Un presidente sin cortafuegos
Por primera vez en mucho tiempo no hay una vicepresidencia pol¨ªtica, cargo clave para la coordinaci¨®n interna del Gobierno y parapeto para los presidentes
Pedro S¨¢nchez ha prescindido de una tacada de la n¨²mero dos del Gobierno (Carmen Calvo), del n¨²mero tres del PSOE (Jos¨¦ Luis ?balos, doblemente relevado porque tambi¨¦n deja de ser ministro) y de su jefe de gabinete, Iv¨¢n Redondo, un personaje al que rodeaba la leyenda de plenipotenciario, una especie de hacedor de es...
Pedro S¨¢nchez ha prescindido de una tacada de la n¨²mero dos del Gobierno (Carmen Calvo), del n¨²mero tres del PSOE (Jos¨¦ Luis ?balos, doblemente relevado porque tambi¨¦n deja de ser ministro) y de su jefe de gabinete, Iv¨¢n Redondo, un personaje al que rodeaba la leyenda de plenipotenciario, una especie de hacedor de estrategias en la sombra con influencia absoluta en La Moncloa pero mal considerado por el partido. Por si fuera poco tambi¨¦n aparta a la titular de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, como portavoz y cara visible del Ejecutivo.
S¨¢nchez ha revestido esta revoluci¨®n como una renovaci¨®n generacional necesaria para afrontar la recuperaci¨®n, pero, sin excesiva perspicacia, es f¨¢cil llegar a la conclusi¨®n de que si cambia al equipo de confianza m¨¢s cercano que le ha acompa?ado estos a?os es porque este no funciona y es imprescindible modificar el rumbo actual, marcado demasiado a menudo por la improvisaci¨®n, las tensiones internas y una osad¨ªa que, por momentos, se asoma al precipicio de la temeridad.
La gigantesca crisis de Gobierno habr¨ªa sido seguramente mayor si S¨¢nchez hubiera tenido margen para destituir a algunos de los ministros propuestos por Podemos, que, a excepci¨®n de Yolanda D¨ªaz, ejercen su poder sobre parcelas muy limitadas y, en alg¨²n caso, con una gesti¨®n ignota, m¨¢s all¨¢ de alguna pol¨¦mica puntual.
El vuelco en el Gobierno y el que ya se intuye en el PSOE es una demostraci¨®n de poder de S¨¢nchez, que, en la actualidad, carece de contrapesos internos de entidad. La recuperaci¨®n de ?scar L¨®pez para la primera fila pol¨ªtica como jefe de gabinete y la promoci¨®n como ministros de dirigentes que en el pasado estuvieron en bandos diferentes evidencian que el l¨ªder socialista no atisba ning¨²n brote de disidencia tras desactivar las ¨²ltimas voces cr¨ªticas.
El ascenso de Nadia Calvi?o a la vicepresidencia primera del Gobierno es la prueba de que en materia econ¨®mica es mejor no experimentar, sabedor S¨¢nchez de que la ministra de Econom¨ªa es una garant¨ªa para Bruselas a la espera de la llegada de los fondos europeos. M¨¢s llamativo resulta que por primera vez en mucho tiempo no haya una vicepresidencia pol¨ªtica, un cargo clave para la coordinaci¨®n interna del Gobierno y parapeto de los diferentes presidentes. Esta ausencia no es menor porque en los ¨²ltimos meses S¨¢nchez ha perdido como vicepresidentes a Pablo Iglesias y Carmen Calvo, que han sido dos cortafuegos que han amortiguado innumerables golpes de la oposici¨®n, una labor en la que es dif¨ªcil imaginarse a Calvi?o. Y es doblemente llamativo porque a la vuelta del verano aguarda la may¨²scula tarea de pilotar la mesa de di¨¢logo con Catalu?a. Es decir, pol¨ªtica.