3.000 candidatos a vecino en un pueblo de Teruel
La peque?a localidad de Griegos recibe un aluvi¨®n de solicitudes tras ofertar dos empleos y ayudas al alquiler para quienes se instalen con sus hijos
El municipio turolense de Griegos, el segundo m¨¢s elevado de Espa?a (1.604 metros, seg¨²n anuncia con orgullo en su web), encara un dif¨ªcil reto para conservar el colegio en los pr¨®ximos a?os: elegir a dos familias entre 3.000 aspirantes a residir en el pueblo. La localidad, de 130 habitantes, ha ofrecido dos empleos fijos en hosteler¨ªa y tres meses gratis de vivienda para quienes se instalen all¨ª y lleven a sus hijos a la escuela. Despu¨¦s, solo tendr¨¢n que abonar 225 euros mensuales, a los que se descontar¨¢n 50 por cada menor. El objetivo es pasar de los nueve alumnos actuales a por lo menos 12 para desdoblar la ¨²nica aula con la que cuentan y as¨ª asegurarse de que sigue funcionando m¨¢s tiempo. El aluvi¨®n de interesados, tambi¨¦n extranjeros, les ha desbordado, y ahora toca elegir a los agraciados, que deber¨¢n adaptarse a las particularidades del medio rural.
La vida en esta peque?a poblaci¨®n enclavada en la sierra de Albarrac¨ªn cambia dr¨¢sticamente en invierno, cuando desaparecen los animados corrillos que se forman en verano, las flores que abundan en las fachadas de las casas y el intenso sol. El teniente de alcalde y designado como seleccionador, Ernesto Agust¨ª, advierte de los grandes desaf¨ªos para los futuros residentes en Griegos: el fr¨ªo, la soledad y la exigencia laboral. Algunos vecinos, desde luego, coinciden con el edil. Pedro Lapuente, con 86 a?os, gorra y bast¨®n, lo deja claro: ¡°Aqu¨ª no regalan nada por tu cara bonita¡±.
Los dos puestos ofertados son para trabajar en un restaurante y para gestionar el hostal municipal, que ha sido recientemente restaurado con una inversi¨®n de 170.000 euros. Agust¨ª se?ala que, a la hora elegir, no solo considerar¨¢n el n¨²mero de hijos de los aspirantes y su experiencia en el sector, sino tambi¨¦n la implicaci¨®n. Afirma que su decisi¨®n, todav¨ªa muy re?ida, la comunicar¨¢ la pr¨®xima semana. La gran sorpresa, a?ade el concejal, ha sido el ¨¦xito de la campa?a para reclutar inquilinos.
El v¨ªdeo promocional, que muestra a dos ni?as que advierten de la falta de estudiantes en el colegio, ha arrasado en Espa?a y en Latinoam¨¦rica gracias a las redes sociales. En ¨¦l, Marta y Luc¨ªa dise?an un cartel con el lema ¡°se buscan ni?os¡± y ofrecen ¡°una casa casi gratis¡± y ¡°trabajo para los pap¨¢s¡±. Los mayores de Griegos, al ver la campa?a de las peque?as, han fotocopiado el cartel y lo han pegado en todas las calles.
Los anhelados candidatos quedan avisados. Silvana Finardi, psic¨®loga de 37 a?os, y su marido Diego Bizanz, gestor de un vivero, de 42, es uno de los cientos de matrimonios extranjeros listo para cambiar de aires. Sus cuatro hijos, su experiencia laboral y su dedicaci¨®n son tres atractivos que hacen de esta pareja de argentinos unos candidatos id¨®neos, seg¨²n remarca el teniente de alcalde. La familia dej¨® su pa¨ªs natal hace un a?o para vivir en Gand¨ªa (Valencia), pero cuando vieron la campa?a en Facebook supieron que necesitaban un giro: ¡°Queremos que nuestros hijos crezcan en la naturaleza, no encerrados en un piso jugando a videojuegos¡±.
Conciliaci¨®n
A ambos les da igual trabajar en el restaurante o gestionar el hostal, y creen que lo primordial es la tranquilidad y la formaci¨®n de los peque?os, que est¨¢n muy ilusionados con la aventura: ¡°Al ser pocos ni?os en la escuela, la educaci¨®n es m¨¢s focalizada¡±. La mujer destaca tambi¨¦n su conciencia medioambiental para dirigirse a un lugar menos contaminado y habla de cierta influencia divina: ¡°Dios es el comandante que nos puso este regalo en el camino¡±.
Los argentinos compiten, entre otros, con ?lvaro Tom¨¦ y Alejandra Bandi, de 32 a?os. Estos dos madrile?os se sienten preparados para cambiar su c¨¦ntrica casa por los apartamentos de dos habitaciones y gruesos muros de piedra junto a la escuela. El joven matrimonio tiene tres hijos menores y asegura que la capital no permite conciliar. Tom¨¦ lleva 12 a?os en una entidad bancaria y sufre estr¨¦s: ¡°Me levanto a las cinco de la ma?ana y vuelvo a las diez de la noche, no tengo vida familiar¡±, cuenta. Su esposa, especialista en publicidad, tambi¨¦n est¨¢ al l¨ªmite: ¡°Vivimos para trabajar¡±.
La pareja quiere que sus cr¨ªos crezcan en un entorno rural m¨¢s tranquilo y seguro: ¡°Lo hacemos por ellos, para que disfruten lejos del agobio de la ciudad¡±, dicen Bandi y Tom¨¦, que asegura defender ¡°el bien com¨²n¡± y quiere administrar el hostal para atraer turismo y reforzar la econom¨ªa del pueblo. Adem¨¢s, aspiran a desarrollar en Griegos un proyecto de formaci¨®n de alta cocina para emprendedores: ¡°Los j¨®venes s¨®lo necesitan iniciativas que les permitan mudarse al campo¡±.
El teletrabajo ha facilitado la mudanza al pueblo de quienes est¨¢n hartos del ritmo urbano. El inform¨¢tico Antonio Sancho, de 31 a?os, dej¨® Valencia cuando irrumpi¨® la pandemia y se instal¨® en el pueblo de su abuela, donde sol¨ªa veranear: ¡°Antes no nos sacaban de las ciudades ni con agua caliente¡±. Sancho recomienda que los interesados en trasladarse lo mediten fr¨ªamente porque, asegura, te tienen que gustar mucho los pueblos y los inviernos son muy duros. Las escenas de las vacaciones, como los ni?os jugando a las cartas a la sombra o el paso del cami¨®n del melonero, solo duran unos meses. Eso s¨ª, ¨¦l cree que la acogida de los ganadores ser¨¢ buena y se pone de ejemplo: ¡°Me siento menos solo aqu¨ª que en Valencia¡±. La ilusi¨®n por ver m¨¢s pupitres ocupados en su cole hace sonre¨ªr a Luc¨ªa Mart¨ªnez, de 10 a?os, que presume de que no se aburre ni en diciembre ni en julio.
Siempre hay cosas que hacer en esas calles adornadas por pinturas de mariposas. La abuela de Mart¨ªnez, Mar¨ªa Isabel Solando, valora que su nieta pueda tener nuevos compa?eros: ¡°Todo lo que sea que la escuela crezca poquico a poquico es bueno¡±.
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