de ¡°naturaleza jur¨ªdica¡±, entre los que se sit¨²a, record¨®, la apelaci¨®n a la ¡°utilidad p¨²blica¡± prevista por la norma que regula las medidas de gracia. ¡°Decidiremos lo que es mejor para Espa?a, no para los indultados, ni para su partido, ni para el nuestro¡±, zanj¨® el ministro.
En el hemiciclo hab¨ªa un elefante que no pasaba inadvertido para nadie, pero que los populares obviaban citar en medio de su constante acometida: la marcha del pr¨®ximo domingo en Col¨®n. Fue el portavoz de Vox, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, quien lo se?al¨® con todas las letras. El dirigente de la extrema derecha recurri¨® a la vieja guardia socialista ¨DFelipe Gonz¨¢lez, Alfonso Guerra y hasta el fallecido Alfredo P¨¦rez Rubalcaba¨D para aventurar que el domingo se manifestar¨¢n en Madrid ¡°espa?oles de todos los colores pol¨ªticos¡±. En el furor de la denuncia contra el Gobierno, Espinosa de los Monteros lleg¨® a acusarlo de lo que nunca ha hecho: ¡°Indultar a asesinos etarras¡±.
Tampoco Arrimadas se refiri¨® a la protesta de Col¨®n, pese a que su partido la respalda. La l¨ªder de Ciudadanos se apoy¨® ¨Dcomo ya hab¨ªan hecho los populares¨D en la hemeroteca, una pesadilla habitual para Pedro S¨¢nchez, cuyas viejas declaraciones contra los indultos volvieron a resonar en la C¨¢mara. ¡°?Entonces eran ustedes tambi¨¦n unos fachas vengativos que quer¨ªan romper la concordia? Ustedes no tienen ni palabra ni principio¡±, atac¨® Arrimadas a Campo. El ministro le respondi¨® con otra pregunta: ¡°?Y qu¨¦ piensan proponer ustedes para resta?ar las enormes heridas abiertas en Catalu?a?¡±.
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