La disputa banal que acab¨® en tiroteo por la espalda
Un vigilante de seguridad sin permiso de armas mat¨® este s¨¢bado a un hombre e hiri¨® gravemente a una mujer
Emilio D., un vigilante de seguridad de 32 a?os, sali¨® de su casa en Salamanca el s¨¢bado por la noche con una pistola escondida bajo la camiseta. Tard¨® solo unas horas en utilizarla, matando a un hombre y dejando malherida a una mujer, seg¨²n el relato policial del crimen que hicieron p¨²blico ayer el comisario de Salamanca, Luis Jes¨²s Esteban, y la subdelegada del Gobierno, Encarnaci¨®n P¨¦rez. La Polic¨ªa ha reconstruido los pasos del supuesto asesino y concluye que todo se debi¨® a una disputa banal que acab¨® en tragedia.
El vigilante de seguridad ¡ªquien carece de permiso de armas, seg¨²n el comisario¡ª paseaba por las calles de Garrido, un barrio popular de la ciudad castellana, cuando se encontr¨® con tres personas en una terraza: Jos¨¦ Mar¨ªa, Bel¨¦n y una amiga de ambos, todos en la cincuentena. Emilio D. se fij¨® en las dos mujeres y trat¨® de charlar con ellas, especialmente con Bel¨¦n, pero ambas lo rechazaron. Tambi¨¦n declinaron las consumiciones que, pese a su negativa inicial, el vigilante les ofreci¨®. El camarero del bar pidi¨® a Emilio D. que dejara de importunarlas. Cuando el grupo se levant¨®, el acusado dej¨® distancia y comenz¨® a seguirlos.
Poco despu¨¦s, Jos¨¦ Mar¨ªa y Bel¨¦n dejaron a su acompa?ante en su casa y continuaron hacia la vivienda de ella. No llegaron. A las dos y media de la madrugada recibieron varios balazos por la espalda.
Con ambos heridos y en el suelo, el atacante continu¨® disparando. Jos¨¦ Mar¨ªa, de 51 a?os y t¨¦cnico de rayos en el hospital de ?vila, muri¨®. Bel¨¦n, profesora de 53, permanec¨ªa ayer herida muy grave en dicho centro sanitario. Emilio D. fue detenido el domingo y se encuentra en prisi¨®n provisional.
Los investigadores no han logrado esclarecer por qu¨¦ esa disputa verbal ¡°banal¡±, seg¨²n la define el relato policial, termin¨® as¨ª. La subdelegada del Gobierno y el comisario se mostraron sorprendidos por la actuaci¨®n ¡°desmedida¡± del ¨²nico sospechoso, a quien se investiga por dos delitos de homicidio, uno consumado y otro en grado de tentativa. P¨¦rez asegur¨® que, cuando las tres personas abandonaron la terraza, el vigilante se qued¨® sentado unos instantes, pero pronto se levant¨® y sigui¨® al grupo a unos 50 o 60 metros, distancia que fue reduciendo hasta que sac¨® la pistola y dispar¨® ¡°con ¨¢nimo de matar¡±. No se conoc¨ªan de antes; no ten¨ªan cuentas pendientes.
Las c¨¢maras de seguridad de establecimientos de la zona y los testigos presenciales, tanto en la terraza como en las calles, permitieron concluir que el responsable del crimen se hallaba en el n¨²mero 21 de la calle del Lazarillo de Tormes, muy cerca del lugar de los hechos, donde reside. En el registro de la casa se intervinieron armas blancas como machetes y tambi¨¦n casquillos como los recogidos junto a las v¨ªctimas. El arrestado se ha negado a declarar y tampoco ha reconocido lo ocurrido.
La subdelegada del Gobierno detall¨® que, seg¨²n las grabaciones, el atacante abandon¨® ¡°tranquilo¡± el lugar donde dispar¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa y a Bel¨¦n. Fue visto pocas horas despu¨¦s tirando unos bultos a un contenedor pr¨®ximo a su vivienda: en el vertedero fue hallada m¨¢s tarde en una bolsa un arma de fuego del mismo calibre que los casquillos encontrados en la calle y en la vivienda de Emilio D., as¨ª como la camiseta que al parecer vest¨ªa, seg¨²n los testigos, aquella noche.
El detenido no tiene antecedentes policiales m¨¢s all¨¢ de una pelea hace una d¨¦cada. Tampoco ten¨ªa relaci¨®n con las v¨ªctimas. Simplemente decidi¨® disparar a matar poco despu¨¦s de que no le hicieran caso en una terraza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.